Esta etapa supone un reto a enfrentar para lograr un desarrollo físico y psicológico apropiado en el niño. Después de haber cumplido los 6 años sus relaciones sociales, que hasta este momento giraban en torno a su familia más cercana, cambian de forma significativa. Se supone que ha arribado al conocido “periodo de madurez infantil”, donde tanto en el área de los conocimientos como a nivel físico y emocional es capaz de integrarse a un mundo totalmente nuevo.
Los padres, en primera instancia, tienen que conversar mucho con sus hijos para que asuman este momento como un valioso premio y no como un castigo, y los educadores, por su parte, deben garantizar su adecuada inserción en la escuela.
¿Quién no ha visto a un pequeñito llorar el primer día de clases? Es que además de salir de su ambiente acostumbrado, tendrán que adaptarse a la presencia de otros niños, y en la medida que lo haga con agrado, sin agresividad ni frustración, esta etapa transcurrirá sin mayores contratiempos. Pronto, ese mismo niñito, estará compartiendo muy feliz con sus amigos e irá olvidando ese desagradable comienzo.
Contenido
- 1 Indicadores del desarrollo físico y psicológico desde los 6 hasta los 10 años
- 2 Desarrollo de la personalidad, autoestima y autoconcepto
- 3 Capacidad de integración y regulación de las emociones
- 4 ¿Cuáles son los síntomas principales de trastornos del desarrollo físico y psicológico entre los 6 y 10 años?
- 5 Consejos a los padres hasta los 10 años
- 6 Indicadores del desarrollo físico y psicológico en la adolescencia
- 7 Personalidad, autoconcepto y autoestima
- 8 Regulación de las emociones
- 9 Signos o síntomas de que el adolescente puede estar presentando problemas en su desarrollo físico y psicológico
- 10 Consejos para la crianza saludable del adolescente
- 11 Una nueva etapa… una experiencia irrepetible
Indicadores del desarrollo físico y psicológico desde los 6 hasta los 10 años
Desarrollo físico
Los niños en edad escolar tienen, por lo general, habilidades motrices fuertes y bien establecidas, pero su coordinación ojo-mano, resistencia, equilibro y otras capacidades varían. Existirán diferencias considerables en la estatura, el peso y el físico, pero esto no debe extrañarle: recuerde cuánto influyen los antecedentes genéticos, la nutrición y la actividad física que haya realizado hasta este momento.
Es por ello que se insiste en el importante rol que juegan los padres en el desarrollo físico y psicológico de sus hijos.
Desarrollo psicomotor grueso y fino
A través del movimiento, el niño descubre e interioriza el mundo que lo rodea. Entre los 6 y 7 años termina de formar su imagen corporal y desarrolla las posibilidades de control postural. Hacia los 8 y 9 años se alcanza la madurez nerviosa y los movimientos son armónicos, precisos y equilibrados.
Las destrezas motrices finas, que permiten la independencia de los segmentos corporales y el control de pequeños grupos de músculos, también varían considerablemente de un niño a otro. Y entiéndase que, por ejemplo, la buena coordinación brazo-mano y óculo-manual, son fundamentales para el correcto aprendizaje de la lectura y la escritura.
En esta etapa el infante debe abrocharse los zapatos, escribir correctamente, vestirse solo o realizar algunas tareas domésticas como tender la cama o fregar los platos. Estos constituyen importantes indicadores de su desarrollo físico y psicológico.
El grupo, sin duda, lo ayudará a fortalecer sus habilidades físicas, sociales y mentales, por ello es muy importante que el niño adquiera confianza en sus amistades y se sienta feliz y aceptado en ese entorno. A partir de este momento los amigos serán tan o más importantes para él que los padres o tutores.
Desarrollo del lenguaje
Entre los 6 y 7 años ya deben ser capaces de usar oraciones simples que contengan entre 5 y 7 palabras. Para los 8, 9 y 10 años la gramática y la pronunciación se vuelven normales y poco a poco son capaces de elaborar oraciones más complejas.
Para el final de esta etapa, los niños dominan un lenguaje más amplio, usan adecuadamente los verbos, conjunciones y pronombres, saben distinguir los diferentes niveles de expresión (familiar, cultural y vulgar) y pueden contar un relato coherente y bien estructurado. Pero, además, sabrán describir perfectamente sus experiencias, ideas y sentimientos, así como las de sus amigos, mostrando avances en su desarrollo físico y psicológico.
El retraso en la evolución del lenguaje puede estar ocasionado por problemas auditivos o de inteligencia, lo cual debe ser de máxima preocupación para la familia. Por otra parte, los niños que no son capaces de hacerse entender bien, son más propensos a los comportamientos agresivos o rabietas. Si su hijo o hija se encuentran en este caso, deben llevarse de inmediato al especialista en la materia o logopeda.
Desarrollo cognitivo e intelectual
Un niño de 6 años debe ser capaz de concentrarse en una tarea, al menos por 15 minutos, y ya a los 9 años debe aumentar hasta 1 hora.
El egocentrismo infantil, característico en los primeros 6 años de vida, se va sustituyendo por un sentido crítico en constante aumento como parte de su desarrollo físico y psicológico, comenzando a diferenciar perfectamente la fantasía de la realidad.
Dominan la lectura y la escritura y no habrá otro periodo de la vida donde la memoria mecánica llegue a ser tan poderosa. Podrá recitar de memoria las listas de jugadores de fútbol, canciones y fechas señaladas. Entonces, ¿cómo no aprovechar este momento para explotar esta cualidad natural?
Enséñele las tablas de multiplicar, motívelo a conocer nombres de ríos y ciudades, conceptos y poesías. Recuerde que “lo que bien se aprende nunca se olvida” y estos conocimientos le serán útiles en el futuro.
En la etapa de los 6 a los 10 años comienzan a independizarse más de los padres y la familia, piensan en el futuro y entienden mejor el lugar que ocupan en el mundo. Pero algo ha cambiado en su desarrollo físico y psicológico: necesitan ser aceptados por los amigos. Esto llega a tales límites que, en ocasiones, pueden verse involucrados en situaciones peligrosas.
Durante los primeros años (6 a 8 años) las amistades tienden a ser del mismo sexo y hablan del opuesto como “extraños” o “terribles”. No se extrañe por los engaños, las trampas o hasta que se aparezca en casa con un objeto que no es suyo. Esto, aunque parezca normal, debe atajarse con inteligencia, enseñándoles las normas establecidas y las expectativas familiares.
Desarrollo de la personalidad, autoestima y autoconcepto
Todo lo anteriormente mencionado repercute de forma determinante en el desarrollo de la personalidad y se producen en esta etapa cambios trascendentes en los conceptos de autoestima y autoconcepto.
Hasta los 6 años el entorno del niño giraba alrededor de los padres, a partir de esa edad, se les adicionan los profesores y los amigos. La personalidad que ya estaba en construcción continúa su desarrollo sumándole estas influencias externas.
El autoconcepto se define como la percepción que el niño va teniendo de sus propias capacidades y las competencias y habilidades que va adquiriendo. Los expertos en psicología consideran que de 6 a 8 años el niño establece sus primeras conexiones auto-calificándose para determinadas cualidades. También se comparará en momentos y tiempos diferentes.
Después de los 8 años es capaz de integrar y hacer generalizaciones, tiene posibilidades de integrar conceptos opuestos, se compara con otros niños y establece diferencias y similitudes con sus amigos. Esta valoración de sus propias cualidades lo conduce a desarrollar la autoestima.
En los niños mayores de 6 años la autoestima con relación a su aspecto físico, a sus competencias académicas, sociales y físicas son las que predominan.
Esta es una etapa de gran importancia para establecer las metas de lo que los padres esperan y las posibilidades reales del niño, un estándar muy alto puede desmotivarlo y uno muy bajo puede determinar que no desarrolle su potencialidad.
A partir de los 8 años los niños son muy realistas y capaces de auto valorarse y conocer sus propias limitaciones y destrezas.
Capacidad de integración y regulación de las emociones
El niño antes de los 7-8 años no tiene la capacidad para balancear las emociones y enfrentar varios sentimientos al mismo tiempo. Es a partir de esa edad en que se logra poder compatibilizar varias emociones y por supuesto como en todo el desarrollo de la personalidad los padres ejercen una gran influencia en la adquisición de esta capacidad.
La acción cotidiana de la familia, los profesores, los amigos y el entorno van influyendo en la capacidad de integrar las emociones y lidiar con varios sentimientos algunos de ellos contrapuestos. Esto será un aspecto básico en su comportamiento en la vida adulta.
A este aprendizaje contribuyen enormemente las interacciones cotidianas con sus padres, que le ayudan a interpretar los distintos estados emocionales y a integrarlos, los padres están promoviendo el desarrollo emocional y de la personalidad del niño.
Desde los 6 o 7 años los niños comienzan a utilizar procedimientos para regular sus emociones, pero es aún muy sensible a todo lo que lo rodea y es muy inestable. A partir de los 7 años es que logra controlar más su respuesta ante los acontecimientos. La regulación de las emociones y como lograr su control es un aspecto que repercutirá en la vida adulta y es un aprendizaje que los padres le deben proporcionar a sus hijos.
¿Cuáles son los síntomas principales de trastornos del desarrollo físico y psicológico entre los 6 y 10 años?
Haciendo una apretada síntesis de los síntomas y algunos problemas ante los cuales debes estar muy vigilante en el desarrollo físico y psicológico de tu hijo se encuentran:
- Retraso en el crecimiento
- Dificultades visuales y auditivas
- Problemas digestivos
- Afecciones respiratorias
- Caries e infecciones bucales
- Trastornos en la alimentación
- Deformaciones óseas, como desviaciones de la columna
- Problemas de dentición
- Trastornos en la alimentación
- Dificultades con el sueño
- Orinarse en la cama
En esta etapa con el inicio de la escuela, comienzan a hacerse más evidentes trastornos del aprendizaje que podían no haber sido detectados en etapas más tempranas de su vida. Aparecen los trastornos específicos del aprendizaje, a los cuales nos referimos en otra página de chupete.com. También a esta edad se hacen más evidentes los problemas de comportamiento y en particular la hiperactividad y el control de las emociones.
También hay alteraciones específicas de la incorporación a la escuela como la fobia escolar, de la que puedes tener más información en nuestras páginas.
En esta etapa del desarrollo físico y psicológico de los niños, también pueden aparecer tics nerviosos, mutismos, ansiedad y otros trastornos de conducta que pueden requerir atención especializada.
Consejos a los padres hasta los 10 años
Los padres aspiran a lograr el mejor desarrollo físico y psicológico en sus hijos, por ello:
- Demuéstrele afecto, reconozca sus logros y esté al tanto de sus preocupaciones.
- Vele por el rendimiento escolar y porque realice sus deberes.
- Utilice la disciplina para guiarlo y protegerlo, en lugar de castigarlo.
- No le programe muchas actividades en su horario libre. El tiempo de descanso es muy importante.
- Los muchachos están expuestos a cuestiones relacionadas con violencia, sexo o drogadicción. Hable sobre estos temas y oriéntelo.
- Estimúlelo a practicar deportes para evitar la obesidad, pero que sea en áreas seguras.
- Las clases de natación, el uso de cascos y cinturones de seguridad pueden salvarle la vida.
- Fomente su autonomía permitiéndole elegir la ropa que usará o participar con su colectivo en campamentos y excursiones.
- Apóyelo frente al fracaso escolar y la frustración. Preocúpese si es víctima de acoso escolar o sufre de ansiedad y depresión.
Indicadores del desarrollo físico y psicológico en la adolescencia
La adolescencia es el periodo del desarrollo biológico, psicológico, sexual y social posterior a la niñez, que comienza con la pubertad y termina en la edad adulta. Generalmente se inicia entre los 10 y 12 años y finaliza entre los 19 y 24.
A la pubertad también se le denomina “adolescencia inicial”. Esta comienza a los 10 años para las niñas y a los 11 para los varones, y se extiende hasta los 14 o 15 años. La “adolescencia media y tardía” se prolonga hasta los 19.
Desarrollo físico
En la pubertad o “adolescencia inicial” se producen cambios muy importantes en el cuerpo del niño o la niña, pues van adquiriendo la capacidad de reproducirse sexualmente. El crecimiento se acelera y se observan diferencias muy notables en el tamaño, forma, composición y desarrollo funcional del cuerpo. En el sentido estricto de la palabra la “pubertad” se refiere más a los cambios corporales en cuanto a la maduración sexual, que a los cambios psicosociales y culturales a los que esto conlleva.
El desarrollo físico trae consigo cambios hormonales en los adolescentes jóvenes, comprendidos entre los 12 y los 14 años de edad. En los varones aparece el vello púbico y facial, crece el pene y la voz se vuelve más grave, y en las hembras crecen las mamas y el vello púbico, y comienzan sus periodos menstruales.
La llegada de la menstruación es un momento trascendental. Algunas jovencitas lo reciben con alivio y alegría mientras otras muestran miedo y desconcierto. Como promedio las niñas tienen su primer período entre los 12 y 13 años y si no se prepararan con antelación, pueden sorprenderse o asustarse con su aparición.
Entre los 15 y los 17 ya los cambios son más significativos desde el punto del desarrollo físico y psicológico. Les preocupa su cuerpo y están desarrollando sus propias opiniones y personalidad. También es un momento muy importante para adquirir mayor independencia y responsabilidad.
De forma general en estas edades la mayoría de las niñas ya habrán alcanzado su madurez física, sin embargo, los varones podrán estar todavía completando su desarrollo.
Desarrollo cognitivo
El desarrollo cognitivo, dentro de los indicadores del desarrollo físico y psicológico, ha madurado lo suficiente. Ya los adolescentes son capaces de hacer razonamientos más lógicos y complejos, y verbalizan mejor sus sentimientos. Adquieren hábitos de trabajo, se muestran más preocupados por sus estudios y distinguen sin problemas entre lo correcto y lo incorrecto.
Esta etapa está caracterizada por grandes cambios y debe acompañarse de una permanente atención. No invada su espacio, solo esté atento y listo para ayudarlo cuando le solicite apoyo. Son momentos difíciles y es natural que dude, que sienta incertidumbre y preocupación, y es imperdonable dejarlos solos. Recuerde que muchos jóvenes buscan en las calles lo que no encuentran en sus hogares y generalmente, y estos caminos son escabrosos.
Cuando los adolescentes avanzan en su desarrollo físico y psicológico, aparecen cambios emocionales y sociales. Entre los más significativos están:
- Muestran mayor independencia.
- Se preocupan más por su imagen física y se interesan por las personas del sexo opuesto.
- Pasan por periodos de gran expectativa y falta de confianza.
- Cambian constantemente de humor.
- Se dejan influir por amigos de la misma edad y comparten más con ellos que con su familia.
- Demuestran menos afecto por sus padres y en ocasiones son rudos y agresivos.
- Se estresan con facilidad cuando aumentan las exigencias.
- Presentan problemas alimentarios.
- Son muy inestables y tienden a sentir tristeza y a deprimirse con frecuencia. Esto puede afectarlos en el rendimiento escolar o hacer que consuman alcohol, drogas y tengan relaciones sexuales desprotegidas.
Personalidad, autoconcepto y autoestima
La evolución de los conceptos de autoconcepto y autoestima que se alcanzaron en las etapas previas se mantienen prácticamente de forma estable, hasta la adolescencia. En esta etapa de cambios transcendentales la autoestima decrece y es muy importante reforzar los patrones de conducta, la comunicación y la interacción con los jóvenes para elevarla. Se ha comprobado que los chicos y chicas con alta autoestima son más alegres, confiados, independientes y enfrentan la frustración con una mejor preparación.
La evolución y el desarrollo de estos aspectos están estrechamente relacionados con el papel protagónico que los padres y los formadores que siguen tendiendo en esta etapa tan crítica de la vida.
Regulación de las emociones
A los 10 años tu hijo es un niño dócil y cariñoso puesto que habrá aprendido a regularse efectivamente, pero al llegar a los 11 y comenzar a experimentar cambios propios de la pubertad, vuelven los estados emocionales como la ira y la impulsividad. Conforme va adaptándose a la nueva etapa dentro de la adolescencia, el niño comienza a suavizar las relaciones con los demás y se calma mucho más rápido que en años anteriores.
Se siente mayor y reivindica los beneficios de serlo con un deseo de mayor autonomía que sus padres han de saber gestionar. Pero lo fundamental es que sea con un estilo democrático donde se usen métodos de comprensión mutua, razonados pero firmes y tomar decisiones para el menor con límites muy bien establecidos.
Signos o síntomas de que el adolescente puede estar presentando problemas en su desarrollo físico y psicológico
Numerosas son las manifestaciones que puede tener un chico o una chica de que está sucediendo algo en su vida que requiere la atención de los padres y de su entorno.
En ocasiones se producen comportamientos en la etapa de la adolescencia que podrían ser normales en esa época de la vida, pero en otras pudieran ser reacciones ante determinados conflictos a los cuales no sabe cómo darle solución. Pero detrás de algunos de estos signos de alarma pudieran ocultarse problemas más serios y profundos.
La lista puede ser muy extensa, es por eso que solo vamos a mencionar algunos de ellos:
- Trastornos en el crecimiento
- Problemas de la vista o del oído
- Nódulos o bolitas que antes no existían
- Problemas digestivos o respiratorios
- Caries o dolor de dientes y muelas
- Falta o exceso de hambre o sueño
- Cambios de peso notables
- Desviaciones de la columna, escoliosis o curvatura del sacro
- Alteraciones y cambios en la piel como verrugas o lunares que crecen
- Úlceras en la piel que no cicatrizan
- Enfermedades de transmisión sexual
- Embarazos no deseados
- Problemas para fijar la atención y poca concentración
- Obsesiones o conductas repetitivas
- Cambios repentinos y extremos de humor
- Comportamiento agitado, impulsividad , irritabilidad o señales de conducta violenta
- Baja notable en el rendimiento académico
- Falta de interés por personas y cosas que antes apreciaba
- Dificultades en las relaciones con los demás
- Mutismo o silencios prolongados injustificados
- Tiempo excesivo fuera de la casa
Trastornos psicológicos en la adolescencia
Esta es una de las etapas del desarrollo físico y psicológico de los jóvenes donde los riesgos de los trastornos psicológicos, adquieren una mayor dimensión llegando inclusive en numerosos países a aumentar los índices de suicidio vinculado a estos problemas.
Hay un grupo de factores de riesgo que pueden abonar el terreno para que surjan y prosperen estos problemas, entre ellos está el acoso escolar, la baja autoestima, las relaciones desiguales de género, los trastornos alimentarios y las prácticas adictivas vinculadas al consumo de tabaco, alcohol y otras drogas.
Los problemas más comunes en la etapa de la adolescencia son los trastornos de la alimentación, unos por anorexia y otros por comer obsesivamente. También aparecen diversos trastornos de la conducta, depresiones, trastornos de la sexualidad, síntomas de conversión y hasta la esquizofrenia.
Las adicciones son otro de los problemas frecuentes en esta etapa de la vida, muy difíciles de solucionar una vez que se ha instaurado la adicción. Los adolescentes identifican esta como una vía para evadir la realidad hasta que llega el momento en que las sustancias dominan el cuerpo y la mente.
Ante todas estas situaciones es imprescindible la ayuda especializada y la detección temprana para poder actuar a tiempo.
Consejos para la crianza saludable del adolescente
- Gánese su confianza y sea honesto.
- Aliente a su hijo para que realice actividades físicas por lo menos durante 1 hora diariamente. Esto evitará la obesidad y en su vida futura lo asumirá como una rutina.
- Comer en familia ayuda a los adolescentes a crear correctos hábitos de conducta, a consumir alimentos sanos y permite el diálogo.
- Responda cualquier inquietud que tenga sin temores o tapujos. El momento adecuado será cuando se presente la duda. Nunca es demasiado pronto.
- Háblele claramente sobre los peligros que pudiera enfrentar con el consumo de drogas, alcohol o relaciones sexuales desprotegidas.
- Conozca con quienes se reúne e involúcrese en sus actividades docentes.
- Respete sus opiniones, tenga en cuenta sus ideas y sentimientos. Es importante que sienta que lo escucha.
- Trate de fijar las reglas de conducta: horas de llegada a la casa, cumplir los deberes escolares y con la familia, horas de descanso necesarias y controle lo que consume en internet o televisión.
- No lo consienta demasiado. Los padres confunden sus maneras de demostrar cariño y provocan daños importantes que afectan su desarrollo físico y psicológico.
- Exíjale el uso de los cinturones de seguridad y cascos protectores. Los accidentes automovilísticos son la principal causa de muerte entre los adolescentes de 12 a 14 años de edad.
- El suicidio es la tercera causa de muerte entre los adolescentes de 15 y 17 años. Háblele sobre el tema.
- Eduque a sus hijos en el respeto a la individualidad y a las diferencias. Deben conocer que la preferencia sexual no es un problema de salud, no demerita, ni merece el rechazo de sus semejantes.
- Ante cualquier cambio significativo en el comportamiento, acuda a un especialista.
Una nueva etapa… una experiencia irrepetible
Cada etapa en la vida de los hijos es una experiencia única e irrepetible. No pierda la oportunidad de verlos avanzar en su desarrollo físico y psicológico, y convertirse en hombres y mujeres listos para enfrentar nuevos retos. Sentirás un inmenso orgullo cuando llegue ese momento.