Las infecciones respiratorias agudas son de gran preocupación para las autoridades sanitarias a nivel mundial por su alta incidencia en la población infantil de menores de 5 años, y especialmente en los menores de dos años.
Estas afectaciones respiratorias es una de las causas más frecuentes de mortalidad y morbilidad a nivel mundial y son altamente contagiosas. De acuerdo a su localización y manifestaciones pueden ir de leves a graves.
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Estas enfermedades en la población infantil constituyen la causa más frecuente de visitas al médico. Afecta a los niños de cualquier país y de cualquier situación económica, aunque en los niños que habitan en lugares de más pobreza tienen la tendencia a complicarse, por falta de recursos y de la oportuna atención médica.
Contenido
- 1 ¿Qué son las infecciones respiratorias agudas?
- 2 Los virus y las infecciones respiratorias agudas
- 3 ¿Cuáles son las enfermedades respiratorias agudas más frecuentes?
- 4 ¿ Cuándo debes sospechar la presencia de infecciones respiratorias agudas?
- 5 Evolución y tratamiento de las infecciones respiratorias agudas
- 6 Previniendo las infecciones respiratorias agudas
¿Qué son las infecciones respiratorias agudas?
Bajo la denominación de infecciones respiratorias agudas (IRA) se agrupan enfermedades muy diversas, causadas por numerosos gérmenes que pueden afectar las diferentes partes del aparato respiratorio. Tienen entre sus características fundamentales que se instauran de forma repentina y su duración es menor de 15 días. Los síntomas pueden ser muy variados y dependen de su localización.
Las infecciones respiratorias agudas pueden estar localizadas tanto en las vías respiratorias superiores como inferiores. Estas pueden ser leves, moderadas o graves y que se transmiten de persona a persona. Se calcula que los niños menores de 5 años tienen entre 4 y 8 episodios de infecciones respiratorias en el transcurso de un año.
Los virus y las infecciones respiratorias agudas
Las infecciones respiratorias agudas en su gran mayoría son provocadas por virus. Se estima que la frecuencia de la etiología viral puede llegar hasta un 90% -95% fundamentalmente si están localizadas en las vías áreas superiores de los niños menores de cinco años y aún más frecuente en los menores de dos años. Más de 8 géneros de virus con más de 200 variedades antigénicamente diferente son los responsables de estos cuadros respiratorios.
Se considera que en la edad preescolar la etiología vírica es responsable del 95% de las infecciones de las vías respiratorias, pero en la etapa escolar se reduce y ocupa un 85% y en la edad adulta es de un 80%.
¿Cuáles son las enfermedades respiratorias agudas más frecuentes?
Las enfermedades respiratorias agudas se dividen en dos tipos para clasificarlas, atendiendo la parte de las vías respiratorias que afectan: las vías respiratorias altas o las bajas.
Las que más afectan las vías altas son:
- Faringoamigdalitis
- Rinofaringitis
- Sinusitis
- Otitis
Las que más inciden en las vías bajas son:
- Laringitis
- Epiglotitis infecciosa
- Laringotraqueobronquitis
- Neumonía
- Bronquiolitis
- Bronquitis
Estas enfermedades infecciosas pueden complicarse de virales a bacterianas, proceso producido fundamentalmente por la acción de dos gérmenes, el Haemophilus influenzae y los Neumococos. Este tipo de infección puede ser muy grave para la salud y poner en riesgo la vida del paciente. En ocasiones son infecciones combinadas de virus y bacterias.
¿ Cuándo debes sospechar la presencia de infecciones respiratorias agudas?
Los padres o cuidadores de niños de menos de 5 años han de estar muy atentos a estas manifestaciones y acudir de inmediato al médico si aparecen:
- Fiebre alta que no cede con la acción de medicamentos
- Aumento de la frecuencia respiratoria
- Silbidos o ruidos en el pecho
- Hundimiento de las costillas al respirar
- Vómitos
- Se niega a comer o beber
- Somnolencia y decaimiento
- Convulsiones o ataques
- Irritabilidad
- Desnutrición
- Cianosis
- Hipotermia (en bebés menores de 2 meses)
En niños de edad escolar, adolescentes y adultos:
- Fiebre alta (de más de 38.5 °C) por más de 2 días
- Dolor en el pecho al toser o respirar
- Dificultad para respirar o asfixia
- Cansancio o decaimiento excesivo
Evolución y tratamiento de las infecciones respiratorias agudas
Las infecciones del tracto respiratorio superior es uno de los motivos fundamentales de consulta externa y es de las enfermedades agudas más frecuentemente vistas en la atención primaria. Generalmente son enfermedades de las que evolucionan espontáneamente y no necesitan de acciones específicas. En la mayoría de las ocasiones no es necesario el uso de antibióticos porque su origen es viral. En estos casos se pueden resolver solo con las medidas generales para la aplicación en el propio hogar.
En la minoría de los casos su origen primario o sobreañadido puede ser bacteriano y requiere de tratamientos específicos. El tratamiento con antibióticos para las infecciones respiratorias agudas debe ser indicado por el médico. Se estima que aproximadamente 2 de cada 100 episodios de infección respiratoria desarrollan neumonía, cuando esto sucede es necesario el uso de antibióticos.
Una población muy especial lo constituyen los niños con bajo peso al nacer, o con bajo peso por una nutrición deficiente o con otras patologías de base que los hace mucho más vulnerables a desarrollar neumonías.
Medidas generales
En sentido general se toman las siguientes medidas:
- Control de la temperatura corporal, si se mantiene por debajo de 38 °C no utilizar medicamentos, sino medios físicos.
- Control del malestar general y el dolor con acetaminofén. No usar aspirina, ni vasoconstrictores nasales.
- Aumentar la ingesta de líquidos.
- Mantener la alimentación de siempre, si está siendo amamantado mantener la lactancia materna.
- No utilizar antihistamínicos ni antitusígenos.
- En menores de un año, no usar supositorios si hay fiebre.
- En caso de niños menores de 5 años valorar el peso, la talla y revisar el esquema de vacunación, aplicar las dosis si hay alguna faltante.
- Adiestrar a los padres acerca de os signos de alarma.
- En caso de que se sospeche una posible complicación o mal pronóstico revalorar en 48 horas.
La observación de los padres y familiares del paciente es fundamental en estos casos. No se puede desatender ni descuidar el más mínimo cambio que pueda indicar un empeoramiento de la infección. La toma de temperatura deberá ser frecuente y hacerse incluso si el enfermo se encuentra dormido.
Si el paciente presenta una neumonía leve con buen pronóstico el tratamiento será ambulatorio, pero si los síntomas se corresponden con una neumonía grave o leve de mal pronóstico deberá ser hospitalizado. En el centro de salud será atendido directamente y supervisado por el personal médico, y se minimizará el riesgo de no ver a tiempo las complicaciones que puedan surgir.
Previniendo las infecciones respiratorias agudas
Aunque todas las personas se encuentran expuestas a ser contagiadas por alguna de las infecciones respiratorias agudas, existen algunas acciones que pueden se promovidas y explicadas por parte del personal de salud, fundamentalmente en la comunidad:
- Evitar los cambios bruscos en la temperatura
- No fumar en la misma habitación o cerca de los niños
- Tener al día las vacunas que forman parte del Esquema de Vacunación, de acuerdo a su edad
- Mantenerse abrigados en el invierno o cuando sientan frío
- Beber abundante líquido
- Promover la lactancia materna, sobre todo hasta los 4-6 meses
- Ingerir verduras y frutas ricas en vitaminas A y C
- Tener buena ventilación en las habitaciones y aulas
- No usar braseros o quemar leña en cuartos cerrados
- Estar atentos al estado nutricional
- Promover que el niño sano reciba atención médica de supervisión, sobre todo en el 1 año de vida
- Evitar el contacto con personas que se sabe que se encuentran enfermas
- Instruir a padres y cuidadores en los cuidados y medidas para evitar la parición de enfermedades respiratorias agudas y en los signos de alarma de estas.
- Exigir el lavado frecuente de las manos de los cuidadores y personal relacionado con el pequeño.
Todo lo que puedas hacer es poco para evitar el contagio por un virus y aun después de adquirirlo, la conducta que asumas puede prevenir complicaciones. Es muy importante hacer hincapié en acudir al pediatra para diferenciar si se trata de una infección bacteriana, que conlleva un tratamiento con antimicorbianos. La demora en el diagnóstico puede poner en peligro la vida de tu hijo.
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