Hay momentos trascendentales en la vida de un niño y el inicio de su vida escolar, es uno de ellos. La adaptación del niño a la escuela es una de esas situaciones que pueden definir la vida posterior de nuestros hijos para bien o para mal.
Hay diversos problemas conductuales y emocionales que se pueden poner de manifiesto cuando nuestro hijo se enfrenta al reto de la escuela. Uno de ellos es la fobia escolar y según la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, es uno de los motivos más frecuentes de consulta clínica. Lo anterior es motivado porque repercute en el aprendizaje escolar y la integración social del niño.
Contenido
- 1 ¿Qué podemos hacer para facilitar la adaptación a la escuela?
- 2 ¿Cuándo resulta más difícil la adaptación a la escuela?
- 3 ¿Qué es la fobia escolar?
- 4 ¿Por qué se produce la fobia escolar?
- 5 ¿Por qué se desencadena la fobia escolar?
- 6 ¿Cómo manifiesta el niño la fobia a la escuela?
- 7 ¿En qué edades se produce la fobia escolar?
- 8 ¿Cómo manejar la fobia escolar?
- 9 ¿Qué hacer para apoyar la solución de la fobia a la escuela?
- 10 Y ten presente…
¿Qué podemos hacer para facilitar la adaptación a la escuela?
Si tu hijo no ha asistido a ninguna institución educacional antes de iniciarse en la escuela, es necesario realizar una preparación previa, una especie de “calentamiento” o adaptación. De esta manera ell pequeño que se separa de su medio familiar por primera vez, no se siente desprotegido.
Los niños que presentan problemas de adaptación al inicio del curso escolar, por lo general, son aquellos que no fueron preparados previamente. Una cuestión que manifiestan en distintos grados es la ansiedad. La separación del hogar les resulta difícil y hasta incomprensible.
Cuando se aproxime el curso escolar y tu hijo esté próximo a separarse del hogar. Debes de tener en cuenta que entrará por primera vez a un territorio desconocido para él, como lo es la escuela. Por tanto hay que prepararlo y transmitirle esa idea.
Puede resultar muy positivo si, con cierta regularidad y sin que constituya algo desagradable para él, se le lleve a la escuela a la que asistirá y de ser posible relacionarlo con quien será su futura maestra.
Esta es una táctica que permite que se vaya estableciendo la interacción adecuado entre el niño y la persona que le va a asistir en su aprendizaje. También es bueno que se le haga participe de las compras de su uniforme, así como de los materiales de estudio y en cada oportunidad hablarle del tema de forma entusiasta.
¿Cuándo resulta más difícil la adaptación a la escuela?
El rechazo a la escuela es una posibilidad que está presente en todo niño, pero especialmente en aquel que es tímido o muy ansioso. En estos casos es muy común que el inicio del curso escolar genere el rechazo.
Hay varios trastornos que pueden estar presentes en la incorporación del niño a la escuela y están relacionados también con la edad y la personalidad. Los trastornos relacionados con inicio de la escuela, pueden ser motivados por un rechazo a la escuela, pero en otras ocasiones puede tratarse de una fobia escolar.
Estas dos situaciones tienen en común que el niño llora a la hora de ir a la escuela pero en el caso del rechazo escolar, es una decisión consciente de negarse a ir a la escuela, mientras que en el caso de la fobia es motivado por el miedo a ir a la escuela y la ansiedad acompañante.
¿Qué es la fobia escolar?
La fobia escolar es un trastorno característico de la infancia donde se produce una incapacidad total o parcial para asistir a la escuela, y como ya dijimos es muy particular de niños tímidos y con ansiedad de separación.
La fobia escolar se caracteriza por un predominio de reacciones de inhibición, temor excesivo a la autoridad extrafamiliar y un apego exagerado por la madre u otra figura emocionalmente significativa.
Aun cuando se logre que el niño, a pesar de la resistencia que ofrece, llegue a la escuela y permanezca en ella, y las señales más visibles de ansiedad (llanto, palidez, sudoración, taquicardia) se atenúan o desaparecen hasta la hora de salida, como expresa el refrán “ la procesión va por dentro”. El niño se mantiene en la escuela a base de soportar una fuerte tensión que solo desaparece cuando la abandona, para reaparecer al día siguiente tan pronto se despierta en la mañana.
Los fines de semana y las horas que el niño permanece en su hogar, transcurren sin síntoma alguno, lo que hace pensar a algunos padres que el niño simula los síntomas para no asistir a la escuela y quedarse jugando en casa. Pero, lo que en realidad ocurre, como en toda fobia, es que al no estar presente el objeto fóbico, no hay ansiedad.
¿Por qué se produce la fobia escolar?
Existen dos aspectos fundamentales por lo que se produce este trastorno. En primer lugar, están los factores de personalidad, pues el niño tímido ansioso, es más propenso a sufrirla que aquellos que tienden a ser muy extrovertidos. En segundo lugar, están los factores ambientales, es decir, el medio escolar.
Estos factores ambientales juegan un papel desencadenante y tiene una importancia decisiva en el surgimiento de la fobia. Uno de los factores más importantes lo constituye la presencia de una maestra que dista de ser ideal, pues esta seria aquella que es capaz de mantener la disciplina en el aula sin recurrir a métodos violentos, gritos o amenazas.
Es muy importante que nuestros hijos se encuentren en manos de un buen profesional de la educación, adecuadamente entrenado y sea capaz de enfrentar el gran reto de dirigir a nuestros hijos durante una gran parte de las horas del día. Para lograr eso, debe tener la habilidad de:
- Reconocer las características individuales de cada niño y saber tratarlos de forma diferenciada.
- Exigir con mayor firmeza y seriedad a los más agresivos o desenvueltos.
- Proporcionar mayor apoyo y estímulo a los tímidos.
- Ser capaz de explicar con claridad y saber exigir de acuerdo a las diferentes capacidades de los alumnos.
Otro factor que puede estar asociado a la aparición de la fobia es el acoso escolar que puede sufrir un niño. Si este no logra integrarse al grupo puede ser objeto de burlas e intimidaciones. La resultante de esta situación, también puede conducir a una fobia escolar. En este caso representada por un deseo de huir ante la incapacidad para resolver el conflicto entre su dignidad y el miedo que sufre.
¿Por qué se desencadena la fobia escolar?
Hay que tener muy en cuenta que, usualmente, cuando estamos ante la presencia de una fobia, la asistencia a la escuela es la primera experiencia de separación familiar y este constituye un punto muy importante.
El apego al medio familiar y la resistencia a separarse del mismo, es la razón fundamental por la cual el niño reacciona con expresiones somáticas de ansiedad. Las mismas pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarreas, dolor de cabeza, palidez.
También se pueden manifestar síntomas de debilidad y desfallecimiento que aparecen en las mañanas antes de salir para la escuela. Como padres tenemos que estar conscientes de que estos síntomas desaparecen al finalizar la sesión escolar y no se presentan los fines de semana ni en periodo vacacional.
Por tanto, un aspecto importante que debemos tener en consideración como padres, es que el miedo básico de nuestros hijos no es asistir a la escuela sino abandonar el hogar y separarse de la familia.
¿Cómo manifiesta el niño la fobia a la escuela?
La fobia escolar se manifiesta a través de tres sistemas de respuesta:
Por medio del comportamiento
En estos casos el niño manifiesta un comportamiento que sale de lo normal y puede estar caracterizado por:
- El niño evita ir a la escuela por todos los medios a su alcance.
- Cuando se producen fugas reiteradas de la escuela.
- Si se niega a vestir el uniforme escolar o en caso de hacerlo demora mucho más de lo que puede ser considerado como normal.
- Se entretiene con cualquier cosa en un intento por retrasar la llegada a la escuela
- Muestra negativa a tomar el desayuno.
- Pierde intencionalmente los materiales escolares.
- Se niega a hablar.
- Puede llegar a exhibir un comportamiento peligroso en la vía pública
- Si se utiliza la fuerza para que vaya a clases, responde por medio de gritos y llantos. Llegando incluso agarrarse firmemente de puertas y rejas como si en ello le fuera la vida.
- Trata de manipular a los padres llegando incluso a chantajearlos emocionalmente.
- En general su conducta puede ser catalogada de perturbadora
Manifestaciones psicosomáticas
Estas se ponen de manifiesto a través de del Sistema Nervioso Autónomo, la parte del sistema nervioso que controla las acciones involuntarias y que actúa sobre los músculos, glándulas y vasos sanguíneos. Se caracterizan por presentar:
- Abundante sudoración en casi todo el cuerpo, pero de manera especial en las manos.
- Una tensión muscular muy elevada
- Sensaciones de mareo
- Náuseas
- Desmayos
- Dolores de cabeza
- Dolores de estómago
- Vómitos
- Diarrea
- Una constante necesidad de orinar
- Taquicardias
- Trastornos del sueño que pueden ir desde el insomnio hasta extraños casos de narcolepsia (somnolencia extrema y ataques de sueño durante el día)
A nivel vivencial
En este caso, nuestros hijos manifiestan que su negativa a asistir al colegio tiene motivaciones que surgen directamente de pensamientos e imágenes negativos sobre la vida escolar. El niño suele penar que de asistir al colegio le sobrevendrán una serie de consecuencias negativas y de las que no podrá librarse por medio alguno.
Casi siempre estas situaciones negativas se convierten en profecías auto cumplidas, pues si el niño plantea que es incapaz de dar una respuesta a determinada pregunta realizada por el profesor, en la práctica, el miedo será capaz de paralizarlo e impedirle responder adecuadamente. La tensión que le genera al niño asistir a la escuela hace que muchas de las situaciones a las que teme efectivamente se produzcan. Por tanto, no es de extrañar que sus principales temores se conviertan constantemente en realidad.
¿En qué edades se produce la fobia escolar?
Si bien es cierto que la fobia escolar es más frecuente en los primeros años de vida y su aparición casi siempre está presente al inicio de la educación primaria, la misma no está sujeta a edades específicas.
La fobia puede surgir en la educación secundaria e incluso en grados superiores. En todo caso siempre estará determinada por las características personales de nuestros hijos, así como por el medio escolar en que deban desenvolverse.
¿Cómo manejar la fobia escolar?
La primera medida que debemos adoptar como padres, es establecer una inmediata comunicación con los profesores que asisten a nuestros hijos para hacerles saber que nuestro niño es tímido ansioso y reacciona inhibiéndose y manifestado temor ante las personas que no conoce.
De igual modo es necesario explicarles que cuando se adapta a ellas y se siente más seguro funciona bien, tiene una buena conducta y buen aprovechamiento. Situaciones estas que los profesionales de la educación solo pueden llegar a conocer si así se lo informamos, por tanto, es algo que depende de nosotros como padres.
Si el maestro ya se encuentra informado de la situación de nuestro hijo estará en condiciones de cooperar decisivamente en la superación del temor del niño a la escuela haciendo algunas cosas sencillas y que no le tomaran mucho tiempo.
Para ello debe mostrarse amistoso con él a su llegada, elogiarlo cuando haga bien su tarea o muestre cualquier conducta positiva y evitar criticarlo si se equivoca o se muestra reacio a cooperar.
Este tratamiento especial solo tendrá que hacerlo solamente durante el periodo inicial de adaptación y superación del temor fóbico ya que una vez que el niño se sienta seguro en su ambiente, podrá y deberá ser tratado como todos los demás alumnos.
Tratamiento profesional
Ante manifestaciones de rechazo o miedo a asistir a la escuela, es necesario acudir a la atención especializada para hacer el diagnóstico porque este puede ser una manifestación de otros trastornos como podrían ser: trastorno por ansiedad de separación, absentismo escolar, fobia social, depresión infantil y otros trastornos psiquiátricos graves. Cada una tiene sus características propias y pueden ser diferenciados.
Desde el punto de vista profesional, la fobia escolar puede constituir una urgencia psiquiátrica infantil. Así que, de ser necesario, esta debe ser atendida en el primer nivel de atención por el médico de familia o el pediatra.
Si en esta primera fase el niño presenta también dolor abdominal recurrente, la cefalea y otras manifestaciones se deben descartar posibles causas orgánicas hasta tanto existan evidencias de que estas manifestaciones son de tipo emocional.
¿Qué hacer para apoyar la solución de la fobia a la escuela?
El objetivo inmediato debe ser el rápido retorno a la escuela, ya que cada día que transcurre, alejado de ésta hará más difícil su regreso y la adaptación posterior del niño.
- Si la fobia escolar ha sido desencadenada por una experiencia negativa en el medio escolar es recomendable un cambio de aula o de escuela.
- Puede sugerirse que la madre lleve al niño hasta el aula y permanezca allí un rato, hasta que se sienta tranquilo bajo la tutela de la maestra.
- En algunos casos el retorno a la escuela será progresivo y, al principio solo permanecerá una parte del tiempo en el aula.
- Cuando la madre experimente una marcada ansiedad que obstaculice la separación del niño, puede orientarse que lo lleve el padre u otro adulto o un niño mayor con quien el paciente no tenga un apego muy marcado.
- Algunos niños se muestran incapaces de permanecer en el aula largos periodos de tiempo, piden regresar al hogar y refieren dolor abdominal, cefaleas u otros síntomas somáticos. El maestro debe tranquilizar al niño, permitirle descansar, estimularlo de forma adecuada y mantenerlo en el aula
- No debe exigírsele al niño que tome desayuno, merienda o almuerzo en la escuela, si esto intensifica los síntomas como vómitos, dolor abdominal y diarreas.
- En ocasiones será necesario el uso de medicamentos para calmar la ansiedad, pero esto debe ser solo bajo supervisión médica.
Y ten presente…
Si estas medidas de emergencia no resultan efectivas, el paciente debe remitirse al especialista y aunque se logre el regreso a la escuela, la remisión está justificada para tratar conflictos subyacentes y prevenir las recaídas.
La principal vía para ejercer nuestra actividad formativa como padres es preparar a nuestros hijos para que la fobia no llegue nunca a producirse. La incorporación a la escuela debe verse como un hecho natural y que así nuestro hijo reciba los beneficios de una educación escolar desde las primeras etapas de su vida, tan importante como el propio juego.