A menudo creemos que las cosas suceden porque están “destinadas” a pasar. Observamos la ocurrencia de accidentes como si se tratara de una situación producida por el “Karma” y no de un hecho con causa definida. Quizás sea esta la razón por la que consideramos a los accidentes como algo inevitable, fortuito, que se produce por causas ajenas a nuestra voluntad y que no hay nada que podamos hacer para evitarlos.
Pero nada más alejado de la realidad de, la gran mayoría de los accidentes son evitables y depende en gran medida de tu labor como padre o educador.
Contenido
- 1 Situación de los accidentes en el mundo, en la Unión Europea y en España
- 2 ¿Qué es realmente un accidente?
- 3 ¿Son los accidentes realmente inevitables?
- 4 ¿Cuándo es mayor el riesgo de accidentalidad?
- 5 Causas principales de accidentes
- 6 Recomendaciones para evitar accidentes en los primeros años
- 7 Y para el final…
Situación de los accidentes en el mundo, en la Unión Europea y en España
La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que no debe ser utilizado el término de accidente y que sería más correcto emplear la denominación de lesión no intencionada. De esta manera quedaría claramente evidenciado que se trata de un hecho evitable y que tomando acciones oportunas se pueden prevenir la gran mayoría.
Los datos de la OMS, reflejan que a nivel mundial el 90% de las lesiones infantiles son ocasionadas por accidentes o lesiones no intencionadas. Esto sería equivalente a que aproximadamente anualmente mueren 830 000 niños por esta causa o sea diariamente cerca de 2 300.
En la Unión Europea los accidentes o lesiones no intencionadas ocupan el primer lugar entre las causas de muerte entre los 5 y 18 años de edad.
Situación de España
En España fallecieron 149 niños menores de 15 años, en el 2014 como consecuencia de lesiones no intencionadas.
La OMS considera que en el caso de las lesiones no intencionadas las muertes son solo “la parte visible del iceberg” y que por cada una se deben calcular, al menos 40 personas ingresadas y 1 000 que demandaron atención médica.
Estudios desarrollados en España en el 2014 por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y la Fundación MAPFRE ponen de relieve la importancia de los Accidentes de la población infantil española.
Las caídas y las precipitaciones son responsables del 35,6% de los casos y le siguen los accidentes del tránsito con un 23,7%. Por su parte los niños en edad preescolar sufren como causas más frecuentes de accidentes en el hogar las caídas, ahogamientos, quemaduras e intoxicaciones.
A finales del 2016 fue presentada por las organizaciones antes mencionadas la Guía para Padres sobre la prevención de lesiones no intencionadas en la edad Infantil. En la misma se destaca que los accidentes de tráfico ocasionan el 23,7% de la mortalidad por lesiones no intencionales. Los ahogamientos por su parte provocan el 20%. Le siguen las caídas con el 13% y los accidentes relacionados con el fuego aportan el 9%.
¿Qué es realmente un accidente?
La definición más extendida para accidente es la siguiente: se considera accidente a cualquier suceso que sea provocado por una acción violenta e imprevista, ocasionada por un agente externo involuntario y que puede originar una lesión corporal o alguna otra clase de consecuencia negativa.
Según el Diccionario Cervantes, un accidente es un suceso eventual, inesperado y generalmente desagradable. También definen al accidente como privación repentina de sentido, de movimiento o lesión accidental.
Cabría preguntarse entonces si los accidentes en el hogar son realmente tan inesperados como se piensa o si más bien son frutos del descuido.
¿Son los accidentes realmente inevitables?
Los padres, tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de sus hijos en cada momento. Esto es algo que hacemos a diario, de manera casi mecánica, protegerlos y preocuparnos por ellos. Los protegemos cuando salimos a la calle y esperamos el cambio de luces en el semáforo. Nos preocupamos cuando vamos a lugares considerados como peligrosos y en consecuencia evitamos que nuestros hijos estén presentes. De manera general cuidamos que los niños no se encuentren en situaciones riesgosas.
Sin embargo, en el hogar, en innumerables ocasiones, ocurre todo lo contrario. No por gusto la mayoría de las urgencias que se presentan en niños están asociadas a “accidentes” y en su mayor parte ocurren precisamente en nuestras propias casas.
La causa principal de la mayoría de los accidentes es la despreocupación. Sencillamente nos exponemos sin tener una percepción clara del peligro que corremos ante determinadas situaciones. Lamentablemente, a veces son los niños quienes pagan las consecuencias de nuestra propia irresponsabilidad. Los cuidamos y protegemos de la puerta de casa hacia afuera y nos olvidamos de que el peligro también habita en nuestros hogares.
La mayoría de los llamados accidentes hogareños están asociados a dos razones fundamentales:
- Baja percepción del riesgo
- Descuido
Por tanto, ni son imprevisibles, ni son inevitables.
¿Cuándo es mayor el riesgo de accidentalidad?
Los riesgos de accidentalidad en el hogar son diferentes según la edad cronológica de nuestros hijos. En el niño menor de un año, los accidentes no ocupan uno de los primeros lugares como causa de muerte, pero ocurren y dejan secuelas.
Cuando la edad es inferior a los dos años predominan las caídas e intoxicaciones. Cuando ya los niños pueden desplazarse por ellos mismos los ahogamientos, las quemaduras y los atoros o atragantamientos por cuerpos extraños predominan. La mayor parte de los accidentes ocurren en el hogar.
En las edades comprendidas entre los 5 y 7 años son más frecuentes las mordidas de animales y después de los 8 años predominan los accidentes fuera del hogar.
Es a partir de que el niño alcanza la edad pre escolar cuando los accidentes ocupan el segundo lugar como causa de muerte y ya en la edad escolar ascienden al primer lugar de este terrible indicador demográfico. Los accidentes también son una de las causas prevenibles de mortalidad entre nuestros niños.
0 a 1 año
En el caso de niños de 0 a 1 año, los accidentes, aunque son muy frecuentes, no ocupan los primeros lugares como causa de mortalidad infantil. Esto se debe, fundamentalmente, a que existen otras causas que presentan una mayor prevalencia dentro de este este grupo etario.
En los niños que se encuentran en esta etapa pueden sobrevenir complicaciones de distinta índole, para las que no siempre tenemos respuesta. Sin embargo, tenemos que recordar que, por su propia incapacidad física, nuestros hijos también están expuestos a numerosos tipos de accidente que si pueden evitarse. Entre estos, se destacan los siguientes:
- La sofocación mecánica. La que ocurre cuando, por ejemplo: el niño es acostado en la misma cama de sus padres y al moverse estos mientras duermen, aplastan al menor.
- Las caídas accidentales.
- Las asfixias causadas por alimentos u objetos que son llevados a la boca.
- Las quemaduras.
1 y 2 años
Los niños cuya edad oscila entre 1 y 2 años, son niños que ya han aprendido a desarrollar una actividad propia y que ya no están expuestos pasivamente al peligro, por el contrario, van en busca de él. Tan pronto como empiezan a gatear, hemos de extremar las precauciones.
En estos casos, cuando ya el niño posee una capacidad motora, aun cuando ésta no se encuentra plenamente desarrollada, los accidentes en el hogar ocurren fundamentalmente en la cocina.
De 1 a 2 años de edad, el niño aún se encuentra sin desarrollar una completa estabilidad a la hora de andar, entonces es frecuente que sufran lesiones, e incluso la muerte, producto de caídas fuertes o de gran altura.
Esta misma inestabilidad, unida a su natural curiosidad, puede ser la causa de que ocurran accidentes donde intervienen el vertimiento de líquidos muy calientes. Lo que puede traer aparejado quemaduras graves o el propio fallecimiento del menor. A esta edad, un niño también puede ingerir sustancias tóxicas que hayan quedado a su alcance.
Más de 2 y hasta los 4 años
Los niños entre 2 y 4 años padecen en mayor medida ahogamientos, accidentes por cuerpo extraño, atragantamientos, y quemaduras. En esta etapa, la mortalidad en niños por accidentes se comporta de manera similar a la etapa anterior.
Más de 5 años de edad
A partir de los 5 años de edad, la mayoría de los accidentes se producen fuera del hogar, aunque este sigue siendo una fuente importante de accidentalidad.
Las causas de muerte por accidente que predominan a partir de los 6 años son, las quemaduras, los ahogamientos y los accidentes en la vía pública. En algunos estudios se ha encontrado que entre los 5 y 7 años de edad la mayor frecuencia de accidentes se corresponden con mordeduras de animales (55,6%).
A partir de los 6 años de edad y hasta la adolescencia, los accidentes también se producen por electrocutaciones al manipular el tendido eléctrico, por nadar en sitios prohibidos o inseguros.
En sentido general la accidentalidad en estas edades ocurre por las situaciones temerarias en las que se involucran nuestros hijos. En estas edades los accidentes ya no se producen principalmente en los hogares, pero aún siguen ocurriendo por la falta del control de los padres y por la falta de una educación que haga del joven un ser social responsable.
Causas principales de accidentes
Las caídas
Son responsables de aproximadamente la mitad de las muertes en niños menores de cinco años. Estas caídas ocurren fundamentalmente en los propios hogares de los niños y tienen una alta incidencia tanto en lactantes como en niños en edad escolar.
Dentro de la casa las caídas más frecuentes se deben a obstáculos físicos que el niño encuentra a su paso, ejemplo de ello pueden ser las escaleras, balcones sin protección, entre otros. Fuera de la casa, la mayoría de los accidentes mortales ocurren en niños mayores de 5 años y están relacionadas con la caída desde de árboles, muros y bicicletas.
Heridas
Los accidentes que se producen por instrumentos o herramientas de tipo cortante y/o punzante, habitualmente ocasionan traumas que requieren de una atención médica especializada. Las heridas constituyen una de las causas fundamentales en la muerte de niños mayores de 1 año, concentrándose la mayor cantidad de estos casos en niños pre escolares.
Quemaduras
Estas ocupan uno de los primeros lugares como causa de mortalidad en niños en edad pre escolar y se generan, en su mayoría, en el área de la cocina. Los menores de 3 años sufren a menudo escaldaduras, o salpicaduras de líquidos hirvientes, por lo que es en este grupo etario donde mayor cuidado ha de tenerse en ese sentido, debido a que por cada muerte existen miles de quemaduras serias, pero no fatales, las que dejan graves secuelas para toda la vida. Estas secuelas incluyen desfiguración, cicatrices poco estéticas o llegan a ocasionar disfunciones en los miembros del niño, lo que trae aparejado un enorme sufrimiento físico y psicológico tanto a las víctimas como a sus familiares.
Las quemaduras más frecuentes se producen por la manipulación inadecuada de agua caliente y de grasas de cocina. De igual modo estas se producen por la inadecuada costumbre de jugar con cerillas, las que pueden provocar incendios y quemaduras.
Accidentes de tránsito
Tienen como causa fundamental la negligencia y la falta de atención para percatarse de la proximidad del vehículo por ambas partes. En estos casos existen violaciones en las normas de seguridad establecidas.
Intoxicaciones agudas
Estas se producen por la ingestión, absorción, inhalación de sustancias tóxicas por parte del niño. Los accidentes de este tipo ocurren por el descuido o la negligencia de los padres o tutores encargados del cuidado del niño.
Electrocutación
Esta se produce principalmente en niños pequeños. Casi está asociada al juego de los niños con enchufes eléctricos a su alcance. Recordemos que todos los niños tienen una irrefrenable tendencia a introducir alambres u otros objetos en todos los orificios que alcanza a ver. Situación está que trae aparejada la electrocutación.
Ingestión de cuerpos extraños
Este tipo de accidente es muy común en niños pequeños, pues a partir del momento en que estos son capaces de agarrar un objeto, son muy propensos a llevar estos a su boca. El niño pequeño “prueba” todo. De ahí que sea tan frecuente que ingieran toda clase de objetos extraños que van desde canicas y dedales, hasta pedazos de papel o tela. En estos casos, y en dependencia de la peligrosidad que represente el objeto ingerido, puede ser necesaria la intervención quirúrgica del niño.
Introducción de cuerpos extraños en el aparato respiratorio
Esta clase de accidentes ocurre de modo similar al de la ingestión e igualmente se produce fundamentalmente por el descuido de aquellos que están encargados del cuidado del niño. Los cuerpos extraños que los niños introducen en su nariz pueden llegar a ocasionar síntomas de asfixia de manera inmediata. Sin embargo, también pueden pasar varios días sin que el niño pueda manifestar algún síntoma fuera de lo normal. Debemos destacar que los cuerpos extraños en el aparato respiratorio comprenden un peligro potencial alto para la salud del niño, pero no es el único sitio donde los pequeños se introducen “cosas”.
No es nada raro que frijoles, botones e incluso soldaditos, vayan a parar a los oídos, uretras y otros orificios corporales, que el caso de las niñas puede incluir la vagina.
Recomendaciones para evitar accidentes en los primeros años
Lo primero que debemos hacer para evitar los accidentes es concienciar que estos no son inevitables y que pueden ser prevenidos. Si estamos bien informados sobre cuales accidentes ocurren con mayor frecuencia y tomamos medidas activas para evitarlos, estaremos contribuyendo a que estos lamentables hechos no se produzcan.
Para aprender nunca es tarde… adquirir los conocimientos necesarios para conocer cómo proceder ante los accidentes más comunes en el hogar ayudará a proteger la salud y la vida de tu hijo. Hay que cuidar el entorno del niño y hacer que sea lo más seguro posible, en función de su edad.
A continuación algunas recomendaciones de lo que puedes hacer para prevenir las causas más comunes de lesiones no intencionales:
Durante su primer año
- Evitar el síndrome de muerte súbita del lactante es de gran importancia en los primeros 5 meses de vida. Se ha demostrado que dormir boca arriba en un colchón firme y con la cara descubierta disminuye el riesgo de esta patología. Hasta los dos años es conveniente que duerma sin almohadas para evitar la asfixia.
- Mantenga una vigilancia permanente sobre su hijo, especialmente en sus primeros meses una de las etapas más vulnerables de su vida. No lo deje con hermanos mayores que no tengan la edad o la responsabilidad para enfrentar su cuidado.
- Cuando el pequeño comience a gatear coloque barandas de protección en todas las áreas que puedan constituir un riesgo para su hijo como en la cocina, escaleras o cuartos con peligros para el pequeño.
- Entre los 3 y 5 meses los bebés pretenden tomarlo todo, así que nunca lo cargue sosteniendo nada caliente en sus manos porque podría provocarle quemaduras.
- Si el bebé ya se voltea no lo deje en una superficie donde pueda voltearse y caer.
- Nunca deje objetos pequeños al alcance de los bebés, ya que ellos exploran su medio ambiente llevándose a la boca todo lo que puedan tomar con las manos.
- Siempre utilice los asientos de protección acorde a la edad para transportarlo en coche. El centro del asiento trasero es la posición más segura para su traslado.
- Nunca confíe en una mascota cerca de su bebé aunque pueda considerarla muy dócil ante el llanto de su niño o un manotazo pueden reaccionar agresivamente o asfixiarlo si está muy cerca de él.
- Evite la cercanía de objetos pequeños que pueda llevarse a la boca, así como el uso de pulseras, cadenas, lazos y otros adornos.
Desde su primer año hasta los 5 años
- Desarrollar la independencia del niño en la medida que este sea capaz de mantener un grado aceptable de responsabilidad.
- Hay que usar siempre una sillita de seguridad para el coche, adaptada al peso y tamaño del niño. El resto del ajuar se debe comprar en tiendas de confianza, y debe estar homologado para garantizar su seguridad.
- Eliminar las barreras físicas o aquellas que constituyan un peligro potencial para la salud de sus hijos.
- Limitar el acceso de los niños a sitios donde se manejan sustancias que puedan constituir un sitio inseguro para ellos, así como en escaleras o cuartos inseguros.
- Nunca obligarlo a comer y tener especial cuidado con alimentos duros que puedan atorarlo.
- Revisar la seguridad de los juguetes y adecuarlos a cada edad.
- No colocar sillas o muebles bajo las ventanas. Emplear cierres seguros en ventanas y balcones o terrazas a los que no pueda acceder el pequeño.
- Cuando el niño está aprendiendo a caminar es preferible las alfombras fijas para que no se enrede con ellas.
- Si tiene piscina debe tener la adecuada protección, así como también otros depósitos de agua incluyendo la bañera.
- Todos los medicamentos y sustancias tóxicas deben estar a buen resguardo para evitar que sean alcanzadas por los niños.
- Las actividades deportivas debe practicarlas con la protección establecida para cada deporte.
- Los enchufes y tomas deben tener la adecuada protección.
- Cuando sea necesario use cerrojos de seguridad en las áreas que lo requieran.
Niños mayores de 5 años
- Ya en esa edad los padres son los que deben decidir sobre la madurez de su hijos y hasta donde puede tener garantía de que su hijo es capaz de permanecer solo en determinadas áreas que le brinden confianza y seguridad, como podrían ser el parque o en el patio con amigos o solo.
- Si es un piscina con salvavidas si está entrenado para nadar, si conoce las normas de seguridad vial y solo dejarlo sin vigilancia cuando esté convencido de que es capaz por si solo de tener la madurez suficiente para cuidarse solo.
- A esta edad la práctica de actividades deportivas es parte de su vida, por eso el uso de los medios adecuados para cada deporte será una parte muy importante de la prevención de accidentes.
- El uso de equipos de calentamiento y dispositivos para encender el fuego, es otro peligro a esta edad y más aún cuanto mayor sea el niño donde la tentación puede provocar lamentables errores.
- Igual que en etapas anteriores el acceso a los medicamentos y a sustancias químicas debe ser terminantemente prohibido con medidas extremas de protección. Nunca envase productos tóxicos en envases de productos comestibles porque puede dar origen a confusiones.
- Los niños que permanecen solos en casa tienen más riesgo de accidentes, así que si su hijo no es mayor de 12 años no es conveniente que permanezca solo.
- Si los padres consideran que el niño tiene una conducta o personalidad que busca el riesgo, deben prestarle más atención y supervisión.
- La familia y los cuidadores del niño deben conocer los teléfonos de urgencia donde deben de comunicarse en caso de accidente.
Adolescencia
- Todas las recomendaciones del acápite anterior son válidas para esta etapa y se adicionan las propias de esta edad aventurera y de descubrimientos.
- Un tema muy sensible es el acceso a armas blancas y armas de fuego, esto es una tentación y al mismo tiempo un gran peligro así que se deben de extremar las medidas para no tener que lamentar accidentes letales.
- Cuando el joven comienza a manejar todas las medidas son pocas para cerciorarse de que es responsable en su proceder y si puede confiar en su habilidad ante el volante y la vida.
Y para el final…
Si deseas conocer aún más sobre esta interesante temática, te invito a que leas la Guía para padres sobre la prevención de lesiones no intencionales, confeccionada por la Asociación Española de Pediatría, con el patrocinio de la Fundación MAPFRE donde podrás tener una información detallada de todo lo que puedes hacer para evitar que tu hijo sea víctima de un accidente.
La pérdida o la discapacidad de un niño por un accidente crea un vacío irreparable, préstale atención a todos los detalles para prevenir los accidentes. No dejes que tu descuido te convierta en agresor “no intencionado”. Es un sueño, una esperanza y una sonrisa que se cierra en plena flor de la vida.