La Organización Mundial de la Salud reveló en el pasado mes de abril del 2019, las nuevas directrices sobre actividad física, sedentarismo y sueño para niños menores de 5 años. Este organismo considera que “Aumentar la actividad física, reducir el sedentarismo y garantizar un sueño de calidad para los niños pequeños mejorará su salud física y mental y su bienestar, y ayudará a prevenir la obesidad infantil y las enfermedades asociadas a ella en etapas posteriores de la vida”.
La aplicación de las recomendaciones sobre actividad física, sedentarismo y sueño contribuirá a un mejor desarrollo físico, intelectual y cognitivo de los pequeños, pero también creará los hábitos de un estilo de vida saludable. Todo ello redundará en una mejor calidad de vida y a prevenir enfermedades no transmisibles.
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Para una actividad física hasta los 5 años saludable
Para que el menor saque provecho de su actividad física, esta debe realizarse de forma regular. Solo así la incorporará a su estilo de vida y sacará provecho de ella en el presente y en el futuro: realizar ejercicios de forma esporádica no crea el hábito en el pequeño, por lo que debe hacerse diariamente.
No obstante, no es conveniente forzar al niño más allá de los límites de su capacidad. El ejercicio físico ha de estar adaptado en tiempo e intensidad a la condición física, las preferencias personales y la edad del menor, para evitar posibles lesiones o que el niño le haga rechazo al ejercicio. Recuerda siempre que la meta es disfrutar la ejercitación, no importa si es un deporte competitivo.
En la medida que el niño alcanza los 3 años de vida, pueden incorporarse a su rutina ejercicios de intensidad media-alta y carácter aerobio como andar en bicicleta, correr, saltar, jugar al fútbol y otros. Lo importante es tratar de que el niño se ejercite al menos una hora al día. Si este tiempo es demasiado largo, puede repartirse en dos o más sesiones de ejercicio, siempre tomando en cuenta que el menor no se agote en exceso.
A estos ejercicios aerobios deben añadirse otros perteneciente a los ejercicios de fuerza, para garantizar que el pequeño fortalezca sus huesos y músculos, unas tres veces por semana. También deben fomentarse en su práctica cotidiana el incorporar rutinas que combaten el sedentarismo, como caminar para ir a lugares cercanos, evitar las escaleras mecánicas y ascensores y en su lugar utilizar de preferencia las escaleras y otras muchas que mejoran la condición física.
Desarrollando resistencia, fuerza y flexibilidad
Estos tres aspectos son vitales para estar en buena forma física, y al ejercitarlos garantizamos que nuestro pequeño esté preparado para su vida futura.
Los ejercicios de resistencia son fundamentalmente los aerobios, en los que se estimula la oxigenación del organismo y se incrementa la actividad respiratoria y cardiovascular. Entre estos ejercicios se encuentran el baloncesto, el patinaje en línea, la natación, el tenis, el ciclismo y el fútbol. No obstante, caminar, correr y saltar son actividades que pertenecen a esta categoría.
Los ejercicios de fuerza no se limitan a la halterofilia. Las flexiones, las lagartijas, los abdominales o el simple hecho de subir a un árbol o colgarse de las barras de un parque son actividades que desarrollan este aspecto y fortalecen sus huesos y músculos.
Por último, los ejercicios de flexibilidad facilitan los movimientos de las articulaciones y desarrollan el equilibrio y la propiocepción. Los estiramientos, la gimnasia y las cabriolas son ejemplos de estos ejercicios.
Actividad física, sedentarismo y sueño de 0 a 1 año
Durante sus primeros meses de vida, un bebé no requiere de tanta actividad física. Basta con que se ejercite 30 minutos diarios con sus padres jugando, agarrando cosas o investigando su entorno, una vez que puede sostener su cabecita. Las actividades recomendadas para este período de vida incluyen juegos en el agua o en el suelo, siempre supervisadas por sus padres, que buscarán que el bebé mueva brazos y piernas, busque y recoja objetos, gire la cabeza, siga los movimientos de objetos y otros.
Aún es temprano: en la medida que crezca, comenzará a permanecer sentado, gatear y caminar. No debe permanecer sujeto más de una hora a ningún dispositivo auxiliar que los obligue a permanecer inactivos como sillas, mecedoras u otros.
Lo que sí es muy importante es que en este período el menor goce de una buena calidad de sueño. De 0 a 3 meses de edad debe dormir entre 14 y 17 horas al día, mientras que desde los 4 a los 11 meses lo normal es que los niños duerman de 12 a 16 horas diarias.
Eso sí, durante este período de su vida la Organización Mundial de la Salud desaconseja firmemente exponer al pequeño a tiempo de pantalla frente a la televisión o dispositivos móviles.
Actividad física, sedentarismo y sueño de 1 a 2 años
Aunque aún durante el primer año de vida se desaconseja que el pequeño interactúe con dispositivos o la televisión, ya en su segundo año se puede incorporar algunos programas de entretenimiento didácticos, siempre y cuando estos no excedan la hora frente a la pantalla.
En contraposición, los niños en este período deben tener al menos 180 minutos de actividad física. La mayoría de los pequeños en estas edades ya caminan, por lo que es conveniente llevarlos a pasear y que jueguen con objetos que mejoran su coordinación, como con pelotas y otros aditamentos similares.
Aun así, en esta edad juega un papel fundamental el conservar la calidad del sueño. Para un descanso reparador, se recomienda que el pequeño duerma entre 11 y 14 horas diarias.
Actividad física, sedentarismo y sueño de 3 a 5 años
En esta etapa pre-escolar, los niños son mucho más activos. Por ello, de los 180 minutos de actividad física recomendados por la Organización Mundial de la Salud al menos 1 hora deberá dedicarse a actividades que involucren ejercicios de moderados a vigorosos. Se recomienda además que estos sean actividades deportivas con otros niños, que favorecen la capacidad de relacionarse y desarrollar habilidades sociales.
Así, los niños en esta etapa de vida deben aprender a andar bicicleta aunque sea con la ayuda de triciclos o ruedas de entrenamiento, columpiarse, saltar, correr y otras actividades similares.
El sueño sigue siendo un espacio importante dentro de la vida del menor, al que debe dedicar un mínimo de 11 horas y un máximo de 13. El tiempo frente a la pantalla debe continuar siendo monitoreado por los padres, sin exceder la hora de duración.
Y siempre recuerda…
Los menores que realizan actividades físicas regularmente integran esta costumbre saludable a su estilo de vida. Disminuyendo el sedentarismo, se previene la aparición de ciertas enfermedades crónicas tales como el cáncer, la diabetes, la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, la obesidad, los problemas osteo-musculares y numerosas afecciones de carácter mental, pues el ejercicio fomenta una actitud positiva ante la vida.
Es tu responsabilidad como padre y madre comprometidos con el futuro de ese fruto, inculcar un estilo de vida que favorezaca su crecimiento y desarrollo. Es una inversion en su futuro que comienza desde su propio nacimiento.
El futuro de tu hijo, depende de los hábitos que le crees en esta primera etapa de su vida. Cumplir las recomendaciones sobre actividad física, sedentarismo y sueño para niños menores de 5 años hará que tu hijo se prepare para una mejor vida.
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