El embarazo molar o mola hidatiforme, se produce después de la concepción como consecuencia de la formación de células anormales en el interior del útero. Es la más común dentro de las enfermedades trofoblásticas de la gestación aunque por lo general su incidencia es baja.
Aparece desde el inicio de la gestación y se trata de un tumor o crecimiento de masa de tejido trofoblástico proveniente de un embrión no viable. Esta puede proliferar en forma de racimo y es causa de morbilidad en la mujer si no se atiende a tiempo. Cuando se confirma su diagnóstico, la única alternativa es finalizar el embarazo.
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El embarazo molar es una complicación poco frecuente del embarazo. Su incidencia es de 1 por cada 1000 embarazos en los Estados Unidos de América y es mucho más frecuente en Asia.
Contenido
- 1 ¿Por qué se produce el embarazo molar?
- 2 Tipos de embarazo molar
- 3 La mayoría de las molas hidatiformes son benignas
- 4 Factores de riesgo de que el embarazo molar se vuelva canceroso
- 5 ¿Cómo se puede sospechar un embarazo molar?
- 6 ¿Cómo se diagnóstica la mola hidatiforme?
- 7 ¿Cuál es el tratamiento adecuado ante de un embarazo molar?
- 8 ¿Y que puede suceder después de un embarazo molar?
¿Por qué se produce el embarazo molar?
Normalmente después que se produce la fecundación o sea la unión del óvulo con el espermatozoide, existen las células que darán origen al desarrollo fetal y las trofoblásticas a partir de las cuales se formará la placenta que facilitarán la alimentación del feto. En ocasiones este proceso no se lleva a cabo de forma normal lo que conlleva problemas en el desarrollo del óvulo fertilizado y las células trofoblásticas. No se llaga a formar un feto saludable dando origen a la formación de un tumor.
Cuando aparece este crecimiento anormal de los tejidos trofoblásticas, se desarrolla la tumoración desde los propios inicios del embarazo, estamos en presencia de lo que se conoce como embarazo molar o mola hidatiforme. La placenta no se desarrolla normalmente, sino como una serie de quistes llenos de líquido.
Al inicio parecerá un embarazo normal, pero en el transcurso del primer trimestre aparecerán los signos y síntomas de un embarazo molar o sea de una tumoración en el interior del útero. Por lo general su crecimiento es lento.
Tipos de embarazo molar
Los embarazos molares pueden ser parciales o completos, y se caracterizan por:
Embarazo molar completo
En este caso el espermatozoide procedente del padre fecunda a un óvulo que no contiene la información genética de la madre, por tanto las células que podrían haber formado la placenta no son normales.
Embarazo molar parcial
En este caso existe la información genética de la madre y está contenida en el óvulo, pero existe el ADN del padre por duplicado. Esto da origen a la formación de solo una parte del feto y las células que hubieran dado origen a la placenta son anormales.
La mayoría de las molas hidatiformes son benignas
Las molas hidatiformes por lo general son benignas, pero en ocasiones se pueden malignizar y volverse cancerosas. No existe prevención posible para el embarazo molar porque son desconocidas sus causas.
Si no se procede a tiempo, puede ser peligroso para la mujer, dando origen a complicaciones i malignizándose. Invadiendo tejidos cercanos o a través de metástasis a zonas más alejadas como sucede en un tipo de cáncer denominado coriocarcinoma, muy agresivo y que puede afectar diversos órganos entre ellos los pulmones.
Factores de riesgo de que el embarazo molar se vuelva canceroso
La posibilidad de una mola hidatiforme se convierta en cancerosa aumenta ante determinados factores de riesgo como son los siguientes:
- Ser menor de 20 años o más de 35
- Bloqueo de los vasos sanguíneos pequeños por células trofoblásticas en la sangre
- Graves problemas de coágulos sanguíneos causado por la propia mola hidatiforme
- Muy elevadas concentraciones de gonadotropina coriónica humana β (GCh-β)
- Tumoración muy grande en el útero o un quiste ovárico mayor de seis centímetros
- Elevada presión arterial alta en el transcurso de la gestación
- Hipertiroidismo
- Vómitos y náuseas severas durante el embarazo
¿Cómo se puede sospechar un embarazo molar?
El embarazo molar puede ser difícil de sospechar por la mujer, pues en sus inicios la sintomatología es semejante a la de un embarazo normal. No obstante la mujer puede acudir a consulta médica si presenta algunos de estos signos o síntomas de embarazo molar:
- Sangrado vaginal en el primer trimestre de color rojo brillante o marrón oscuro.
- Náuseas y vómitos frecuentes.
- Expulsión por vía vaginal de pequeños quistes en forma ovalada.
- Dolores o sensación de presión en el abdomen inferior.
Cuando acudas a la consulta el especialista podrá detectar si el tamaño del útero es superior a lo esperado, y otros síntomas que podrían acompañar el embarazo molar como presión alta, excreción de proteína en la orina, anemia, quistes ováricos e hipertiroidismo.
¿Cómo se diagnóstica la mola hidatiforme?
En las consultas de seguimiento del embarazo o ante la aparición de síntomas como los previamente señalados el ginecólogo realizará un chequeo exhaustivo, que incluye examen clínico, examen ginecológico, ultrasonido, análisis de sangre, determinaciones hormonales u otros. Mediante ellos se pueden precisar el diagnóstico confirmativo y de otras afecciones acompañantes.
Se realizarán ultrasonidos para determinar las características del crecimiento uterino, además se chequeará la tensión arterial, se verificará si la mujer padece de hipertiroidismo y se realizará un examen interno para ver si su útero crece en correspondencia con el tiempo de gestación.
Uno de los criterios más eficaces para diagnosticar el embarazo molar es el ultrasonido. Otro de los análisis de sangre indicados es la medición de los niveles hormonales de gonadotropina coriónica humana, que es la hormona del embarazo. En las mujeres con embarazo molar los niveles de esta hormona aumentan de una forma más lenta que cuando se trata de un embarazo normal.
¿Cuál es el tratamiento adecuado ante de un embarazo molar?
Una vez establecido el diagnóstico de embarazo molar, el ginecólogo realizará un procedimiento de dilatación y un raspado o legrado, con el fin de extraer el tejido tumoral de la cavidad uterina y dar por terminado el embarazo.
Luego de este proceder, serán medidos y controlados los niveles de gonadotropina hasta que estos regresen a la normalidad. Es probable que se indique un chequeo periódico de estos niveles hormonales durante un período de tiempo aproximado entre los 6 meses y al año luego de realizado el raspado, para comprobar que no haya quedado restos de tejido molar.
Normalmente se recomienda evitar volver a salir embarazada durante este período de tiempo, pues esto implicaría que los niveles de la hormona de gonadotropina varíen y por lo tanto se hace difícil detectar el tejido molar, de existir aún.
¿Y que puede suceder después de un embarazo molar?
Algunas mujeres luego de haber tenido un embarazo molar se preocupan que este se pueda repetir, pero esta condición no suele ser recurrente. De hecho lo más probable es que si se gesta nuevamente no presenten este tipo de anomalía y tengan un embarazo saludable. En el 80% de los casos la mujer puede tener posteriormente un embarazo normal.
Cuando la mujer que ha asistido a consulta por embarazo molar, y luego del legrado, aun presenta crecimiento y desarrollo del tejido molar en el interior de su útero, se encuentra en riesgo de padecer de una afección conocida como GTD o enfermedad trofoblástica gestacional persistente.
De no ser atendido, el embarazo molar puede causar coriocarcinoma, una forma de cáncer poco común y agresivo de la placenta y que se caracteriza por hacer metástasis hacia los pulmones.
Después del embarazo molar casi el 20 por ciento de las mujeres presentan la enfermedad trofoblástica gestacional persistente, la que deberá ser tratada en correspondencia con el diagnóstico de sus causas.
En ocasiones puede ser necesaria la histerectomía que es la cirugía indicada para extirpar el útero. La quimioterapia es el tratamiento a seguir para combatir el cáncer en caso de haberse detectado tejido maligno.
En todos aquellos casos en los que la mujer ya no desee quedar embarazada nuevamente, el médico puede aconsejar la práctica de una histerectomía, sobre todo si se detecta la existencia de abundante tejido molar.
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