Cuando son niños, sabemos todo sobre ellos. Nos hablan, nos cuentan qué les hace feliz y qué les preocupa, nos mantienen al día de todo lo que ronda su cabeza y su vida. Sin embargo, llega un momento, a partir de los doce o trece años, en el que, como padres, empezamos a notar una cierta distancia con ellos y dejamos de saber qué les preocupa a los jóvenes, qué les hace felices o cuáles son sus problemas y sus alegrías en el día a día.
Esto, como padres, obviamente nos preocupa. Queremos saber qué les preocupa a los jóvenes para poder ayudarlos y entenderlos mejor, además de para seguir compartiendo cosas con ellos. Ese niño que pasaba todo el día pegado a nuestras faldas ahora vuela solo y a nosotros nos gustaría que siguiese formando parte de nuestro día a día, tal y como lo hacía hasta ahora. Si esta es tu prioridad y tienes un hijo entre 12 y 18 años, déjanos que te demos algunas pinceladas de qué les preocupa a los jóvenes de esta edad en estos momentos. Es cierto que los tiempos no han cambiado tanto tantísimo como crees, y que los supuestos “problemas” son muy similares a los que vivías tú en su época. Así que, antes de nada, trata de hacer este ejercicio de empatía.
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La amistad: entre lo que les preocupa a los jóvenes
La amistad suele colocarse en los primeros puestos de sus preocupaciones y también de sus prioridades. Da igual si son amigos desde los cinco años o si hay una relación desde el inicio de curso. A esta edad, la amistad se vive de una forma muy intensa y sus amigos están por delante de todo. Es cierto que no es justo, y que incluso habrá ciertas amistades que no les convengan y que tú sabes bien que van a durar un telediario a su lado, pero tu papel en este caso es mantener una posición neutral.
No les quites valor a sus amigos, pero tampoco trates de convertirte en uno de ellos. Tú eres su padre o su madre, no su amigo, y esto es algo que debe quedar muy claro. En cualquier caso, acepta esto como lo que es, una etapa, y trata de involucrarte en su mundo conociendo a sus amigos, permitiéndole que vayan a casa con ellos para que puedas ver cómo se relacionan e incluso preguntándole por sus cosas y dando tu punto de vista.
Las relaciones: la magia (y el desasosiego) del primer amor
A esta edad también suele tener lugar otro fenómeno muy importante en sus vidas y que recordarán siempre. Aunque a ti te parezca una chiquillada, y por supuesto no se trate de relaciones maduras, el primer amor no se olvida nunca. No será el más importante, quizá, pero sí el que puede sentar las bases de lo que serán sus relaciones a futuro y sobre todo el que marcará sus días mientras lo esté viviendo.
Las relaciones tóxicas entre adolescentes, por desgracia, son más habituales de lo que puede parecer. Como te decíamos, aún están inmaduros y les cuesta gestionar sus emociones. ¿Qué puedes hacer tú? Al igual que te hemos comentado en el caso de las amistades, trata de implicarte también en esa relación, quedándote en un segundo plano. Conoce a la otra persona, sin juzgar, y métete hasta donde ellos quieran que entres. Normalmente, son muy celosos de su intimidad en estos momentos y les cuesta expresarse. No les fuerces o perderán tu confianza y te será más difícil volver a acceder a su interior.
Los estudios y, sobre todo, el futuro
Otra de las cosas que les preocupan a los jóvenes es qué va a pasar con su futuro. No del mismo punto de vista en el que tú lo ves, por supuesto, ellos no piensan en cómo pagar la hipoteca el próximo año ni en la posibilidad de que su empresa haga un ERE. Pero esta generación está creciendo sin dejar de oír hablar de la incertidumbre laboral, de los sueldos precarios y de lo mal que está el mercado.
Por eso, es normal que ellos también tengan un cierto miedo a lo desconocido. Quizá con catorce años esto está más dormido, pero conforme se acerca el momento de la Selectividad y el acceso a la Universidad o al mercado laboral se complica más. Si, además, son estudiantes regulares, se complica aún más y es fácil que caigan en el hecho de odiar los estudios y que no quieran abrir un libro. Tú, como padre o madre, tienes que evitar imponerles nada. Es obvio que tienes que conseguir que estudien y saquen buenas notas, pero no a base de gritos o castigos, porque solo conseguirás el efecto contrario.
Drogas y alcohol: lo que les preocupa a los jóvenes, pero ellos no lo saben
Tal vez pienses que tu hijo no toma drogas. Y es muy posible que sea así. Pero están a su alrededor, no lo dudes. Tienen un acceso mucho más fácil de lo que crees a ciertas sustancias, por eso es muy importante que tengan las bases necesarias para saber decir que no. También tendrán a sus amigos que consuman, y no hablamos de drogas duras. Simplemente el tabaco o el alcohol deben ser temas que se traten con mucho cuidado en esta etapa, asumiendo que todos hemos sido jóvenes, pero cuidando de que el problema no se vaya de las manos.
Lo mejor en este caso sería que en casa no exista tabú con este tema. Es super importante que sepáis hablarlo e introducirlo en una conversación normal, sin que se use el tema simplemente para descartarlo de forma categórica, si no dando argumentos. Si forma parte de una conversación, no lo interpretará como un ataque. Por supuesto, bríndale siempre tu ayuda y si detectas que es un tema que le preocupa, trátalo de la forma más amable posible. Si puede tener un supuesto problema de adicción, con gritos o castigos no vas a conseguir nada.
La autoestima: una de las cosas que más les preocupa a los jóvenes
Por último, la autoestima es uno de los temas más importantes para los jóvenes. En esta etapa todo son dudas e inseguridades, incertidumbre, cualquier comentario que venga del exterior les impacta muchísimo más de lo que nos impactaría a nosotros… En definitiva, la autoestima es muy frágil y a ellos les preocupa mucho. Por eso es frecuente que traten de adoptar ciertos looks o cambios de imagen que quizá a ti no te gustan, pero que ellos lo necesitan como un refuerzo de su seña de identidad.
Sucede lo mismo cuando se hacen fans de algún grupo o seguidores de una cierta tendencia. Necesitan reforzar su identidad. ¿Qué puedes hacer tú? No quitarles valor. Esto es fundamental para dejarles que se expresen y que lleguen a ser las personas que quieren ser. Evita comentarios negativos sobre su físico o su persona y busca siempre la forma de enfocar las críticas de una manera positiva. Por ejemplo, en vez de decirle que ese color de pelo le queda mal, le puedes decir que quizá un tono más moreno puede quedarle bien.
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