Las infecciones durante el embarazo no solo ponen en riesgo la salud de la gestante, sino que son potencialmente peligrosas para el desarrollo normal del feto. No solo pueden ser causa de abortos y partos pretérmino, sino también fuente de malformaciones congénitas y otros problemas de salud que comprometen el desarrollo posterior del niño.
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Hay una gran cantidad de enfermedades producidas por virus o bacterias que pueden afectar a una mujer gestante y que para prevenirlas lo primero es estar bien informada. Por eso hoy comentaremos sobre cuatro infecciones durante el embarazo con las que debes tener especial cuidado y atención.
Todas las medidas son pocas para evitar las infecciones potencialmente peligrosas. Esto no es solo responsabilidad de la embarazada, sino que involucra a toda la familia y el sistema de salud implicado en su atención.
4 infecciones durante el embarazo
Aunque no son las únicas que se deben prevenir y tratar, estas 4 infecciones se incluyen entre las que implican riesgo para el feto y la gestante. Por ello, se les brinda una particular atención.
Citomegalovirus una de las infecciones durante el embarazo más comunes
Los citomegalovirus es un virus común que se adquiere por contacto personal, uso de utensilios y mediante las relaciones sexuales. Por lo general no produce síntomas evidentes, pero el virus permanece en el organismo y se puede reactivar en diferentes momentos.
Las gestantes que tengan una infección por citomegalovirus pueden transmitirla al feto durante el embarazo, por lo que 1 por cada 200 niños nace con infección congénita por esta causa. Aunque de esta cifra solo 1 de cada 5 bebés padecerá problemas de salud a largo plazo, estos también son capaces de transmitirlo a otras personas a través de fluidos corporales como la orina y la saliva.
La mayoría de los bebés no muestran síntomas, pero en otras ocasiones si afecta su salud y se puede manifestar como pérdida auditiva o de la visión o la audición, convulsiones o discapacidades intelectuales. Puede ser evidente desde el nacimiento y en otras ocasiones posteriormente.
Para reducir el riesgo de contraer este virus, la gestante debe disminuir el contacto con saliva u orina de bebés y niños pequeños. Aunque estas medidas no garantizan que no se contraiga la infección, minimiza las posibilidades de adquirirla.
Los estreptococos del grupo B, una infección durante el embarazo que puede contaminar al bebé
El estreptococo del grupo B es una de las bacterias que puede vivir en el organismo humano y que generalmente no causa problemas. Cerca de 1 de cada 4 mujeres es portadora de estreptococos del grupo B. Estas bacterias pueden transmitirse al bebé durante el parto, tras lo cual este puede enfermarse y en ocasiones de gravedad con peligro para su vida.
Para su prevención previo al parto, se realiza un examen diagnóstico para detectar su presencia en la madre entre las 35 y 37 semanas de embarazo. Si esta es positiva, se le administran antibióticos a la gestante para evitar que las bacterias se transfieran durante el trabajo de parto.
De entrar en trabajo de parto pretérmino antes de realizar este examen, la gestante debe especificar al personal médico que no se ha realizado la prueba de detección de estreptococos del grupo B, y si es alérgica a la penicilina o cualquier otro antibiótico.
Lo más importante es evitar que los bebés se contaminan mediante las medidas previamente descritas. Si el bebé se contamina de madres afectadas por estreptococo del grupo B pueden desarrollar síntomas desde la primera semana de vida, en otros casos antes de los 3 meses. Estas podrían ser causa de neumonía, meningitis, o infección en la sangre.
La listeriosis, una infección alimentaria que debe ser evitada
La listeriosis es una infección provocada por una bacteria llamada Listeria. Se contrae por comer alimentos contaminados con ella, y las embarazadas tienen una probabilidad 10 veces mayor que otras personas de sufrir una infección de este tipo. También afecta a recién nacidos, ancianos y personas con el sistema inmunológico debilitado.
En la gestante, la listeriosis solo provoca fiebre y síntomas similares a la gripe común. No obstante, esta infección puede causar abortos espontáneos, parto pretérmino o una infección potencialmente mortal en el recién nacido. De hecho, 1 de cada 6 casos de listeriosis están asociados al embarazo.
Para evitar esta infección, la gestante debe abstenerse de consumir quesos elaborados con leche no pasteurizada. Los quesos blancos comerciales como el cottage, el queso crema y la mozzarella son seguros. No obstante, deben evitarse algunos tipos de queso como los blandos al estilo hispano (blanco, blando, cotija, cuajada en terrón, fresco, panela, ranchero entre otros), pues se han reportado casos de contaminación con Listeria posterior a su elaboración con leche pasteurizada.
En general, las embarazadas deben evitar cualquier producto lácteo elaborado con leche cruda: si no se indica específicamente en la etiqueta que el producto haya sido pasteurizado, es mejor no consumirlo. Tampoco debe comer ningún germinado crudo o poco cocido, lo que incluye los de alfalfa, frijol mungo, trébol y rábano.
Tampoco son seguros los melones que hayan permanecido cortados más de 4 horas a temperatura ambiente. Es mejor consumirlos justo después de cortados o conservarlos a temperaturas inferiores a los 4 °C por un tiempo no superior a la semana.
Otros alimentos que la embarazada debe evitar son las carnes para emparedados, los fiambres, las salchichas (secas o fermentadas) y otros embutidos. Tampoco son recomendables los patés o carnes untables refrigerados, aunque los que vienen enlatados son seguros para comer.
La gestante tampoco debe comer pescados o mariscos ahumados o refrigerados. Estos deben siempre estar bien cocidos o enlatados, lo que garantiza que no contengan bacterias.
En los Estados Unidos de América se estima que las embarazadas de origen hispano tienen aproximadamente 24 veces más probabilidades de contraer listeriosis que las de otros grupos raciales, por lo que es muy importante prestar especial atención a su alimentación.
De presentar síntomas de listeriosis (fiebre, fatiga o dolores musculares) luego de dos meses de haber comido un alimento que pueda haber estado contaminado, la embarazada debe comunicarlo a su proveedor de salud para comenzar un tratamiento con antibióticos de inmediato.
El virus del Zika una infección durante el embarazo que debe ser evitada
Tanto durante el embarazo como en el parto, la madre puede transmitir el virus del Zika al feto. La infección por este virus puede ocasionar daño cerebral, microcefalia y también da origen al llamado síndrome de zika congénito[7]. Este incluye alteraciones en el cerebro, defectos oculares, auditivos y defectos en las extremidades. Además de constituir un factor de riesgo para otras complicaciones en el embarazo como el aborto espontáneo y muerte fetal.
Este virus se transmite a través de las picaduras de mosquitos del género Aedes que se encuentren infectados, aunque también puede transferirse a través de relaciones sexuales con parejas que tengan el virus.
Es recomendable que las gestantes no viajen a zonas dónde el virus se haya propagado, por lo que antes de visitar una región hay que documentarse bien sobre la situación epidemiológica de la zona. De ser imprescindible realizar estos viajes, la embarazada debe seguir medidas estrictas para evitar las picaduras de mosquitos.
Asimismo, la gestante debe tener precaución al tener relaciones sexuales si su pareja ha viajado o vive en una zona de propagación del virus del Zika. Se recomienda el uso de condones a lo largo de todo el acto sexual, o abstenerse de la penetración durante el embarazo.
Con este recuento de estas 4 infecciones durante el embarazo, puedes conocerlas más y tomar todas las medidas para evitarlas.
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