A pesar de todos los cuidados que se les confiera en el hogar, los niños son muy propensos a padecer de enfermedades muy comunes en edades tempranas como el resfriado común y las afecciones gastrointestinales entre otras. Cuando los niños se sienten mal, no siempre estas dolencias requieren una visita al pediatra: muchas pueden solucionarse con remedios caseros sencillos.
Por supuesto que ante las dudas lo mejor es acudir a un especialista, pero solo sí el niño empeora o tiene síntomas más severos. La mayoría de las veces, un poco de sabiduría de las abuelas y de las madres experimentadas basta para alcanzar la mejoría.
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Contenido
- 1 Remedios caseros para dolencias comunes
- 1.1 El descanso es uno de los mejores remedios
- 1.2 El agua uno de los remedios muy útil para la mayoría de las dolencias
- 1.3 Remedios para el catarro común
- 1.4 Excelentes remedios para bajar la temperatura
- 1.5 Evita los medicamentos en niños pequeños
- 1.6 Descongestionando naricitas uno de los remedios infalibles
- 1.7 Para el dolor de garganta
- 1.8 Aliviando la tos
- 1.9 La dieta blanda es la mejor
- 1.10 Aliviando los malestares del estómago
- 2 ¿Cuándo los remedios caseros no son suficientes?
Remedios caseros para dolencias comunes
Sin dejar de vigilar los síntomas de tu pequeño, si la dolencia es leve o moderada puedes tratar de hacer que se sienta mejor o resolverla con estas recomendaciones para practicarlas en casa.
El descanso es uno de los mejores remedios
Nuestro cuerpo es una maquinaria sorprendente, y muchas veces solo necesita tiempo para lidiar con cualquier dolencia. Pero, para ello, es necesario cesar otras actividades y dejarle concentrarse en una sola tarea: sanar.
Si tu hijo no se siente bien, es mejor que se quede reposando en casa. Esto es muy importante si tiene fiebre: podrás mantenerle mejor vigilado y si el culpable es un germen contagioso, estarás cuidando a otras personas.
No importa si no duerme. Basta que el niño no realice actividades físicas intensas, sino que esté tranquilo leyendo, viendo películas o realizando cualquier otra tarea con serenidad.
Siempre es importante estar atenta en que sentirse mal no se convierta en una excusa para no ir a la escuela y que sea una manifestación de rechazo escolar porque algo en la escuela no este funcionando adecuadamente. Las madres tenemos una percepción especial para saber cuándo realmente nuestro hijo se siente mal y cuando es simulado.
El agua uno de los remedios muy útil para la mayoría de las dolencias
La hidratación es clave para la salud, pero cuando hay un malestar es mucho más importante incrementar el suministro de líquidos. Estos contribuyen al trabajo de las defensas del cuerpo y aumentan también la excreción de toxinas por los riñones.
Es muy conveniente para fluidificar las secreciones de diversas dolencias respiratorias y alérgicas, así como para evitar la deshidratación en caso de diarreas frecuentes. Cuando hay vómitos las cantidades deben ser muy pocas, pero muy frecuentes y preferentemente frías.
Agua, leche y fórmula para los más pequeños, y zumos y paletas para los mayores son muy importantes para mantener la hidratación del organismo. Sin olvidar una buena caldo, crema o sopa de pollo, que siempre nutre y cura.
Remedios para el catarro común
La diferencia a veces es difícil de determinar entre la gripe, el catarro común y ahora el coronavirus. La gripe tiende a hacer sentir peor al niño, y se desarrolla de forma rápida. Puede provocarle dolor de cabeza, dolores musculares, escalofríos y fiebre alta.
Aunque no hay que alarmarse en extremo, en el contexto de la pandemia del coronavirus sí es importante comunicarse con su médico para que le examine y decida si debe llevarse al hospital o no. Esto es aun más válido si el niño ha estado expuesto a casos positivos o se sospecha la presencia de algún síntoma.
Si es solo gripe o catarro común el empleo de descongestionantes nasales de solución salina y algunos medicamentos pueden ser de gran ayuda si se comienzan a tomar un par de días después de iniciados los síntomas. Las afecciones virales no requieren el uso de antibióticos y duraran entre 5 y 7 días.
Excelentes remedios para bajar la temperatura
Cuando el niño tiene una infección, el organismo responde elevando su temperatura porque su sistema inmune lo está defendiendo. Aunque es un mecanismo provechoso, también hace que se sienta mal.
Si tu hijo tiene fiebre, lo mejor es mantenerle en una habitación fresca y vestido con ropas ligeras. Una toalla fría en el cuello y la frente le ayudarán también a bajar la fiebre de forma natural.
Si la fiebre no cede, puede recurrirse al acetaminofén o al ibuprofeno para tratarla, siempre utilizando formulaciones infantiles y leyendo bien las instrucciones. Si el niño es menor de dos años, se recomienda pedir consejo a su médico de cabecera antes.
Nunca des ibuprofeno u otros fármacos a bebés de menos de 6 meses.
Evita los medicamentos en niños pequeños
Si tu hijo tiene menos de 4 años, usa solo remedios caseros para tratar el resfriado. Si los síntomas empeoran, llévale directamente al hospital y deja que el pediatra decida el tratamiento más adecuado.
En niños mayores, utiliza los medicamentos formulados para menores, con cautela y siempre siguiendo las instrucciones del prospecto. Nunca utilices medicamentos para adultos, pues sus dosis son muy altas para ellos.
Descongestionando naricitas uno de los remedios infalibles
En los bebés, utiliza una perilla de succión de goma para eliminar los mocos. Primero deja caer unas gotas de agua o solución salina en cada fosa nasal, espera un minuto para que las mucosidades se ablanden y succiónalas.
Cuando tu hijo tiene la nariz tapada, hay un par de cosas más que puedes hacer para ayudarle a respirar.
La primera es levantar la cabecera de su cama o cuna unas 3 o 4 pulgadas. Otra solución es poner en su cuarto un vaporizador de niebla fría o humidificador para despejar la congestión.
Las naricitas rojas de tanto sonarse pueden tratarse con vaselina.
Para el dolor de garganta
Alterna bebidas frías y calientes: las frías adormecen el tejido irritado (batidos, bebidas frías y trozos de hielo), mientras que las calientes (caldo tibio, tés, tisanas) calman el dolor.
Los niños mayores de 8 años pueden hacer gárgaras de agua tibia con sal para aliviarse la garganta, dos veces al día. Algunos medicamentos de venta libre también pueden ser de ayuda (acetaminofén, ibuprofeno) pero siempre en formulaciones infantiles.
Aliviando la tos
En dependencia de la intensidad y las molestias que cause, la tos puede o no tratarse. Si es seca e interrumpe el sueño, es preferible hacer algo al respecto.
En niños entre 6 meses a un año, lo mejor es darles líquidos tibios como jugos de manzana diluidos, limonadas o agua. Luego del año se puede incorporar la miel, que es muy buena para la tos. Si tu hijo tiene 6 años o más, chupar caramelos duros o pastillas para la tos es la solución adecuada.
La dieta blanda es la mejor
No te preocupes demasiado si tu hijo pierde el apetito durante un episodio de gripe o resfriado. No le obligues: que coma cuando sienta deseos.
Como es probable que tenga la garganta irritada y le cueste deglutir, los mejores alimentos para esta etapa son los blandos y fáciles de tragar como los purés, la avena o el yogur.
Aliviando los malestares del estómago
Muchas veces la gripe y otras enfermedades transitorias se acompañan de síntomas gastrointestinales como diarreas y vómitos.
Una vez más es importante suministrarles en estos casos abundantes líquidos, de preferencia mezclados con sales de rehidratación para reponer los electrolitos perdidos.
No le des bebidas gaseosas, zumos o bebidas deportivas, pues estas pueden provocar más diarreas. Si el niño no está deshidratado o con vómitos, puede seguir comiendo en porciones más pequeñas.
¿Cuándo los remedios caseros no son suficientes?
A pesar de que aplicando los remedios anteriores se resuelven la mayoría de los malestares comunes, no te confíes.
Si los síntomas empeoran o incluyen,
- Dolor de cabeza intenso
- Dolor en el pecho o estómago
- Falta de aire
- Fatiga inusual
- Fiebre alta
- Fiebre por más de 3 días
- Ganglios inflamados
- Mucho dolor de garganta
- Otitis (dolor de oídos)
- Tos con mucha flema
Sería necesario llevar a tu hijo al hospital, para que lo valore un especialista. Siempre es preferible actuar a tiempo y evitar posibles complicaciones, en esta etapa tan esencial para un buen desarrollo y su bienestar futuro.
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