A partir de los 5 a 6 años, nuestros niños están listos para comprender y disfrutar de chistes para niños. Tanto reír como jugar son actividades que tienen un papel muy importante en el desarrollo emocional de nuestros niños. Y una de las cosas que más disfrutamos las madres son las risas y carcajadas de nuestros pequeños.
Francamente es bastante fácil provocar una risotada en la infancia, y estas generan toda una serie de reacciones fisiológicas, cognitivas y emocionales positivas. Un niño ríe unas 400 veces al día.
Estas sencillas chanzas ayudan a nuestros niños a que liberen el estrés acumulado y contribuyen a que sean más sociables, abiertos y espontáneos.
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Papel de la risa en los niños
La risa es un atributo propio de los seres humanos. El ser humano dispone de un desarrollo biológico propio para reír, contar chistes y tener sentido del humor. Hoy en día no se cuestiona la relación entre ella y el juego, el sueño, la fantasía y el placer. De ahí que la risa tiene un papel biológico y social, en la salud humana y en la sociedad.
Beneficios de la risa y las bromas
Decía Platón que “Hasta los dioses aman las bromas”. Desde el punto de vista fisiológico, reír ejercita muchos músculos de la cara y del abdomen, por lo que es un relajante muscular. Fortalece el corazón y el sistema inmunológico, y genera endorfinas así que provoca una sensación de placer y bienestar. Estudios recientes demuestran que los chistes para niños, aumentan la memoria, la atención, el aprendizaje y el pensamiento creativo.
La letra con risa entra
Suele ocurrir que nos tomamos nuestras funciones de padres tan en serio que olvidamos que lo más importante es divertirnos y pasarla bien con nuestros pequeños. Con ellos unimos lazos familiares, creamos cierta complicidad y disfrutamos de las pequeñas cosas de la vida. No se trata de reírles las gracias todo el tiempo, sino de tomarnos las cosas con menos seriedad y más serenidad.
Intenta educar con humor, verás que a la larga te reirás y bromearás con los accidentes cotidianos que suelen ocurrir. La clave está en nosotras poder reírnos, enseñar a nuestros niños a reírse de sus propios errores y aprender de ellos sin miedo al regaño. Incluso, te asombrarás cuando logres convencerlos de recoger sus juguetes mientras ríen.
La seriedad, lejos de darnos autoridad, nos vuelve personas más severas y angustiadas. El contexto de enseñanza rodeado de risas es más favorable al aprendizaje: si en nuestro entorno se hacen chistes para niños, todos los miembros de la familia tendremos bienestar emocional.
¿Cómo deben ser los chistes para niños?
Estos deben estar cargados de un humor sencillo y divertido, con un lenguaje adaptado al de los niños y evitar ser demasiado largos. Si no, nuestros pequeños se aburrirán a la mitad del camino o incluso pueden olvidar alguna parte.
Debes estar pendiente del mensaje que transmite el chiste: intenta que sea breve para que luego tu hijo pueda memorizarlo y repetirlo a sus amigos si le da gracia. Pídele que te lo cuente después con sus palabras y ríete al final, como si nunca lo hubieses oído: eso les encantará y les ayuda a grabárselo en la memoria.
A los niños les gusta muchos contar los chistes a familiares o amigos del colegio y obtener carcajadas por su actuación. Los más creativos, incluso, inventan ellos sus propios chistes. Con esto le estarás proporcionando buenas herramientas con las que socializar.
No le enseñes chistes que contengan malas palabras, ni mensajes sexistas, machistas, feministas o discriminatorios, ni de doble sentido. Recuerda que los niños son pequeñas esponjas que captan y aprenden de todo cuanto les rodea. Para que tengas un punto de partida y una referencia, acá te dejamos 20 fabulosos chistes para niños que podrás contarle ahora mismo.
20 de los mejores chistes para niños
1.- Entra un niño a una óptica y le dice al vendedor:
– Por favor quiero comprar unas gafas.
El vendedor le pregunta:
– ¿Para el sol?
Y el niño responde:
– No, para mí.
2.- ¿Qué le dice un pollito a su peor enemigo?
– ¡Caldito de cuadrito seas!
3.- ¿No te das cuenta que solo piensas en comida?
– ¿A qué te refieres croquetamente?
4.- ¿Cuál es el colmo de un farmacéutico?
– Que su mujer se llame Remedios.
5.- ¿Cuál es el colmo de Aladino?
– Tener mal genio.
6.- ¿Qué le dice un pato a otro pato?
– Vamos empatados
7.- ¿Sabes que los peces solo tenemos dos segundos de memoria?
– ¿Qué?
– ¿Qué, de qué?
8.- Pepito le dice a su amigo:
– Me mordió una serpiente
A lo que el amigo preocupado pregunta:
– ¿Cobra?
Y el niño responde:
– No, gratis
9.- ¿Qué hace un perro con un taladro?
– Taladrando
10.- ¿Cuál es el colmo de una persona bajita?
– Que la policía lo pare en la calle gritando: ¡ALTO!
11.- Se encuentran Pepito y Juan y este último le dice a su amigo:
– Le he puesto gafas a mi hijo.
El otro le responde:
– ¡Qué feo nombre!
12.- La maestra le pregunta al niño:
– Si en una mano tengo 9 tomates y en la otra 5 tomates, ¿qué tengo?
A lo que el alumno responde:
– Las manos grandísimas profesora.
13.- Había una vez un hombre tan pequeño que se subió arriba de una caanica y dijo:
– ¡El mundo es mío!
14.- Van en un ascensor una jirafa y una hormiga; dice la hormiga:
– ¿Cuántos años tienes?
– Yo, tres años.
– Contesta la jirafa. ¿Y tú?
– También tres, pero he estado muy enfermita.
15.- Le dice el niño a su padre:
– ¿Papá me haces la tarea de geografía?
Y el padre responde:
– No mi niño, eso no estaría bien.
A lo que el niño contesta:
– Inténtalo, a lo mejor te sale bien.
16.- A ver, niño, ¿cuál es tu verdura favorita?
–La zanahoria, maestra
– ¿Puedes deletrearla?
–Ahora que lo pienso mejor, es la patata.
17.- Niño, ¿Adónde vas?
–A regar el jardín, mamá
–Pero, ¿no ves que está lloviendo?
–No importa. Llevo paraguas.
18.- Majestad, el hombre invisible espera que lo reciba.
–Dile que ahora no puedo verlo.
19.- Juanito, ¿qué planeta va después de Marte?
–Miercole.
20.- Pepito quiero hacerte unas preguntas:
– Cuanto es 3 x3
Un empate
– Cuanto es 3 x1
Oferta especial
A manera de despedida
En resumen, si ríes más con tu hijo y utilizas estas sencillas ocurrencias, lograrás que crezca con sentimientos positivos y actúe de un modo más asertivo. Un niño que ríe es un niño feliz, que contagia al resto y genera bienestar a su alrededor.
Ríete con él y también mejorarás tu salud y estarás siempre de buen humor. Nunca dudes que una sesión de chistes para niños, cosquillas y risas es la mejor terapia para animar un día gris.
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