El golpe en la cabeza en los niños es una de las mayores preocupaciones para sus padres. Son muy frecuentes, tanto en los pequeños como en los mayorcitos y aunque generalmente no tienen grandes consecuencias deben ser observados para evitar males mayores.
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Ante un traumatismo craneal infantil se impone saber cómo comportarse, así como cuáles son los signos de alarma que requieren atención médica de urgencia. De la gravedad del golpe en la cabeza dependerá la aparición de una lesión cerebral, que puede provocar consecuencias y dejar secuelas en el niño o afectar su crecimiento y desarrollo.
¿Qué provoca el golpe en la cabeza?
Los niños son susceptibles a sufrir golpes en la cabeza de manera muy frecuente en sus distintas etapas de crecimiento. Los menores de 2 años tienen la cabeza muy grande en proporción con su cuerpo, por lo que su centro de gravedad está desplazado a una posición más inestable, además de que se encuentran en la etapa de aprender a caminar, por lo que suelen caerse y golpearse más.
Otra caída que ocurre muy a menudo es la de sitios de altura moderada como camas, mesas y cambiadores. Estas lesiones no intencionadas o accidentes pueden ocurrir en estos casos en tan sólo un segundo de descuido.
Cuando los niños son mayorcitos, los traumatismos craneales son consecuencia de las actividades recreativas que desarrollan. Es el caso de los accidentes en bicicletas, patines y patinetas, asociada a la ausencia de casco protector, y de otras caídas o golpes que acontecen durante los juegos.
Mención aparte merecen los accidentes automovilísticos que involucran a los infantes, ya sea estando solos o acompañados de los adultos. Muchos juegos al borde de la calle o carretera tienen infelices desenlaces, ya que es frecuente que se escape la pelota o cualquier otro juguete y el niño deje la zona de seguridad para buscarlo sin prestar la debida atención a la vía.
Signos de traumatismo craneal infantil
En dependencia del mecanismo y la intensidad del golpe en la cabeza, pueden aparecer diversos signos o síntomas de lesiones más severas:
- Heridas abiertas, morados o hematomas.
- Hundimiento o deformidad en el cráneo.
- Dolor de cabeza, que puede ser en el lugar del golpe, en otro lugar o de manera generalizada.
- Cambios de conducta que incluyen confusión, irritabilidad, llanto desconsolado, delirios y dificultad para hablar.
- Somnolencia.
- Náuseas y vómitos.
- Visión doble o borrosa que puede acompañarse por una gran sensibilidad a la luz y a los sonidos o diferencia de tamaño en las pupilas.
- Inestabilidad al tratar de incorporarse.
- Pérdida de conciencia y/o amnesia.
- Convulsiones o movimientos anómalos.
- Salida de líquido acuoso o sangre por nariz u oídos.
¿Qué hacer luego de un golpe en la cabeza?
La presencia de dolor de cabeza en el lugar del golpe y algún vómito aislado es bastante común, pero si los síntomas son intensos, frecuentes, persisten y no hay mejoría luego de unas horas es necesario acudir al médico.
Mientras tanto, existen recomendaciones para tratarlo en casa:
- Acompañar al niño en un ambiente tranquilo, sin dejarlo solo. Observar el comportamiento de los síntomas y el estado general del lesionado por al menos 24 horas.
- Si presenta hematomas, aplicar hielo. No directamente, sino envuelto en alguna tela.
- Si tiene una herida abierta necesita ser suturada por un médico. Mientras llega la ayuda, hay que presionar la herida con un paño o gasa para evitar sangramiento profuso.
- Si tiene dolor de cabeza sin náuseas o vómitos se puede administrar paracetamol o ibuprofeno para aliviarlo, en las dosis recomendables para la edad y peso del menor.
- Luego de 2 horas después del último vómito, se le puede ofrecer pequeñas porciones de alimentos blandos. Si el niño no tiene apetito, no le obligue a comer.
- Evite exponer al niño a actividades que requiera concentración como juegos de consola y otros.
- Si tiene mucho sueño se puede dejar dormir, pero hay que chequearlo cada 3 horas. Debes observar si se despierta con facilidad o si se encuentra demasiado aletargado, lo cual es un signo de alarma.
Si luego de 24 horas de vigilancia el pequeño está bien y no refiere malestar alguno, puede continuar con su vida normal.
El tratamiento médico
Cuando los síntomas persisten se acude al médico. También es importante salir de dudas cuando se desconoce cómo se produjo el golpe en la cabeza, su intensidad, la altura de la caída y con qué se golpeó. Si su niño sufre un golpe en la cabeza y tiene algún trastorno de coagulación, debe ir a un servicio de urgencias de inmediato.
El médico decidirá en dependencia del lugar y la gravedad del impacto si es necesario ordenar una radiografía. En algunos casos, cuando los síntomas lo requieran, puede ordenar una tomografía axial computarizada.
Cuando hay heridas abiertas el médico indicar suturar y, en casos moderados, es posible que se requiera la hospitalización al menos durante 24 horas para observar al pequeño en un ambiente controlado. Los casos más graves son remitidos a unidades especializadas de neurología infantil, donde serán analizados. En casos extremos es posible que se requiera de una intervención quirúrgica por parte de un neurocirujano.
Para los casos leves existe un buen pronóstico y puede que ni siquiera requieran de pruebas diagnósticas. Los moderados o graves dependen, en muchos casos, de la rapidez con que sean atendidos. Por ello hay que actuar de manera responsable y veloz ante la sospecha que el golpe en la cabeza ha tenido consecuencias neurológicas.
Prevenir el golpe en la cabeza es la mejor política
Para prevenir un golpe en la cabeza es necesario minimizar las posibilidades de que ocurran accidentes. Entre las medidas a tomar están:
- Colocar puertas de protección en las escaleras de la casa.
- Evitar el uso de andadores.
- Proteger la zona de balcones y terrazas.
- Utilizar los sistemas de retención infantil adecuados para el automóvil y los cochecitos.
- Utilizar los cascos para los deportes que así lo requieran.
- Enseñar a su hijo desde pequeño lo básico del código de seguridad vial, cómo y dónde cruzar una calle.
- No dejar a los pequeños solos en superficies elevadas.
Estas medidas no son complicadas y pueden ser implementadas sin necesidad de grandes gastos de recursos o de tiempo. Los infantes son los más propensos a sufrir golpes en la cabeza, por lo que corresponde a los adultos velar por su seguridad y garantizar que crezcan en un ambiente sano y lejos de accidentes indeseados.
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