¿Es la rabieta de tu hijo un trastorno psicológico? Te lo contamos

La rabieta infantil también es conocida como berrinche, pataleta o perreta. Se define como una reacción frenética y muy característica de niños entre los 16 meses y tres años. Generalmente, la rabieta infantil consiste en un fuerte ataque de ira que incluye protestas, llanto, tirarse al suelo, lanzar patadas, gritos e incluso agresión física a las personas que rodean al niño y tratan de calmarlo.

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La rabieta que ocasionalmente puede presentarse en los pequeños ante una frustración, se considera un hecho normal que forma parte de su proceso de maduración. Sobre todo, cuando el niño aún no conoce otro modo de reaccionar ante la imposibilidad de ejercer su voluntad.

Sin embargo, si estas rabietas infantiles ocurren con demasiada frecuencia y de manera desproporcionada y sumamente violenta, entonces puede ser necesario acudir a un especialista.

Niño con rabieta
La rabieta es una manifestación incontrolada de ira

¿Es la rabieta un trastorno psicológico?

Actualmente se considera que, aquellas rabietas que van mucho más allá de lo que puede considerarse como algo normal, son en realidad la manifestación de una anomalía psicológica.  Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su quinta edición, conocido como DSM, la rabieta severa y repetida es parte de una enfermedad mental. Para el DSM, esta enfermedad se denomina Trastorno de Desregulación disruptiva del estado de ánimo.

Cuando hablamos de enfermedad mental nos estamos refiriendo a aquellas alteraciones que se producen en los procesos cognitivos y afectivos que son parte del desarrollo normal de un niño. Para hablar de enfermedad estas alteraciones han de ser consideradas anormales en relación al grupo social del cual proviene el individuo y por tanto se les asume como una patología. Este tipo de afecciones puede estar relacionada con el razonamiento, el comportamiento o con la facultad de establecer contacto con la realidad.

Por tanto, si la rabieta se repite constantemente y esta comporta alguna alteración de este tipo, entonces si podemos pensar que estamos ante la manifestación de una patología de base.

Rabietas y signos de violencia, una mala combinación

Cuando la rabieta va acompañada de signos de violencia es motivo de preocupación adicional.  Si bien hay conductas agresivas que pueden ser consideras normales para ciertas etapas de la vida, como lo pueden ser los pataleos de un bebé, en otras, estas conductas agresivas son inaceptables. El niño violento, será un escolar violento y un adolecente antisocial.

Niña agresiva
La rabieta y la agresividad no es una buena combinación porque el niño violento, será un escolar violento y un adolecente antisocial

Cuando un niño persiste en mantener una conducta agresiva y no es capaz de dominar su temperamento irascible, estamos ante un posible trastorno conductual.  Por tanto, es necesario reconocer las manifestaciones de agresividad que puedan estar presentes en nuestros hijos. Y cuanto más tempranamente se detecte mejor podrá ser su evolución.

¿Que caracteriza a un niño agresivo?

Las características de un niño agresivo varían de uno a otro, pero en general se corresponden con alguna de las siguientes conductas:

  • No es capaz de sentir empatía por sus semejantes.
  • No expresa sus emociones adecuadamente.
  • Muestra sentimientos negativos con frecuencia, ya sean deseos de venganza, envidia o arrogancia.
  • Interpreta cualquier conducta de quienes lo rodean como una provocación o una amenaza contra su persona.
  • Es intolerante con quienes lo rodean.
  • No acepta las normas de disciplina.

¿Por qué se produce la rabieta?

Cuando un niño tiene que enfrentarse a una negativa rotunda de sus padres o tutores, genera frustración y esto le provoca un estado de furia o ira. Esta reacción emocional se expresa mediante el resentimiento y la irritabilidad.

La furia disminuye la capacidad que tiene el niño de ejercer un control cognitivo de la conducta, es decir, pierde el control consiente de sus acciones.  En el caso de los niños es mucho más fácil que pierdan la objetividad, la empatía, así como la consideración por quienes lo rodean, llegando incluso a dañar a estas personas.

Niño con rabieta
Los comportamientos del niño ante una rabieta pueden ser diferentes algunos llegan a la agresión a otros o hacia el mismo

Los adultos aprendemos a manejar nuestras frustraciones, nadie está libre de ellas. Las frustraciones surgen de la percepción que tenemos de que existe una resistencia al cumplimiento de nuestra voluntad. Sin embargo, somos capaces de manejar estas frustraciones gracias a la educación que hemos recibido de nuestro medio social.

Para los niños es mucho más difícil manejar las frustraciones, sobre todo porque muchas de ellas surgen debido a presiones sociales que no son inherentes al comportamiento biológico de los seres humanos. Como por ejemplo, es normal que el niño de meses se sienta frustrado cuando le obligamos a llevar medias en sus pies, pues el uso de estas prendas de vestir es resultado de la presión social y no de nuestra programación genética.

¿Por qué pueden presentarse las perretas en los niños?

Las perretas en el niño pueden presentarse como una consecuencia de diferentes situaciones, entre ellas:

  1. Porque identifica que mediante éstas obtiene lo que quiere.
  2. Cuando el niño se siente impotente ante el poder que percibe de sus padres sobre él.
  3. Cuando los adultos interfieren con demasiada frecuencia en las actividades del niño y no le permiten desarrollarlas por sí mismo.
  4. Es una forma de manifestar que están cansados, hambrientos o incomodos o que tienen algún otro malestar interno.
  5. Pueden reaccionar de esta manera ante cambios o situaciones que les provocan estrés, temor o ansiedad.
  6. Es una forma de llamar la atención y reclamarla.
  7. Ante celos, conflictos o frustraciones con los hermanos u otros niños.
  8. Como medio de defensa ante el maltrato.
  9. Cuando el niño presenta trastornos de conducta, los que generalmente se producen por errores en la educación del infante y en cuyo caso se necesita de una ayuda especializada.
Niño con perreta
Las rabietas son parte del comportamiento normal de un niño acorde con su maduración y grado de desarrollo

La rabieta en sí misma, no es una enfermedad mental, pero si puede ser una expresión de que los padres no están preparados para manejar adecuadamente la educación del niño. En ocasiones cuando se acompaña de violencia puede ser una manifestación de un trastorno psicológico en construcción. Y para seguir en este tema que tanto preocupa a los padres y si te preguntas como controlar las rabietas de tu hijo, te invito a leer:

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