Cómo evitar la adicción al móvil en adolescentes: Un duro trabajo

Si te preguntamos si tu hijo adolescente tiene adicción al móvil, seguramente contestes que no, pero que crees que lo usa demasiado y que, bueno, es un chaval y a todos nos gustan las nuevas tecnologías. Esta respuesta solo está enmascarando una realidad. Entendemos que no te guste reconocer que tu hijo tiene adicción a algo, especialmente porque es una palabra muy ligada a ciertos comportamientos que nadie quiere tener en casa. Pero lamentamos decirte que hoy en día hay más personas con adicción al móvil de las que puedes imaginar. Y probablemente tu hijo sea uno de ellos. Incluso tú mismo.

Estamos tomando como “normales” ciertos comportamientos que, permítenos que discrepemos, no lo son. No es normal que durmamos con el móvil en la mesita de noche, al igual que tampoco es normal que estemos comiendo con una persona y dejemos de prestarle atención solo por mirar la pantalla del móvil. Si tu hijo tiene este tipo de comportamientos deberías preocuparte y tratar de corregirlo. Pero, cuidado, igual que a ti te cuesta reconocerlo desde un primer momento, él probablemente nunca lo quiera asumir. Y saber que estás enganchado a algo es el primer paso para salir de esta adicción al móvil o a cualquier otra cosa, por lo que, en el caso de los adolescentes, el trabajo es doble.

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Cómo saber si mi hijo tiene una adicción al móvil

No queremos que tomes la tecnología como algo negativo. Ni mucho menos. Hoy en día es imprescindible estar al día de estas nuevas tecnologías y saber desenvolverse bien con ellas para que ayude en el ámbito académico, profesional y, ojo, también personal. Pero es muy importante saber diferenciar cuándo una herramienta nos está siendo de ayuda y cuándo nos está perjudicando. Y este es el primer paso, saber que un móvil o un smartphone no es más que una herramienta. Sin más. No puede convertirse en el centro de nuestra vida.

Hay ciertos comportamientos que te pueden ayudar a detectar si tu hijo tiene una adicción al móvil. Vamos a tratar de resumírtelos a continuación:

  • Duerme con el móvil dentro de la habitación
  • Lo primero que hace al levantarse es mirar el móvil
  • Si le pides que esté un día sin mirar el móvil, piensa que estás loco
  • Tiene cierta actitud pasivo agresiva si se queda sin conexión
  • No sabe aburrirse: siempre mira el móvil en lugar de buscar otra actividad
  • La mayoría de sus relaciones sociales son a través del móvil
  • Revisa el móvil incluso si no le ha entrado ninguna notificación, solo por asegurarse
  • Quiere el último modelo, incluso si su móvil está nuevo y le hace todas las funciones que él necesita
  • Tiene más de una hora de pantalla al día en aplicaciones tipo redes sociales o simplemente en desbloqueos
  • Tiene el móvil encima de la mesa incluso si está comiendo o estudiando

Estas son solo algunas de las señales de alerta que te deberían indicar que tu hijo tiene o empieza a tener un problema de adicción al móvil.

Es posible que no estés seguro de algunas, por lo que puedes poner en práctica estos métodos:

  • Pídele que te muestre la cantidad de horas de pantalla que hace al día (en todos los móviles se puede mirar en el menú ajustes)
  • Dile que es malo dormir con el móvil en la habitación y pídele que lo deje fuera. Evalúa su reacción.
  • Dile que vais a establecer ciertos horarios y que durante actividades como dormir, comer, estudiar o el baño, no está permitido tener el móvil cerca. De nuevo, evalúa su reacción.
  • Dile que quieres salir a pasar el domingo fuera y hacer una actividad en familia. Pídele que deje el móvil en casa y evalúa su respuesta.

¿Qué hacer si tu hijo tiene este problema?

Lo primero de todo, ni te preocupes en exceso ni le restes importancia. Tan importante es no pensar que no es nada malo simplemente “porque todos lo hacen” como evitar caer en castigos exagerados que el adolescente tal vez ni siquiera comprenda.

Lo primero que tienes que hacer es evaluar la situación. Si lo haces en común con otra persona, como su otro progenitor o incluso un especialista en psicología y adicciones, mejor, esto te ayudará a ver la realidad de una forma más clara y menos sesgada. Una vez llegues a una conclusión, trata de dialogar con tu hijo, de una forma sosegada y explícale el problema. Puedes invitarle a escuchar ciertos audiolibros, como el de Desconecta de Marc Masip, o incluso invitarle a hacer un ejercicio para que él mismo se vaya dando cuenta de la gravedad. Pídele que mire la cantidad de horas de pantalla que hizo ayer. Ponemos la mano en el fuego a que hizo más de cuatro horas. ¿Sabes cuánto es cuatro horas al día? 2 meses completos al año. Dos meses completos que ha pasado simplemente mirando la pantalla del móvil. Es una barbaridad y si dejas que él procese la información seguro que es capaz de llegar a la misma conclusión que tú.

Si no consigues que cambie de opinión por sí mismo (cosa que ya te aseguramos que no va a suceder tan fácil), es interesante que te vuelques en plantearle retos y actividades que le ayuden a ir despegándose poco a poco de su móvil.

¿Es necesaria la ayuda psicológica en los casos de adicción al móvil?

Sentimos ser tan tajantes con esta forma de denominar el problema, sabemos que probablemente no te guste unir adicción a tu hijo y que, como ya te hemos dicho antes, incluso trates de negarlo tú también. Pero, entiéndenos, llamarlo adicción te hará ver que es algo que debes eliminar.

Por eso, llegados a este punto y si por ti mismo no consigues que este problema desaparezca, llega el momento de actuar. Y a la hora de conseguir superar una adicción es inestimable la ayuda de un profesional. ¿Cómo te puede ayudar? Un psicólogo podrá trabajar contigo o con tu hijo para que supere esta adicción, con las técnicas adecuadas para ello.

Y antes de irte… ¿qué ocurre contigo?

Antes de terminar este artículo sobre la adicción al móvil de los adolescentes, queremos dejarte un último pensamiento. ¿Te has parado a pensar si tú mismo también sufres este problema? En el caso de los adultos es incluso más difícil detectar estos patrones de comportamiento, primero porque nadie nos supervisa como tal y segundo porque aprendemos a justificarlo todo mejor. Sin embargo, lamentamos decirte que la adicción al móvil no entiende de edades y que también es muy posible que tú lo sufras. Tener siempre el móvil cerca, utilizarlo demasiados minutos al día, desbloquearlo simplemente para comprobar si nos ha llegado algo nuevo… Todo esto también te puede estar pasando a ti. Y ya no hablamos solo de que, como adulto deberías dar ejemplo para que tu hijo no repita tu comportamiento, si no que, si tú también tienes este problema, deberías poner la solución inmediatamente para que tampoco afecte a tu vida. Si no lo quieres para tu hijo, créenos que tampoco deberías quererlo para ti mismo. Sé responsable, haz un autoexamen de hábitos y rutinas y llama a las cosas por su nombre.

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