La mayoría de los partos se producen antes de la semana 40 de embarazo, pero si tú has llegado hasta aquí no te preocupes. Tu bebé está listo para nacer. Los partos se pueden producir entre la semana 38 y 42, o sea dos semanas antes o después de la fecha estimada de parto.
En embarazos simples se consideraban a término todos aquellos partos que se presentaban en un periodo de 3 semanas antes y dos semanas después de las 40 semanas de edad gestacional o 280 días. Esta consideración fue cuestionada por las evidencias de la practica clínica porque se observaba que los bebés se comportaban de forma diferente en relacion con la semana en la que nacía y fundamentalmente en los problemas respiratorios. El mejor comportamiento se tenía cuando el parto se producía entre la semana 39 y 40.
En las últimas recomendaciones de los expertos sobre la clasificación de los partos a término se establece que aquellos que se presentan entre la semana 39 y hasta el final de la semana 40 se consideran completamente a término. Los que se prolongan más allá de este periodo y hasta la terminación de la semana 41 se clasificarían como partos a término tardío y cuando la duración de la gestación sobrepasa el inicio de la semana 42 serían considerados como pos término.
Contenido
- 1 El desarrollo del feto en la semana 40 de embarazo, listo para conocer el mundo exterior
- 2 Los huesos y la piel de tu pequeñín en la semana 40 de embarazo
- 3 ¿Y la madre… como se siente en la semana 40 de embarazo?
- 4 Exámenes y pruebas complementarias a las 40 semanas de embarazo
- 5 Malestares y complicaciones en la semana 40 de embarazo
- 6 Cuidados y actividades especiales en la semana 40 de embarazo
El desarrollo del feto en la semana 40 de embarazo, listo para conocer el mundo exterior
Durante esta semana tu bebé ya ha alcanzado entre 48 y 53 centímetros de tamaño y pesa entre 3 y 4,5 kilogramos. Por esta razón le resulta más difícil moverse a partir de la semana 40 de embarazo, pues el tamaño de tu útero le resulta pequeño. Por lo general, los varoncitos tienen mayor talla y peso.
Ya en esta semana el bebé tiene la fuerza, el desarrollo y la maduración necesaria para enfrentarse a la vida en el exterior. Todos sus órganos y sentidos están completamente listos para explorar el mundo exterior al útero materno. Hay algunos sistemas como el respiratorio, el nervioso y el inmunológico que continúan su maduración después del nacimiento.
A partir de las 40 semanas de embarazo ya la placenta va siendo insuficiente para respaldar el continuo crecimiento fetal y la tasa de crecimiento decae, hasta hacerse peligrosamente baja y puede llegar a amenazar al bebé si el embarazo se prolongara más allá de la semana 42.
Los huesos y la piel de tu pequeñín en la semana 40 de embarazo
Los huesos que conforman el esqueleto de tu pequeño se han endurecido en el transcurso del embarazo, pero los del cráneo afortunadamente permanecen suaves y flexibles. La separación entre los huesos que conforman el cráneo le permiten superponerse en la mima medida que lo requiera su paso a través del canal del parto.
Lo anterior motiva que los bebés en su proceso de nacimiento a través del canal del parto puedan tener deformaciones en su cabecita, la mayoría de forma cónica pues así se facilita su paso hacia el mundo exterior.
Los bebés tienen unos espacios de separación llamados fontanelas, uno en la parte anterior llamado fontanela frontal y otro en la posterior. La fontanela posterior cierra entre el tercer y cuarto mes después del nacimiento, mientras que la anterior no lo hará hasta los 15-18 meses después del parto.
La vérnix caseosa sustancia protectora de su piel, ya en esta semana ha desaparecido en su gran mayoría, solo quedarán algunos restos en los pliegues cutáneos.
Movimientos fetales
Como anteriormente mencionamos el útero se va haciendo pequeño para el tamaño que ya tiene tu pequeñín, por eso en estos momentos sentirás que la fuerza de sus movimientos disminuye, pero no la frecuencia.
Es tan importante sentir los movimientos en esta etapa de embarazo que si pasa una hora sin notar que se mueve es conveniente que lo estimules para que comience a hacerlo. Entre las acciones que puedes tomar se encuentran: tomar o comer algún producto azucarado o golpear el abdomen suavemente. Si estas medidas no lo activan es recomendable que consultes a tu médico o acudas a un servicio de urgencias.
Justo después del nacimiento…
Si el parto se produjera en esta semana. En el mismo momento del nacimiento y cinco minutos más tarde, a tu nené se le aplicará el llamado Test de Apgar, en el que mediante manipulaciones sencillas se valoran varios aspectos del bebé en una escala de 0 a 10. Estos valores indican el estado vital del neonato y su salud luego del alumbramiento.
Los parámetros que se observan son el tono muscular, el esfuerzo respiratorio, la frecuencia cardíaca, los reflejos y el color de la piel.
Este método lleva más de medio siglo de aplicación y ha sido muy efectivo para reducir la mortalidad y morbilidad infantil en todo el mundo. Luego de pasado este test, tu bebé ya está fuera de peligro durante el parto y seguirá su tránsito a la vida.
¿Y la madre… como se siente en la semana 40 de embarazo?
Vas a estar extremadamente impaciente, incomoda, torpe y pesada. Esto es lógico, puesto que ya has alcanzado prácticamente el tamaño máximo que tu abdomen puede crecer. Durante la semana 40 de embarazo es usual que puedas sentirte agotada y cansada con frecuencia.
Tienes muy poca energía para realizar tus actividades habituales y es lógico que con esta espera te sientas angustiada y sufras de estados de ansiedad. Emocionalmente estás consciente de que se acerca el momento del parto y si eres primeriza te enfrentas a algo no experimentado con anterioridad.
Esta situación es pasajera y completamente normal: lo importante es que cuando des a luz y veas a tu hijo en brazos sentirás una inmensa alegría. Mantén la calma y piensa en positivo, con el convencimiento de que ahora sólo estás atravesando por un proceso natural y las molestias serán recompensadas con creces cuando acunes en tu pecho a tu hijo.
Exámenes y pruebas complementarias a las 40 semanas de embarazo
Durante la semana cuarenta para verificar que todo marcha bien con tu embarazo, te realizarán exámenes abdominales para conocer el tamaño del feto y en qué posición se encuentra en este momento. Es muy probable además que chequeen si ya tu cuello del útero está comenzando a dilatarse, el estado de la placenta y otros indicadores importantes.
Hay diversas pruebas que de acuerdo a la situación particular de cada embarazada pudieran estar indicadas. Entre las más frecuentes se destacan:
Monitorización fetal o test basal no estresante
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y la Asociación Americana de Ginecología y Obstetricia (ACOG), recomiendan de forma opcional efectuar este examen a las embarazadas de bajo riesgo en la semana 40 de embarazo. La OMS no la recomienda de forma sistemática. Es una prueba completamente inocua que no ocasiona molestias ni riesgos, ni para la madre ni para el bebé.
Se colocan cintas en el abdomen con sensores acoplados a monitores que permiten el control de la frecuencia cardíaca fetal y las contracciones uterinas de la embarazada. En esta semana es normal entre 120-160 latidos por minuto. Ella indica que el feto se encuentra en buen estado y que su bienestar no se ha afectado.
Esta monitorización se clasifica en reactiva y no reactiva. En el segundo caso es necesario ingresar a la gestante para repetir el procedimiento o decidir terminar la gestación por inducción del parto o cesárea, según sea el criterio médico adecuado.
Ecografía
Brinda información sobre la localización y funcionamiento de la placenta y permite visualizar el cordón umbilical.
Eco-Doppler
Posibilita evaluar el flujo sanguíneo de la placenta, cordón umbilical y su paso hacia el bebé. La OMS no la recomienda de forma sistemática.
Amnioscopia
Es un procedimiento mediante el cual se introduce un tubo llamado amnioscopio por el cuello uterino y permite observar las características del líquido amniótico.
Alternativas sobre el parto: recomendaciones médicas y decisión personal
Generalmente las alternativas de procedimiento se toman antes de la semana 40 de embarazo. Esta decisión se fundamenta sobre la base de la evaluación médica de estas últimas semanas y las preferencias de la embarazada.
Lo más beneficioso y fisiológico para ti y tu hijo es esperar a que se desencadene en cualquier momento de esta semana. En otras ocasiones hay una indicación electiva de parto inducido o de cesárea. Estos casos se basan en una recomendación médica sobre la base del análisis de la posición del feto, el bienestar fetal y los posibles riesgos y complicaciones para la madre y el feto durante el embarazo o el parto.
Parto natural
Hay un reclamo de organismos como la OMS y diferentes organizaciones profesionales especializadas en la atención obstétrica de que esperar a que el parto se presente de forma natural es lo más conveniente para la salud materna y fetal.
Hay diversas modalidades de cómo enfrentar el parto natural, en el hogar, en el hospital, con doula, en el agua, diferentes métodos de control del dolor con o sin anestesia y otros muchos aspectos. Sobre todo ello puedes encontrar información detallada en Canal Chupete, en la página dedicada a la Preparación para el parto.
Aquí queremos insistir en lo que debes conocer para identificar que estas iniciando tu trabajo de parto y cuando acudir al servicio especializado que hayas seleccionado.
Los dos signos más claros de que has desencadenado el trabajo de parto son las contracciones y la ruptura de la bolsa amniótica, de la fuente o romper aguas como muchos le llaman.
Contracciones uterinas
Las contracciones indicativas de un trabajo de parto verdadero se experimentan por más de una hora, de forma rítmica,a intervalos que van disminuyendo y por tanto su frecuencia aumentando. Cada una de ellas dura entre los 30 y 70 segundos.
Estas contracciones se caracterizan por comenzar en la parte superior del útero e ir descendiendo hacia el pubis. Dan la sensación de comenzar en la espalda y llegar al abdomen. No se modifican aunque cambies de posición. La mayoría de las mujeres las identifican como dolorosas, pero esta sensación puede ser muy diferente acorde al nivel de sensibilidad de cada mujer.
Romper aguas un síntoma muy evidente
La ruptura de la bolsa amniótica o romper aguas es un signo muy evidente de que el parto se está acercando. Cada mujer y cada parto puede ser diferente, en ocasiones se presentan las contracciones primero, en otras lo primero es la ruptura de la bolsa y la presencia de líquido amniótico.
Esto es un signo pero no quiere decir que el parto es inminente en ocasiones se presenta días antes y en otras se produce momentos antes de iniciar el parto.
El color del fluido amniótico puede revelar el estado de salud de tu pequenno cuando es claro es que todo marcha bien, cuando es de color amarillento o verdoso puede ser un indicio de sufrimiento fetal.
Expulsión del tapón mucoso
Otra señal frecuente de que se acerca trabajo de parto es la presencia en tu vagina de una secreción o flujo de color rosado con estrías sanguinolentas. También puede tener un color marrón. Esto se produce como consecuencia de que al comenzar la dilatación del cuello uterino este guardián de la entrada del útero se desprende y sale al exterior.
Se considera que la madre ha comenzado el parto cuando su cuello se ha acortado producto de las contracciones frecuentes y regulares. Comienza a dilatarse para que el feto pueda pasar a través del mismo.
Según las consideraciones de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) se considera que la madre debe ser ingresada en trabajo de parto cuando concurren las siguientes situaciones:
- Tiene contracciones uterinas de forma regular
- Su cuello uterino esta borrado más del 50%
- Tiene una dilatación del cuello uterino entre 3 y 4 centímetros
¿Cuánto dura el trabajo de parto?
Este empieza con el principio de la dilatación hasta que el bebé finalmente nace, y su duración varía según cada madre.
En las primerizas hay mayor resistencia en los tejidos, por lo que se tarda más tiempo y requiere más fuerza para que el cuello del útero se dilate lo suficiente para dejar pasar al bebé. Generalmente, la dilatación completa tarda entre 12 a 14 horas en las cuales el canal del parto se dilata hasta los 10 cm.
A partir de ese momento se lleva a la embarazada a la sala de parto para que comience la fase de expulsión, durante la cual la cabecita se encaja en el canal de parto. Este período puede extenderse de una a dos horas hasta el parto del nene, a lo que sigue la expulsión de las secundinas, en la que la placenta se desprende y expulsa en unos 15 a 30 minutos.
En mujeres que han experimentado otros partos estos tiempos se aceleran, con una dilatación entre 6 a 8 horas, la expulsión de 30 minutos a una hora y las secundinas salen en 10 a 20 minutos.
Cesárea para finalizar el embarazo
Las cesáreas implican mayor riesgo para la madre y el feto y en contraste con esta realidad el uso de este procedimiento ha ido en aumento. Ante esta situación la OMS emitió en el año 2015 una alerta mundial sobre la alta incidencia de las cesáreas para concluir el embarazo, destacando países donde más del 50% de los nacimientos se producen mediante esta intervención quirúrgica.
Las asociaciones profesionales defienden el criterio que la cesárea sea recomendada cuando concurren situaciones que así lo requieran. La misma podría ser programada o de urgencia de acuerdo a cada caso. Entre las causas que justifican su uso se encuentran:
- Presentación del bebé en forma transversal, podálica o de nalgas
- No dilatación del cuello uterino
- Se evaluará su necesidad en mujeres con cesáreas previas
- Peligro inminente para la madre o el feto en caso de continuar el embarazo o el parto
- Desproporción entre el tamaño del feto y la capacidad pélvica de la madre
La cesárea cuando es recomendada con criterios médicos adecuados y ejecutada por manos calificadas en buenas condiciones higiénicas puede salvar la vida de la madre y del feto. Se calcula que entre el 10 y el 15% de los nacimientos puedan demandar este tipo de procedimiento.
Inducción del parto en la semana 40 de embarazo
En determinadas condiciones de salud tanto de la madre como el feto, recomiendan no esperar que el trabajo de parto se desencadene espontáneamente y aconsejan que el parto sea inducido.
En el caso de ser necesaria una inducción del parto se puede emplear diferentes esquemas basados en el uso de geles de prostaglandinas para provocar el borramiento del cuello del útero y de la hormona oxitocina. Siempre infórmate sobre el procedimiento que será empleado y cuáles son los riesgos y beneficios de cada alternativa.
Malestares y complicaciones en la semana 40 de embarazo
Las contracciones uterinas Braxton-Hicks serán intensas pero la buena noticia es que son indoloras, ellas están preparando al útero para cuando realmente comience el trabajo de parto. También debes estar atenta a otras señales, por ejemplo si rompes agua o si presentas sangrado vaginal. Ahora tu cuello del útero es más corto y existe cierta dilatación en el canal del parto.
Observa y acude a urgencias en la semana 40 de embarazo
A las 40 semanas se requiere que te mantengas muy atenta a todos los síntomas de tu embarazo y acudir a un servicio de urgencias o a tu médico en las siguientes situaciones:
- Ruptura de la bolsa amniótica o romper aguas
- Sangramiento abundante por vía vaginal, similar a una menstruación
- Si tienes contracciones regulares cada 5 o 10 minutos que van aumentando de intensidad a medida que pasa el tiempo
- Si dejas de sentir los movimientos fetales por más de una hora y no responde a la ingestión de bebidas azucaradas, ni a la estimulación externa del abdomen.
Todos los cuidados son pocos en la semana 40, es preferible que te adelantes y ante la más mínima duda, o la sospecha de que algo no anda bien acude de inmediato a donde mejor te puedan ayudar.
Cuidados y actividades especiales en la semana 40 de embarazo
Durante esta semana, ya tu desarrollo gestacional se encuentra tan avanzado que puede resultarte muy difícil realizar tareas tan simples como salir a la calle o vestirte. Es natural pues ya estás cercana al momento del parto. Si sientes desasosiego o estados de angustia, evítalos pensando en algo que te resulte agradable. Descansa y mantente relajada, pues lo necesitarás pronto.
Dieta e hidratación en la semana 40 de embarazo
Es posible que los antojos relacionados con comida sean más fuertes. Como estás ya tan cerca de dar a luz puedes relajar un poco la dieta. Debes no obstante tratar de mantener tus 5 comidas pequeñas al día, para que tu azúcar en sangre se mantenga estable.
Mantenerte hidratada es fundamental antes del momento del parto: debes beber al menos dos litros de agua en el día intercalando leche, y zumos de frutas, estos últimos además de proveerte de fibra y vitaminas también te hidratan. Si llegaras a presentar incontinencia urinaria, inflamación en manos, tobillos, cara y extremidades inferiores indicativos de retención de líquidos, aun así no disminuyas su ingesta. Luego del parto todas estas molestias desaparecerán.
La hora de la verdad, de la teoría a la práctica
- Llegó el momento de llevar a la práctica lo que en teoría aprendiste en el curso para la preparación de tu parto. Contacta de inmediato a las personas imprescindibles, incluyendo la matrona y el ginecólogo. Todavía tienes tiempo para revisar todo lo que necesitas llevar al hospital para ti y tu bebé. No dejes las cosas para el último minuto.
- Si te pones de parto en casa, conviene que comas algo ligero antes de ir al hospital. El proceso de dilatación puede demorarse bastante y conviene que te prepares para enfrentarlo con energía.
- Resultará muy beneficioso que te muevas entre una contracción y otra para facilitar el trabajo de parto. Camina, conversa….deja fluir tus emociones. Eso sí: aunque desees comer, no lo hagas. Te puede provocar nauseas.
- Siempre desconfía de los consejos o recomendaciones milagrosos y sin riesgos para provocar o eliminar el dolor del parto, de soluciones mágicas, y de otros procedimientos. Infórmate y analiza porque en muchas ocasiones no están respaldadas por resultados serios y rigurosos.
Compañía en el parto
Está comprobado que estar acompañada durante el parto es muy beneficioso, y por lo general las clínicas y hospitales permiten que alguien acompañe a la mujer en el parto. Si la persona acompañante es tu pareja, mucho mejor: no solo te ayudará emocionalmente, sino que por haber participado junto a ti en las clases de preparación del parto puede ayudarte con el ritmo de los ejercicios respiratorios, darte ánimo y tranquilizarte.
En el caso de que tu pareja sea sensible a este momento igual que tú, lo mejor es que asista algún otro familiar. De lo contrario, puede ocasionar más problemas que ventajas.
A las pocas horas de nacer, ya podrás lactar a tu bebé. De esta forma seguirá recibiendo no solo nutrientes, sino además los anticuerpos que antes percibía a través del cordón umbilical.
Los misteriosos y aun parcialmente desconocidos mecanismos que desencadenan el parto parecen estar muy relacionados con el desarrollo fetal, el debilitamiento del saco amniótico y la producción maternal de oxitocina. Es por eso que muchos apuestan por la famosa frase que asegura “es el bebé el que decide cuándo nacer”, eso ocurre cuando ya la vida en el interior de tu útero le resulta insostenible.
Termina así tu embarazo, pero comenzará a partir de ahí una etapa que sin dudas estará llena de retos, pero también colmada de alegrías y que disfrutarás a cada paso acompañando a tu hijo en su propio camino. Seguirás en las páginas de Canal Chupete encontrando información sobre las diferentes etapas y los retos de su andar por la vida.