Fiebre, diarrea y vómito son algunas de las cosas que más nos asusta a los padres. Así que si nuestro bebé pasa por estas tres situaciones al mismo tiempo, estamos más que desesperadas por encontrar una solución rápida. Ante todo tienes que tratar de mantener la calma, porque es muy probable que se trate de una gastroenteritis en niños.
Lo que significa que se trata de una infección causada por algún virus o bacteria en el estómago o intestino del niño.
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Síntomas de una gastroenteritis en niños
Los niños pueden comenzar a mostrar algunas señales de dolor en su pancita acompañada de diarrea y vómitos. En algunos casos también se detecta un aumento de la temperatura.
De acuerdo a la causa de este estado se tomarán las medidas necesarias. Pero sin lugar a dudas, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no se deshidrate y aliviarlo de los síntomas por los que está pasando.
Causas de gastroenteritis en niños
Tal como lo decíamos al principio, un virus o una bacteria pueden causar una infección en el estómago o intestinos del niño y provocar todos estos molestos síntomas. Aunque también se puede deber a una simple intolerancia o alergia a algún alimento.
Por ello debemos estar atento a los signos que el niño muestra para detectar lo antes posible cuál es el motivo y comenzar el tratamiento más adecuado.
Virus
Es la causa más común de gastroenteritis en niños y su tratamiento más adecuado consiste en mantener al niño bajo una estricta dieta e hidratado. Hasta que todo los malestares pasen.
Bacterias
Cuando la causa de la gastroenteritis es una bacteria, un síntoma muy persistente es la fiebre. Suele ser muy alta y está acompañada de presencia de moco o sangre en la deposición frecuente del niño.
Otra señal muy fuerte, es que el niño no mejora luego de realizar una dieta estricta durante tres días. En estos casos se realiza un coprocultivo para determinar que bacteria es la causante y el antibiótico recomendado.
El resultado de este tipo de estudios tarda días, así que conviene pedir el estudio, apenas se sospeche de que se trate de una bacteria.
La ingesta del antibiótico recomendado, una dieta estricta e hidratación es el tratamiento adecuado en estos casos de gastroenteritis en niños.
Alergia o intolerancia a algún alimento
A pesar de ser una gastroenteritis viral o bacteriana, el niño puede presentar una cierta intolerancia a la lactosa. Por lo tanto, se aconseja suprimir por unos días más ese tipo de alimento.
Para determinar si la gastroenteritis se debe a un alimento en especial, el niño no presenta fiebre. Además los mismos síntomas siguen por varios días.
Cómo aliviar las molestias
Los síntomas de una gastroenteritis comienzan desde el estómago al intestino. Por lo tanto, el niño comienza con vómitos o dolores de panza y luego diarrea.
Vómitos
Al vomitar el estómago del niño queda vacío, entonces es muy probable que pida para comer o beber. Y nosotras, al estar preocupadas de que el niño devolvió todo lo comido, intentamos de que coma o beba algo pronto.
Pues no, es una mala idea. Porque el estómago queda un poco irritado al vomitar y si le damos alimentos o bebidas inmediatamente expulsará todo nuevamente.
Por lo tanto, se debe esperar al menos media hora después del vómito para darle algo de beber o comer. Siempre de a poco, a sorbos y evitando los alimentos ácidos o con grasa.
El vómito en realidad es un acto de defensa de nuestro organismo. Para que el problema no llegue a nuestro intestino, el estómago lo expulsa. Pero si esta situación se repite varias veces puede llevarnos a una deshidratación. Y es justamente lo que debemos evitar.
Así que si los vómitos siguen se intentará frenarlos con un antiemético y se usará un suero intravenoso para rehidratarlo.
Diarrea
Una vez el problema se trasladó del estómago a los intestinos, paran los vómitos y comienza la diarrea. Es decir, deposiciones abundantes, blandas y frecuentes. Cuidado con la alimentación, porque a veces, nos preocupamos tanto de la diarrea que pasamos al estreñimiento rápidamente.
La dieta más recomendada consiste en platos que contengan arroz, patata y zanahoria cocida. Acompañado de pescado o pollo.
Otro gran tratamiento es ingerir alimentos con probióticos. Se trata de gérmenes que son buenos y pelean por el espacio con los malos, eliminándolos del intestino.
Dolor de pancita
Una gastroenteritis puede manifestarse con espasmos del estómago o intestinos, sin necesidad de estar acompañado de vómitos ni de diarrea. Estos producen un dolor intermitente luego de comer o beber.
Para aliviar dicha molestia se les suele administrar espasmolíticos.
Fiebre
Una infección genera fiebre, sin embargo, dependiendo de la causa, puede ser leve o muy alta. Si sabemos que está acompañada de vómitos, diarrea o dolor de panza entonces debemos evitar el ibuprofeno para bajarla. Porque puede generar más irritación en el estómago.
Es mejor tratar de bajar la fiebre con baños de agua y paracetamol si sube más de 38 grados.
Deshidratación
La pérdida de agua y sales puede llegar a ser tan importante para el niño que sufra de deshidratación. Esta complicación se debe evitar a todo costo. Por lo tanto, debemos estar atentos a que el niño no presente ninguno de estos síntomas de deshidratación:
Boca seca, decaimiento, piel pálida, ojeras, poca frecuencia y cantidad de orina, esos son algunos de los síntomas más notorios de una deshidratación.
Si le estás dando de mamar, no dejes de hacerlo. La leche materna tiene agua, sales y alimentos que lo ayudarán a recomponerse rápidamente.
En casos de que no tome el pecho, es necesario darle de beber alguna bebida de rehidratación adecuada a su edad. La más adecuada es el agua pura si el niño no presenta señas de deshidratación.
Siempre se le debe ofrecer a tomar de a sorbos, pero frecuentemente, para que la tolere mucho mejor.
Si los signos de deshidratación son graves se lo debe llevar a un centro médico para que lo rehidraten a través de intravenosa.
Baja de peso
Una de nuestras grandes preocupaciones, como padres, es ver que nuestro niño pierde peso. Una gastroenteritis aunque sea moderada va a producir una caída del peso. Pero transitoria, apenas el niño se sienta bien deberá recuperar rápidamente su peso normal.