La glándula tiroidea, localizada en el cuello, interviene en la regulación de numerosas funciones del organismo. Mediante su producción de hormonas intervienen en el control del metabolismo. Los componentes del eje hipotálamo-hipófisis-tiroideo están en continua interacción para regular la producción de hormonas tiroideas. Recientes estudios demuestran que sus funciones van más allá, influyendo en la posibilidad de la mujer de quedar embarazada.
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Se estima que el 10% de las mujeres en edades comprendidas entre los 15 y 44 años presentan dificultades para quedar embarazadas y de ellas entre el 10 y el 30 % manifiestan infertilidad inexplicable. En estos no se encentran causas orgánicas o fisiológicas que impidan el surgimiento de una nueva vida.
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Nuevas investigaciones sobre la función de la glándula tiroidea y la fertilidad
Un amplio trabajo realizado en el Reino Unido y muy recientemente llevado publicados en la prestigiosa revista de Endocrinología y Metabolismo de la Sociedad Endocrina, revelaron que la disfunción de la glándula tiroidea puede ser la causa que determine una historia de poco fertilidad o pérdida del embrión o el feto. Se estima que esta afección está presente en una de cada 5 mujeres. Siendo mucho más frecuentes en las mujeres con un Índice de Masa Corporal elevado con estados de sobrepeso u obesidad.
Este estudio fue llevado a cabo en 49 hospitales de ese país durante 5 años y abarcaba los resultados de 19,000 mujeres con una historia de subfertilidad y pérdidas de embarazo a las cuales se les analizó la función de la glándula tiroidea.
Un cambio en la actividad de la glándula puede ser la responsable de la llamada infertilidad inexplicable, que es la que aparece cuando una pareja aparentemente fértil no puede concebir tras de meses de intentos.
Y la mejor noticia que la detección y el tratamiento de estas afecciones puede mejorar la fertilidad.
Hipotiroidismo e hipertiroidismo
La tiroides produce, almacena y libera dos hormonas fundamentales: la T4 o tiroxina y la T3 o triyodotironina. Estas tienen la función de regular el metabolismo del cuerpo.
Cuando la concentración de estas se altera se afectan varios sistemas orgánicos, siendo estas alteraciones ocho veces más frecuentes en las mujeres que en los hombres.
Hipotiroidismo
Cuando disminuye la actividad de la glándula, esta no produce suficiente cantidad de hormonas y el metabolismo se hace más lento.
Sus síntomas incluyen:
- Rápido aumento de peso.
- Caída del cabello.
- Debilidad.
- Depresión.
- Problemas de memoria y concentración.
- Disminución del deseo sexual.
- Ritmo cardíaco bajo.
- Dolores musculares y articulares.
- Expresión verbal y movimientos lentos.
- Hinchazón o abotagamiento en el rostro, manos y pies.
- Prolactina alta en la sangre.
Hipertiroidismo y glándula tiroidea
Cuando ocurre una actividad exacerbada de la glándula, se secretan cantidades innecesarias de las hormonas tiroideas y el metabolismo se acelera.
Se puede identificar por sus síntomas, que incluyen:
- Alteraciones del ciclo menstrual.
- Frecuencia cardiaca y presión sanguínea altas.
- Debilidad en los músculos.
- Insomnio e irritabilidad.
- Ansiedad y nerviosismo.
- Osteoporosis.
- Pérdida de peso.
- Intolerancia al calor y sudoración excesiva.
- Temblores en las manos.
Para diagnosticar ambas condiciones (hipotiroidismo e hipertiroidismo), se determina la concentración de la hormona estimulante de la tiroides (TSH).
Un valor elevado indica hipotiroidismo y producción insuficiente de hormonas tiroideas. Un bajo nivel de TSH evidencia hipertiroidismo, con producción excesiva de hormonas tiroideas.
El rango normal de esta hormona en sangre oscila entre los 0.5 y 3.5 mU/ml.
Glándula tiroidea e infertilidad
Como resultado de la alteración del metabolismo, en ambos casos se desencadenan trastornos en la ovulación, menstruales y relativos a la implantación del óvulo. Todos estos factores limitan la fertilidad de la mujer, llevando incluso a no poder concebir hasta que no se controle la actividad de la glándula.
Aunque ambas alteraciones en la función de la tiroides se relacionan con la infertilidad, su tratamiento es simple y seguro. Las mujeres a las que se le ha diagnosticado hipotiroidismo o hipertiroidismo y se encuentran bajo tratamiento no tienen dificultades para concebir.
No obstante, de no ser controlada no solo desarrollan una disminución de su fertilidad, sino que también el desarrollo normal de la gestación se ve afectado. Son más propensas a abortos, desarrollar preeclampsia, que ocurra desprendimiento de placenta, a los partos prematuros y a que sus recién nacidos tengan bajo peso.
También es conocido que las concentraciones bajas de hormonas tiroideas afectan el desarrollo cerebral del feto.
El hipotiroidismo se controla con la hormona tiroidea sintética levotiroxina, administrada de forma oral. La dosis se ajusta para cada paciente hasta alcanzar los valores normales.
Por su parte, el hipertiroidismo se trata con medicamentos antitiroideos para reducir la cantidad de hormonas que el cuerpo produce, usando yodo radioactivo para detener la producción hormonal excesiva o realizando una intervención quirúrgica.
Además de tratar las alteraciones de la tiroides, los medicamentos empleados normalizan el nivel de hormonas tiroideas y restablecen la fertilidad femenina en un abreve lapso. No obstante, de ser necesario puede procederse a la fecundación In Vitro.
Una vez embarazada, la mujer con alteraciones del funcionamiento de la glándula tiroides debe ser monitoreada durante la gestación. Para ello, se realiza un perfil tiroideo cada 6 semanas para garantizar que los niveles hormonales sean normales y evitar complicaciones.
Posibles soluciones a la infertilidad inexplicable asociadas a la glándula tiroidea
Cuando por evaluación médica de la pareja no se encuentra ninguna razón para la infertilidad y luego de varios meses de búsqueda infructuosa, se clasifica como infertilidad inexplicable. Los estudios actuales demuestran que una glándula tiroidea con una leve disminución de su funcionamiento afecta la capacidad de las mujeres de lograr un embarazo.
Pero las nuevas evidencias sugieren que solo basta con que la actividad de la glándula se encuentre en el límite inferior del rango normal para provocar infertilidad. Esta actividad no se clasificaría como hipotiroidismo ante una prueba diagnóstico regular, pero sí afectaría la capacidad de la mujer de quedar embarazada.
Se conoce que niveles bajos de la hormona tiroidea interfiere en la liberación del ovulo o sea en la ovulación, por lo que, aunque la mujer no presente el resto de los síntomas si puede tener dificultad en quedar embarazada.
En las mujeres con infertilidad inexplicable se determinó que tenían el doble de probabilidades de tener en sangre niveles altos de la hormona adenohipofisaria que estimula la glándula tiroidea (TSH, por sus siglas en inglés) y por tanto la actividad de esta glándula es baja. Esta hormona estimulante de la tiroides se produce en la glándula pituitaria en la base del cerebro, por lo que una concentración plasmática elevada es signo de que la tiroides está poco activa.
En el estudio transversal de los experimentos previamente citados, se analizaron también datos históricos de pacientes en edad reproductiva y evaluación de fertilidad normal. En ellas, los niveles de TSH eran más altos que en las mujeres con infertilidad por causa conocida, con TSH superiores a 2,5 mlU/L.
El estudio concluyó que los niveles de TSH alto-normal (que indican una actividad de tiroides disminuida) pueden ser el factor que determine la infertilidad inexplicada en la mujer. Por tanto, reducir estos niveles de TSH suplementando las hormonas tiroideas de forma sintética puede ayudar a este grupo poblacional a concebir.
Aunque aún se necesitan estudios de mayor profundidad, sin dudas es una buena noticia para las mujeres con infertilidad inexplicada. A lo anterior se suma la amplia gama de posibilidades que hoy ofrecen las tecnologías de la reproducción asistida que te pueden auxiliar en el ansiado deseo de ser madre.
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