Para que un niño se desarrolle normalmente, precisa de estímulos de toda clase, sean estos emocionales, físicos o sensitivos. A esos estímulos que conscientemente le debemos brindar a los niños recién nacidos y aquellos que se encuentran en su más tierna infancia los denominamos: estimulación temprana.
El contacto físico es una de las necesidades fundamentales del recién nacido y los bebés reciben sus primeros estímulos a través de su mamá, padre, hermanos y otros seres relacionados con la atención del mismo. Posteriormente el contacto visual empieza a reemplazar parte del contacto físico que los bebés necesitan.
Dedicarle todos los días un tiempo a jugar, a hablar, acariciar, a masajear y hacer ejercicios con tu hijo, es tan importante como alimentarlo. La estimulación temprana le ayudará a fortalecer el tono de sus músculos, a ganar en flexibilidad y a prepararlo mejor para familiarizarse con su entorno.
Contenido
- 1 La estimulación temprana
- 2 Los sentidos y su papel en la estimulación temprana
- 3 El estímulo y el desarrollo del bebé
- 4 ¿Cómo pueden ser los estímulos?
- 5 ¿Para qué es necesaria la estimulación temprana?
- 6 ¿Cuándo debemos comenzar a estimular a un niño?
- 7 Desarrollo psicomotor del niño lactante
- 8 Técnicas de estimulación temprana acorde con cada etapa del desarrollo
- 9 De 9 a 12 meses
- 10 Importancia del juego en la estimulación temprana
- 11 Estimulación temprana en niños con situaciones especiales
- 12 Consejos para los padres al aplicar la estimulación temprana
- 13 Siempre recuerda…
La estimulación temprana
Llamamos de este modo a un conjunto de técnicas que, aplicadas de manera precoz, ayudan al desarrollo de nuestros hijos. La estimulación temprana permite que el niño desarrolle plenamente el potencial de sus capacidades, a crear habilidades y a explotarlas en beneficio propio y de forma saludable.
Son, por tanto, un grupo de técnicas educativas especiales que, empleadas en niños en su primer año de vida, son capaces de evitar trastornos en el desarrollo, y en el caso que estos trastornos ya estén presentes, corregirlos. Las mismas han de contemplar al niño globalmente, teniendo en cuenta no solo al individuo, sino a la familia y al medio que lo rodea.
Los sentidos y su papel en la estimulación temprana
Para aplicar la estimulación temprana en nuestros niños debemos tener presente que, percibimos el mundo por medio de un sistema sensorial que forma parte del sistema nervioso. Nuestros sentidos permiten la recepción de información, mientras el sistema nervioso la procesa.
Percibimos el mundo por medio de la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. La información se recibe en forma de estímulo y son los que permiten comprender y adaptarnos a nuestro medio ambiente.
El estímulo y el desarrollo del bebé
Se considera estímulo a cualquier fenómeno físico que influya de manera efectiva sobre nuestros órganos sensitivos. Por tanto, nuestro principal objetivo como padres que deseamos el desarrollo sano de nuestros hijos, es rodearlos de todos los estímulos que precisan para alcanzar este objetivo.
Los estímulos deben presentarse adecuadamente, tanto en número, momento preciso, como con la calidad que estos han de tener. Si estos elementos no son tenidos en cuenta, pueden resultar mucho más nocivos que beneficiosos.
En el desarrollo de nuestros hijos pueden resultar desastrosas, tanto la ausencia, como la sobre estimulación de sus sentidos. Esto siempre se debe tener muy presente pues podemos pecar por exceso y generar problemas al sistema nervioso central del niño.
Pensemos por un momento lo que ocurriría si no le hablamos correctamente a nuestros hijos, si somos demasiado parcos o no prestamos el debido interés al desarrollo de su habla. En el mejor de los casos, sufrirán de un retardo en el aprendizaje del lenguaje, pero pueden llegar a padecer tartamudez, dislalia o algún otro trastorno.
¿Qué pasaría si sobre estimulamos los sentidos de un niño justo cuando es hora de que duerma, o si le tenemos permanentemente encima de su cuna sin contacto con el medio que lo rodea? Está claro que la estimulación tiene una justa medida y que es muy necesaria.
¿Cómo pueden ser los estímulos?
Los estímulos pueden ser, según su origen:
- Estímulos internos
- Estímulos externos
Pero también puede clasificarse como de tipo:
- Físicos
- Afectivos
Ya sean de un tipo u otro, lo cierto es que los estímulos están presentes en todos los seres humanos, incluso desde antes de nuestro nacimiento. Estos tienen efectos sobre el desarrollo de nuestro sistema nervioso central, especialmente sobre su órgano principal: el cerebro. Está demostrado que existe una relación directa entre los estímulos que recibe un niño y las capacidades que desarrolla.
A la hora de diseñar un programa de estimulación temprana debemos tener en cuenta:
- Las necesidades objetivas de nuestros hijos
- Las condiciones de nuestro medio social
¿Para qué es necesaria la estimulación temprana?
Estimulamos para promover la interacción de nuestros hijos con el medio donde tendrán que vivir, pero también porque permite:
- Desarrollar las habilidades comunicativas, físicas y psicológicas del niño.
- Mejorar las discapacidades físicas o cognitivas de los niños que así lo requieren, desarrollando sus habilidades en una medida acorde a sus posibilidades individuales.
- Conseguir que la discapacidad no sea una limitante en la vida de aquellos niños que las presentan y que este sea capaz de mejorar sus condiciones psíquicas y físicas.
- Para mejorar el bienestar y la calidad de vida de cada niño.
¿Cuándo debemos comenzar a estimular a un niño?
Desde que el niño nace los padres debemos brindarle estímulos positivos. Tan pronto como estimulemos sus sentidos, el niño aprenderá a reaccionar ante estos.
El mejor momento para apreciar sus beneficios es a partir de los 3 meses, edad a la que el niño adquiere plasticidad cerebral, propiedad que surge de manera natural cuando las neuronas establecen comunicación entre ellas y que va a regular, precisamente, la percepción que tiene el niño de los estímulos del medio.
Igualmente es en esta etapa de su desarrollo es cuando el niño adquiere las funciones básicas, las que le permitirán tener control de su postura, iniciar la locomoción y posteriormente llegar a dominar el lenguaje.
Desarrollo psicomotor del niño lactante
Entre los 0 y tres meses de edad
El niño tiene que alcanzar determinadas capacidades, entre las que se destacan:
- Fijar la vista en objetos brillante que se crucen por su campo visual
- Es capaz de sonreír espontáneamente
- Comienza a vocalizar y da inicio al gorjeo
- Tiene que ser capaz de controlar los músculos del cuello
- Su cabeza ya no debe caer hacia atrás
- Cuando se le sostiene en posición erecta debe mantener la cabeza erguida
- Tiene que poder seguir una luz que pasa frente a su campo visual en un arco de 180 grados
A los cuatro meses
- Junta las manitas al centro
- Es capaz de asir los objetos que se pongan a su alcance
- Se lleva las manitas a la boca
- Puede extender ambos brazos
- Ya levanta el pecho y la cabeza con los bracitos como si hiciera “planchas”
A los cinco meses
- Gira sobre su abdomen
- Se interesa porque lo mantengan sentado en el regazo
- Sostiene firmemente la cabeza
A los seis meses
- Se mantiene sentado apoyándose hacia adelante, sobre sus brazos
Entre los 6 y 9 meses
- El bebé experimenta grandes cambios
- Comenzarán a gatear, a ponerse de pie y algunos dan sus primeros pasos
- Descubrirá el mundo que le rodea
- Comienzan a emplear vasos y cucharas para comer por sí solos
- Pueden sentarse sin ayuda
De 9 a 12 meses
- Pueden alcanzar y sostener objetos con las manos
- Recogen objetos con sus dedos pulgar e índice,
- Aprenden a dejar caer objetos, empiezan a tirar cosas
- Pueden pararse deteniéndose en muebles y pueden caminar si son guiados
Técnicas de estimulación temprana acorde con cada etapa del desarrollo
No se necesita de ir a una facultad o a una cátedra de estimulación temprana. Estas técnicas son muy fáciles de realizar, pues no requieren de condiciones materiales especiales, y, sobre todo, funcionan. En realidad, se trata de dedicarles el tiempo necesario a nuestros hijos.
En la medida en que el contacto físico entre padres e hijos sea mayor, mejor será su desarrollo. Nuestra sola presencia es una técnica de estimulación.
En muchos casos de retraso del desarrollo psicomotor lo que se esconde es desatención. Este es un fenómeno en franco crecimiento y que está motivado por la necesidad creciente porque en muchas ocasiones los padres no dedican el tiempo necesario al normal desenvolvimiento de la familia y el desarrollo físico y psicológico de los hijos.
No obstante, existen un grupo de metodologías sencillas que si son empleadas con frecuencia pueden contribuir positivamente en un bebé.
Primer mes de vida
Si queremos que nuestros hijos tengan un buen desarrollo psicomotor podemos comenzar por brindarle los siguientes estímulos en el primer mes de vida:
- Tomar nuestro bebé y rodarlo
- Colocarlo boca abajo
- Brindarle objetos y permitir que los sostenga
- Moverle la cabeza de un lado a otro
- Estirarle los brazos y cruzarlos
- Hacerlo “pedalear”
- Masajearlo suavemente
Dos meses de edad
Cuando nuestro hijo alcanza los dos meses de edad, podemos:
- Tomarlo de las manos y sentarlo, de ese modo ganará tono muscular
- Ganar su atención con objetos llamativos
- Colocarlo boca abajo
- Sonar campanas u otros objetos
- Repetirle sonidos
- Hacerle cosquillas
- Sonreírle
- Arrullarlo
A los tres meses
Cuando ya alcanzan los tres meses de edad es recomendable:
- Moverle objetos de un lado a otro de su cuna
- Impulsarlo para que de pequeños saltos,
- Brindarle juguetes pequeños y ayudarlo a que no los suelte.
Cuatro meses
A los cuatro meses podemos estimularlo de la siguiente forma:
- Hablarle constantemente,
- Imitar sus sonidos
- Aplaudir frente a él
Cinco meses
Cuando han cumplido los cinco meses es tiempo de:
- Intentar sentarlo solo
- Ponerlo a gatear
- Jugar a chapotear en el agua
- Hablarle de manera pausada y correcta platicarle más tiempo
Seis meses
A los seis meses podemos estimularlo mediante:
- La extensión y la flexión de sus piernas
- Rodarlo a medias y permitir que complete la vuelta
- Brindarle nuestros dedos para que los apriete con su mano
Entre 6 y 9 meses
- Estimular el gateo, colocando juguetes delante de el. Los juguetes con luces y sonidos llamarán su atención
- Acostado boca arriba hazlo rodar sobre su propio cuerpo
- Ayúdalo a gatear cuando este boca abajo ello puedes emplear tus manos o algún tejido que le pueda servir como una franja de soporte
- Sentada en el piso, colocando tus manos por debajo de las axilas puedes balancearlo de un lado a otro
- Una vez que se siente por si solo coloca juguetes entre sus piernas abiertas, para que intente cogerlos por el mismo
De 9 a 12 meses
- Sentado en una superficie lisa coloca juguetes a su alrededor para que intete cogerlos y que intente colocarlo en alguna caja, al mismo tiempo que pronuncias claramente el nombre de cada uno.
- De frente a tu bebe efectúa expresiones faciales e invítalo a que el las repita, como abrir la boca, cerrar los ojos, sacar la lengua, sonreír y otros.
- Sitúa juguetes en lugares en los que deba incorporarse para alcanzarlos. Si ya se para intenta que dé pasos con tu ayuda o que se mantenga sujeto de una sola mano.
- Tumbado boca abajo, juega a hacer la carretilla sujetándole del torso y que camine con las manos.
Importancia del juego en la estimulación temprana
Una de las técnicas “fundamentales” en la estimulación temprana es el juego. No existe método más sencillo, pero tampoco más eficiente que el juego. Por medio del juego también podemos estimular el desarrollo de nuestros hijos. El juego es una forma práctica, rápida y divertida de aprender. Aun en la cuna el niño puede responder positivamente a esta clase de estímulo.
El juego, incluso desde edades tempranas, tiene efectos sobre el desarrollo psicomotor y entre sus principales beneficios podemos destacar:
- La capacidad de fomentar el desarrollo sensorial
- La posibilidad de permitir que el niño aprenda a coordinar sus movimientos.
- Desarrolla el sentido del equilibro.
- Permite que el niño comprenda y se adapte al medio ambiente que le rodea.
- Permite que el niño se inicie en las actividades sociales e interactúe con otros individuos de un modo relajado y seguro
- Potencia la coordinación ojo – mano, mejorando las habilidades motoras del niño
Estimulación temprana en niños con situaciones especiales
Un niño con retardo o con dificultades de tipo físicas o cognitivas, requiere de más estímulos que los que precisa un niño sano cuyo desarrollo esté catalogado como normal. No por gusto se considera que existen grupos de riesgo donde la estimulación temprana puede tener una acción muy positiva.
Es por lo anterior, que debemos prestar atención si nos encontramos antes niños con trastornos genéticos, prematuros o aquellos cuyo parto tuvo complicaciones de algún tipo.
Bebés prematuros un caso muy especial
La estimulación temprana en los bebés prematuros, debe ser adaptada a cada caso en particular, partiendo de la base que su grado de maduración estará determinado por la fecha en la que se debía haber producido el parto y no por la fecha real en que se produjo.
En numerosas ocasiones estos bebés han permanecido durante mucho tiempo hospitalizados y no se ha producido el contacto físico de forma estable. Al inicio hay que comenzar con el contacto físico transmitiendo relajación y tranquilidad. Solo sostener en nuestras manos las diferentes partes del cuerpo del bebé.
Cuando los bebés se vayan adaptando a estos contactos, se pueden dar inicio al masaje aplicándolo desde la cabeza a los pies. Estas técnicas son beneficiosas para activar los diferentes sistemas del pequeño.
A medida que el bebé vaya creciendo y siempre en función de su ritmo de desarrollo se pueden introducir otras técnicas, pero debe tener un tratamiento muy diferenciado y propio para cada caso en particular.
Cada bebé tiene su propio ritmo, y no se pueden aplicar técnicas iguales para todos, dependerá de lo que él vaya reclamando y necesitando.
Por muy complicado que sea cada caso siempre la estimulación temprana puede prevenir males mayores. Recordemos que la capacidad de aprender es innata del ser humano y solo requiere, precisamente, de ser estimulada consciente y correctamente.
Consejos para los padres al aplicar la estimulación temprana
Ya hemos visto lo importante que resulta la estimulación temprana. Aquí algunas recomendaciones que te ayudarán en tu labor:
- Ríase, muestre su alegría ante su hijo.
- Juegue con su hijo cuando él lo desea. Haga del juego un acto placentero para ambos.
- No lo sobrecargue de tareas y de estímulos.
- Elija objetos agradables y seguros para mostrar al niño y que él los pueda tocar.
- Cántele, utilice el poder de la música, como una herramienta de estimulación.
- Aproveche el momento del baño para dar un masaje a su hijo.
- Muéstrele a su hijo libros de colores, fomente el gusto por estos desde bien temprano.
- Cuéntele cuentos infantiles antes de dormir.
- Es fundamental que la estimulación temprana se efectué de manera sistemática.
- La estimulación puede comenzar con sesiones cortas de 5 minutos e ir aumentando hasta 10 minutos.
- La estimulación temprana debe practicarla en el momento más conveniente para el bebé, cuando esté despierto y no tenga hambre.
Siempre recuerda…
La responsabilidad de ser madre o padre, es una de las tareas que no puedes delegar, es el trabajo de mayor importancia y más trascendente que tendrás en tu vida. De tu entrega y dedicación dependerá el futuro de tu hijo.