La apendicitis en la etapa infantil, no pierdas tiempo

Ante un dolor abdominal de un pequeño, uno de los temores más frecuentes es que se trate de una apendicitis. Esta afección se presenta de repente y sin aviso, y en poco tiempo puede convertirse en mortal.

Ante un dolor abdominal agudo de instauración súbita se debe sospechar la presencia de una apendicitis. De no ser atendida podría ser grave

El apéndice es como una espada de Damocles: puede que la tenga y no tenga síntomas de una inflamación jamás; pero podría ser que cuando menos lo espere se presente un proceso agudo y tenga que acudir de inmediato a una urgencia quirúrgica. Pero si hay que extirparla no te preocupes, las funciones de este órgano son cuestionadas, parece estar en nuestro cuerpo solo para incomodarnos.

Si esta estructura se inflama y da lugar a dolores abdominales, no se puede perder tiempo porque es  particularmente peligrosa durante la niñez y la adolescencia.

¿Qué es la apendicitis?

Conectado al intestino grueso, en el lado inferior derecho, los seres humanos tienen un órgano en forma de dedo llamado apéndice. Si esta área se infesta, da lugar a un proceso inflamatorio conocido como apendicitis.

Si esta inflamación crece, el apéndice puede romperse y verter su contenido (y el del intestino grueso) a la cavidad abdominal y el peritoneo que es la capa de recubrimiento de los órganos de la cavidad abdominal se afecta. De acuerdo a su extensión puede provocar una infección en el mismo llamada peritonitis o llegar a convertirse en una infección generalizada con shock séptico, que conduce a su vez al coma y la muerte.

La apéndices es una estructura localizada en el lado inferior derecho del intestino grueso y sus funciones no son bien conocidas. Cuando se inflama da origen a la apendicitis

Edades y frecuencia de aparición

El grupo de más riesgo se ubica entre los 4 y los 15 años, aunque esto no excluye que se pueda padecer en otras edades y es causa frecuente de las operaciones quirúrgicas de pediatría. Otros especialistas asumen que su frecuencia es mayor entre la segunda década de vida, o sea entre los 10 y 20 años. Generalmente, la apendicitis es más frecuente después de los seis años de vida, aunque se han reportado casos de niños menores a esa edad que la han padecido.

Se considera que el 50% de los niños que la presentan tienen una historia familiar de apendicitis y es la causa más frecuente de cirugía abdominal de emergencia en la infancia. Las estadísticas reportan que el 30% de las rupturas de apéndices se producen en niños menores de 5 años.

Causas de la apendicitis

Estando conectado al intestino grueso, en la mayoría de las ocasiones las causas de la apendicitis son una infección abdominal que ha llegado hasta el apéndice o por una obstrucción que la bloquea. En ocasiones las propias heces atrapadas y acumuladas en el apéndice, denominadas fecalitos, o la ulceración de sus mucosas.

Lo anterior sucedes ocurre cuando disminuye la luz del apéndice, ya sea por la aparición de una hiperplasia linfoidea o por un apendicolito que es la acumulación de restos orgánicos como materias fecales, bacterias, restos celulares y mucosidades. También puede ser ocasionado por objetos extraños o traumas físicos.

El aumento de presión dentro del apéndice deviene en isquemia, luego gangrena, necrosis y perforación.

¿Cómo reconocer los síntomas y signos de la apendicitis en los niños y adolescentes?

Los síntomas de la apendicitis en los niños y adolescentes no son tan típicos y llamativos como en los adultos. Varían de acuerdo a la posición del apéndice y también en relación con la edad de aparición de la inflamación.

En los niños menores de dos años los signos más comunes son dolor en el bajo vientre, vómitos e inflamación abdominal. En estas edades las diarreas no son un síntoma común. Algunos estudios muestran que entre los 2 y 5 años, la mayoría presenta dolor estomacal y vómitos asociados con la apendicitis y frecuentemente se acompaña de fiebre y pérdida del apetito.

Los exámenes clínicos, de imágenes y sanguíneos unidos a las características y forma de presentación del dolor hacen sospechar la presencia de una apendicitis

Cuando los niños son mayores su primer síntoma puede ser dolor abdominal cerca del ombligo y posteriormente se mueve hacia la parte inferior derecha del abdomen. En la mayoría de las ocasiones el dolor no mejora al estar acostado y se acrecienta con los movimientos bruscos, con la inclinación y los saltos.

El dolor de abdomen asociado a la apendicitis comienza en el ombligo para extenderse después hacia la zona derecha e inferior del vientre. Estos dolores son el principal método diagnóstico primario ante una sospecha de apendicitis, pues es muy intenso a la palpación.

Los síntomas se relacionan con la posición del apéndice

De acuerdo a la posición puede afectar las funciones excretoras, provocando micciones frecuentes y con ardor, e incluso afectar los músculos de las extremidades inferiores causando cojera y marcha inclinado hacia adelante. Cualquier acción que involucre la musculatura de esa zona como toser, estornudar, flexionar las caderas, la respiración profunda, pueden exacerbar la sensación de dolor y proporciona aún más indicios del posible diagnóstico de apendicitis.

Tras varias horas con dolor el niño puede sentir náuseas y ganas de vomitar. Esto es otro elemento para el diagnóstico, pues en las enfermedades virales el dolor de abdomen aparece después del vómito.

En edades mayores puede acompañarse de pérdida del apetito, vómitos, diarreas, inflamación del abdomen y fiebre no muy alta.

¿ Cuándo sospechar una ruptura del apéndice?

Debido a que es más difícil diagnosticar la apendicitis en niños que en adultos, se estima que el 30% de ellos puede sufrir de una perforación del apéndice antes de ser tratadas. Se puede sospechar la perforación y la peritonitis, cuando la fiebre es alta de hasta 39 grados Celsius y más.

Cuando ocurre ruptura del apéndice, el dolor desaparece de forma bastante súbita. Este es el momento más peligroso, pues significa que regresará horas más tarde, más agudo que antes, pues la infección se habrá extendido a toda el área abdominal. Luego viene fiebre cada vez más alta, que demanda hospitalización, cirugía y tratamiento con antibióticos vía intravenosa para evitar la muerte del afectado.

¿Qué hacer ante los síntomas de una apendicitis?

Si el dolor persiste por más de dos horas y aparecen los otros síntomas, no dude en someter a su hijo a una evaluación pediátrica de inmediato: no todos los dolores abdominales son apendicitis, pero todas las apendicitis traen dolor abdominal de una forma u otra. Solo su médico está capacitado para hacer el diagnóstico, por examen físico y una o más pruebas de laboratorio que pueden incluir conteo de glóbulos blancos, análisis de orina, ultrasonido o tomografía computarizada.

Ni la exploración clínica, ni los exámenes de imágenes y complementarios  garantiza un 100% de exactitud en el diagnóstico de apendicitis. El médico deberá integrar la historia, con el examen clínico y el resultado de los análisis y aun así puede que el diagnóstico final de esta afección solo lo brinde el procedimiento quirúrgico.

¿Cuál es el tratamiento de la apendicitis?

Ante síntomas sospechosos de apendicitis acuda a un servicio de urgencia, no auto medique a su hijo sin una indicación médica al respecto.

El tratamiento de la apendicitis es quirúrgico y no se debe perder tiempo porque se podría perforar el apéndice

Una apendicetomía (extirpación quirúrgica del apéndice) es el tratamiento de elección,  esto garantiza una recuperación más rápida y sin complicaciones. Por lo general este procedimiento se realiza empleando anestesia general, que permite que su hijo se mantenga dormido, no permitiendo el dolor ni la intranquilidad.

Se emplea  la laparoscopia (Técnicas de mínimo acceso o  Cirugía Mínimamente Invasiva), el corte es mínimo y los instrumentos son pequeños y uno tiene una cámara insertada en su extremo. En ocasiones se requiere una incisión mayor para proceder a la extirpación. Se remueve el apéndice y se lava el abdomen para extraer el líquido infestado. Generalmente el procedimiento completo toma menos de una hora en su realización.

Durante muchos años se ha debatido el beneficio de aplicar un tratamiento con antibióticos durante 6 a 8 semanas antes de la operación. Las investigaciones de los últimos años reportan que lo más conveniente es remover el apéndice dentro de las 24 horas posteriores al diagnóstico.

Existen estudios en los que, mediante el uso de antibióticos se ha podido revertir el proceso sin necesidad de cirugía, aunque con una recurrencia de la enfermedad de un 14%. Hasta el día de hoy, la solución más segura y efectiva sigue siendo la cirugía.

¿Qué esperar después de la operación?

Habitualmente la estadía en el hospital después de la apendicetomía es de 12 a 24 horas. Cuando se ha producido la ruptura del apéndice este tiempo aumenta a 5 o 7 días. Durante este periodo su hijo recibirá tratamiento endovenoso contra el dolor y de antibióticos. La alimentación por vía oral comenzará lentamente, inicialmente con líquidos de poca consistencia hasta llegar a una dieta regular.

El alta hospitalaria la recibirá cuando pueda ser capaz de consumir una dieta regular, no tenga fiebre y que la herida no esté drenando. A lo anterior se une una regularización de la función intestinal.

La mayoría de los niños necesitan unos pocos días de descanso antes de regresar a la escuela y entre dos y 4 semanas para reincorporarse a las actividades deportivas y al gimnasio. Por supuesto que todo lo anterior dependerá de la evolución propia de cada niño y las características de cada paciente.

Es conveniente que entre 1 y dos semanas después del egreso hospitalario su niño sea evaluado para asegurar que la evolución es óptima.

Posibles complicaciones de la apendicitis

Cuando no se acude al médico la apendicitis tiene un alto índice de mortalidad, pues es la antesala de la peritonitis y el shock séptico, que ocurre sobre todo cuando el apéndice que está inflamado se desgarra. La peritonitis es la infección e inflamación de la membrana peritoneal que recubre la cavidad abdominal, y  suma a los síntomas la taquicardia y sensación de sed. Esta condición puede provocar deshidratación y causar fallo multiórganos, lo que puede conllevar a la muerte del paciente.

Después de la extirpación del apéndice generalmente no se producen complicaciones. Una pequeña inflamación alrededor de la herida es normal. Con muy poca frecuencia se puede presentar fiebre, vómitos, enrojecimiento, supuración por la incisión, sangramiento y dolor en aumento. Ante cualquiera de estos síntomas debe acudir al servicio especializado.

Curiosidades sobre el apéndice y la apendicitis

Antes de la anestesia y los avances de la cirugía, a la apendicitis se le llamaba cólico miserere, literalmente “cólico ten piedad”, por los horribles dolores con los que morían quienes lo contraían.

En las descripciones de anatomía de Leonardo Da Vinci realizadas en 1492, se describe el apéndice, pero no  fueron publicadas hasta el siglo XVIII. La descripción se le atribuye a Jacopo Berengario da Carpi en el año 1524.

El apéndice más largo que se conoce se le extirpó a un hombre en el Instituto de Ciencias Médicas de Pakistán el 11 de junio de 2003. Medía 23,5 cm.

El apéndice se considera un órgano vestigial del ciego, donde habitaban bacterias que permitían digerir la celulosa como los herbívoros. Una de cada 100 000 personas nace sin apéndice.

Henri Moissan, premio Nobel de Química en 1906, no pudo disfrutar mucho de su fama, murió al año siguiente de apendicitis, a los 55 años. Lord Dunsany, Azarías de Jesús Pallais, William Henry Perkin y Robert Williams sufrieron de un destino similar.

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