Está bien no saber qué le pasa a tu pequeño cuando recibes llamados del colegio. En algunas ocasiones resulta que tiene trastorno por déficit de atención – TDA y esto afecta su etapa escolar. Pueden acusarlo como el responsable de más de un caso de “mala conducta” o “pereza en clase”.
Hay niños que viven con esa condición y son señalados de forma mal infundada. ¿Será ese tu caso? Si tu hijo tiene problemas de este estilo o constantes llamados de atención en el colegio por una baja eficiencia. ¡Atención!
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Es hora de evaluar a tu pequeño
Es posible que tengas en casa un caso de trastorno de déficit de atención. También puede ser que tus alternativas de mejora no den resultado porque simplemente no estás atacando el problema real.
Aprende de qué se trata el TDA. El pequeño mostrará los primeros síntomas mucho antes de la etapa escolar.
Qué es el TDA
Es un síndrome de la conducta que se caracteriza por una deficiente concentración y reacciones inestables. Es común encontrarlo entre los problemas de las primeras etapas de escolaridad.
Un menor con TDA tiene dificultades para relacionarse con armonía en un ambiente social, sea el familiar o no. Pero lamentablemente todavía es poco lo que se sabe de esta condición.
No hay cura ni tampoco se sabe qué origina al trastorno de déficit de atención. Los especialistas solo han confirmado que cierta tendencia hereditaria, pero no descartan la influencia de agentes externos.
Primeras señales del trastorno por déficit de atención
Es posible encontrar unas primeras señales del TDA desde que el niño está pequeño. Aunque suele darse a conocer en la fase escolar, si prestas la suficiente atención es posible que adelantes la solución antes de que el problema se torne mayor.
- No se concentran al momento leer un libro.
- Parece estar en otro mundo o abstraerse cuando se habla con él así sea de forma directa.
- Pierde sus objetos personales con mucha facilidad sean juguetes o material escolar.
- Cualquier cosa lo distrae del foco de una conversación o una actividad sin importar lo simple que sea.
No obstante, solo una evaluación completa puede diagnosticar el trastorno de déficit de atención. Un profesional capacitado evaluará a tu hijo y te dirá cuál es la mejor forma de tratar su condición para procurarle un porvenir integral.
A quién recurrir para saber si tiene TDA
Las primeras señales de alerta te impulsan a ir en búsqueda de ayuda especializada. Sin embargo, solo un profesional está en la capacidad de decir si tu hijo sufre de esta trastorno conductual.
El único encargado de evaluar a un niño con presunto TDA es un psiquiatra infantil o un experto en desarrollo de conducta. Cada uno es una opción viable para darte un visión certera de lo que le está ocurriendo a tu hijo.
Los pediatras especializados en desarrollo de la conducta pueden atender desde síndromes físicos como del desarrollo psicológico. Monitorean el crecimiento del menor para descartar deficiencias su destreza motora como en el progreso académico.
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TDA con hiperactividad
Es necesario tener otro punto en claro. Existe el TDA con hiperactividad y el TDA sin hiperactividad. Son cuadros parecidos pero no iguales por lo tanto es propicio ahondar en cada uno de ellos para saber que estamos avanzando de forma correcta.
Quienes tienen TDA con hiperactividad son impulsivos, sobre activos y demandan constante atención. Este trastorno es de tipo crónico porque comienzan en la infancia pero los síntomas empeoran cuando crece.
Su origen está exento de deficiencias neuronales, del lenguaje, por retraso o factores emocionales. Existe una constante aprehensión a seguir reglas y a un determinado patrón en su rendimiento.
TDA sin hiperactividad
El TDA sin hiperactividad es el que hemos comentado. Hay una importante falta de atención y concentración teniendo un constante comportamiento distraído. Son niños poco activos.
Los problemas escolares rondan la poca participación en las clases, tareas incompletas, errores imprudentes y evasión a actividades que ameriten un constante esfuerzo mental durante tiempo prolongado.
Como viste cada TDA tiene unas características particulares que les hace parecidos pero no iguales. El psiquiatra infantil o el pediatra conductual ayudan en ambos casos pero es necesario que también sepas cuáles son los tratamientos específicos en cada caso.
Tratamientos para la TDA con hiperactividad
La primera de las opciones para tratar a un niño con TDAH es la terapia con fármacos. Es la opción que mejor efectividad ha tenido por décadas. Por supuesto se debe aplicar bajo estricta vigilancia médica.
Hay medicamentos no estimulantes como atomexetina y que tienen buen desempeño cuando son aplicados a un menor de edad. Pero la medicina no actúa sola. También necesita apoyo de los padres y de los profesores a cargo.
Tratamientos para la TDA sin hiperactividad
En el caso del TDA libre del factor de hiperactividad también pueden aplicarse soluciones medicadas bajo vigilancia de su médico certificado. Existen fármacos estimulantes como el metilfenidato que dan buena respuesta contra el trastorno.
El apoyo de los padres y del profesional docente que esté a su cargo también es fundamental, especialmente cuando recibe acusaciones de sus compañeros de clase. En este caso, sí podría desmotivarse.
No obstante si quieres soluciones alternativas está la terapia conductista: potencia la concentración del menor, le enseña a regular su comportamiento e incluye sesiones especiales con los padres.
Le ayuda a lidiar con las dificultades en su plano escolar como también en el ámbito familiar y sin necesidad de medicarlo. El punto es contar con todas las herramientas que para que como madre te sientas confiada de su porvenir.