Todos hemos sido niños y, si nos paramos a recordar un poco cómo era nuestra infancia, seguro que recordamos que el aburrimiento era, a veces, bastante habitual. De hecho seguro que a esas etapas de aburrimiento en los niños les acompañaban la sorpresa de los adultos. A nosotros nos cuesta mucho más aburrirnos porque siempre tenemos algo que hacer e incluso valoramos el aburrimiento como un pequeño lujo, que implica descanso, bajo estrés y tiempo para nosotros mismos.
En un niño esto no es así ni mucho menos. Ellos necesitan actividad, movimiento, dinamismo, y caer en el aburrimiento es de las peores cosas que les pueden ocurrir en un día normal.
¿Por qué sucede esto? ¿Qué podemos hacer para evitarlo y ayudarles desde la óptica de los adultos? En este artículo vamos a tratar de ayudarte con este tema que, si bien no es importante ni preocupante, sí debemos saberlo gestionar bien como adultos para que nuestro pequeño sea capaz de sacarle el máximo partido a su tiempo, pero también para que disfrute de la inactividad. ¿Por qué no? Seguro que tú también sabes lo importantes que son estos períodos de descanso y que hay que enfocarlos así, como descanso y no como aburrimiento.
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Pero, ¿cómo surge el aburrimiento en los niños?
Los psicólogos dan una pequeña explicación al por qué los niños parecen aburrirse más que los adultos. La principal razón es que ellos necesitan explotar más su imaginación y su creatividad, sin embargo, el entorno en el que se mueven hace que esto no sea lo más fácil de conseguir. El exceso de actividades extraescolares, los deberes en los que se fomenta la memoria y la constancia y no la creatividad, los horarios, en definitiva, el exceso de obligaciones desde tan pequeños provoca un pequeño colapso mental que afecta a su capacidad para desarrollar su creatividad y, por tanto, saber gestionar su tiempo libre.
Siguiendo con las opiniones de los psicólogos, ¿es malo que los niños se aburran? No. De hecho, algunos consideran que incluso es positivo, ya que se obligan a sí mismos a desarrollan la mente y pensar más allá de un plan diario preestablecido y creado por y para los adultos. Sin embargo, tampoco debemos permitir que se aburran en exceso y se aíslen. Nosotros, como adultos, tenemos el deber de guiarles en su camino. Incluso en el del aburrimiento.
¿Cómo podemos hacer que no se aburran?
Como ya hemos visto, el aburrimiento en los niños no debería alarmarnos. Es natural, es sano y puede derivar en algo positivo.
Sin embargo, si queremos que nuestro hijo se entretenga y no se aburra, por supuesto que nosotros podemos hacer cosas para ayudarles.
Lo ideal es enfocar esta ayuda a un plan para que aprenda a desenvolverse en estas situaciones. Es decir, la clave no está en que seamos nosotros los que le digamos en cada momento qué debe hacer, si no que aprenda a valorar estas situaciones y a ser él mismo el que tome estas decisiones.
¿Cómo lo podemos conseguir? Muy fácil. El truco consiste en no esperar a que lleguen estos brotes de aburrimiento en los niños, si no en descubrirles el mundo y que ellos mismos sepan qué les gusta hacer, con qué disfrutan. Muéstrales el camino enseñándoles qué hobbies les gustan. Pero, lo más importante, es que sean ellos mismos los que sepan qué les gusta, como una fase de autodescubrimiento.
Así, tú puedes mostrarle actividades que se puedan hacer en solitario y con las que el niño pueda disfrutar. Por ejemplo, pintar, leer, jugar a la consola, escribir, jugar cartas que requieran de un solo jugador, ordenador fotos, incluso, por qué no, recoger su cuarto o ayudarte a cocinar con recetas que no requieran de cuchillos ni de fuego.
Ideas para evitar el aburrimiento en los niños
Aunque hemos querido hacer mucho hincapié en que lo que nosotros como adultos debemos hacer es darles herramientas a los niños para que sean ellos mismos los que aprendan a jugar con su imaginación y sacarle partido a esos momentos de aburrimiento, si vemos que nuestro hijo está estancado podemos intervenir.
En este sentido, estas son algunas de las actividades que más éxito tienen y que ayudan a quitar inmediatamente el aburrimiento en los niños.
Leer:
Pocas cosas hay mejores para una persona que leer. En el caso de los niños es todavía más importante coger el hábito de lectura, ya que no solo refuerza su vocabulario, mejora su ortografía y le vendrá genial para su vida académica, también es una importante herramienta para mejorar su creatividad e imaginación. Es una actividad perfecta para los momentos de aburrimiento, pero, además, también es una actividad genial para evitar que estos ocurran.
Dibujar:
Relacionado con los beneficios de la lectura, también encontramos los beneficios de dibujar. Esta es una actividad que a los niños les encanta y que disfrutan muchísimo. Si el pequeño no dibuja bien o no le gusta, tal vez sí disfrute coloreando. ¿Es así? Entonces tienes un montón de opciones de dibujos listos para colorear que puedes imprimir directamente desde el ordenador para casos de emergencia. Si no, también puedes comprar un cuaderno de dibujos y que lo vaya completando. Así se motivará al ver todos recogidos en su pequeño libro de dibujos e incluso mejorará su autoestima al sentirse orgulloso de ellos.
Ver una película:
La tele no es mala y los pequeños pueden disfrutar y aprender con ella. Este suele ser uno de sus planes preferidos cuando están aburridos, incluso, es bastante habitual que no les importe repetir una y otra vez la misma peli. ¡Cuando algo les gusta parece que nunca llegan a aburrirse de ello!
Conocer cuáles son sus películas preferidas y tenerlas a mano es siempre un buen plan. Pero si, además, tienes algún servicio de suscripción, tipo Netflix o HBO, puedes crearles un usuario infantil para que ellos mismos puedan navegar por el catálogo de series y películas y elegir cuál quieren ver en ese pequeño momento de aburrimiento.
Inventar coreografías:
A los niños les encanta bailar, ¿qué tal si les animas a que creen sus propias coreografías? Esto no solo tiene beneficios sobre su mente y su imaginación, si no que también es una actividad física, con lo cual, harán ejercicio, mejorarán su cuerpo y hasta dormirán mejor. Todo ventajas. Proponles el juego de crear una coreografía con su canción favorita y que al final del día te muestren qué han ideado. Si son varios hermanos o primos será todavía más divertido, pero la ventaja es que puede ser una actividad para desarrollar en solitario.
Escribir un diario:
Escribir un diario (y mantenerlo en privado) es una actividad estupenda para los momentos de aburrimiento, pero también como hábito para tu pequeño. Ayudará a mejorar su caligrafía, pero también les ayudará a entenderse mejor a sí mismos, a saber expresarse, a transmitir lo que sienten. En definitiva, es una pequeña ayuda de psicología para los más pequeños, que si consiguen mantener en el tiempo puede llegar a tener muchos beneficios a la larga. El autoconocimiento siempre es una de las mejores herramientas que podemos tener en nuestra vida.
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