7 enfermedades comunes en el primer año en la guardería

El primer año en la guardería expone al niño a una nueva etapa en su vida. No hay dudas que es muy beneficioso para su socialización, para aprender a compartir. También para dar sus primeros pasos en la aceptación de determinada disciplina y normas.

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A todos estos incuestionables beneficios se contrapone un problema vigente en todas las instalaciones de convivencia colectiva: las enfermedades infecciosas durante el primer año en la guardería.

¿A qué edad los niños deben de comenzar en la guardería?

La AEP (Asociación Española de Pediatría) considera la conveniencia de que los pequeños comiencen en la guardería, una vez cumplidos los dos años de edad. Esta recomendación la sustentan en que cuando el niño es muy pequeño su sistema inmunológico no está lo suficientemente maduro. Esto lo incapacita  para hacerle frente a los microrganismos a los que se expondrá en un centro de cuidado colectivo.

En su primer año en la guardería, es muy habitual que los pequeños sufran a repetición de infecciones. Se estima que como promedio se enfermarán en esta etapa inicial al menos 10 veces al año. En numerosas ocasiones las enfermedades más frecuentes se pueden transmitir hacia el hogar.

Enfermedades en la guardería
Las vías de transmisión de las enfermedades en la guardería son muy diversas, pero la higiene y la vacunación son fundamentales

Las enfermedades más frecuentes en el primer año en la guardería

Durante el primer año en la guardería, el niño se expone a diversos virus y bacterias que pueden producir infecciones a repetición. Ello es consecuencia de que aún tienen poca memoria inmunológica. O sea su sistema inmunológico se defiende contra las infecciones, pero no reconoce que ya había padecido la enfermedad. Es por ello que son tan frecuentes las infecciones a repetición.

Entre las enfermedades más comunes en el primer año en la guardería, se encuentran:

1. – Faringitis aguda y catarros

Entre las afecciones más frecuentes durante el primer año en instituciones de cuidado colectivo se encuentra el resfriado común o catarro. En ocasiones se acompaña de faringitis.

Sus síntomas son muy típicos con secreciones nasales mucosas abundantes, obstrucción de la nariz y fiebre. Si la faringitis está presente puede haber dolor de garganta, falta de apetito y tos con flemas. Podría presentar vómitos. Como tiene la nariz tupida siente dificultad para respirar, duerme mal y está intranquilo.

La mayor parte de las veces estas enfermedades son de origen viral y por lo tanto no requieren antibióticos. Es básico que tome agua abundante, distribuida en ingestiones frecuentes y de poco volumen y solución salina por vía nasal para aliviar la congestión. Si la fiebre es superior a 38 grados centígrados emplear algún antitérmico, nunca aspirina. Entre 5 y 7 días estará completamente recuperado.

2. Infecciones de oído

Las trompas de Eustaquio (conducto que comunica el oído con las fosas nasales) en los niños son más cortas, anchas y horizontales. Esto hace que tiendan acumularse secreciones nasales en el oído medio provocando la otitis.

Esta se caracteriza por un dolor intenso en el oído afectado y aumenta cuando el niño está acostado. Puede acompañarse de fiebre, mucosidad en las fosas nasales y ruidos diversos en la garganta.

3.- Conjuntivitis

Otra de las enfermedades frecuentes durante el primer año en la guardería es la conjuntivitis.  Cuando la parte blanca se pone roja, así como la parte interior del párpado. La causa puede ser infecciosa, irritativa o alérgica. Hay lagrimeo, la mayor parte de las veces puede sobreañadirse a una causa irritativa o alérgica la infección y aparecer lagañas y los párpados pegados al despertarse.

Por lo general requiere tratamiento con colirios antibióticos por una semana.

Niño enfermo
La fiebre es una de las manifestaciones de la mayoría de las enfermedades en la guardería

4. – Enfermedad boca-mano-pie  

Aparece entre los 6 meses y antes de los 5 años. Se caracteriza por la presencia de puntos muy pequeños de color rojo, en la orofaringe del pequeño. Se convierten posteriormente en úlceras o llagas. También pueden afectar las manos y los pies y es frecuente la aparición de lesiones cutáneas en la zona del pañal. Puede estar precedido o acompañado de  las lesiones cutáneas,de fiebre y dolor de garganta.

El virus causante de esta enfermedad es altamente contagioso y se transmite por el contacto directo y mediante la respiración. Su periodo de incubación es entre 3 y 6 días por lo que se puede producir el contagio aun antes de evidenciarse los síntomas.  Las lesiones desaparecen en el transcurso de los 10 días siguientes.

El lavado frecuente de las manos, la hidratación adecuada y el control de la fiebre son las medidas fundamentales a aplicar en esta enfermedad.

Niño con infección
Cuando hay toma del estado general debe ser observado en el hogar

5.- Sexta enfermedad o roséola

La roséola, exantema súbito o sexta enfermedad, se instaura de forma súbita con una fiebre muy elevada pudiendo llegar hasta 40.5° C, posteriormente aparece la erupción en la piel que comienza por el torax y se extiende a las extremidades tanto superiores como inferiores.

La erupción se caracteriza por punticos pequeños de color rosado, no originan picor y por lo general persisten entre 3 y 7 días. Puede acompañarse de dolor de garganta, secreciones mucosas por la nariz y ojos enrojecidos.

El tratamiento es solo para aliviar los síntomas como la fiebre, que mejora con el uso de antipiréticos. La fiebre va cediendo y por lo general hay una recuperación completa en pocos días.

Lavarse las manos
El lavado frecuente de las manos es una medida higiénica fundamental para evitar las enfermedades tanto en el hogar como en la guardería

6. – Gastroenteritis

Las diarreas, fiebre y vómitos en la mayoría de las ocasiones están provocados por la infección por rotavirus.  En ocasiones puede acompañarse de dolores abdominales y estrías sanguinolentas. Es una de las infecciones que más rápidamente puede pasar de las manos contaminadas con heces fecales a la boca de los pequeños. Más aún si se manipulan alimentos después del cambio de panal, sin tomar las medidas higiénicas necesarias e imprescindibles. El lavado frecuente de las manos  es la medida más efectiva para evitar la propagación.

En la mayoría de las ocasiones el tratamiento es sintomático, a lo que se suma la óptima hidratación para prevenir la peligrosa deshidratación.

7. – Infecciones de la piel

Infecciones como el impétigo y la sarna son frecuentes porque es muy común que un niño toque a otro. Ellos no tienen conciencia a esa edad de que una enfermedad puede contagiar a otro. En el caso de estas enfermedades que producen picor el niño se rasca y se le infestan sus uñas y manos y así transmiten la enfermedad.

La higiene adecuada, la vigilancia de la integridad de la piel y la prevención son las medidas más efectivas para evitar su propagación.

¿Cuáles son las vías de transmisión más comunes de las infecciones en el primer año en la guardería?

Uno de los problemas de difícil control en la transmisión de estas enfermedades en el primer año en la guardería son precisamente las numerosas vías de contagio que las mismas tienen. Entre las fundamentales se encuentran:

Por vía respiratoria

Cuando los pequeñines estornudan, tosen, babean o respiran liberan al exterior microorganismo que pueden aspirados por otros niños o adultos. Uno de los elementos que hacen difícil el control es que numerosas enfermedades infecciosas se transmiten antes de que aparezcan los síntomas.

Por esta  vía se pueden transmitir los catarros, la gripe, la laringitis, la faringitis, la varicela, el sarampión, la meningitis y hasta la tuberculosis.

Niño enfermo
Cada enfermedad tiene su periodo de exclusión acorde con el estado general del niño y de la posibilidad de transmisión

Fecal y oral

Las heces fecales es una vía de propagación de virus y bacterias. Las infecciones por rotavirus y por el virus de la hepatitis A utilizan esta vía de transmisión. Hay que tener presente que por lo regular los niños entre los 2 y 3 años no tienen control de la defecación. Inclusive hasta algunos encuentran divertido jugar con la caca.

Si el personal encargado de la atención de los pequeños no tiene el suficiente cuidado o  ellos mismos se llevan a la boca las manos después de tocar heces contaminadas puede adquirir microorganismos patógenos.

Contacto directo por la piel u objetos contaminados

Los pequeños juegan con juguetes que otros pueden haberse llevado a la boca. Usan en ocasiones hasta en sus propios juegos, los mismos peines, ropas y se rozan y entran en contacto directo piel a piel. El impétigo, la sarna y los piojos se pueden transmitir por estas causas.

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