Te puede parecer poco probable, pero debes de estar preparada por si el bebé se cae. Y es que por mucho cuidado que tengas, por mucho que te esmeres, podría ser que eventualmente, en algún momento, el pequeñito de caiga de su cuna, de su silla, de su cambiador o de algún otro lugar, y por supuesto termina dándose un buen golpe contra el suelo.
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Aunque esto suele ser motivo de llantos y mucha inquietud, es perfectamente normal y les puede suceder a casi todas las madres. Los bebés son inquietos por naturaleza y se voltean, se retuercen, hacen fuerza cuando se les trata de cargar y son impredecibles. Si ya están en edad de gatear o dar sus primeros pasos, estos accidentes domésticos serán mucho más frecuentes.
Si el bebé se cae…
Lo primero es no dejarse llevar por la angustia y mantener la calma. Además del dolor que pueda haberle provocado el golpe, los bebés perciben y repiten los estados de ánimo de sus cuidadores. Si la madre se asusta o se pone nerviosa, el bebé también se altera y comenzará a llorar más fuerte.
En dependencia de la magnitud del golpe y sus consecuencias sobre la anatomía del niño, la madre debe evaluar de forma objetiva si es necesario o no acudir a urgencias. La mayoría de las veces estas caídas no tienen mayores consecuencias que unas lágrimas, una heridita en el mentón y uno que otro hematoma o chichón en la cabeza.
Las caídas de la cama, de la mesa de cambiar el pañal, del cochecito o de la sillita de comer son las más probables. Cuando el niño comienza a explorar el mundo que lo rodea, además puede tropezar y caer en sus primeros pasos, puede que derribe algún objeto y este le lesione algún lugar de su frágil cuerpecito.
Cualesquiera que hayan sido las circunstancias, luego del accidente es importante que la madre se asegure que el golpe no haya tenido ninguna consecuencia seria.
Los bebés son de goma, pero…
El refrán popular guarda mucho de verdad: el esqueleto del bebé aún no se ha calcificado por completo, por lo que sus huesos son mucho más elásticos y flexibles. Eso les preserva de fracturas y les protege de caídas que, aunque muy estrepitosas, no tienen en la mayoría de las ocasiones mayores consecuencias.
No obstante, los traumas craneales si necesitan de mucha atención, pues pueden provocar conmoción cerebral. Si el bebé se cae, la madre debe seguir los siguientes pasos:
Consolar al bebé: por muy asustada que esté la madre, más lo estará el bebé, pues además le duele. Así que es necesario cargarle en brazos y consolarle sin aspavientos, para que el susto pase y poder evaluar las consecuencias reales del golpe.
Revisarlo minuciosamente: se debe chequear primero la cabeza y luego el resto del cuerpo del niño en busca de moretones, magulladuras, morados o alguna herida visible. Quítele la ropa para hacer un análisis a conciencia. De no encontrarse ningún signo de herida evidente, lo más probable es que la caída no haya tenido mayores consecuencias.
Observarlo tras la caída: luego de un accidente que haya terminado en caída y golpe, es necesario que la madre o cuidador observe el comportamiento y estado general del niño. En el caso de las conmociones cerebrales puede que no haya ningún signo de herida visible, pero aun así puede haber una lesión interna.
No darle ningún medicamento: estos pueden enmascarar los síntomas que aparecen tras la caída.
No dejarlo dormir: luego de que el bebé se cae, es recomendable mantenerlo despierto durante al menos las 2 horas posteriores al golpe. Este es un tiempo prudencial para que se manifieste algún síntoma como consecuencia de la caída.
Síntomas que algo anda mal si el bebé se cae
Si luego de que un bebé se cae presenta alguno de estos síntomas, es necesario llevarlo a un centro de emergencias pediátricas de inmediato:
- Confusión
- Desmayo con pérdida de conciencia
- Falta de coordinación en los movimientos
- Irritabilidad
- Líquido transparente o sanguinolento saliendo de la nariz, boca u oídos
- Mareos
- Convulsiones
- Respiración irregular
- Somnolencia
- Vómitos
También se debe acudir a urgencias si cuando el bebé se cae se produce alguna herida con sangrado importante, o si surge algún hematoma en el tronco de su cuerpo, en especial si este aumenta de tamaño con el tiempo.
Si el bebé pierde la conciencia cuando se cae, es importante no moverlo, sino administrarle primeros auxilios y llamar una ambulancia de inmediato. Se recomienda a todas las madres que reciban entrenamiento en primeros auxilios y RCP pediátrica, para responder a estos accidentes de forma adecuada.
La gravedad de una lesión depende de la altura de la caída y de la forma en que el bebé se cae. De no aparecer síntomas pasadas unas horas del golpe, no es necesario preocuparse.
Prevenir es mejor que curar
Si bien es cierto que las caídas en estas edades son frecuentes y que en algunas ocasiones no todos los accidentes pueden ser evitados, sí es posible reducir y/o eliminar los posibles riesgos.
Por ello, se recomienda que la madre o cuidador tome todas las precauciones. Estas incluyen:
- Usar barrotes altos en las cunas, con una separación entre ellos menor de 8 cm. De poner al bebé en una cama, usar almohadas para limitar sus movimientos y solo en los primeros meses cuando aún no es capaz de voltearse por sí solo.
- Amarrar correctamente al bebé con las correas de fijación cuando está en el coche, la silla de comer o la silla de transporte.
- Asegurar un espacio seguro dentro del hogar donde el bebé no tenga posibilidades de hacerse daño mientras explora su entorno o juega.
- Mantener una vigilancia constante del bebé cuando se encuentra en la cama o en una superficie alta sin barandales.
- No caminar con zapatos altos ni correr cuando se lleva al bebé en brazos.
- Usar los pasamanos de la escalera si se lleva al bebé en brazos y atender a no tropezar con alfombras o desniveles del suelo.
- Poner barandas u otras barreras físicas en zonas susceptibles a caídas, como las escaleras o quicios altos.
- Impedir el acceso a ventanas y balcones sin la adecuada protección.
- Tener gran atención al tomar elevador o escaleras eléctricas, tomando las medidas adecuadas.
Aunque la mayoría de las veces que el bebé se cae transcurren sin más consecuencias que un poco de llanto y un susto, es importante que la madre o cuidador no se confíe. Ante cualquier síntoma alarmante tras una caída, es preferible aclarar las dudas con el pediatra.
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