Es normal que un grupo de mujeres desarrollen enfermedades que compliquen su proceso de gestación. No obstante, es posible que durante el embarazo, ciertas damas también profundicen en diagnósticos previos. Entre los más conocidos podemos destacar el hipertiroidismo y el hipotiroidismo en el embarazo, que son trastornos de las glándulas tiroideas del organismo.
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¿Qué es la tiroides?
Para entender a qué nos referimos con las condiciones antes mencionadas, es necesario conocer la glándula tiroides. Esta se ubica al inicio de la garganta (tráquea) y tiene forma de mariposa. Es la encargada de regular el metabolismo en el organismo y trabaja directamente con el proceso reproductivo del ser humano.
En la actualidad, existen dos afecciones relacionadas a la disfuncionalidad de la actividad tiroidea:
Hipotiroidismo
Sucede cuando el sistema produce pocas cantidades de hormonas tiroideas, lo cual hace que el metabolismo sea más lento.
Hipertiroidismo
Es la excesiva actividad del tiroides, en la que el cuerpo genera una mayor cantidad de esta hormona. Esta producción ocasiona que el metabolismo trabaje arduamente, haciendo que en muchos casos se sature.
Causas de los problemas de tiroides en el embarazo
Es posible que durante el periodo de gestación, una mujer presente distintos problemas de salud. Y la actividad de la glándula tiroidea no es la excepción a la regla. Estos problemas deben ser detectados a tiempo para que no influyan de manera negativa en el bebé. Además, son necesarias las evaluaciones médicas a lo largo del embarazo, ya que se prevén daños a futuro.
Entre las causas de los problemas de tiroides en el embarazo podemos destacar:
- Padecer de un trastorno autoinmune conocido como Enfermedad de Graves, el cual puede desencadenar el hipertiroidismo.
- Ingerir hormonas tiroideas.
- Consumir en exceso o pocos alimentos que contengan yodo. También se debe realizar exámenes médicos que tengan como elemento de contraste este elemento químico. Esto se debe a que influyen en la posibilidad de desarrollar estos problemas
¿Qué es el hipotiroidismo en el embarazo?
El hipotiroidismo es una condición médica en la que la mujer no produce suficientes hormonas tiroideas. Esto se debe a que la función principal es regular la velocidad de las células del cuerpo. Por lo que a través de las hormonas tiroxina y triodotironina funciona este proceso.
Cuando estas hormonas no trabajan como deberían, el organismo aumenta su trabajo, sobresaturándose sin conseguir los resultados deseados. Cuando el hipotiroidismo se desarrolla, no se consigue igualar el trabajo que realizarían las hormonas en condiciones normales.
Al no trabajar de manera rutinaria, el sistema de la embarazada puede presentar problemas neuronales, digestivos, cardiovasculares e incluso metabólicos. Esto se debe a que durante el embarazo, el cuerpo humano demanda mayor cantidad de hormonas, actividad que las mujeres con hipotiroidismo en el embarazo no podrán realizar en su totalidad.
Durante el periodo de gestación, los síntomas del hipotiroidismo en el embarazo pueden confundirse con síntomas normales. Es importante acudir al médico en caso de presentar los siguientes síntomas:
- Cabello opaco y reseco.
- Piel gruesa y áspera.
- Pulsaciones lentas.
- Padecer de adormecimientos en las manos.
- Calambres musculares.
Enfermedades derivadas del hipotiroidismo
Es posible que sufrir de hipotiroidismo en el embarazo nos lleve a padecer de otras enfermedades. Entre las más comunes, relacionadas al hipotiroidismo, podemos mencionar:
- Anemia materna.
- Miopatía.
- Pre-eclampsia.
- Insuficiencia cardíaca congestiva.
¿Cómo influye una alimentación balanceada en el hipotiroidismo?
Una de las causas para el desarrollo de hipotiroidismo en el embarazo es la deficiencia de yodo, como hemos dicho. Usualmente, los nutricionistas y obstetras recetan una dieta que asegura el cuidado y la producción de hormonas durante el embarazo, tales como:
- Vegetales: espinacas, guisantes, tomates, ajos, calabacín.
- Frutos secos: pistachos, maní, avellana.
- Legumbres: lentejas, arvejas, guisantes.
- Cereales: maíz, girasol, avena.
- Hierbas y especias.
- Frutas: arándanos, fresas, mango, coco, piña
- Papas.
- Productos lácteos.
Seguimiento de la enfermedad
Una vez diagnosticada la enfermedad, tienes que incluir nuevas rutinas a tus actividades diarias para asegurar aumentar las hormonas tiroideas. Los consejos ideales para tratar el hipotiroidismo en el embarazo son:
- Modera la cantidad de sal en las comidas.
- Toma una taza de agua tibia con el jugo de medio limón antes de desayunar.
- Trata de realizar cinco comidas al día, sin dejar de pasar mucho tiempo entre las mismas.
- Desayunar al levantarse asegurará que el organismo trabaje correctamente y no se sature de actividad.
- Reduce la ingesta de carnes, embutidos con grandes cantidades de grasas y alimentos procesados. Esto te ayudará a trabajar el organismo con la mayor cantidad de alimentos naturales posibles.
- Trata de cocinar todas tus comidas al vapor o a la plancha.
- Utiliza condimentos naturales como las especias, el vinagre o el limón.
- Ingiere cinco litros de agua al día, al menos.
En la actualidad, muchos médicos recetan suplementos ricos en tiroxina con la finalidad de proveer las hormonas necesarias al organismo. Al ser una hormona sintética, posiblemente aparezcan ciertos efectos secundarios como cansancio, falta de apetito, sensación de calor, entre otros.
Es importante medir periódicamente los niveles de hormonas en la sangre, durante este periodo. Los pacientes que tengan hipotiroidismo deben evaluarse constantemente para que los médicos registren la actividad sanguínea de los últimos meses.
Enfermedades de la tiroides luego del embarazo
Cuando se presentan problemas de la tiroides durante el embarazo es posible que luego de dar a luz esta glándula se inflame. Si es tu caso, debes saber que estás sufriendo de tiroiditis posparto. Aunque sus síntomas son similares al hipertiroidismo, debes tener en cuenta que se a partir de entonces se puede atrofiar.
Es más, si sufres de alguna enfermedad que afecte tu sistema inmunitario, eres más propensa a tener tiroiditis. A esta situación también se suman los antecedentes familiares que inciden negativamente a la hora de adquirir la enfermedad.
Nuestra recomendación es que luego de dar a luz hagas un chequeo periódico para medir los niveles de la hormona tiroidea. La idea es que alcancen sus niveles normales y puedas llevar una vida tranquila. En el embarazo, la salud de las madres es igual de importante que la del bebé. Por lo que se deberá monitorear para evitar daños a futuro.