Una de las cosas que no te cuentan de la maternidad o de la paternidad es que todo es motivo de preocupación. Tú tal vez pensabas que solo te ibas a preocupar cuando tu hijo estuviera enfermo o cuando se cayese y se raspase las rodillas, sin embargo, lo cierto es que casi cada día vas a encontrar un motivo de preocupación y vas a querer ayudarle por encima de todo. Por ejemplo, algunos padres se enfrentan al hecho de que su hijo vuelve triste del cole, pero no saben ni por qué sucede esto ni cómo ayudarle.
Precisamente sobre este tema te queremos hablar hoy. Por desgracia, es un asunto que puede parecer que tiene difícil solución, porque sacarle del colegio no es posible si queremos cumplir con la ley y que tenga una educación imprescindible por su futuro. Si tu hijo vuelve triste del cole y no sabes cómo ayudarle (o tal vez ni siquiera sabes qué está pasando), a continuación te vamos a dar algunos consejos para conseguir superar esta situación, en la que es imprescindible la comunicación y la confianza en ambos sentidos, tanto tú con tu hijo como tu hijo contigo.
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Tu hijo vuelve triste del cole, pero… ¿qué edad tiene?
Lo primero que debes valorar es la edad que tiene tu hijo, para así saber qué le puede estar pasando y cómo ayudarle. Los problemas (y por tanto, las soluciones) no son las mismas con siete años que con catorce y esto es algo que debes tener muy en cuenta. Dicho esto, tú mejor que nadie conoce los problemas que puede tener tu hijo según su edad, por lo que este es el primer paso para saber qué le puede estar pasando, cómo afrontar el problema y cómo encontrarle una solución.
También, en cada momento, los apoyos con los que puedes contar son diferentes y el modo en el que puedes “meterte en su vida” también. Siguiendo con el ejemplo de los siete y los catorce años, con siete años es mucho más sencillo que tomes las riendas, sin embargo, en la adolescencia tal vez debas seguir una táctica diferente para tu hijo no te rechace por completo y se cierre aún más, algo que, sin duda y si lo que quieres es ayudarle, es lo último que querrás que suceda.
Habla con él: si tu hijo vuelve triste del cole pregúntale
Muchas veces, los seres humanos nos nublamos ante cosas que son mucho más sencillas de resolver de lo que creemos. Y muchas veces estas soluciones vienen de la mano de algo tan sencillo como dialogar. El diálogo es imprescindible, pero debes saber cómo enfocarlo. Si tu hijo vuelve triste del cole, te recomendamos que lo abordes directamente y sin crear más expectación ante este suceso. Simplemente, pregúntale. “¿Cómo ha ido el día?” “¿Te noto un poco apagado, está todo bien?”. Comienza haciendo preguntas fáciles de responder, con un sí o un no, para ver cómo reacciona y si crees que quiere hablar.
Y a partir de ahí ve tirando del hilo, con preguntas que sean de respuesta abierta. Es posible que a la primera de cambio no te lo quiera responder, por lo que te recomendamos que no insistas ni le avasalles. Retomarás más tarde el hecho. No te pongas nervioso o nerviosa y no le pongas nervioso o nerviosa a él o ella. Si se cierra en banda a la primera o si crea un ambiente de tensión en casa, más difícil será que hable de lo que sucede. Además, también te puede ayudar bastante que tú también cuentes las cosas que hoy te han puesto triste, que te han hecho enfadar o que no han salido bien. Así verá que los sentimientos negativos pueden afectar a todos.
Pregunta a sus profesores
En ocasiones puede ocurrir que lo que sucede en el cole esté a la vista de sus profesores, pero otras veces no. Es cierto que si sucede algo importante son ellos quienes deberían ponerte a ti sobre aviso para que sepas lo que está ocurriendo con tu hijo, pero, en cualquier caso, si tu hijo vuelve triste del cole un día tras otro e incluso si empiezas a ver que a raíz de esto muestra un comportamiento diferente en casa, te recomendaríamos que hablases con los profesores para ver qué puede estar sucediendo.
Tal vez ellos tengan la respuesta o quizás puedan estar más pendientes a partir de ahora para ver qué sucede, solucionar el problema y ponerte sobre aviso. También ellos son quienes te podrán decir cómo se comporta tu hijo en clase, si le notan también menos alegre o incluso si su rendimiento está bajando, un claro síntoma de que algo puede no estar bien.
Posibles problemas de tu hijo
Antes de ponerte en lo peor, queremos que hagas una lista de los problemas escolares más habituales. Tal vez con estos en mente puedas enfrentar mejor el momento de hablar con tu hijo y sobre todo ofrecerle soluciones para que vea que lo suyo no es tan grave. Si tu hijo vuelve triste del cole puede deberse a un problema de rendimiento. ¿Le resulta más difícil este curso? ¿Está comenzando a tener más deberes? ¿Ha suspendido algún examen? Esto hace mella en la motivación del pequeño.
El otro problema más habitual en los colegios es la relación con los compañeros. Todos sabemos que el bullying existe, y aunque es algo muy grave, por suerte no siempre llega a ser un caso extremo. Es posible, simplemente, que algún niño le haya puesto un mote o que haya tenido alguna pequeña riña con un amiguito y el grupo se haya disgregado. Por último, no desestimes que también es posible que el problema esté en casa, pero le esté afectando en ese otro ámbito de su vida. ¿Está todo bien por ahí? ¿Os ve discutir a los padres? ¿Pasáis menos tiempo con él o con ella últimamente?
Todo es temporal
Si la situación persiste y si tu hijo vuelve triste del cole durante varias semanas, es el momento de actuar. Tanto si te ha dicho qué le sucede como si no, plantéate el hecho de que quizá necesite ayuda psicológica para sobrellevar esta situación y conseguir levantar de nuevo el ánimo. Busca también llenar su tiempo libre con actividades placenteras, que le mantengan la mente entretenida y que le hagan recordar que la vida es maravillosa, incluso si no todo el tiempo es increíble.
Y por último, trata de transmitirle un mensaje que incluso a los adultos nos viene muy bien recordar de vez en cuando: todo es temporal. Si tienes una mala racha, pasará, sin duda. Y más si se trata del cole. No es una etapa que vaya a durar para siempre, por lo que está también en tu mano recordarle y enseñarle que la vida son etapas, que lo malo pasa y hay que aprender de ello y que lo bueno hay que disfrutarlo al máximo y guardar siempre el mejor recuerdo posible de cada momento. Y sobre todo, haz lo que esté en tu mano por ayudar, pero tratando de mantener también la calma.
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