A lo largo de la vida experimentarás distintos tipos de flujo vaginal. El flujo vaginal es normal; es producido por las glándulas del cuello del útero y las paredes de la vagina. Su función es expulsar células y tejidos muertos, mantener los tejidos húmedos y lubricados y prevenir infecciones. Algunos cambios son normales, pero otros pueden ser síntomas de problemas, enfermedades o infecciones.
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El flujo vaginal en las niñas
Las niñas no deberían tener flujo vaginal, ya que sus ovarios aún están inmaduros. Sin embargo puede existir flujo en las recién nacidas, debido al pasaje de hormonas maternas. Normalmente tiene una duración de una semana a diez días, pero en condiciones normales, esta secreción debería desaparecer hasta la pubertad.
Si tienes una niña de esta edad y notas flujo vaginal no dudes en consultar con el médico, aunque la mayoría de las veces se debe a malos hábitos higiénicos o actividades normales en las niñas como la masturbación.
Aprovecha esta etapa para inculcarle los hábitos básicos de higiene femenina que la ayudarán toda la vida:
- Después de defecar u orinar: la técnica correcta es limpiarse de adelante hacia atrás, para no arrastrar bacterias del ano hacia la vagina;
- Después de bañarse: secar la vagina con toques o palmaditas en vez de frotar;
- Sustancias irritantes: los papeles higiénicos perfumados, algunos jabones, las espumas y sales de baño, los productos para el lavado de la ropa, suavizantes y aprestos y las prendas de tejidos sintéticos contienen sustancias químicas que pueden ser irritantes para la vagina.
- Buenas prácticas: utiliza ropa interior de algodón; no tomes baños de inmersión ni duchas vaginales; utiliza jabones neutros tanto para la higiene personal como el lavado de la ropa interior; plancha la ropa interior para desinfectarla.
- Exploración del cuerpo y masturbación: Procura educar a la niña para que estas actividades no representen riesgos, por ejemplo evitar tocarse el ano y la vagina con la misma mano o introducir objetos en la vagina.
- Consulta con tu médico, ya que unos parásitos muy habituales en los niños llamados oxiuros pueden pasar a la vagina provocando dolor, picazón y flujo. También, si a pesar de las medidas higiénicas el flujo continúa o cambia de color.
Tipos de flujo en la adolescencia
El flujo en realidad es transparente, pero adquiere color en contacto con el oxígeno. En preadolescentes y adolescentes lo normal deber ser claro, blanco o blanquecino. Algunos meses antes de comenzar a menstruar puede aumentar el flujo; de hecho el flujo antes de la regla es más abundante aunque mantiene su color transparente y no debe tener olor.
Dialoga con tu hija, muéstrale sitios confiables en Internet como la Fundación Nemours e incúlcale estos hábitos higiénicos:
- Utilizar ropa interior de algodón;
- Cambiarse la ropa interior todos los días;
- Evitar los pantalones muy ajustados;
- No permanecer con la ropa interior húmeda, por ejemplo después de la piscina o hacer ejercicio.
Enséñale también a observar los cambios en el flujo que pueden ser síntomas de problemas:
- Cambios en el olor (olor desagradable);
- Cambios en el color (verdoso, grisáceo, marrón, con sangre, purulento);
- Cambios en la textura (espumoso, parecido a cuajada)
- Cambios en los labios de la vagina, como hinchazón o aspereza, picazón o enrojecimiento.
Tipos de flujo en la mujer adulta
Los tipos de flujo en la mujer adulta están relacionados con el ciclo ovulatorio, pero también pueden deberse a infecciones o enfermedades. Por ejemplo:
- Cambios en la cantidad de flujo: normalmente varía con los niveles hormonales; aumenta durante la ovulación, el embarazo o con la excitación sexual y disminuye con la menopausia a causa de los niveles bajos de estrógeno.
- Cambios en el color y densidad del flujo: es más espeso durante la ovulación o el amamantamiento.
- Flujo en el embarazo: durante el embarazo es normal que el flujo se vea blanco y pegajoso; se debe a los cambios en el canal de parto y el cuello uterino. Al comienzo del embarazo puedes ver un poco de flujo con sangre; se debe al sangrado de implantación. Si el aspecto normal del flujo cambia, puede deberse a infecciones, con consecuencias sobre tu salud y la de tu bebé.
Causas más comunes de los distintos tipos de flujo
A continuación te daremos una guía de posibles causas en los cambios en el flujo; no dudes en consultar a tu médico si tienes flujo:
- Blanco y espeso, pero sin olor fuerte: infecciones por hongos como candidiasis; suelen estar acompañadas de mucha picazón y ardor.
- Poco espeso, grisáceo, de olor desagradable: vaginitis o vaginosis bacteriana (VB), que es un crecimiento anormal de las bacterias que normalmente viven en la vagina;
- Amarillo verdoso, espumoso, de olor fuerte: tricomoniasis, una enfermedad de transmisión sexual. Está acompañado de picazón vaginal y dolor al orinar. Otras ETS que causan cambios en el flujo son clamidia y gonorrea.
- Flujo con sangre: si se produce fuera del período menstrual puede ser signo de algún problema. Si estás embarazada y observas flujo con hilos de sangre concurre sin falta a tu médico.
¡Cuida tus hábitos higiénicos!
En realidad, para mantener una buena salud vaginal es imprescindible adoptar hábitos higiénicos como los que describimos al comienzo. Una vagina sana es clave para una vida sexual activa y placentera. Si has advertido cambios en el flujo, junto con picazón, ardor y enrojecimiento vaginal es necesaria una visita a tu ginecólogo. Mientras tanto:
- Mantén limpia la zona vaginal;
- Lávate sólo con agua tibia;
- Seca cuidadosa pero totalmente el área vaginal;
- No utilices la ducha vaginal. Existe la creencia de que es más higiénica, pero en realidad remueve las bacterias buenas que viven en la vagina y la protegen de infecciones;
- Mientras duren los problemas, evita utilizar productos de higiene íntima perfumados, geles lubricantes o cremas;
- Utiliza toallitas higiénicas en vez de tampones;
- Permite la ventilación de la zona utilizando ropa holgada.
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