En un post anterior de Canal Chupete, nos referimos a los diferentes tipos de anemia que se pueden producir durante el embarazo, pero sin lugar a duda la anemia por déficit de hierro es la más frecuente y la que ha requerido la atención de los organismos de salud mundiales y regionales por constituir un serio problema de salud pública.
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Según los datos de la Organización Mundial de la Salud en el mundo hay más de 4 000 millones de personas con déficit de hierro y se calcula que un 15% de la población mundial padece de anemia por déficit de hierro o anemia ferropénica. A las embarazadas les corresponde el 40% de los casos, a las mujeres en edad fértil el 20%. Por su parte los adolescentes aportan el 15% de los afectados, los lactantes y niños el 10% y los ancianos ocupan el 5%.
Se estima que la anemia ferropénica durante el embarazo implica un riesgo mayor que se puede evidenciar en recién nacidos con bajo peso en un 12%, un 19% de los nacimientos de prematuros y un 18 % de la mortalidad alrededor del parto.
Contenido
- 1 Hierro y anemia por déficit de hierro
- 2 Requerimientos de hierro de la gestante
- 3 Más importante que tratar es prevenir la anemia por déficit de hierro
- 4 Alimentos ricos en hierro, la mejor opción…
- 5 Suplementación de hierro en embarazadas
- 6 Tratamiento de la anemia por déficit de hierro en las embarazadas
Hierro y anemia por déficit de hierro
El hierro es un mineral que desempeña funciones esenciales en el desarrollo y crecimiento porque tiene un papel muy destacado en la producción y en el funcionamiento de varias proteínas asociadas a la producción de energía. También interviene en la respiración de las células, en el transporte del oxígeno y en la formación del DNA componente esencial del material genético.
Cuando se produce un déficit de hierro se ocasionan alteraciones de las funciones vitales y conducen a la persona afectada a manifestar algunos síntomas. Pero cuando se mantiene esta carencia se presenta la anemia ferropénica.
Requerimientos de hierro de la gestante
En el embarazo se produce un incremento acelerado en la demanda de hierro debido a que el volumen de sangre aumenta. Se estima que los requerimientos de hierro en las mujeres gestantes se duplican con relación a las no embarazadas.
El hierro es fundamental para la producción de glóbulos rojos fetales, se considera que se requieren alrededor de 500 mg de hierro y para el crecimiento fetoplacentario la demanda es entre 300 a 350 mg hierro.
Los requerimientos durante el primer trimestre del embarazo están entre 1-2 miligramos (mg) /día. En el segundo trimestre se elevan a 4-5 mg/ día y en el tercer trimestre se incrementan llegando a 6 miligramos por día.
Todo lo anterior justifica la gran importancia de satisfacer estas demandas y así evitar la aparición de la anemia por déficit de hierro. Es conveniente comenzar a suplir estas crecientes necesidades desde el propio inicio del embarazo. De esta forma habrá suficiente hierro acumulado para cuando comience la alta demanda de este mineral.
Más importante que tratar es prevenir la anemia por déficit de hierro
Basado en todos elementos anteriores tanto para la salud de la madre, como para la del niño, es muy importante identificar, prevenir y tratar la anemia en el embarazo.
Una buena nutrición en el embarazo no solo ayuda a prevenir la anemia por déficit de hierro, sino también permite crear reservas nutricionales en el cuerpo de la madre. Una dieta saludable y equilibrada antes y durante el embarazo ayuda a mantener los niveles de hierro y de otros nutrientes importantes necesarios tanto para la madre como para el bebé en desarrollo.
Alimentos ricos en hierro, la mejor opción…
La alimentación de una embarazada debe incluir los alimentos ricos en hierro y otros que promueven su absorción. A continuación, los alimentos que más te ayudarán a prevenir la anemia por déficit de hierro.
Carnes rojas: de res, de cerdo, de cordero, carne de hígado y otros órganos.
Carne de ave: de pato, de pavo, de pollo, preferiblemente las partes más oscuras.
Carne de pescado: es recomendable el consumo de entre 8 y 12 onzas a la semana. Entre ellas se incluyen mariscos, almejas, mejillones, sardinas y las anchoas. Se recomiendan en especial salmón, abadejo, bacalao, tilapia y siluro.
Vegetales de hojas verdes: brócoli, col rizada y col silvestre.
Legumbres: frijoles, chícharos, frutos secos, porotos negros y alubias.
Pan de avena con levadura.
Enriquecidos con hierro: pastas, arroz, cereales y panes enriquecidos.
Los suplementos con hierro se favorecen, pero nunca sustituyen los alimentos ricos en hierro. Los jugos cítricos como el de naranja favorecen su absorción, mientras los antiácidos la dificultan.
Mediante una dieta rica en hierro es posible suplir la demanda de hierro, sin llegar a que aparezcan síntomas de anemia. No obstante, es conveniente la suplementación y de aparecer será necesario que la embarazada reciba tratamiento para evitar complicaciones.
Suplementación de hierro en embarazadas
Normalmente las vitaminas prenatales contienen hierro, tomando estas vitaminas se puede prevenir la aparición de la anemia por déficit de hierro. Estas vitaminas por lo general contienen entre 27 y 35 miligramos, suficiente para satisfacer los requerimientos.
Estos suplementos deben consultarse sobre sus posibles efectos adversos, entre los que están la intolerancia gástrica, las náuseas, estreñimiento y heces de color oscuro. Para favorecer su absorción, se recomienda tomarlos entre comidas o en ayunas, y nunca con té, café o leche.
En el caso particular de cada gestante, el obstetra en combinación con un nutricionista debe dar consejos sobre el tipo de alimentación requerida para prevenir la anemia gestacional.
Tratamiento de la anemia por déficit de hierro en las embarazadas
Cuando no se llegan a suplir las necesidades de hierro y se produce una anemia ferropénica, su médico analizará las alternativas adecuadas para cada caso. Para ello tendrá en cuenta la etapa de su embarazo, la gravedad de su anemia, su tolerancia a los medicamentos por vía oral y otros aspectos.
El tratamiento para la anemia por déficit de hierro, en primera línea es la suplementación con sales de hierro, con dosis muy por encima de las contenidas en las vitaminas prenatales. Ante un déficit de hierro al inicio de la gestación, se recomienda tomar durante todo el embarazo 150 miligramos de sulfato ferroso, o 300 miligramos de gluconato ferroso. Estas dosis deben ser ajustadas según el criterio del obstetra para cada caso. Numerosas gestantes tienen reacciones gastrointestinales adversas o intolerancia al hierro. En otras ocasiones podría ser necesaria la administración de hierro por vía endovenosa.
Después de la selección de mejor opción para tratar la anemia por déficit de hierro es necesario chequear las cifras de hemoglobina para evaluar su comportamiento. El objetivo del tratamiento es recuperar los niveles normales de la hemoglobina y reponer las reservas de hierro.
La anemia por déficit de hierro puedes evitarla siguiendo las recomendaciones anteriormente mencionadas, tu puedes hacer mucho por la salud tuya y de tu bebé.
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