El protagonismo de la vitamina D se ha ampliado y hoy es considerada como un componente imprescindible en numerosas funciones endocrinas y biológicas y más aún cuando analizamos la importancia de la vitamina D en bebés.
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Una cantidad de vitamina D adecuada hace que se desarrollen y fortalezcan los huesos de forma correcta, pues favorece la absorción del calcio pero además tiene otras numerosas funciones. No obstante, ¿cuál es la fuente adecuada para suministrarlo? ¿Los alimentos, a través de suplementos o por el efecto de la luz del sol? ¿Cuándo es demasiado? A estas y otras preguntas encontrarás respuesta en este artículo.
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La vitamina D
Tradicionalmente la vitamina D se ha descrito como un elemento determinante en el metabolismo del calcio y el fósforo, permitiendo su incorporación a los huesos y dientes. La acción conjunta de esta vitamina y de estos minerales permite la construcción de huesos fuertes, evitando los huesos frágiles y blandos que caracterizan el raquitismo.También evita las fracturas óseas y ayuda a la restauración de las mismas.
En los últimos años a estas acciones se han adicionado otro conjunto de funciones que han determinado que se hable del sistema endocrino de la vitamina D. Se han encontrado efectos biológicas asociadas a los músculos estriados y lisos, al sistema cardiovascular, en el metabolismo energético y en el sistema inmunológico ayudando a combatir infecciones. También asociados a la producción de insulina y el control del crecimiento celular.
Nuevas investigaciones relacionan las funciones de la vitamina D en las embarazadas y se han asociado a diversas patologías durante el curso de la gestación, pero por otra parte los niveles que tenga la madre influirán en las reservas del bebé al nacimiento, pero por lo general son bajas.
¿Por qué es necesaria la vitamina D en bebés y niños?
Disponer de la cantidad suficiente de vitamina D en los pequeños es de gran importancia para el desarrollo de su sistema óseo. Es una etapa de un gran crecimiento y para desarrollar huesos y dientes fuertes su presencia es fundamental porque también ayuda a la absorción del calcio.
Más allá de las enfermedades asociadas a su déficit como el raquitismo, cuando no se dispone de niveles normales de vitamina D pudiera ser que la información genética que posee sobre su estatura y masa ósea no se expresen todo su potencial.
Requerimientos de vitamina D en bebés
Los aportes diarios de vitamina D en bebés hasta los 12 meses, según las recomendaciones de la Junta de Alimentos y Nutrición del Instituto de Medicina de los Estados Unidos de América es de 400 unidades internacionales (UI). A partir del año se aconseja el consumo de entre 600 a 1.000 UI. Esta estimación es aceptada por numerosas asociaciones de profesionales de todo el mundo, incluyendo España.
Aunque se estima esta cantidad por día, se corresponde por el promedio diario durante varios días consecutivos, que podría ser hasta de una semana.
Se calcula que la cantidad máxima que se puede consumir sin ocasionar problemas para niños menores de 12 meses es de 1,000 a 1,500 UI por día. Para niños entre los 1 y 8 años se establece un límite de 2,500 a 3,000 UI diarias.
Hay situaciones específicas que pueden requerir una mayor cantidad de vitamina D. Entre ellas se destacan la obesidad, fibrosis quística y enfermedad celiaca. También durante la recuperación de una operación ósea o cuando se toman algunos medicamentos que impidan que el organismo absorba o emplee la vitamina D, como por ejemplo los anticonvulsivos. Siempre es el médico el indicado para aconsejar el uso de una mayor ingesta de esta vitamina D en bebés y niños.
¿Cómo obtener la vitamina D necesaria para mi bebé?
Las cantidades previamente referidas de vitamina D en bebés pueden ser adquiridas de tres formas: la alimentación, la exposición al sol y la suplementación. Repasemos brevemente cada una de ellas.
La alimentación
Se estima que la alimentación en los primeros meses de vida de los pequeños puede aportar el 10% de los requerimientos. La alimentación durante el primer año varía sustancialmente, los primeros seis meses de vida la alimentación fundamental es con leche materna o leche de fórmula.
Como previamente expresamos el recién nacido tiene muy pocas reservas de vitamina D y la leche materna no es una buena fuente de vitamina D. Se estima que cada litro de leche materna aporta unas 25 UI de vitamina D o incluso menos. Ello implica la necesidad de suplementar con esta vitamina.
Por otra parte la leche maternizada ya está fortificada con vitamina D por lo que se considera que un bebé que consume un litro diario de esta leche puede cubrir sus necesidades.
Después de la introducción de alimentos…
A partir de los 6 meses comienza la incorporación de los alimentos sólidos. Hay variados alimentos ricos en esta vitamina en una primera etapa como los cereales, los zumos, las carnes, y la yema de huevos. Posteriormente los productos lácteos enriquecidos como el yogurt, pescados grasos y los aceites derivados de este, pero estas fuentes no estarán a su disposición hasta que comience a ampliar sus hábitos alimentarios.
La exposición al sol
La vitamina D es también conocida como la “vitamina del sol” y ese nombre es debido a que cuando la persona se expone a los rayos solares fabrica la vitamina D ya que tu cuerpo la fábrica cuando expones la piel a los rayos solares. Se estima que mediante la exposición al sol se puede adquirir el 90% de los requerimientos diarios.
Cuando el bebé toma sol su cuerpo comienza a fabricar esta vitamina, pero en muchos países la incidencia de la cantidad de luz solar que se recibe no es suficiente, ni estable durante el transcurso del año y sus estaciones.
Pero todo con límite: cuando salgas de paseo con él es importante que lo protejas del exceso de sol en las horas en que este es más fuerte, pues puede sufrir daños a nivel de la piel teniendo en cuenta que esta es muy delicada.
Por lo general el bebé se encuentra en casa o en una guardería, por eso es importante que lo saques a tomar baños de sol diariamente, previniendo que se lastime su piel por el exceso de sol. Se estima que entre 10 y 15 minutos al menos dos veces a la semana es suficiente para satisfacer los requerimientos.
Siempre que lleves a tu hijo pequeño a parques o lugares donde se encuentre expuesto a la luz solar debe usar gorritos y ropas que le protejan, pues de lo que se trata es que le proporciones vitamina D de forma natural y segura, sin otras complicaciones. Puedes además protegerlos aplicando en su piel bloqueadores solares adecuados.
La suplementación con vitamina D
La suplementación con vitamina D en bebés es recomendada por la Asociación Americana de Pediatría en todos aquellos niños desde las primeras semanas de vida hasta los 12 meses de edad. También la Asociación Española de esta especialidad ratifica este criterio.
Hay niños que aunque reciben leche de fórmula su consumo no es de un litro en esos casos también se debe proceder a la suplementación.
Una de las vías más comunes es administrar vitamina D en forma de gotas o mediante una jeringuilla y dispensar la cantidad equivalente a los 400 UI diarias hasta los seis meses y posteriormente continuar con esta forma de administración o comprimidos, jarabes, gominolas, y espráis que contengan la dosis recomendada.
Cuatro consejos finales sobre la vitamina D en bebés
- Es muy importante en cuanto confirmes que estás embarazada mantengas una dieta rica en vitamina D. Esto protege a tu futuro bebé de enfermedades como la diabetes mellitus tipo 1, el raquitismo y algunos tipos de alergias, mientras tú misma corres menos riesgo de padecer preeclampsia, diabetes gestacional y otras complicaciones durante el embarazo.
- Resulta muy recomendable para tu bebé que lo saques de paseo a tomar baños de sol todos los días, no importa si es verano, primavera, otoño o invierno. Esto favorece la fabricación de vitamina D en el cuerpo de tu hijo de forma natural, lo que devendrá en una mejor salud, desarrollo, crecimiento y fortaleza en sus huesos. Sin contar que el paseo diario es una rutina agradable que fortalece los lazos madre-hijo… y tú también necesitas del sol para obtener tu dosis de vitamina D. La exposición al sol de forma mesurada y protegida tiene beneficios.
- Cada niño requiere de una recomendación específica, debe ser adecuado a las características de la piel del bebé, a los hábitos de la familia, a la alimentación y hasta la situación geográfica del país donde vive. El pediatra de tu hijo te puede recomendar la mejor suplementación con vitamina D en bebés.
- No le tengas miedo a la vitamina D, pero siempre debes de ofrecérsela en las dosis recomendadas por su pediatra. La cantidad de gotas puede variar de acuerdo a la formulación, es por eso importante revisar su aporte.
La salud y el bienestar de tu hijo, depende en buena medida de tus cuidados desde las etapas más tempranas de su vida, no dejes de ofrecerle la vitamina D que el necesita.
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