Una vez que tu hijo nace estarás al tanto de cada detalle de su vida y uno de los que te indicará como está progresando el bebé es su crecimiento. En la página de peso y estatura abordamos todo lo relacionado con los indicadores que permiten la evaluación de este importante indicador del desarrollo de tu bebé. En esta sección entraremos en detalles de las alteraciones en el crecimiento y sus implicaciones en el desarrollo te tu hijo.
Contenido
- 1 ¿Cómo se produce el crecimiento durante el primer año de vida?
- 2 ¿Cuáles son los factores que influyen en el crecimiento de tu bebé?
- 3 ¿Cómo se evalúa el crecimiento de tu bebé?
- 4 Interpretación de los resultados comparativos de las tablas de crecimiento
- 5 ¿Cuándo sospechar que tu bebé tiene retraso en el crecimiento?
- 6 ¿Cuáles son las causas más frecuentes que pueden determinar un retardo en el crecimiento del bebé?
- 7 ¿Cómo se produce el crecimiento de los huesos y músculos en el primer año?
- 8 ¿Qué pueden hacer los padres para favorecer un correcto crecimiento en su hijo?
- 9 ¿Qué hacer si sospecha que su bebé tiene problemas en el crecimiento?
¿Cómo se produce el crecimiento durante el primer año de vida?
El primer año de vida es uno de los periodos donde los cambios son impresionantes en el crecimiento de tu hijo. Durante esta etapa tu hijo crecerá alrededor de 25 centímetros (10 pulgadas) y cuando celebre su primer añito llegará a triplicar su peso al nacimiento.
Después del primer año los ritmos de crecimiento no son tan notables hasta llegar a la adolescencia donde hay otra etapa de aceleración en el incremento de la altura.
Brotes de crecimiento o estirones durante el primer año
Según la Asociación Española de Pediatría existen brotes de crecimiento o estirones durante el primer año de vida. Esta es una fase de crecimiento rápido en la cual se produce un incremento de peso, de la talla y de la circunferencia cefálica. También podría asociarse al dominio de una nueva habilidad.
Se estima que los estirones se producen en los primeros días después del nacimiento del bebé y posteriormente entre los 7 y 10 días, 2 a 3 y 4 a 6 semanas. Otros estirones se manifiestan a los 3, 4, 6 y 9 meses. Otros especialistas consideran que las crisis de crecimiento se producen entre las 1-3 semanas, a las 6 semanas y a los tres meses.
Durante estos periodos el bebé normalmente manifiesta mayor apetito y alteraciones en el sueño. Antes o durante un estirón, el bebé puede dormir más de lo habitual, o por el contrario estar más inquieto. Estas manifestaciones en las primeras ocasiones pueden durar uno o dos días, en la medida que los bebés son más grandes se pueden prolongar hasta por una semana.
Durante estas etapas debes ofrecerle el pecho cada vez que lo desee. En la medida que succione más tu producción de leche aumentará.
¿Cuáles son los factores que influyen en el crecimiento de tu bebé?
El crecimiento de un bebé estará relacionado con la dotación genética de sus progenitores, con los hábitos alimentarios y el aporte de alimentos nutritivos, por el componente social y psicológico y también con la estimulación temprana [4]que le proporcionen sus cuidadores.
Genética
La influencia genética en el proceso del crecimiento es de gran importancia, porque la estatura de los padres está relacionada con la posible altura que tendrán sus hijos. Pero siempre teniendo en cuenta que hay una gran interacción entre el genotipo, la nutrición y el ambiente.
Se estima que la genética condiciona el 80% o más de la altura de una persona. Hoy en día están identificadas 697 variantes genéticas relacionadas con la altura, sin embargo esto solo representa el 20% de los miles de genes que se encuentran en la información genética de una persona.
Es todavía el crecimiento un tema no bien conocido y se sabe que hay genes implicados en una talla baja, también que se pueden producir alteraciones genéticas que conduzcan a problemas en el crecimiento. A su vez los genes que determinan el crecimiento de los huesos, está influenciado por numerosos factores que actúan estimulando o inhibiendo el desarrollo de los mismos.
Por lo general los bebés tienden a parecerse a la estatura de sus padres en su vida adulta. Entre un 1-3% los problemas de baja talla pueden estar ocasionados por retraso en el crecimiento por alteraciones genéticas subyacentes.
La genética unida a una buena alimentación y a una atención adecuada desempeña un importante papel en el crecimiento y desarrollo de tu hijo.
Hábitos alimentarios y la nutrición
Los nutrientes consumidos, deben ser digeridos, absorbidos y utilizados para satisfacer las demandas, pero esto bajo ciertas condiciones no se produce eficientemente. En ocasiones se debe a un insuficiente aporte de los alimentos que le brindan los nutrientes requeridos en el primer año de vida. Este factor es responsable de gran parte de los problemas relacionados con el crecimiento.
La creación de hábitos alimentarios adecuados se inicia en el periodo de dependencia total del recién nacido y no culminarán hasta la adolescencia donde ya se hacen independientes. La etapa posterior a los 6 meses durante la introducción de alimentos complementarios, debe caracterizarse por una oferta variada, sana y saludable.
Unido a todo lo anterior el respeto a las demandas energéticas del bebé en cada etapa, la regularidad en los horarios, la disciplina, la higiene en la preparación de los alimentos y el lavado de las manos antes del consumo de los alimentos. Todo lo anterior puede ayudar a crear y cultivar hábitos de alimentación adecuados desde las primeras etapas de la vida.
Patrones de sueño y la función endocrina
El sistema endocrino interviene en prácticamente todos los procesos fisiológicos del ser humano y uno de ellos es el crecimiento. En la glándula hipofisaria se produce la Hormona del Crecimiento (GH por sus siglas en inglés). Esta hormona actúa sobre receptores para ejercer sus acciones y a su vez su secreción está influenciada por factores liberadores o estimulantes de su producción. En este complejo mecanismo participa el eje hipotalámico-hipofisario.
Durante el crecimiento intrauterino del feto, los receptores de la GH no están maduros y eso hace que su papel en estos meses sea muy limitado. La insulina y los factores de crecimiento insulinicos son los que intervienen durante ese periodo de tiempo. Posterior al parto se produce un cambio en los mediadores hormonales de crecimiento y entre los 6 y 12 meses el crecimiento está controlado por la GH.
El sueño contribuye a la liberación de la GH y dormir las horas necesarias desde las primeras etapas de la vida se considera básico para el adecuado crecimiento.
Enfermedades crónicas
Decenas de enfermedades pueden conducir a problemas en el crecimiento, entre las que se encuentran la parálisis cerebral infantil, anorexia de las enfermedades crónicas o de las infecciones de repetición y encefalopatías. En otras ocasiones se puede producir una hipertrofia adenoidea. Estas enfermedades generan una incapacidad para alimentarse adecuadamente.
Otro grupo de enfermedades producen una digestión o absorción de nutrientes inadecuada como la fibrosis quística, celiaquía, intolerancia a la proteína de leche de vaca, síndrome de intestino corto y otras. También las enfermedades inflamatorias del intestino, enfermedad pulmonar crónica, cardiopatías, nefropatías y cáncer. En estos últimos casos se produce un aumento del gasto energético.
Estimulación temprana
Tanto la Asociación Española de Pediatría como otros especialistas reconocen que se puede producir retraso en el crecimiento como una consecuencia de las alteraciones en el establecimiento del vínculo madre hijo.
Cuando los padres no le brindan la suficiente atención al pequeño, como podría ser en el caso de padres muy jóvenes e inmaduros no preparados para enfrentar la maternidad o paternidad. También en caso de depresión postparto, drogadicción o alcoholismo, enfermedades mentales, estrés familiar entre otras situaciones.
¿Cómo se evalúa el crecimiento de tu bebé?
Entre los indicadores que el pediatra o tu médico evaluarán en el seguimiento de tu bebé durante su primer año de vida se encuentra el peso, la talla y la circunferencia cefálica. Estos tres indicadores son medibles y se comparan con las tablas correspondientes a niños de su misma edad y sexo.
Se recomienda que las visitas para medir estos indicadores se efectúen una vez por semana durante el primer mes y después como mínimo a los 2, 4, 6, 9 y 12 meses. Muchos pediatras recomiendan hacerlo mensualmente después del primer mes y podría ser que de acuerdo a la situación particular sea necesario otros tener citas médicas en otros intervalos de tiempo.
Al concluir el primer año, uno de los periodos donde mayores cambios se producen en la vida de tu pequeño. El niño pudiera pasar de 50 a 75 centímetros de altura y triplicar su peso al nacimiento pasando de 3 kilogramos a 10.
Estas herramientas ayudan a que el médico pueda hacer una evaluación de como avanza el crecimiento de tu hijo. Puede ser que se presenten problemas en la talla y el peso sea normal, que se afecten ambos y que a su vez ello repercuta en la circunferencia cefálica. Esto último puede ser un indicio de que haya problemas en el crecimiento del cerebro y por tanto en el desarrollo psicológico de tu niño.
Valor de las tablas de crecimiento
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha elaborado tablas basadas en las mediciones de niños alimentados con leche materna desde el nacimiento hasta los 5 años. Para confeccionar las mismas se emplearon las mediciones de miles de niños de diferentes nacionalidades para que fueran representativos de diferentes razas y condiciones nutricionales.
Las tablas de la OMS están disponibles online y son empleadas en numerosos países para la evaluación del primer año de vida de los bebés. Numerosos países disponen de tablas específicas confeccionadas a partir de los datos del propio país como es el caso de España.
Pero siempre se deben comparar con los estándares de crecimiento de la OMS, que incluyen tablas de velocidad de incremento de peso, según sexo y peso al nacimiento. El peso en un momento determinado no tiene tanto valor como su evolución e incremento a lo largo del tiempo.
Junto con la comparación contra las tablas de crecimiento es importante efectuar una valoración clínica del niño que contemple su aspecto físico, vitalidad, las veces que moja el pañal diariamente, los hábitos de consumo de alimento y otras manifestaciones que permitan evaluar si su comportamiento es el adecuado o no.
Interpretación de los resultados comparativos de las tablas de crecimiento
Aunque se habla de retraso en el crecimiento, siempre es muy conveniente conocer si lo primero que se afecta es el peso o la talla, porque eso puede orientar al médico en el diagnóstico de las causas que están produciendo la alteración.
El peso
El peso es un indicador del estado nutricional de tu bebé, pero por supuesto con ciertas limitaciones, porque en el desarrollo durante el primer año el pequeño atravesar por periodos en los cuales pierda un poco de peso porque ingiera menos alimentos o porque tenga enfermedades ocasionales. Siempre el peso debe ser evaluado de conjunto con otros indicadores del estado nutricional y el desarrollo.
La talla
Es conveniente estudiar la talla evolutivamente y en comparación con las tablas de referencias. La talla es un reflejo del crecimiento de los huesos y es un indicador del bienestar general de niño, por eso muchos lo consideran un indicador de salud.
La medición de la altura del niño de forma seriada permitirá construir su curva de crecimiento y será una información muy valiosa para establecer su velocidad de crecimiento y sobre todo si hay cambios en sus carriles de crecimiento. También los elementos antes expuestos permitirán construir su perfil de desarrollo.
¿Cuándo sospechar que tu bebé tiene retraso en el crecimiento?
Los bebés y los niños por debajo de los tres años pueden mostrar dificultades en la velocidad de su crecimiento. La Asociación Española de Pediatría lo define como fallo del medro, desmedro o retraso en el crecimiento. Lo caracteriza un peso y talla, muy inferior a la normal para su edad y sexo. Cuando hay un problema de crecimiento en el bebé, la velocidad de crecimiento será menor que la normal.
Según se define en los Protocolos diagnóstico-terapéuticos de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica SEGHNP-AEP su diagnóstico se basa en los siguientes criterios:
- Peso por debajo de los percentiles 3 ó 5 para la edad, en más de una ocasión.
- Peso inferior al 80% del peso normal o ideal para su edad.
- Decrecimiento en dos percentiles, a lo largo del tiempo, en una gráfica de crecimiento estandarizada.
- Ganancia de peso menor de lo esperado para la edad.
– 26-31 g/día entre 0 y 3 meses.
– 17-18 g/día entre 3 y 6 meses.
– 12-13 g/día entre 6 y 9 meses.
– 9-13 g/día entre 9 y 12 meses.
¿Cuáles son las causas más frecuentes que pueden determinar un retardo en el crecimiento del bebé?
El retraso estaturo-ponderal no es como tal un trastorno del crecimiento, es la manifestación de los niños cuyo peso o velocidad es significativamente menor que la de otros niños del mismo sexo y edad. Los bebés con este retraso en el crecimiento están en riesgo de que su avance sea lento o se detenga.
Durante el primer año de vida, cuando se presentan estos problemas lo más probable es que estén asociados a algunos de estos tres aspectos:
Ingesta insuficiente de alimentos
Cuando el bebé no recibe la cantidad suficiente de nutrientes de acuerdo a sus requerimientos, a lo que nos hemos referido detalladamente en la página de Alimentación del bebé, puede presentar un retraso en su crecimiento. La AEP considera que esta causa es responsable del 80% del total de casos.
Las causas asociadas con esta situación pueden estar relacionadas con la práctica incorrecta de la lactancia materna, la preparación incorrecta de fórmulas o problemas en la introducción de alimentos alternativos. En numerosos casos por desconocimiento, por errores o por imposibilidad de suministrar los alimentos requeridos los pequeños sufren las consecuencias de una alimentación que no les garantizan sus requerimientos en calorías.
También podría deberse a alteraciones orgánicas que dificulten la ingestión de los alimentos como cuando son prematuros, tienen fisuras en el paladar, presentan alteraciones en la deglución, padecen de esofagitis por reflujo o tienen alteraciones en el sistema nervioso central. El autismo puede también ocasionar problemas en el consumo de los alimentos.
Inadecuada absorción de nutrientes
Hay numerosas enfermedades que dificultan la digestión y absorción de nutrientes: entre ella la enfermedad celíaca, la fibrosis quística, las alergias alimentarias, la diarrea crónica la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad hepática crónica y algunas patologías relacionadas con el metabolismo.
Todas estas afecciones tienen como característica común que el cuerpo no puede asimilar adecuadamente los nutrientes que necesita para su crecimiento. O sea aunque coma bien y los alimentos aporten sus necesidades estos no llegan a ser utilizados eficientemente porque se eliminan. Una de las que más tempranamente se produce es la alergia a las proteínas de la leche y la intolerancia al gluten.
Niños con mayores requerimientos energéticos
En otros casos, el bebé consume el suficiente alimento, lo asimila pero no cubre sus requerimientos porque estos son mayores. Hay un grupo de enfermedades que aumentan los requerimientos energéticos del bebé como son el hipertiroidismo, las enfermedades congénitas del corazón y enfermedades oncológicas.
Síndrome de privación materna
Se ha estudiado que cuando no se establece el vínculo afectivo entre la madre y su hijo desde los primeros momentos de su vida y durante su primer año de vida, se manifiestan alteraciones en el crecimiento y el desarrollo de los niños y se le conoce con el nombre de Síndrome de privación materna.
Otras afecciones
Cuando existen afecciones del sistema endocrino y en particular de la secreción de hormona del crecimiento puede detenerse el crecimiento. También por un funcionamiento inadecuado de la glándula tiroidea. Las alteraciones cromosómicas y en particular el síndrome de Down pueden producir retrasos en el crecimiento.
¿Cómo se produce el crecimiento de los huesos y músculos en el primer año?
Cuando el feto está creciendo en tu útero, las estructuras esqueléticas son de cartílago suave que se va endureciendo hasta formar el material óseo. Cuando el bebé nace la mayor parte de los huesos del recién nacido son flexibles, suaves y difíciles de romper. Esto es lo que impide en los primeros meses sostenerse y erguirse porque sus huesos son muy pequeños y flexibles.
El cráneo del recién nacido está conformado por huesos que permiten su dilatación o compresión. Esta capacidad es la que permite que el feto pueda atravesar el canal del parto. Existen 6 puntos suaves en el cráneo, los cuales en el transcurso del tiempo se van mineralizando y alrededor de los dos años se juntan para formar un solo cráneo con uniones flexibles lo que permite el desarrollo del cerebro.
Los tobillos, los pies, las muñecas y las manos van desarrollando nuevos huesos en la misma medida que el niño crece. Los huesos maduran a diferentes velocidades. El cráneo y las manos son las partes del esqueleto que primero maduran, después los huesos de las piernas.
Por su parte cuando el niño nace con todas las fibras musculares que tendrá durante el resto de su vida. Al nacimiento el tejido muscular tiene un 35% de agua. Las fibras musculares comienzan a absorber proteínas y sales para su propio desarrollo. Los músculos de la cabeza y el cuello son los primeros en madurar. En la medida que los huesos crecen ejercen una tracción sobre los músculos.
¿Qué pueden hacer los padres para favorecer un correcto crecimiento en su hijo?
Una gran responsabilidad en el crecimiento de los hijos la tienen los padres, son numerosas las acciones que pueden ejercer para propiciar el avance y desarrollo de sus hijos. Entre las fundamentales se encuentran:
- Garantizar la lactancia materna por el mayor tiempo posible, como mínimo hasta los 6 meses de edad.
- Asistir a las consultas de pediatría requeridas durante el primer año de vida, acorde con el plan de seguimiento establecido.
- Aplicar una correcta técnica de lactancia materna o de preparación y oferta de formula láctea acorde con los requerimientos del bebé en sus diferentes etapas de desarrollo.
- Si detecta algún síntoma que le haga sospechar que su bebé tiene algún problema de inmediato consulte a su médico.
- Una alimentación no adecuada o las enfermedades ocasionales pueden ser causa de un crecimiento lento, pero en la mayoría de los casos no se trata de un trastorno en el crecimiento.
- Los trastornos del crecimiento pueden aparecer desde el nacimiento o pueden adquirirse posteriormente.
- Algunos trastornos del crecimiento pueden ser tratados con fármacos otros no responden a la administración de medicamentos.
Suficiente descanso
El sueño alimenta el crecimiento. Un descanso acorde con la edad y características de cada niño es imprescindible para propiciar un crecimiento. El recién nacido necesita 16 horas de sueño en total, en las etapas posteriores como promedio se requieren entre 10 y 12 horas diarias incluyendo las siestas. Revisa la página sobre el sueño si requieres información más detallada.
Nutrición apropiada
Sobre este temas hemos profundizado y si tienes alguna duda puedes visitar las páginas de alimentación del bebé o alimentación del niño donde encontrarás una información muy completa sobre como debes de alimentar a tu hijo en las diferentes etapas de su desarrollo.
Ejercicio adecuado
Unido a la buena alimentación la práctica de actividades físicas acorde a cada una de las etapas de desarrollo de los niños es imprescindible para su bienestar físico y emocional. La incorporación a equipos deportivos ayuda a desarrollar valores muy importantes en la formación de tu hijo.
Estimulación temprana
Los vínculos afectivos que se establecen entre madre e hijo, desde los primeros momentos en que el neonato llega al mundo son de un valor inestimable en su crecimiento. La estimulación temprana, la ayuda para ir alcanzando las metas de cada etapa de su desarrollo son fundamentales para promover el avance de tu pequeño. Sentirse querido y amado ayudará a que su andar por la vida sea más placentero y exitoso.
¿Qué hacer si sospecha que su bebé tiene problemas en el crecimiento?
Es lógico que si observas un retraso en el crecimiento de tu hijo te preocupes, pero la gran mayoría de las veces obedece a un trastorno ocasional no relacionado con serios problemas de crecimiento. También pudiera ser consecuencia de la propia altura de los padres. Por lo general los niños que presentan retraso en el crecimiento son sanos y normales.
Ante una duda lo mejor es que sea evaluado por su pediatra o médico de familia, allí revisarán la historia del desarrollo de su hijo y podrían ser necesarios algunos exámenes complementarios. Entre ellos análisis de sangre, exámenes de imágenes de diferentes zonas del cuerpo y la cabeza. Todo esto ayudará a orientar sobre los posibles orígenes del problema de crecimiento. Si se sospecha una afectación real en el crecimiento pudiera ser remitido a un endocrinólogo pediatra.
Atendidos a tiempo la gran mayoría de los retrasos en el crecimiento tienen solución, no te confíes, pero tampoco te desesperes. La mayoría de los niños son sanos y normales.