Hay común acuerdo entre los especialistas que: el llanto es una de las pocas herramientas de comunicación que tiene un niño en sus primeros meses de vida. Por molesto que parezca, es su forma de urgirnos a solucionar alguna dificultad que está teniendo. Es necesario que los cuidadores acudan a su reclamo y se le preste la mayor atención, eliminar la causa y luego darse a la tarea de consolar al bebé.
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Se conoce que hay siete causas fundamentales que desencadenan el llanto: hambre, necesidad de contacto, sueño, frío/ calor, pañal sucio, enfermedad y, en ocasiones, simplemente porque tiene deseos de llorar (PURPLE crying®. Una vez eliminada la causa debemos darnos a la tarea de consolar al pequeño, pero, ¿cómo?
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¿Conoces lo que no debes hacer jamás para consolar al bebé
Nunca sacudas al bebé para que se calle. Se estima que más de 300 niños mueren cada año en los Estados Unidos debido a esta causa, y entre 1000 y 3000 sufren daños cerebrales irreversibles. Sacudir a un infante por los hombros, brazos o piernas es una forma severa de abuso. Estas sacudidas pueden conducir a daños internos, que incluyen derrames cerebrales u oculares que no son apreciables exteriormente.
El cuidador se frustra por el llanto del bebé, pierde la paciencia y sacude al niño luego del cansancio acumulado, las tomas de la noche, el cambio constante de pañales y los lloros y gritos del bebé. Esto se ve sobre todo en padres primerizos, que no están lo suficientemente preparados para lidiar con el cuidado de un neonato.
Es normal que hasta los 4 meses el bebé llore, a veces sin motivo aparente y en el período de la tarde noche, por lo que los padres deben calmarse. Tómese al menos 15 minutos al día para apaciguar sus emociones, mientras otra persona cuida del pequeño, o mientras duerme. Haga ejercicios, medite, relájese… sentirse desesperado en esta etapa es normal, pero ten la seguridad que este duro período pasará. Nunca sacuda al niño.
¿Cómo entonces consolar al bebé que no para de llorar?
Si ni acunar, ni alimentar al bebé lo calman, hay otras técnicas que puedes aplicar. Prueba varias de ellas: cada bebé tiene su propia personalidad, y lo tranquilizan cosas diferentes.
Consolar al bebé con un ruido blanco
Cuando están en el útero, los niños se apaciguan con el sonido del corazón de la madre. Es por ello que cuando se acunan en el pecho tienden a calmarse, pues vuelven a oír algo a lo que están acostumbrados.
Cualquier sonido constante, como el de un ventilador, un secador de pelo o la aspiradora puede recordarle esa sensación y distraerlos del llanto y hacerlo dormir. Este efecto, llamado de “ruido blanco”, puede descargarse también de Internet. Asimismo, hay aplicaciones para teléfonos celulares que usan este mismo principio.
Calmando al bebé meciéndolo y cantándole
Los bebés adoran cuando lo mecen suavemente. Puedes hacerlo mientras caminas, en una mecedora o en un columpio para bebés. Un paseo en auto o en cochecito también puede consolar al bebé.
Otra opción universal, histórica y casi infalible es cantar para consolar al bebé. No tienes que ser una diva, ni siquiera tienes que saber cantar. Basta con que él perciba tu voz, que conoce tan bien, para reafirmar que le quieres y sentir que estas cerca. Nanas tradicionales hay muchas, pero si no has aprendido ninguna cualquier canción de moda servirá.
Masajéalo y acaricia su pancita para consolar el llanto del bebé
Masajéale la espalda y la pancita a favor de las manecillas del reloj, utilizando alguna crema o aceite, mientras hablas con él. Esto lo seda y evita que llore tan a menudo, además de estimularle con contacto físico.
El mejor momento para estos masajes es cuando el bebé está calmado y alerta. Si llora durante esta manipulación, te está diciendo que ya tuvo suficiente, así que detente.
Cambia la posición en que le alimentas
Algunos bebés lloran durante o después de ponerlo en tu pecho o darle su biberón. Chequea que esté cómodo mientras lo alimentas: puedes informarte con otras madres más experimentadas o con tu consejera de lactancia sobre las mejores posiciones.
Si notas que traga mucho aire y esto le resulta doloroso, debes probar una posición donde esté más erguido. Para que estén ambos más cómodos, es conveniente que uses un cojín de lactancia.
Luego de la alimentación, ponlo erguido con la cabeza sobre tu hombro y palméale la espaldita, para que eructe y expulse los gases. No obstante, si el bebé llora después de alimentarse, es que no tuvo suficiente y aún tiene hambre.
Que chupe algo
Para consolar al bebé, quizás necesitas que chupe algo. En muchos pequeños este reflejo es muy fuerte, por lo que puedes dejar que chupe tus senos, un dedo limpio o un nudillo un rato. La mayoría de los nenés no necesitan un muñeco, pero queda a tu elección darle un chupete, un mordedor para la dentición o un juguete de goma suave para que se entretenga mordiéndolo y chupándolo.
Calmando al bebé con un baño de agua tibia
Un baño entre 37 a 38 grados Celsius puede ser excelente para consolar al bebé. Claro está que si su a su niño no le gusta bañarse, esa sensación hará que llore aún más: ya eso forma parte de los rasgos de su personalidad en desarrollo.
Si nada de esto funciona…
No se sienta culpable. En ocasiones solo no se puede consolar al bebé y hay que dejar que llore hasta que se canse. El llanto no afecta la salud ni deja ninguna secuela, aunque te ponga a ti y a tu pareja en tensión.
Si ya has probado todo y nada parece funcionar, ponlo en un lugar seguro y déjalo llorar algunos minutos fuera del alcance de tu audición. Aprovecha para inhalar y exhalar suave y profundamente. Si estás muy estresada o exaltada, transmitirás ese sentimiento a tu bebé, así que lo mejor es que pidas ayuda a otra persona que lo cargue mientras te relajas.
Recuerda: la clave de todo es permanecer calmada. Habla si es necesario con un pediatra o un psicólogo, que te proporcione las herramientas para manejar esta situación: lo que debes evitar a toda costa es acumular demasiada ansiedad y frustración que te puedan conducir a un rechazo a tu bebé.
Recuerda que esto es solo una fase: en la medida que tu hijo crezca irá adquiriendo otras formas de comunicar sus necesidades, y el llanto irá desapareciendo de su vida y por supuesto de la tuya. Si sientes que estás a punto de estallar, aléjate unos pasos y cuenta hasta diez…o hasta donde debas contar. Lo esencial es que comprendas que su llanto es la forma de expresión que él tiene en esa etapa y que te asegures que tu bebé no tiene ninguna causa seria que lo motive y mucho más asegurarte que no va a sufrir ningún daño.
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