Hoy hablaremos de la onfalitis neonatal. Esta es una infección que se produce en el cordón umbilical y el ombligo, ese remanente que es la marca o cicatriz que queda como recuerdo de la indisoluble unión entre la madre y el feto. El ombligo es la huella posterior a la pérdida del cordón umbilical.
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Después del nacimiento del bebé, se procede a cortar el cordón umbilical, quedando un muñón de aproximadamente 4 centímetros que en el transcurso de 1 a 3 semanas se va secando y se desprende.
Sin embargo, un aspecto poco conocido son las enfermedades que pueden atacar al bebé desde esta singular marca de nacimiento. La onfalitis neonatal es una de las más alarmantes por servir de antesala a infecciones mucho más severas y alarmantes.
Contenido
- 1 ¿Qué es la onfalitis?
- 2 Causas de la onfalitis y entrada de gérmenes
- 3 Presencia de la onfalitis en el recién nacido
- 4 Síntomas de la onfalitis
- 5 ¿Quiénes pueden ser más susceptibles a padecer la onfalitis?
- 6 ¿Qué hacer ante la sospecha de una onfalitis?
- 7 ¿Cómo se efectúa el diagnóstico de la onfalitis?
- 8 ¿Qué hacer ante una onfalitis?
- 9 ¿Cómo evoluciona la onfalitis en el recién nacido?
- 10 ¿Se puede prevenir la onfalitis?
¿Qué es la onfalitis?
Es una enfermedad del neonato, siendo su aparición más frecuente entre el tercer y cuarto día de nacido. La onfalitis es el nombre médico que recibe la infección del muñón del cordón umbilical, ombligo y de los tejidos que lo rodean.
La presencia de esta enfermedad también podría ser entre la primera y segunda semana después del nacimiento. Para algunos expertos, el mayor peligro se encuentra una vez eliminado el cordón umbilical, en ese momento en que el ombligo se haya más descubierto y desprotegido.
Se acompaña de secreción purulenta con mal olor que sale del muñón del cordón umbilical, con inflamación, enrojecimiento y endurecimiento en la zona del ombligo y sus alrededores. Puede también haber sangramiento.
Causas de la onfalitis y entrada de gérmenes
Su causa es infecciosa y está asociada a diferentes microrganismos. Los más frecuentes son: Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes . También pueden encontrarse Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, y Proteus mirabilis todas bacterias Gram negativas. En los bebés de madres que padecieron de infección en las membranas que envolvían al feto como el corion y el amnios (corioamnionitis) pueden encontrarse bacterias anaerobias.
El proceso de la entrada de gérmenes a través del cordón umbilical durante los primeros días de formación del ombligo tiene su explicación en el alto grado de absorción de ese órgano. Hay que recordar que es a través de él que el feto recibe alimentos y otras sustancias vitales suministradas por su madre. Esta facultad no se pierde instantáneamente una vez que el niño nace, persiste la permeabilidad de los vasos umbilicales hasta aproximadamente 20 días después del parto.
Debido a que en ese tiempo los vasos sanguíneos de la zona se hayan casi expuestos por completo, es muy fácil que penetre algún germen indeseado. Una vez alojado en el bebé, la enfermedad transita por el sistema vascular, pudiendo llegar a multiplicarse y evolucionar desde la onfalitis hasta padecimientos mucho más graves.
Presencia de la onfalitis en el recién nacido
La frecuencia de aparición de la onfalitis varía sustancialmente entre los países desarrollados y en vías de desarrollo. Los países desarrollados muestran cifras tan bajas como un 0,7% y en los países en vías de desarrollo debido a sus condiciones higiénicas menos favorables y la dificultad para acceder a los servicios médicos su incidencia se eleva hasta un 8%.
En poblaciones con bajos recursos económicos la onfalitis se produce hasta en un 22 % de los bebés nacidos en domicilios y un 8% de los partos hospitalarios.
Síntomas de la onfalitis
Los síntomas fundamentales de la onfalitis son la secreción mucosanguinolenta por el muñón del cordón umbilical con un olor muy desagradable. Puede estar más húmeda la zona, enrojecida y endurecida.
De acuerdo a la severidad de la infección se puede acompañar de fiebre, decaimiento, irritabilidad, llanto frecuente y disminución de la succión.
Diferentes grados de gravedad de la onfalitis neonatal
Los expertos consideran que de acuerdo a los síntomas y a las características esta enfermedad puede tener 4 grados diferentes:
1.- Muñón del cordón umbilical con apariencia poco saludable con secreción purulenta y mal olor.
2.- Además de los síntomas anteriores hay celulitis de la pared abdominal, enrojecimiento y sensibilidad alrededor de la zona de implantación.
3.- Todos los signos y síntomas anteriores se acompaña con signos sistémicos de infección.
4.- Es el caso más grave se produce un destrucción del tejido umbilical, con manchas sanguinolentas alrededor, con afectación del tejido en sus alrededores y se acompaña de infección generalizada y schock.
¿Quiénes pueden ser más susceptibles a padecer la onfalitis?
Hay una serie de factores de riesgo que pueden hacer a los recién nacidos más propensos a desarrollar onfalitis, entre ellas:
- Bebés prematuros
- Bajo peso al nacer
- Bebes producto de partos prolongados
- Rotura prematura de membrana
- Corioamnionitis
- Parto no estéril
- Cateterización umbilical
- Parto domiciliario
- Manejo inadecuado del cordón
- Alteraciones del sistema inmunológico
¿Qué hacer ante la sospecha de una onfalitis?
Como previamente hemos mencionado esta afección se presenta en los primeros días o semanas de vida, de ahí que si el niño está en la casa lo primero será acudir a su pediatra para que lo examine. Si presenta secreciones blanquecinas o purulentas, no puedes perder tiempo, debes acudir de inmediato.
La mayor causa de letalidad de la onfalitis radica en su rápido paso hacia el torrente sanguíneo donde es muy probable que evolucione hacia una complicación grave.
¿Cómo se efectúa el diagnóstico de la onfalitis?
La mayoría de los casos de onfalitis son de carácter leve, el diagnóstico es fundamentalmente clínico. Los especialistas pueden identificar la presencia de una infección en el cordón umbilical luego de un simple examen clínico y sin necesidad de procedimientos invasivos, ni de estudios complementarios.
En los casos más severos con presencia de fiebre, secreción de pus por el muñón y de manifestaciones sistémicas se requiere pruebas de sangre así como podría ser necesario un ultrasonido abdominal u otras pruebas de imágenes como la tomografía computarizada.
De acuerdo a las manifestaciones clínicas y a la toma del estado general pudiera ser necesario el cultivo de líquido céfalo raquídeo, o el de sangre.
¿Qué hacer ante una onfalitis?
La conducta que el pediatra decida aplicar dependerá siempre del diagnóstico y de las condiciones generales del pequeño, pero es muy probable que en los casos leves solo le indique pomadas antibióticas de uso local, alguna solución antiséptica y una vigilancia estrecha de su evolución.
En los casos más severos lo más probable es que se requiera el ingreso hospitalario y la administración de antibióticos por vía intravenosa. Como no se puede esperar el resultado de los cultivos para imponer el tratamiento específico para los microrganismos causantes de la infección lo más probable es que comience con lo que se conocen como antibióticos de amplio espectro que atacan tanto a las bacterias Gram negativas como Gram positivas. El tratamiento se recomienda por al menos 10 días.
¿Cómo evoluciona la onfalitis en el recién nacido?
La onfalitis en la gran mayoría de los casos es una enfermedad leve, pero cuando se presentan complicaciones pudieran ser graves. Por supuesto que estas son más frecuentes en países en vías de desarrollo que en los países desarrollados. La mortalidad en neonatos con onfalitis se estima entre 7 a 15%
Las complicaciones pudieran sospecharse si el bebé tiene fiebre elevada, tiene un sueño prolongado, si rechaza los alimentos, si se nota decaído o si está muy irritable.
La complicación más frecuente de la onfalitis es la sepsis, pero también se puede presentar fascitis necrotizante, trombosis de la vena porta, absceso hepático, peritonitis, arteritis séptica abdominal, gangrena intestinal y fallecimiento del recién nacido.
¿Se puede prevenir la onfalitis?
Siempre reiteramos que el mejor de los tratamientos es la prevención, es por ello que los cuidados del cordón umbilical son esenciales en el recién nacido.
Ellos comienzan durante el propio embarazo ya que si la madre presenta microrganismos en la vagina que pueda transmitir a su hijo, los mismos deben ser tratados antes del parto.
En los países en vías de desarrollo se recomienda el uso de soluciones antisépticas en el cuidado del cordón umbilical, pero estudios llevados a cabo en los países desarrollados encuentran que el lavado con agua y jabón demuestra igual grado de efectividad además de ser una alternativa fácil y barata.
El contacto piel a piel entre la madre y su hijo se considera que puede aportar beneficios al pequeño transmitiendo microrganismos favorables para el pequeño.
En la prevención de todas las infecciones el cuidadoso y esmerado lavado de las manos antes de la manipulación del recién nacido es un factor protector de primer orden.
Para prevenir la onfalitis, te recomiendo que leas: Cuidando el cordón umbilical del recién nacido