El parto prematuro según los datos del 2018 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de mortalidad infantil a nivel mundial en menores de 5 años. Las causas del parto prematuro sigue siendo un enigma muy bien guardado, pero recientemente han surgido nuevas pistas relacionadas con las bacterias de la vagina y del cérvix.
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Contenido
- 1 Importancia del parto prematuro
- 2 Bacterias de la vagina y del cérvix
- 3 ¿Cuáles son las consecuencias del desequilibrio de esta microbiota vaginal?
- 4 Síntomas más frecuentes de las infecciones del cérvix
- 5 Bacterias de la vagina y del cérvix como predictores de parto prematuro
- 6 ¿Cómo se pueden prevenir las infecciones?
Importancia del parto prematuro
Las estadísticas mundiales de la OMS señalan que cada año nacen alrededor de 15 millones de niños antes de que cumplan las 37 semanas de gestación (prematuros). Esta cifra continua en aumento. Según los datos del 2015 un millón de muertes se produjeron por esta causa. La tasa de nacimientos prematuros varía entre un 5% y el 18% de los recién nacidos. Este organismo considera que el 75% de estas muertes se hubieran podido evitar. Se estima que cada día más de 3 000 niños mueren por complicaciones relacionadas con el nacimiento prematuro.
El parto prematuro además de la propia mortalidad puede provocar daños neurológicos en el pequeño como parálisis cerebral, ceguera, trastornos auditivos y retardo en el desarrollo. Todo lo anterior los hace más vulnerables ante los retos que su propia vida les impone.
Estudios llevados a cabo en España consideran que la tasa de partos prematuros es elevada, con una relación de uno por cada 13 partos. De esos niños prematuros un 24% han sido ingresados nuevamente por problemas respiratorios según datos de la Sociedad Española de Neonatología. Ellos representan el 75% de los ingresos de recién nacidos y presentan mayores problemas de salud que los bebés nacidos a término.
Bacterias de la vagina y del cérvix
La comunidad de bacterias de la vagina y el cérvix constituyen lo que actualmente es conocido como microbioma o microbiota cérvico vaginal, anteriormente se llamaba flora vaginal. Pero aunque no lo creas en cada mililitro de esta secreción conviven más de un millón de microrganismos.
En una mujer saludable la microbiota vaginal está constituida por microrganismos que necesitan el oxígeno para vivir (aeróbicos) y otros que pueden vivir sin oxígeno (anaeróbicos). Ellas viven en esa zona y se mantienen como su hábitat normal y establecen un equilibrio entre las bacterias buenas y malas impidiendo que estas últimas se multipliquen, predominen y provoquen una infección.
Habitualmente el 85% de ellas son consideradas favorables para el ambiente cervico-uterino estando constituidas fundamentalmente por diferentes especies de Lactobacilos.
Cuando se rompe el balance entre las bacterias buenas y malas se produce lo que es conocido como una disbiosis y otros microrganismos pueden crecer dando origen a una disminución de la respuesta antimicrobiana y con ello conducir a infecciones en diferentes partes del aparato reproductor.
Entre las bacterias anaeróbicas no lactobacilos más recurrentes se encuentran Gardnerella vaginalis, Mobiluncus, Prevotella,Atopobium, Parvimonas, Megasphaera, Peptoniphilus y Streptococcus. También la Neisseria gonorrhoeae, y algunas especies de Candida, como la Candida albicans, y Mycoplasma.
El predominio de estas bacterias anaeróbicas puede provocar un pH más elevado de las secreciones cervico vaginal. También se producen complejos y diversas asociaciones bioquímicas.
¿Cuáles son las consecuencias del desequilibrio de esta microbiota vaginal?
Como previamente señalamos la pérdida de este equilibrio puede conducir a infecciones y en el caso de las mujeres embarazadas se ha comprobado que pueden ocasionar problemas en el desarrollo de la gestación. Algunos de los trabajos más recientes asocian las bacterias con el riesgo del parto prematuro. Se considera que entre el 25 y el 40% de los partos prematuros se asocian con infecciones del tracto genital.
La vaginosis bacteriana se asocia a un incremento en la incidencia de partos prematuros. Algunos microorganismos en particular como el micoplasma, mobiluncus y atopobium se relacion con el aumento de los partos prematuros. Un hallazgo interesante fue que tratar la vaginosis no siempre contribuía a reducir los partos prematuros.
Esta es una de las infecciones más frecuentes, y es provocada por el lavado muy frecuente de los genitales externos, el uso de ropa húmeda, entre otras causas. La infección por candidiasis también es conocida como candidiasis o moniliasis, aunque existen otras muchas otras. El seguimiento médico con un ginecólogo y un tratamiento efectivo puede eliminar con éxito estos microorganismos.
Síntomas más frecuentes de las infecciones del cérvix
Existen otras consecuencias asociadas a las bacterias del cérvix y la vagina que pueden provocar determinados síntomas que pueden indicar que estamos ante la presencia de una infección severa. Entre ellas:
- Inflamación pélvica provocada por una infección crónica.
- Cuando la embarazada presenta abundante sangrado de la vagina.
- Presencia de sangrado vaginal acompañado por flujo más o menos abundante, que puede ser de color amarillo o blanco.
- Cuando la embarazada presenta una secreción vaginal, tiene mal olor y es abundante.
- Cólicos o dolores semejantes a los que siente cuando tiene el período, que en ocasiones pueden ser intensos.
- Dolor abdominal agudo acompañado con hincadas en las zonas más bajas del vientre al realizar movimientos, incluso a la hora de sentarse. Puede también percibir un dolor parecido al que se padece cuando se está en presencia de una probable apendicitis.
- Sensación de ardor al orinar, secreción anal, prurito y enrojecimiento vaginal.
Si tiene cualquiera de estas señales o síntomas, la mujer embarazada debe acudir al ginecólogo, para que le realice un chequeo completo. Estás incluyen exámenes de sangre, un chequeo del sistema inmunológico, ultrasonidos, y cultivos para determinar si padece de algún tipo de infección.
Bacterias de la vagina y del cérvix como predictores de parto prematuro
Estudios recientes de la Escuela de Medicina de Perelman, en la Universidad de Pensilvania, han dejado establecido que una alta concentración de las bacterias “buenas” protegen a la mujer de sufrir un parto prematuro.
Para obtener estos resultados se analizaron unas 2000 muestras vaginales tomadas a mujeres en tres períodos diferentes del embarazo y llegaron a la conclusión que mientras las bacterias anaerobias son un factor de riesgo, cuandopredominan la bifidobacterium y lactobacillus , el nacimiento prematuro era menor.
Gracias al estudio anterior, en base a las bacterias de la vagina y del cérvix, su concentración y naturaleza, podría predecirse un posible riesgo de parto prematuro.
Estos datos abren las puertas para en el futuro emplear estrategias específicas para reducir el número de bacterias anaerobias e incrementar las cepas de bifidobacterium y lactobacillus. Esta posibilidad se encuentra actualmente en estudio y no se ha dicho la última palabra sobre ello.
¿Cómo se pueden prevenir las infecciones?
La mejor manera de prevenir las infecciones por los microrganismos del cérvix, es una adecuada higiene.
Un momento en el que disminuye la flora vaginal es durante el periodo de la menstruación, por lo que el uso de tampones estériles se hace necesario. También el uso de contraceptivos estériles es coadyuvante en la prevención de las infecciones y, teniendo en cuenta que las bacterias pueden afectar el aparato urinario, es recomendable orinar luego de tener relaciones sexuales.
La higiene personal, las relaciones sexuales protegidas y realizarse chequeos médicos de forma periódica son la mejor manera de prevenir las infecciones bacterianas.
Durante el embarazo, la asistencia a consulta ginecológica es fundamental con la finalidad de tener una buena salud desde que estas planificando el embarazo, durante el mismo y por encima de todo prevenir el riesgo de un parto prematuro.