Colorantes alimentarios , golosinas, y alergias en los niños

El uso de aditivos y en especial aromatizantes y colorantes alimentarios, es una práctica habitual en la industria de las golosinas y confituras. Aunque estos son seguros por lo general, cada niño posee sus características propias, por lo que no es raro que se puedan producir alergias a estos productos.

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Los aditivos dan color y sabor a las golosinas para hacerlas más atractivas a la población infantil, pero en ocasiones no conocemos que ingredientes contienen los productos que se venden a granel.  Debido a la variada naturaleza de los colorantes alimentarios, provenientes de fuentes animales y vegetales pero también de origen sintético, es posible que estos actúen como alérgenos para tus hijos.

¿Qué son los aditivos alimentarios?

Se definen como una sustancia añadida ex profeso a alimentos y bebidas que, sin cambiar el valor nutritivo, modifique su carácter, técnica de elaboración o conservación o mejore su adaptación al uso destinado. Los aditivos permitidos están legislados para cada país, y en España los controla la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición  (AECOSAN).

Los aditivos alimentarios ayudan en la conservación de los alimentos, mejoran su apariencia, sabor, aroma y textura y no son tóxicos en las cantidades que se emplean. Dentro de ellos, los colorantes alimentarios que se emplean en golosinas y dulces son los más relevantes para las alergias alimentarias que podrían producir, pues son los que más se consumen y por acumulación pueden provocar reacciones adversas.

Tipos de colorantes alimentarios

Existen 27 clases de aditivos aprobados en la Unión Europea, todos ellos evaluados y autorizados, que han demostrado ser seguros para el consumo humano en las cantidades que se incorporan a los alimentos.

Dentro de los colorantes alimentarios en las golosinas para niños, estos se dividen en naturales y artificiales.

Colorantes alimentarios naturales

E-100 (curcumina): Colorante amarillo que se extrae de la raíz de la cúrcuma. No se reportan efectos adversos en dosis de 3 mg/kg/día.

E-120 (cochinilla): Colorante rojo extraído de las hembras del escarabajo Dactylopius Coccus. Puede causar síntomas de alergia por inhalación o contacto cutáneo. Se estable un límite de consumo diario de 0,7 mg/kg/día.

E-162 (betanina): Pigmento rojo extraído de la remolacha. Se recomienda que su ingesta no sobrepase los 2,8 mg/kg/día en niños pequeños.

Colorantes alimentarios artificiales

E-102 (tartrazina): Colorante artificial amarillo-anaranjado. La dosis diaria máxima es de 7,5 mg/kg/día, y ha sido relacionada a síntomas alérgicos en niños atópicos y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad

E-133 (azul brillante FCF): Colorante sintético azul, que combinado con tartrazina da coloración verde. El consumo máximo es de 6 mg/kg/día. No se absorbe en el tracto gastrointestinal, por lo que tiñe las heces de verde y  puede provocar síntomas alérgicos en niños atópicos.

Otros aditivos alimentarios de precaución

E-211 (benzoato sódico): se emplea como conservante. Se han descrito alergias alimentarias a este compuesto con síntomas como urticaria, dermatitis atópica y angioedema. También provoca síntomas asmáticos, gastrointestinales e hiperactividad. Su ingesta máxima diaria es de 5 mg/kg/día17.

Reacciones adversas de los aditivos y colorantes alimentarios

Casi todos los alimentos que consumimos poseen aditivos, pero las alergias alimentarias debidas a estos tienen una incidencia muy baja, inferior al 1%. No obstante, en los niños, principales consumidores de golosinas, esta cifra se eleva a entre el 2 y el 7%.

Aunque las reacciones adversas por aditivos alimentarios son de naturaleza leve y fundamentalmente cutáneas (dermatitis atópica, urticaria, angioedema y dermatitis de contacto), pueden llegar a provocar síntomas gastrointestinales, rinitis alérgica y asma bronquial. Solo en unos pocos casos llega a anafilaxia, pero esto no significa que sea un problema del cual no debamos preocuparnos.

Diagnóstico de las alergias alimentarias por colorantes alimentarios

Al ser poco muy frecuentes, las alergias alimentarias por aditivos no están en el tope de la lista del médico que examinará a tu hijo. Se hace necesaria una buena historia clínica alimentaria para identificar al colorante como agente causal de la alergia.

Aun así, existe suficiente evidencia de mecanismos inmunológicos de hipersensibilidad inmediata y tardía a los componentes de algunos colorantes, así como intolerancia a ellos. También pueden funcionar alérgenos y empeorar los síntomas de una alergia preexistente. 

El diagnóstico se realiza por sospecha clínica, así como por test cutáneos en niños con dermatitis atópica. También puede diagnosticarse con más precisión con una determinación de IgE específica o, en último caso y bajo hospitalización, realizando una provocación oral.

Tratamiento de las alergias alimentarias por colorantes

Depende de la gravedad de los síntomas. Si existe urticaria, clínica de rinitis alérgica, o síntomas asmáticos, gastrointestinales, entre otros, además de suspender el alimento se indicarán tratamientos adecuados para cada caso.

Estos pueden incluir el uso de adrenalina, broncodilatadores de acción corta como el salbutamol o el bromuro de ipratropio, administración de antihistamínicos y corticoides, así como rehidratación por vía oral o parenteral en el caso que el niño presente vómitos o diarreas.

Si se sospecha que la alergia alimentaria llega a la anafilaxia, se administrará adrenalina intramuscular inmediatamente, y luego oxigenoterapia. En dependencia de la evolución, se decidirá si es necesario administrar otros tratamientos secundarios.

Si el niño tiene historial de alergias a aditivos y colorantes alimentarias y sufrió una anafilaxia por esta causa, deberá tener disponible un autoinyector de adrenalina para que él, sus padres o cuidadores se lo administren en caso de necesidad.

Previniendo las alergias alimentarias por colorantes y aditivos

Es prudente que, si tu hijo ha presentado alguna alergia alimentaria por colorantes, aprendas a identificar la sustancia en cuestión en las etiquetas de las golosinas que consume. También, en cuanto su edad se lo permita, enséñale a reconocer él mismo el alérgeno.

Evita también las golosinas a granel o que no estén debidamente etiquetadas. Asimismo, comunica la condición de tu hijo a sus profesores y cuidadores, o a otros padres si va a acudir a alguna actividad o fiesta infantil.

En caso de alergia, tu pediatra debe indicarte un plan de acción y tratamiento claros. Ante reacciones graves, acude de inmediato a urgencias, pues tu hijo corre el riesgo de sufrir una reacción anafiláctica.

 Si tu hijo ya es alérgico, será mucho más susceptible a presentar una alergia alimentaria desencadenada por colorantes y aditivos.  Por ello, debe prestar atención a la aparición de síntomas luego del consumo de refrescos, golosinas y repostería que puedan contener estos ingredientes.

Para conocer más sobre el tema no dejes de leer: Alergias en los niños