Entre las edades de 15 a 19 años, las complicaciones de la maternidad adolescente o embarazo precoz son la segunda causa de muerte en los países en vías de desarrollo. No obstante, este es un problema presente en todas las sociedades. Estos embarazos por lo general no son buscados, ni deseados, y presentan un riesgo mayor tanto para la madre como para su hijo que un embarazo después de los 20 años.
A nivel mundial las cifras son alarmantes en este sentido: 16 millones de chicas entre 15 a 19 años dan a luz cada año, y casi 1 millón de menores de 15 años. En España se estima que en el 2018 más de 7 000 adolescentes fueron madres y cerca de 400 no habían cumplido los 16. Los cálculos indican que dos de cada cien mujeres que paren lo hacen en la adolescencia.
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Riesgos de la maternidad adolescente
El embarazo en las adolescentes o embarazo precoz incrementa el riesgo de nacimientos pretérminos y abortos espontáneos. Esto se debe a que el sistema reproductor a estas edades no se ha desarrollado por completo, aunque la chica tenga la capacidad de reproducirse y tenga sus ciclos menstruales normales.
Estos embarazos se producen en la mayoría de las ocasiones asociados a violencia, ya sea física, sexual, económica, simbólica o psicológica. Las complicaciones que tiene para la menor de edad repercuten negativamente en su escolarización y provocan trastornos psicológicos, familiares y sociales.
La Organización Mundial de la Salud establece la edad fértil a partir de los 19 años, cuando se considera que la menor ha llegado al final de la adolescencia y ya se encuentra física y psicológicamente lista para procrear. Antes de los 15 años, la niña tiene el doble del riesgo de morir debido a causas relacionadas con el embarazo, parto y posparto.
Causas de la maternidad adolescente
Aunque por su complejidad este fenómeno no tiene causas cuantificables desde el punto de vista estadístico, las características del ambiente familiar juegan un papel fundamental.
Las causas que conducen a una maternidad adolescente son numerosos, se asocia a un bajo ingreso económico de los padres, así como un bajo nivel de educación de estos y las condiciones de pobreza. Pero otros factores como la educación sexual integral, la información sobre métodos de planificación familiar y la garantía del ejercicio de los derechos de la adolescente parecen tener mayor relevancia.
Entre otros factores, también juega un papel determinante las representaciones culturales en el entorno a la adolescente referidos al género, la maternidad, el sexo, la sexualidad y las relaciones de pareja. En este sentido, si la sociedad es tolerante frente al embarazo precoz, el riesgo para la adolescente es mucho mayor.
Otra de las causas es la presión familiar por casar a sus adolescentes a edades tempranas, tras lo cual se ejerce una presión mayor para que la pareja tenga descendencia pronto. Unido a esto, las adolescentes tienden a utilizar menos los métodos anticonceptivos que las mujeres en edad adulta, dentro y fuera del matrimonio, lo que además favorece la aparición de las enfermedades de transmisión sexual.
Asimismo, en numerosos países el aborto es considerado ilegal, por lo que las adolescentes —en especial aquellas que han sido forzadas a tener relaciones sexuales— no disponen de opciones seguras para interrumpir el embarazo. En otras regiones, el aborto está legalizado y hay dos tendencias: o es utilizado por las adolescentes como método anticonceptivo, lo que es una práctica con funestas consecuencias para la salud o es rechazado por motivos religiosos, políticos o culturales.
Consecuencias de la maternidad adolescente para su salud y futuro
Dentro de las complicaciones asociadas a la maternidad adolescente se destaca el incremento de la mortalidad y morbilidad materna, el aborto espontáneo, las complicaciones en el parto, las hemorragias posparto, la hipertensión relacionada con el embarazo y otras afecciones debilitantes de por vida, como los desgarros vaginales, por poner solo un ejemplo.
Otras complicaciones dentro de la gestación son la anemia y la desproporción cefalopélvica. En esta última, como la pelvis de la madre adolescente aún no ha terminado de crecer, es muy estrecha y se corre el riesgo de que la cabeza del feto no pueda pasar adecuadamente por el canal de parto.
Un embarazo precoz también aumenta el riesgo de deterioro de la salud materna por tener partos más frecuentes, embarazos no planificados y abortos ilegales e inseguros.
Otro de los aspectos negativos de la maternidad adolescente es su repercusión para el futuro de la joven madre. El embarazo en la adolescencia fuerza a la menor a abandonar la escuela, ya sea de forma temporal o permanente. Estas jóvenes madres, con escasa educación, tendrán menos oportunidades y aptitudes para encontrar empleos bien remunerados.
Consecuencias para el hijo del embarazo en la adolescencia
En cuanto a los bebés frutos del embarazo en la adolescencia, estos tienden a nacer prematuros, con bajo peso al nacer o muertos. Cuanto más joven sea la adolescente, mayor será el riesgo para el bebé y más las posibilidades que no rebase el primer año de vida.
También estos niños son más propensos a presentar deformaciones congénitas y problemas en el desarrollo, así como a tener complicaciones durante el parto que dejan secuelas físicas a los niños.
Otros problemas que tampoco puede dejarse de tener en cuenta son los referidos a lo social y psicológico. En una familia donde la madre es aún una adolescente que no está preparada para enfrentar las responsabilidades de una maternidad responsable, los niños viven en un ambiente de inestabilidad e inmadurez mental. Este entorno puede provocar a la larga problemas sociales y psicológicos al menor.
Educación sexual para la prevención de la maternidad adolescente
El Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud recomendaron en el 2011 una serie de medidas que se deben adoptar para la prevención de la maternidad adolescente, y para disminuir su impacto en la sociedad actual.
En específico, sus recomendaciones fueron:
- Disminuir el número de matrimonios de menores de 18 años.
- Educar sobre los peligros del aborto y su mal uso como método anticonceptivo.
- Educar y buscar apoyo institucional para disminuir el embarazo en la adolescencia en edades inferiores a los 20 años.
- Fomentar el uso de métodos anticonceptivos en las adolescentes.
- Reducir las relaciones sexuales por la fuerza hacia las adolescentes.
- Incrementar el número de servicios especializados de atención prenatal, del parto y posnatal y fomentar su visita por parte de las adolescentes embarazadas.
Es necesario ganar conciencia que el embarazo en la adolescencia no es un problema exclusivo de las regiones en vías de desarrollo.
La maternidad adolescente en España se mantiene, aunque en una proporción mucho menor que en otros países. Con independencia de sus casusas ya sea debido a violaciones, a la falta de educación sexual o de la irresponsabilidad de los adolescentes al experimentar relaciones sexuales constituye un problema social y de salud.
El hecho cierto es que frente a esta realidad el apoyo y la orientación familiar resulta clave para enfrentar este dilema ético y moral. Hay que transformar el miedo a enfrentar la maternidad adolescente en apoyo y cariño y aliarse todos los componentes sociales para evitar que el mismo se produzca y trunque en numerosas ocasiones el desarrollo biológico y social de la niña o la adolescente.
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