Trastorno por videojuegos: alerta de la Organización Mundial de la Salud

Muchos niños y adolescentes en el mundo entero son aficionados a los videojuegos. Sea online u offline, constituye una manera atrayente de pasar el tiempo en mundos de fantasía donde es posible hacerse fuerte y hábil para ir avanzando a través de la historia que se narra. Sin embargo, el abuso de esta tecnología puede resultar alarmante y devenir en un trastorno por videojuegos.

La Organización Mundial de la Salud incluyó en su última clasificación el trastorno por videojuegos dentro de los trastornos mentales, debes conocer como identificar si tu hijo está desarrollando una adicción

Muchas veces observamos que nuestros hijos pasan horas enfrascados en su pasatiempo favorito. No pocos padres prefieren regular el uso de los videojuegos y otras tecnologías con el fin de evitar que se conviertan en una adicción.

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Por otra parte, los videojuegos en sí mismos no constituyen un peligro, al contrario: pueden ser muy provechosos para que el niño adquiera habilidades en la sociedad digital. Como en muchas situaciones de la vida, para hablar de un trastorno es necesario hacer un análisis y tener en cuenta las consecuencias que provoca en el funcionamiento de la vida del pequeño.

¿Trastorno por videojuegos?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en su 11na Clasificación Internacional de Enfermedades el trastorno por videojuegos. Lo cataloga como parte de los trastornos de adicción que se encuentran a su vez incluidos dentro de los trastornos mentales. Es una decisión que ha desatado polémica y las opiniones de los expertos son diversas.

Hay signos para diferenciar el fanatismo de la adicción a los videojuegos, debes de conocerlos para poder poner a tu hijo en buenas manos

Muchos especialistas coinciden en afirmar que el nivel de adicción a los videojuegos que existe en la actualidad debe constituir una señal de alerta para padres, médicos, profesores y la sociedad en general. Estos expertos encuentran que la inclusión de este trastorno por parte de la OMS es un paso de avance en la tarea de identificar y tratar las conductas adictivas que pueden acarrear graves consecuencias en la vida de niños, adolescentes y jóvenes.

Para otros estudiosos, sin embargo, es una medida exagerada porque estigmatiza la utilización de los videojuegos y además se basa en un concepto descriptivo de una adicción que no difiere, en esencia en su comportamiento, al resto de las adicciones. Ellos encuentran además que  es necesario estudiar los casos y diferenciar el uso frecuente de la conducta adictiva propiamente. Además  la consideran como síntoma de otros trastornos más que como un trastorno en sí.

Síntomas de alarma ante el uso frecuente de los videojuegos

Muchos padres limitan la cantidad de horas en que sus hijos hacen uso de la televisión, los videojuegos y otras tecnologías para evitar la aparición de adicciones. Los entendidos en el tema señalan que tan importante como eso, es la observación de la conducta de nuestro hijo en relación con los videojuegos.

Existen señales concretas que pueden sugerir una conducta adictiva y es necesario poder discernirlas. Si el niño es capaz de, aunque se encuentre completamente absorbido por el juego, volver a sus actividades normales con facilidad y buena actitud se trata de un comportamiento normal. También es importante el tiempo en que persiste el fanatismo, que resulta alarmante si sobrepasa los doce meses.

Cuando se sospecha un trastorno por videojuego se debe hacer un análisis del comportamiento del niño y conocer exactamente si es un trastorno adictivo

Para la OMS hay tres criterios que sugieren la presencia de un trastorno por videojuegos:

  1. El juego se establece como prioridad en la vida del niño que deja de hacer otras actividades fundamentales.
  2. El niño insiste en continuar jugando aun cuando le ocasiona problemas en su vida y siente que es incapaz de parar.
  3. Los juegos le causan angustia y dificultad en su relación con otras personas, y afecta considerablemente su desempeño escolar.

¿Fanatismo o trastorno por videojuegos?

Se trata entonces de estudiar con atención la conducta de nuestros hijos respecto a los videojuegos. La diferencia fundamental entre un fanático y un adicto radica en la voluntad de decir que no. El fanático disfruta el juego a plenitud, pero es capaz de abandonarlo cuando es necesario. El adicto se halla imposibilitado de dejar de jugar aunque sepa que debe hacerlo e incluso aunque lo desee.

Aquel que sufre de trastorno por videojuegos tiene una compulsión enfermiza por jugar. Si no puede, sufre de síndrome de abstinencia y se pone triste, irritado y nervioso. Es capaz incluso de ser agresivo entre aquellos que quieren ayudarlo en su malestar.

Esto ocurre porque como en todos los casos de adicciones, el juego le produce un placer al que no se puede resistir y la falta del mismo le provoca gran ansiedad.

Causas del trastorno por videojuegos

El trastorno por videojuegos guarda estrecha relación con la autoestima. El niño encuentra en el juego el mundo ideal situado entre realidad y fantasía, que le permite estar en contacto con otros en un contexto lleno de magia, poderes sin límites, donde puede solucionar sus defectos, problemas e incluso la muerte.

Un trastorno por videojuego puede ser una señal de alerta para la familia y se debe observar el comportamiento y la personalidad para que no sea una forma de que el niño evada el mundo real

Es así como muchos de los niños que desarrollan adicción por los videojuegos y otras tecnologías son aquellos que presentan de base depresión o trastornos de ansiedad. Ellos encuentran en este pasatiempo una sustitución de su vida real que poco a poco se convierte en su refugio ante las dificultades que la vida real les impone.

Es por eso que resulta necesario estudiar aquellos casos en los que se sospeche o confirme una adicción a los videojuegos. Esta situación puede ser una señal de que el niño tiene otros problemas que busca soslayar a través del juego y que deben ser identificados y atajados a tiempo a fin de evitar que se profundicen y agraven con el tiempo.

Un pasatiempo más

Los niños pueden desarrollar muchos aspectos positivos con el uso de los videojuegos. No sólo adquieren habilidades importantes dentro de la era digital, sino que también se desarrolla su creatividad, su imaginación, así como la capacidad de análisis de situaciones y búsqueda de soluciones a conflictos.

Estigmatizar este pasatiempo no va a evitar que aparezcan los trastornos por videojuegos. Más bien resulta interesante mostrar interés en el juego que el niño prefiere y sugerirle además otros complementos de la vida que enriquezca la fantasía. Es el momento de introducirlos en la lectura, donde no puede participar como protagonista, pero puede ser testigo de historias llenas de imaginación.

No hay que tenerle miedo a los videojuegos, ellos pueden ser una magnifica vía de entretenimiento y diversión siempre y cuando no generen conductas adictivas, ni agresivas

Además se puede incentivar la práctica de juegos de mesa o al aire libre donde el infante pueda desarrollar su capacidad para diseñar estrategias para conseguir la victoria.

Los videojuegos deben ser vistos como un pasatiempo más en la vida del niño, no como algo negativo. Tampoco pueden convertirse en el centro de su vida cotidiana, moderación, racionalidad, diversión y entretenimiento no son palabras excluyentes, pueden ser complementarias.

Te recomiendo la lectura de un interesante trabajo sobre el tema: 10 consejos para evitar la adicción de tus hijos a la tecnología

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