Que el niño aprenda a caminar es motivo de gran alegría para sus padres. Pero esta no es una tarea sencilla y no se consigue de inmediato: es necesario dedicar muchas horas para conseguir que el pequeño pierda el miedo y se suelte a andar, pero no está exenta de riesgos. La fractura de los primeros pasos puede manifestarse ocasionalmente mientras que el bebé está avanzando en su desarrollo motor.
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Durante esta etapa de aprendizaje pueden ocurrir caídas y golpes, y también movimientos bruscos que pueden hacer que se tuerzan las piernas. La mayoría de las veces son sólo pequeños sustos, pero en ocasiones se producen lesiones y entre ellas este tipo de fractura.
Los padres tienen que estar muy atentos a las primeras caminatas de sus hijos y observar con atención la acción que desarrollan, para prevenir, identificar o buscar tratamiento ante estos traumatismos.
¿Qué es la fractura de los primeros pasos?
La fractura de los primeros pasos –o fractura de Toddler– es una fractura que ocurre en la tibia en los niños de entre 9 meses y 3 años de edad. Se produce generalmente luego de un traumatismo pequeño aparentemente banal y que en numerosas ocasiones puede pasar desapercibido.
Los niños que la sufren tienden a no querer caminar o comienzan a cojear, por el dolor que le produce la lesión. Esta es una fractura que tiene características específicas, aunque puede ser difícil de diagnosticar por la edad del paciente y su incapacidad de expresar muchas veces dónde y cómo se produce el dolor. Daña el tercio distal de la tibia en la mayoría de los casos, posee un patrón oblicuo o espiral y no produce separación de los fragmentos óseos.
Al analizar las radiografías se observa que la fractura es una línea muy fina, por lo que se conoce como “en línea de pelo” en alusión a la delgadez de un cabello. Esto dificulta el diagnóstico y provoca que muchas veces no pueda confirmarse que se trata de este tipo de trauma hasta pasadas 2 semanas, cuando ya se ha formado el callo óseo.
¿Cuáles son los síntomas de la fractura de los primeros pasos?
El niño que sufre una factura de los primeros pasos presenta uno o varios de estos síntomas:
- Incapacidad y miedo al caminar: el niño se niega a apoyar su peso en la pierna afectada.
- Marcha claudicante (cojera).
- Caminata en puntillas del pie dañado.
- Edema, que puede variar en dependencia del tiempo de evolución.
- Hipersensibilidad e hipertermia al palpar los tejidos blandos de la pierna en la zona afectada.
El signo más importante de la fractura de los primeros pasos es que el niño no puede soportar su peso en la pierna dañada. Este síntoma se presenta en el 94 % de los casos.
Diagnóstico y tratamiento de la fractura de los primeros
El diagnóstico de una fractura de los primeros o fractura de Toddler resulta complicado. Las radiografías no son concluyentes en un primer momento, al tratarse esta de una fractura sin desplazamiento óseo. Por ello, algunos ortopédicos infantiles utilizan la tomografía axial computarizada como método diagnóstico.
Cuando la sintomatología apunta a este tipo de traumatismo, se indaga en el evento que lo produjo. Muchas veces se produce por una torcedura del pie, al caminar, o una caída desde su propia altura. También puede provocarse al quedar atrapados los pies con los barrotes de la cuna.
La cojera o claudicación puede ser síntoma también de otras patologías de cadera o de pie, por lo que es necesario tener en cuenta el diagnóstico diferencial en estos casos para proceder de manera efectiva. Ante la sospecha de encontrarse frente a una fractura de los primeros pasos, se debe inmovilizar la pierna con un yeso largo y repetir la radiografía a las 2 semanas. Si se comprueba el diagnóstico por aparición de callo óseo, se mantiene el yeso 2 semanas más hasta completar un total de 4 semanas.
A esa altura se repite la radiografía para ver si ya se puede retirar el yeso y comenzar la rehabilitación.
Previniendo la fractura de los primeros pasos
Resulta difícil prevenir algo tan frecuente como una torcedura de pie, pero teniendo en cuenta que la fractura de los primeros pasos es muchas veces afecta la respuesta del niño y se inhibe de caminar, existen algunas medidas que los padres pueden tomar.
- Ofrezca seguridad a su hijo al empezar a andar. Con voz suave y tranquilizadora, se acompaña al niño cada vez que trate de caminar. Escoja superficies totalmente planas y si el pequeño tiene miedo no lo obligues: la falta de confianza y los pasos inseguros pueden ser una causa de las torceduras de pies.
- Explica a tu hijo que el miedo puede ser normal ante una nueva tarea, pero que caminar constituye una actividad normal de la vida cotidiana.
- Protege los barrotes de las cunas y camas para evitar que los pies del pequeño queden atrapados y puedan torcerse.
- Al empezar a caminar deje al niño seguir su propio ritmo, contigo cerca para ayudarlo. El reflejo de la marcha debe ir desarrollándose poco a poco, para no forzar demasiado el sistema osteomuscular y así prevenir las fracturas.
Previniendo otras lesiones y fracturas
Estamos acostumbrados a escuchar la frase “los niños son de goma”, pero no es así. La frase se refiere a que las lesiones y fracturas en los infantes tienen un mejor pronóstico, ya que su cuerpo tiene mayor capacidad de sanación por encontrarse aún en pleno crecimiento y desarrollo.
Como padres, existen algunas recomendaciones para fortalecer los huesos y evitar que ocurran fracturas o lesiones como la fractura de los primeros pasos y otras que pueden suceder debido a la gran actividad física que los pequeños despliegan.
- Proporcione una dieta sana. El balance adecuado de los nutrientes en la dieta de los niños contribuye a que sus huesos se fortalezcan y alcancen una mayor densidad ósea. Asegúrese de ofrecer a su hijo abundantes frutas y vegetales, y la cantidad adecuada de carbohidratos y proteínas para su edad y peso corporal. Haga que consuma productos lácteos que son muy favorables para el desarrollo óseo por el calcio que contienen.
- Utilice suplementos vitamínicos si es necesario. Si su hijo es de comer difícil y su médico lo recomienda, puede utilizar vitaminas para complementar su requerimiento diario.
- Utilice el sol como la mayor y mejor fuente natural de vitamina D. Sin exagerar, y tomando las medidas de protección necesarias, exponga el niño al sol 15 minutos al día en la mañana o la tarde para aportar vitamina D. Esta importante vitamina es la que ayuda a fijar el calcio en el organismo y por tanto contribuye a fortalecer los huesos.
A todo eso se adicionan los cuidados respecto a la prevención de accidentes infantiles: nunca será suficientemente dicho que los niños deben jugar con la supervisión de un adulto, en lugares seguros para hacerlo y con medios de protección si lo requieren.
En estos primeros pasos de tu hijo, tu presencia y tus cuidados evitarán una posible fractura de la tibia, no lo dejes solo, acompañarlo a comenzar un camino con paso seguro hacia su futuro y su vida es una gran responsabilidad.
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