¿Qué puedes hacer para reducir las regurgitaciones de tu bebé?

Uno de los problemas más comunes en los primeros 6 meses de vida de tu bebé serán las regurgitaciones. Es difícil encontrar una mamá que no haya sentido que algo le está mojando su hombro, o ver manchada su ropa de blanco debido a la expulsión de parte de la leche consumida por su bebé.

Te será de gran interés leer: Desarrollo del bebé en su primer año

¿Que son las regurgitaciones?

En la primera etapa de su vida, muchos pequeños expulsan por la boca parte de los alimentos que ingirió de forma espontánea, sin hacer gran esfuerzo, es un mecanismo pasivo. Es un trastorno transitorio, llamado reflujo gastroesofágico no complicado o fisiológico y que no es lo mismo que la Enfermedad del reflujo gastroesofágico.

La posición para alimentar a tu bebé es un elemento clave para disminuir las regurgitaciones, debe estar lo más erecto posible

Se considera que está presente hasta en el 75% de los bebés de menos de 4 meses de nacidos. Se produce tanto después del consumo de la leche materna como de fórmula. Se puede presentar ocasionalmente y en algunos bebés pueden ser muy frecuentes.

Generalmente las regurgitaciones no producen molestias, ellas van disminuyendo en la medida que el bebé va creciendo y llegan a desaparecer antes de llegar a su primer año de vida.

¿Por qué se produce la regurgitación en el bebé?

Las regurgitaciones son consecuencia de una serie de factores biológicos y psicosociales, que interactúan sobre un aparato digestivo inmaduro y en una fase de crecimiento muy rápido. Agravado porque en esta fase de la vida la alimentación es líquida y la permanece la mayor parte del tiempo acostado.

Cuando el bebé nace su estómago es muy pequeñito, a los tres días posteriores al nacimiento es del tamaño de una pelotica de ping-pong y hasta los cuatro meses de edad su capacidad para retener la leche es muy poca.

A lo anterior se une que las capas musculares que actúan evitando el paso del contenido gástrico al abdomen son aun inmaduras y no puede impedir el paso del contenido gástrico al esófago.

Si a los elementos señalados se adiciona que se le ofrece gran cantidad de líquidos, traga gran cantidad de aire o se alimenta en posiciones inadecuadas la presencia de las regurgitaciones serán más frecuentes y mayores.

¿Cómo se efectúa el diagnóstico de las regurgitaciones?

Las claves diagnósticas  de la regurgitación infantil fueron establecidas en el año 2006 y los especialistas consideraron los siguientes criterios:

1.- Que se presente en niños sanos entre las 3 semanas a 12 meses de edad con ganancias de peso normales.

2.- Si se presentan dos o más regurgitaciones por al menos 3 semanas consecutivas.

3.- Cuando las regurgitaciones no están asociadas a ningún signo de alarma. Entre otros náuseas, vómitos, sangre en el líquido expulsado, dificultades para respirar o problemas para tragar.

Cuando los síntomas anteriormente mencionados se mantienen entre los 18 y 24 meses o aparecen además algún signo de alarma podría tratarse de una Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o de intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.

Mamá sosteniendo al bebé para que expulse los gases
Después de darle los alimentos debes de mantenerlo en posición vertical y que elimine los gases

¿Cómo prevenir o aliviar la regurgitación en los bebés?

Hay diversas medidas que pueden propiciar que las regurgitaciones sean menos frecuentes. Entre ellas:

Cantidades y frecuencia de la oferta de leche adecuada a cada edad

La cantidad de líquido que tu bebé succiona tanto del pecho como del biberón es el elemento clave para evitar o disminuir las regurgitaciones. Es recomendable ofrecerle tomas más frecuentes en menores cantidades. Evita esperar a que tenga demasiado apetito.

Las cantidades de leche que tu recién nacido necesita varían en función de su desarrollo. En los primeros meses por lo general en 24 horas, consume alimentos entre seis y diez veces, pero debes tener presente que cada bebé se comporta de una forma propia. En la medida que su estómago crece y el bebé se desarrolla consumirá mayor cantidad y la frecuencia disminuye.

anteriormente publicado en Canal Chupete encontrarás información sobre cómo puedes identificar los signos de que tu bebé está satisfecho con su alimentación en los primeros meses de vida. También una tabla con la frecuencia y cantidad que requiere en cada etapa de su desarrollo.

No sobrealimentes a tu bebé
La cantidad de líquidos que se le oferta es básico para evitar las regurgitaciones, debe ser acorde con la edad y las características de cada bebé

Si toma leche en biberón, es importante que tengas en cuenta que el orificio de la tetina tenga un tamaño adecuado. Ni muy grande, ni muy pequeño.  Una forma de poder evaluarlo es cuando al colocar hacia abajo el pomo solo salen pocas gotas y muy pequeñas. Si sale demasiada cantidad puede ser que la cantidad de líquido que le llega esté por encima de la capacidad de su estómago.

Las abuelas dicen que cuando a la tetera se le hace una cruz pequeña, funcionará como una válvula y de acuerdo a la fuerza y la capacidad de succión del pequeño se abrirá en la medida que él lo necesite. Esto con mis hijos me ha funcionado a la perfección.

Posición adecuada durante y después del consumo de alimentos

Algo que ayuda a que las regurgitaciones sean menos frecuentes es mantenerlo con la parte superior de su cuerpo levantada mientras que lo alimenta. También debes tratar de tenerlo con el torso erecto al menos 20 minutos después de alimentarlo.

Cuando comienza a sentarse por sí solo y a consumir alimentos sólidos también aplica este procedimiento. No debes provocarle movimientos excesivos después de las comidas.

Madre y bebé en la cama
Una de las medidas para reducir o evitar las regurgitaciones es no sometiendo al pequeño a actividad física y movimientos después de la ingestión de alimentos

Posterior al consumo de alimentos fundamentalmente en los primeros meses propiciar la expulsión de gases mediante el eructo. Si lo amamanta de forma natural al cambiar de seno ayúdelo a expulsar los gases, manteniéndolo en su hombro por algunos minutos.

Al colocar al bebé en la cuna lo debe de hacer boca arriba, si su bebé tiene frecuentes regurgitaciones lo puede ayudar levantar la parte de la cabecera de la cuna hasta formar un ángulo de 30 grados, puede lograrlo con solo colocar unos pañales debajo del colchón.

Condiciones ambientales apropiadas

La alimentación del bebé es un momento de tranquilidad y de sosiego, es una forma ideal de comunicación entre madre e hijo. Es necesario que se creen las condiciones adecuadas sin ruidos estridentes, tomando el tiempo requerido, sin interrupción, ni distracciones.

Empleo de espesantes y medicamentos

Cuando las regurgitaciones del bebé llegan a afectar su ganancia de peso y no se resuelven con las medidas previamente descritas algunos especialistas consideran el empleo de fórmulas para evitar la regurgitación, Para ello se pueden emplear varios espesantes o cereales. Se consideran productos seguros pero hay preocupaciones por sus posibles riesgos alérgicos y a la mayor exposición de la mucosa del esófago a las secreciones ácidas.

¿Cuándo te debes de preocupar por la regurgitación?

Como previamente hemos mencionado las regurgitaciones son completamente normales en la primera etapa de la vida. La mayoría de los bebés no manifiestan ninguna sintomatología adicional a la regurgitación y ellas de por si no provocan molestias, ni ningún malestar.

Bebe feliz
Las regurgitaciones se producen como consecuencia de la inmadurez del sistema digestivo, es un trastorno funcional transitorio y deben desaparecer antes de que el niño cumpla su primer año de vida

Las regurgitaciones son parte de su proceso de desarrollo y si está aumentando de peso, saludable y satisfecho no tienes nada de qué preocuparte. Aquí tienes algunas sugerencias de cuando debes preocuparte.

  • Si la cantidad de leche es superior a las 1 o 2 cucharadas y moja menos pañales.
  • Cuando se producen cambios en la coloración y se presenta un líquido marrón o verdoso o con estrías de sangre.
  • Si el incremento de peso no se mantiene de forma regular como debe ser esperado acorde con sus meses de nacido.
  • Cuando se acompañan de síntomas respiratorios, con dificultad para respirar y manifestaciones de ahogamiento.
  • El aumento de volumen y frecuencia podría indicar que se trata de vómitos. Si se presenta de forma ocasional por lo general no tiene mayor trascendencia, pero si es frecuente puede deberse a una infección viral y más aún si se acompaña de diarreas.
  • La deshidratación puede producirse como consecuencia de los vómitos y los bebés menores de un año son más propensos a padecerla. Puedes sospecharla si tu bebé moja menos pañales que los normales, si parece débil y cansado. Podría acompañarse de ojos secos y hundidos, piel seca y poco saliveo.
  • Los vómitos frecuentes pueden ser ocasionados por afecciones como la enfermedad de reflujo gastroesofágico, infecciones virales o bacterianas, alergia a las proteínas, estenosis pilórica y obstrucción intestinal.

Ante las manifestaciones descritas anteriormente debes de consultar con el pediatra o acudir a un centro de urgencias.

No te debes perder el artículo: ¿Cómo saber si mi bebé está satisfecho con su alimentación?