Sangrado de implantación y otros primeros síntomas de embarazo

Buscado o no, deseado o no, lo cierto es que en la mayoría de los casos, el embarazo nos coge por sorpresa. Sí, aunque lleves meses intentando la concepción, ese momento en que crees que ya ha ocurrido, que empiezas a notar cambios en tu cuerpo y que sospechas que todo está cambiando, tu mente también sufre cambios: sorpresa, miedo, desconcierto… Pero si hay algo que nos descoloca más aún, son esos días previos al test en los que tu intuición te dice algo pero no estás segura. Para ello, hoy te hablaremos del sangrado de implantación, uno de los síntomas que más te despistan a la hora de saber si estamos embarazadas, y otros síntomas que sí pueden ser algo más claros a la hora de indicarnos qué está ocurriendo.

Sigue leyendo y sal de dudas 😉

Unos días después de la fecundación se puede producir un sangrado de implantación

Todo lo que debes saber acerca del sangrado de implantación

¿Sabías que aproximadamente un 25% de las mujeres experimentan este sangrado de implantación? No es peligroso ni preocupante, no debes alarmarte, el problema viene cuando muchas de ellas lo confunden con la propia menstruación y siguen haciendo su vida normal, incluyendo elementos de riesgo que no benefician nada al bebé (alcohol, tabaco, actividades de riesgo…).

Por eso es muy importante que sepas qué es el sangrado de implantación, cómo reconocerlo y cómo ponerle nombre.

En primer lugar, tenemos que explicar por qué sucede y qué es a nivel teórico, por qué se origina. El sangrado de implantación es una pérdida pequeña de sangre, causada por el óvulo fecundado cuando se agarra a la pared del útero. En este “movimiento”, puede desprenderse ligeramente un poco de sangre ocasionado por la rotura de pequeñas arterias o venas.

Pero, ¿cómo es la sangre del sangrado de implantación? Es una pérdida de sangre leve, durante uno, dos o tres días habitualmente, con una cantidad mucho menor que la menstruación y normalmente con un color más oscuro. No podemos indicar una cantidad exacta, ya que cada mujer es un mundo: hay quienes no experimentan sangrado de implantación, quienes solamente ven una gota de sangre y quienes tienen un sangrado leve pero continuo durante algunos días.

En el calendario, suele coincidir con los días en los que debería llegar la regla, en las primeras semanas de gestación (concretamente entre los días seis y diez de la fecundación), de ahí a que muchas mujeres puedan confundirlo.

De hecho, las características normales de tu menstruación son las que pueden ayudarte a distinguir la regla del sangrado de implantación o a confundirte. Si eres de reglas muy cortas y muy escasas, cuidado, presta atención a otros síntomas porque es posible que el primer mes ni te enteres que estás embarazada.

¡Cuidado! No confundas la menstruación con el sangrado de implantación

Otros primeros síntomas de embarazo

Pero no solo debes fijarte en el sangrado de implantación ya que, como decimos, lo más probable es que no te suceda. En un 75% de las mujeres no se experimenta y además, puede ser que un embarazo te ocurra y en otro no, así que no te guíes solo por este factor.

De hecho, hay otros primeros síntomas de embarazo a los que puedes prestar atención para salir de dudas. Si te encuentras más cansada de lo habitual, tienes náuseas, te molesta todo, el olfato lo notas más agudizado o muestras hipersensibilidad en los senos o un aumento de la temperatura basal (la puedes medir en casa con un termómetro de dos decimales), y sobre todo, si tienes un retraso en la regla, ha llegado el momento de hacerte un test.

La prueba definitiva: el test de embarazo

Un test de embarazo te sacará de dudas

Hay quienes optan por un test de embarazo casero, que a nivel anecdótico está muy bien y puede ser divertido pero cuyos resultados por supuesto nunca se igualarán a los de un test de orina o de sangre.

Para estar más segura, acude a la farmacia y compra un test de embarazo (¡cuidado con los falsos negativos!) y si da positivo o si sigue dando negativo después de unos días pero la menstruación sigue sin venir, acude al médico. Esta será la prueba más irrefutable que tendrás.

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