La gastroenteritis aguda es la enfermedad digestiva más común en niños y su principal peligro se asocia a sus dos complicaciones más frecuentes: la deshidratación y las infecciones bacterianas septicémicas.
Es una de las enfermedades con las que se debe tener especial cuidado en los niños menores de un año, aunque también se debe tener particular atención a ella hasta los cinco años de edad.
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Se considera una enfermedad altamente contagiosa, aunque en la medida que se va fortaleciendo el sistema inmunológico son menos comunes porque el pequeño tiene más posibilidades de defenderse ante una invasión externa de algún microrganismo.
Contenido
- 1 ¿Qué es la gastroenteritis aguda?
- 2 Importancia mundial de las enfermedades diarreicas en niños
- 3 ¿Cuándo sospechar una gastroenteritis?
- 4 Tipos de gastroenteritis aguda de acuerdo a su causa
- 5 ¿Cómo se adquiere la gastroenteritis?
- 6 ¿Cómo se hace el diagnóstico de la gastroenteritis?
- 7 ¿Qué hacer ante una gastroenteritis?
¿Qué es la gastroenteritis aguda?
La gastroenteritis aguda es la inflamación de la mucosa gástrica e intestinal, causada por infecciones virales, bacterianas o parasitarias. Se manifiesta por deposiciones liquidas frecuentes y abundantes. Generalmente se acompaña de dolor abdominal, vómitos y fiebre.
Importancia mundial de las enfermedades diarreicas en niños
Según los reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años. Este organismo según datos del 2017 estima que todos los años se producen 1700 millones de casos de enfermedades diarreicas infantiles. Lamentablemente las enfermedades diarreicas matan alrededor de 525 000 niños menores de cinco años anualmente. Y lo más contrastante es que es del tipo de enfermedad que se puede prevenir, tratar y así evitar estas cifras tan alarmantes.
Los niños malnutridos y con deficiencia inmunológica son los más susceptibles a las complicaciones infecciosas. Hoy en día con el uso de las sales de rehidratación, la deshidratación grave es menos frecuente. Se calcula que los menores de dos años padecen más de seis infecciones al año de gastroenteritis.
En Estados Unidos de América, la gastroenteritis grave provoca cerca de 220 000 hospitalizaciones y 1.5 millones de consultas ambulatorias.
De los 25 a 35 millones de episodios que ocurren cada año en Estados Unidos, solo entre 300 y 400 tienen como resultado la muerte. Se estima que como promedio los niños experimentan entre 1.3 a 2.3 episodios de diarreas por año.
Aunque la incidencia es mucho menor en países desarrollados, requiere también de la debida atención, porque tanto en unos como en otros es un acecho permanente al que están expuestos nuestros pequeños.
¿Cuándo sospechar una gastroenteritis?
Los síntomas comienzan a manifestarse entre las 12 a 72 horas después de contraer el agente infeccioso y pueden variar acorde con los microrganismos que la ocasionan. Haciendo una síntesis de los fundamentales síntomas de un niño con gastroenteritis aguda serían:
- Deposiciones frecuentes y gases
- Náuseas o vómitos
- Dolores o calambres abdominales difusos
- Falta de apetito
- A veces se puede acompañar de fiebre
- Irritación de la piel alrededor del ano
- Cansancio y debilidad e intranquilidad
- Dolores musculares y de cabeza
Como previamente mencionamos los síntomas pueden variar de acuerdo a la etiología, así que a continuación nos referiremos a ello.
Tipos de gastroenteritis aguda de acuerdo a su causa
Por lo general la conducta ante la gastroenteritis aguda es similar con independencia de su causa, pero siempre es importante conocer su posible etiología porque ayuda a precisar el tratamiento y su evolución. La gastroenteritis puede ser viral, bacteriana, parasitaria o de causas no infecciosas.
Como previamente señalamos la mayoría de las gastroenteritis en niños son causadas por infecciones virales y dentro de ellos el rotavirus ocupa la posición cimera. Se estima que el 37% de las muertes en menores de 5 años son causadas por este virus. Su incidencia es mayor en los meses de invierno y menor en el verano. Otros virus como los norovirus, los adenovirus y los astrovirus pueden también ocasionar este tipo de gastroenteritis.
Cuando la causa es viral por lo general comienza con vómitos y posteriormente aparecen las diarreas acuosas muy frecuentes que pueden llegar a 10 o 20 por día. En ocasiones se presentan simultáneamente. La fiebre es baja y la sintomatología persiste durante 3-8 días.
Gastroenteritis bacteriana
Se estima que en países desarrollados la gastroenteritis bacteriana es responsable de entre el 2 y el 10% de los casos. Entre las bacterias destacan: Campylobacter, Salmonella, Shigella, y Escherichia coli. El Clostridium difficile se ha instaurado como uno de los microrganismos más prevalentes después del tratamiento con antibióticos.
Si la gastroenteritis está producida por bacterias las heces pueden ser sanguinolentas. Puede aparecer también fiebre alta, fuertes dolores abdominales y mucosidades en las heces.
Gastroenteritis parasitaria
Algunos parásitos como Giardia lamblia, Entamoeba histolytica y Cryptosporidium son también causantes de gastroenteritis. En estos casos se sospecha cuando se ha producido alguna visita a lugares que pueden ser endémicos en algunas de estas infecciones.
La gastroenteritis de origen parasitario tiene una evolución prolongada y no mejora con los tratamientos habituales.
¿Cómo se adquiere la gastroenteritis?
Las vías para adquirir los microrganismos causantes de la gastroenteritis infecciosa pueden ser muy diversas y varían de acuerdo al agente patógeno, pero en general se pueden agrupar de la siguiente manera:
Transmisión mano boca
Esta es la vía fundamental de transmisión en caso de la gastroenteritis viral. Cualquier niño afectado toca juguetes, superficies y comparten utensilios, o a través del contacto directo con personas infectadas. Es muy común en áreas colectivas de niños como guarderías infantiles y piscinas públicas.
Su niño también puede contraer la gastroenteritis al tocar animales, como tortugas o lagartijas y aves o anfibios que transmiten salmonella.
Inadecuada higiene en el lavado de las manos y preparación de alimentos
El no lavado de las manos antes de la preparación y elaboración de alimentos es una de las vías fundamentales de adquisición de la gastroenteritis. Alimentar a los bebés con biberones no desinfectados.
Los alimentos por su parte pueden estar infectados cuando son escogidos, procesados o no cocidos completamente. Entre ellos destacan los vegetales crudos, los mariscos o carnes y especialmente los huevos pueden ser fuentes de contaminación.
Agua no potable
Las fuentes de agua pueden estar contaminadas o no adecuadamente potabilizadas. Cuando un niño viaja o accede a una de esas fuentes puede contaminarse al tragar agua contaminada de pozos, arroyos y piscinas y también al viajar por países en vías de desarrollo.
¿Cómo se hace el diagnóstico de la gastroenteritis?
El diagnóstico de gastroenteritis se basa por una parte en los síntomas y signos clínicos, complementados con los antecedentes referidos por los familiares.
En ocasiones se requieren exámenes de laboratorio para determinar el tipo de gastroenteritis. El coprocultivo puede ser de utilidad en casos de gastroenteritis bacteriana pero casi siempre es necesario imponer el tratamiento antes de disponer de los resultados.
Cuando las diarreas son severas y se sospecha deshidratación el examen de los electrólitos en sangre puede orientar el tratamiento adecuado.
Si hay sangre en las heces se debe hacer un cultivo de materia fecal, en especial a aquellos que han estado expuestos a una intoxicación alimentaria o viajaron recientemente a un país en vías de desarrollo.
En los niños, las señales más precisas de deshidratación aguda o moderada son un llenado capilar prolongado, la piel se ve poco turgente y una respiración anormal. Los ojos hundidos, disminución de la actividad, falta de lágrimas y boca seca. Si el niño toma líquidos regularmente y orina frecuentemente lo más probable es que no esté deshidratado.
¿Qué hacer ante una gastroenteritis?
Una vez confirmado el diagnóstico de una gastroenteritis, hay tres direcciones básicas para enfrentarla:
- Aliviar los síntomas y malestares
- Prevenir las complicaciones en particular la deshidratación
- Evitar la diseminación
Tratamiento sintómatico
La mayoría de las gastroenteritis virales, que además son las más frecuentes se resuelven espontáneamente sin necesidad de medicamentos. Cuando son de origen bacteriano o parasitario puede ser necesario el tratamiento con antibióticos o antiparasitarios.
La severidad de los síntomas irán conduciendo las acciones, por lo general lo mejor en bebés y niños pequeños es no tener que administrar medicamentos antidiarreicos. Son mayores sus posibles efectos adversos que su acción directa en la reducción de los síntomas.
Sales de rehidratación oral
Este es el tratamiento de preferencia para evitar la deshidratación producto de la gran pérdida de líquidos por vómitos y deposiciones.
Uso de probióticos
Los probióticos han demostrado su utilidad en la prevención y tratamiento de las diarreas agudas, como lo demuestran diversos estudios.
Suplementación con zinc
La OMS recomienda la suplementación con zinc en niños mayores de 6 meses y menores de 5 años con gastroenteritis aguda. La dosis diaria seria de 10-20 mg durante 10 a 14 días.
La enfermedad normalmente desaparece en el transcurso de 7 días. Cuando la infección es debida a rotavirus se recuperan completamente entre tres y ocho días.
Uso de antibióticos o antiparasitarios
Cuando los niños pequeños presentan fiebre y diarreas sanguinolentas es recomendado el uso de antibióticos.
Prevenir la deshidratación
Para prevenir la deshidratación es importante el consumo de suficiente líquido.
El sistema de alimentación de los bebés tanto con leche de fórmula como amamantados por la madre debe seguir de forma normal, después de la rehidratación con las sales reconstitutivas del estado electrolítico. La lactancia materna es importante: la leche materna reduce tanto la frecuencia de las infecciones como su duración.
Los niños deben seguir con su alimentación normal durante los episodios de diarrea, pero se deben evitar los alimentos altos en azúcares simples, como las gaseosas y los jugos de frutas, ya que pueden aumentar la diarrea.
En el caso de deshidratación severa y si hay pérdida de conciencia puede ser necesario suministrar líquidos por vía intravenosa. También se puede requerir sonda nasogástrica.
Evitar la propagación
Las medidas personales, como el lavado de manos después del cambio de pañales de niños con diarreas, reducen hasta un 30 % la incidencia y tasa de prevalencia de la gastroenteritis. El uso de geles desinfectantes con alcohol también puede ser eficaz.
No permita que su hijo se convierta en un diseminador de la gastroenteritis, tome las medidas necesarias para evitar la propagación.