Semana 14 de embarazo, felicitaciones, ¡tu embarazo progresa!

La semana 14 de embarazo nos ubica en el comienzo del segundo trimestre.  Durante el primer trimestre, que acaba de finalizar, se fue formando la nueva vida; durante este se irá perfeccionando, para dedicar el tercer trimestre a maduración y crecimiento.   Pero… no nos adelantemos a los hechos y veamos qué cambios ocurren durante la semana 14 de embarazo.

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Todavia no tienes la clasica pancita pero el embarazo progresa

Cuidados a partir de la semana 14 de embarazo

El segundo trimestre de embarazo es realmente el que más disfrutarás.  Pasados los temores y preocupaciones del primer trimestre, con el embarazo ya en curso y antes de las molestias típicas del tercero, te sentirás más segura y tranquila.  Además probablemente ya habrás comenzado a difundir la buena noticia entre tus familiares, amigas o colegas, de manera que todo el mundo compartirá tu felicidad y te llenará de atenciones.

Si bien los cambios en tu cuerpo todavía no son muy notorios (quizás apenas hayas tenido que usar pantalones un talle más grandes) es importante que comiences a cuidarte y ayudar a tu cuerpo a prepararse para el parto.  De hecho todo tu organismo se está preparando para ese momento, por lo que debes procurar sentirte lo mejor y más cómoda posible.

El cambio exterior más notable probablemente sea el aumento del tamaño de tus mamas: utiliza un sostén adecuado para evitar que se formen estrías.  Y si bien, como lo decíamos, aún no es visible la pancita ni necesitas cambiar de postura, es conveniente que comiences a utilizar calzado de tacón bajo y dejes de lado las prendas ajustadas.

Si trabajas fuera de casa, no tardes en comunicar tu embarazo a la empresa.  Dependiendo del tipo de trabajo que realices quizás sean necesarios algunos cambios, como por ejemplo realizar descansos, trabajar sentada si habitualmente lo haces de pie o adaptar el mobiliario a la nueva situación.

También puede ser que aparezcan nuevas preocupaciones, una vez superados los riesgos de un aborto espontáneo y con el embarazo en franco avance, respecto de la situación financiera o las futuras responsabilidades como padres y madres.  ¡No te preocupes! Aunque está muy bien hacerse ciertas preguntas, finalmente todo se resolverá y seguramente tú y tu pareja serán los mejores padre y madre que el niño querría tener.

Si te sientes un poco estresada, tienes dificultades para dormir o dolor de cabeza, recuerda que estos malestares pueden repercutir en la salud fetal.  Lo mejor es controlar el estrés en forma natural.  Sigue estos pasos:

  • Asegúrate de estar descansando lo necesario.
  • Aliméntate en forma saludable.
  • Realiza treinta minutos de ejercicio suave dos o tres veces por semana; te ayudará a controlar tu peso y reducir el estrés.
  • Controla el estrés con meditación.
  • No tomes medicamentos sin prescripción y control médico.

Nuestra recomendación a partir de ahora es que tomes muchos cuidados respecto de ti misma.  Por supuesto debes cumplir estrictamente el programa de atención prenatal.  Pero al mismo tiempo no dejes de cuidar, no solamente tu salud, sino también tu aspecto personal.   Si lo hacías habitualmente, no dejes de maquillarte o ir a la peluquería.  Si no, tal vez sea el momento de comenzar… Con un poco de gracia y de a un paso por vez, aprenderás a disfrutar este gran momento de tu vida.

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Semana 14 de embarazo: cambios en el feto

El segundo trimestre trae grandes cambios y novedades.  El feto mide aproximadamente 9 cm. y pesa unos 40 gramos.

Lo más notable es que comienzan los movimientos fetales.  Al principio muy suaves, para ir haciéndose cada vez más notorios en tanto progresa el embarazo.  Por otra parte, el feto alterna períodos de sueño y vigilia, puede tener hipo, llevarse la mano a la boca, hacer muecas y fruncir el ceño.

Su piel se cubre de una sustancia serosa llamada vermix.  Es una especie de grasa blanquecina que protege la piel del contacto con el líquido amniótico.  Permanecerá sobre la piel hasta el nacimiento.    También aparece el lanugo, un vello suave y fino que cubre la carita y espaldas del feto.  Desaparecerá justo antes del parto.

Los órganos sexuales internos están definidos: si es niña comienzan a formarse los folículos ovarios y si es varón, aparece la próstata.  Sin embargo aún no puede detectarse mediante una ecografía si será niña o será varón.  Por otra parte comienza a producir sus propias hormonas a partir del desarrollo de la glándula tiroides y su hígado empieza a producir bilis.

Estudios de la semana 14 de embarazo

Más allá de los exámenes de rutina para comprobar el desarrollo del embarazo y establecer la edad fetal con mayor precisión, si estás dentro de los grupos de riesgo como por ejemplo ser mayor de 35 años o tener antecedentes familiares del anomalías genéticas, es probable que esta semana tu médico indique la realización de una amniocentesis.

Otros estudios permitirán detectar embarazos múltiples y determinar tu estado de salud, por ejemplo saber si padeces anemia del embarazo.

Cambios en tu organismo en la semana 14 de embarazo

Recuerda que tu cuerpo está trabajando duramente para adaptarse al embarazo y prepararse para el parto.  ¡La nueva vida consume mucha de tu propia energía! En el segundo trimestre pueden aparecer algunos de los síntomas más extraños del embarazo, como falta de memoria, hemorragias nasales o ronquidos.   Todo esto se debe a que está aumentando la cantidad de sangre en tu organismo y el corazón debe trabajar un poco más para bombearla y dirigirla al feto.

La semana 14 es la típica semana de aparición de los famosos “antojos”.  ¡No creas ninguno de los mitos que existen alrededor de los antojos! O simplemente utilízalos para un momento de relax y diversión…   Un interesante artículo de la revista Ciencia al Día  de la Universidad del Valle de Cali, Colombia, nos ilustra acerca de esta discutida cuestión y pone cada cosa en su lugar: los antojos no son un capricho de la mujer embarazada.  Es la forma en que, tras milenios de civilización, la futura madre se asegura de que todos los involucrados comiencen a vivir lo que pronto serán: una familia, o una familia más grande… ¡según sea el caso!

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