Si eres madre primeriza probablemente te estés preguntando si serás capaz de reconocer las contracciones de parto y saber cuándo es el momento de ir a la maternidad. A lo largo del embarazo se pueden experimentar distinto tipo de contracciones, pero no todas son contracciones de parto. En esta nota, las claves para reconocerlas y no salir a toda velocidad antes de tiempo.
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Cómo es el proceso del parto
Cada parto es único, y una misma madre puede tener diferentes experiencias en cada uno de sus partos. Lo que sí tienen en común es que dar a luz cambiará tu vida para siempre. Todas las personas que rodean a una embarazada desean que sea una experiencia positiva y por supuesto tú también si eres la protagonista del gran evento. Por eso es importante que llegues lo mejor preparada posible.
En este sentido, los cursos de preparación para el parto deben tomarse hasta la semana 37 de embarazo, ya que a partir de este momento puede producirse el parto de un embarazo considerado a término. ¡Esperamos que ya lo hayas realizado junto con tu pareja!
Como bien lo explica la Guía para Padres de la Asociación Española de Pediatría, el parto es un proceso natural que comienza cuando el bebé está maduro para nacer. En realidad, es casi imposible determinar el momento exacto en que comienza. Sin embargo existe el consenso de que el trabajo de parto ha comenzado cuando:
- El cuello del útero tiene una dilatación de tres a cuatro centímetros;
- Se ha acortado (borramiento) más del 50 por ciento;
- Las contracciones son de intensidad media a alta y se producen de dos a tres contracciones cada diez minutos. ¡Estas sí son contracciones de parto!
Antes de llegar a este momento, te encuentras en una etapa llamada “pródromos”. Esta etapa se caracteriza por:
- Tener contracciones no rítmicas ni dolorosas, que ceden con el reposo;
- La fase puede durar desde algunas horas a varios días;
- Se puede producir la expulsión del tapón mucoso, dando comienzo al borramiento y dilatación del cuello uterino.
Las contracciones son los movimientos de los músculos del útero presionando en la parte superior para empujar al feto hacia el canal cervical que conecta con el canal vaginal por donde saldrá al mundo.
Esta es una fase progresiva, que comienza con el inicio del trabajo de parto hasta el período expulsivo.
Éste comienza cuando el cuello uterino está completamente dilatado, es decir que tiene unos 10 centímetros de diámetro. Se caracteriza por contracciones de parto rítmicas e intensas y la aparición de la sensación de pujo, que es el deseo de hacer fuerza en la zona vaginal y una clara señal de que la cabeza del feto está descendiendo por el canal de parto.
El período expulsivo puede durar entre dos horas para las madres primerizas a una hora para quienes ya fueron mamás. Finaliza con el alumbramiento, cuando sale al exterior la cabeza del feto por los pujos maternos, sin intervención de los médicos, o si aparece alguna dificultad con ayuda de instrumentos como fórceps, espátulas o ventosa.
Cuando emerge la cabeza los médicos succionan la boca y nariz del bebé para eliminar líquido amniótico y moco. Esto es necesario para que pueda comenzar a respirar. Luego girará la cabeza un cuarto de vuelta para alinearlo con el resto del cuerpo, que aún no ha terminado de salir; es el momento de pujar nuevamente para que salgan los hombros, y con un último pujo… ¡bienvenido bebé!
Pero… ¡espera! Aún no hemos terminado. Todavía debes expulsar la placenta, y sentirás contracciones, aunque no tan intensas como las del parto. Esta etapa puede llevar hasta media hora después del nacimiento.
Hablemos de las contracciones de parto
A lo largo del embarazo y parto pueden producirse distinto tipo de contracciones. Es tu organismo que se prepara para el gran día. Si experimentaste las contracciones de Braxton-Hicks, alrededor del segundo trimestre, has tenido un pequeño anticipo de las verdaderas contracciones de parto.
Al comienzo del proceso del parto, que puede comenzar unas dos semanas antes del nacimiento, puedes comenzar a experimentar las las contracciones de la fase pródromo, que son signos de que el momento está llegando pero aún no es momento de ir a la maternidad.
No son rítmicas ni regulares, se sienten en la parte inferior del abdomen y tienen una duración de 15 a 20 segundos. Pueden ser o no dolorosas, y ceden con el reposo o cambio de posición.
Es importante tener en cuenta que las contracciones de parto solas no son indicativo del comienzo del trabajo de parto; hay otros signos y síntomas que también indican que debes ir a la maternidad.
Las contracciones de parto tienen las siguientes características: son progresivas, rítmicas, intensas y dolorosas, y no ceden con el reposo o cambio de posición.
Cuándo ir a la maternidad
Las contracciones solas no son un indicativo del comienzo del trabajo de parto, pero si tienes contracciones de parto como las describimos en el apartado anterior, debes prepararte para ir a la maternidad.
Para esto, cuando comiencen las contracciones, recuéstate y ten un cronómetro o reloj a mano.
Cuando se produzca una contracción toma nota de la duración y la hora, y lo mismo con las dos o tres siguientes.
Las contracciones de parto son rítmicas, progresivas, intensas, de 15 a 20 segundos de duración, al menos una cada cinco minutos, y no ceden con el reposo. Casi ninguna madre espera este momento sino que, cuando se producen cada diez minutos, preparan su salida hacia la maternidad.
También, aunque no haya contracciones, si:
- Hay rotura de bolsa, es decir, pérdida de líquido transparente;
- Hay pérdidas de sangre por vía vaginal como un manchado por la menstruación.
De más está decir que si el líquido de la bolsa no es transparente o tiene sangre diluida, o el sangrado es mayor que en una menstruación, debes acudir urgentemente al hospital o maternidad.
Sólo nos queda desearte buena suerte y… ¡feliz nacimiento!
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