Seguramente quieres saber si los mandalas para niños son realmente mandalas o simples figuras para colorear, ¿no es cierto? En realidad, el diccionario define al mandala como un dibujo que simboliza, según la cultura budista, la evolución del universo a partir de un punto central. Los mandalas fueron creados para meditar, concentrarse en uno mismo y liberar la mente de ataduras y es tan importante su creación como su decorado o coloración final. Entonces… ¿qué hay de los niños?
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¿Cómo son los mandalas para niños?
Los mandalas básicamente deben ser formas geométricas o cualquier tipo de figura que cree un conjunto geométrico o como si fuera un trazado dentro de una imagen cualquiera, esta última característica los hace especiales para los niños porque pueden elegir su personaje o animal favorito, por ejemplo, y dibujar con ellos el mandala.
Podemos hacer mandalas con casi cualquier elemento, incluso con papel de diario ya que lo importante es crear una figura que deje fluir nuestra creatividad y por esto iniciar a los niños en la creación de mandalas desde temprana edad es interesante.
La intención al hacer un mandala para niños es que ellos puedan expresar cómo se sienten en general, cómo ven el mundo o qué les hace sentir determinada situación, música o sensación. Por esto los mandalas para niños suelen estar ya dibujados y venir listos para colorear, ya que mediante los colores ellos podrán expresarse mejor que con los trazos.
Dibujar los trazos para formar las figuras geométricas del mandala para niños puede frustrarlos al no conseguir a mano alzada la figura deseada, pero también puede dárseles la libertad de crear cualquier figura, esto, si es para libre expresión de sus emociones es adecuado.
¿Qué se puede lograr con los mandalas para niños?
Podemos encontrar que para los adultos hay revistas con mandalas ya impresos destinados a la relajación, la reflexión o la búsqueda del equilibrio interno, estos tendrán formas y figuras complejas, que llevan tiempo y dedicación.
En el caso de los mandalas para niños encontraremos publicaciones que hasta incluyen a sus personajes favoritos dentro de la figura o el esquema geométrico, así se sienten menos abrumados con la cantidad de trabajo que les llevará pintarlo o completarlo.
Básicamente al ofrecerle un mandala a un niño se favorecerá a sus capacidades de:
- Reflexión: el niño podrá planificar cómo pintará los diferentes patrones que forman el mandala, encontrará la simetría y disfrutará respetándola, oponiéndola o contrastándola.
- Tranquilidad: para pintar o completar mandalas para niños necesitarán estar tranquilos, entonces es importante generar para ese momento un ambiente propicio, con luz adecuada, una silla y una mesa que esté cómoda para ellos y música que ayude a la serenidad.
- Concentración: en especial concentración artística, es decir, activarán en su cerebro la creatividad y la concentración para respetar el plan elegido, los colores adecuados para cada figura geométrica o sector del mandala.
- Estado de ánimo: al pedirles a los niños que expresen sus emociones a través del color o de las figuras les estaremos ayudando a desahogarse sin hablar, a pensar en sus sentimientos y contentarse con ellos.
- Relajación: pintar o completar un mandala es una forma de relajación, es probable que a los niños muy inquietos no podamos pedirles que aprendan a controlar la respiración, a relajar los músculos y quedarse quietos. Los mandalas para niños les enseñan de forma indirecta a respirar de forma pausada, a relajar las partes del cuerpo que no están usando y encontrar un estado de relajación que los ayuda también a trasmitir sus emociones.
- Desarrollo de la paciencia: para terminar mandalas para niños se requiere tiempo. Es posible que si son muy inquietos no puedan terminarlo todo de una vez, o quizás, sea una buena elección para estos niños que comiencen en el arte de pintar mandalas con figuras o esquemas pequeños, que no les lleven más de media hora, así podrán desarrollar su capacidad de paciencia.
- Confianza y seguridad: al finalizar el mandala para niños automáticamente se sentirán satisfechos y orgullosos de ellos mismos. Aunque parezca que es sólo pintar, los mandalas para niños y los mandalas en general no son sencillos y requieren dedicación. Terminar una tarea que nos ha costado esfuerzo siempre da como recompensa mayor seguridad y confianza.
Y en el caso de los beneficios físicos que aportan los mandalas para niños encontramos que no solamente ayudan a mejorar sus habilidades de motricidad fina, es decir, la que les permiten sostener el lápiz o el pincel, a utilizar la tijera o el punzón.
Los mandalas para niños también los ayudan a descansar mejor luego de un día agitado o de muchas emociones, como dijimos antes, los ayudan a concentrarse y relajarse, entonces terminar el día pintando mandalas para niños les ayudará a dormir y por lo tanto, a mejorar su apetito y su rendimiento.
No te asombres; según un estudio de la Universidad de Jaén, la meditación en los niños ayuda a mejorar su calidad de vida, atención, conciencia y relajación.
El poder de los colores en los mandalas para niños
Si bien podemos dejarlos que expresen su creatividad y emociones eligiendo los colores para completar su mandala, también, según estudiosos de sus efectos sobre la energía, podemos ofrecerles determinados colores para que canalicen sus emociones sin darse cuenta.
La elección de los colores en los mandalas para niños y en general tendrá que ver con los colores que se destinan a los chakras y los significados que tienen para este orden de energía. Los chakras son siete y se representan a lo largo de la figura humana, desde el coxis o plexo solar hasta el cerebro. Del primero al séptimo los colores son: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta.
¿Has pintado mandalas? ¿Le ofreciste a un niño hacerlo? ¿Has notado algún efecto diferente?
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