La bronquiolitis es una infección de las vías pequeñas respiratorias. Se presenta como una inflamación en los bronquiolos y suele ser bastante común en los niños muy pequeños, por lo que es conocida como la enfermedad de los bebés.
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Mientras más pequeño sea el niño, mayores serán los riesgos a posibles complicaciones. Algunas ocasiones puede requerir de hospitalización, así que es recomendable que acudas al pediatra en cuanto detectes los primeros síntomas en tu hijo. Tratar a tiempo la bronquiolitis es vital para garantizar la mejor y más pronta recuperación de tu bebé.
Contenido
- 1 Causas y factores de riesgos de la bronquiolitis
- 2 Edades en que se presenta
- 3 ¿Cuándo sospechar qué estamos ante una bronquiolitis?
- 4 Síntomas más típicos de la bronquiolitis
- 5 ¿Cómo se hace el diagnóstico?
- 6 La bronquiolitis puede confundirse con otras enfermedades…
- 7 ¿Qué hacer ante una bronquiolitis?
- 8 Si tu bebé está en la casa hay algunas medidas que podrían ayudarlo
- 9 ¿Cómo evoluciona la bronquiolitis?
- 10 Pensando en la prevención de la bronquiolitis
Causas y factores de riesgos de la bronquiolitis
Es provocada por el virus sincitial respiratorio (VSR), que infesta las vías aéreas de menor tamaño o bronquiolos. Este virus produce más del 50 % de todas las bronquiolitis pero hay otros grupos de virus que también pueden producir esta afectación. Entre ellos adenovirus, y el grupo de los rinovirus.
Existen niños más propensos a padecer la bronquiolitis. En estos casos existen factores de riesgo asociados que pueden predisponer a la bronquiolitis. En los bebés prematuros, debido a que su grado de maduración pulmonar aún es insuficiente, se debe prestar especial atención.
Los menores de seis meses de nacido y en general todos los niños que no son amamantados tienen mayor riesgo, así como aquellos que vivan o frecuenten lugares cerrados y con poca ventilación. Los bebés asmáticos y que haya fumadores en su entorno también resultan más vulnerables a contraer la enfermedad y desarrollarla con más intensidad.
Otra causa que incide en la bronquiolitis es si el bebé padece de algún tipo de enfermedad cardiopulmonar subyacente, dificultad respiratoria o insuficiente oxigenación, cardiopatías o inmunodeficiencias. En todos estos casos, o si el bebé es prematuro o menor de tres meses, se procederá a su hospitalización.
Edades en que se presenta
Su mayor incidencia es en los niños muy pequeños, menores de dos años y fundamentalmente entre los tres y seis meses de edad. Mientras más pequeño sea el bebé, mayores posibilidades tendrá de enfermarse. Se presentan más frecuentemente en el otoño e invierno y al inicio de la primavera.
La bronquiolitis tiene un proceso de incubación de hasta una semana, luego de la cual comienzan los síntomas. Identificar estos a tiempo y acudir a la consulta del pediatra es imprescindible para acortar el tiempo de la enfermedad y preservar la buena salud e incluso la vida de tu pequeño.
¿Cuándo sospechar qué estamos ante una bronquiolitis?
Si tu niño tiene un estado de malestar generalizado, con mucha tos, dificultad para respirar, sonidos sibilantes en el pecho y fiebre, puedes sospechar una bronquiolitis. Comúnmente se presenta luego de que el bebé haya estado enfermo de un resfriado común, así que si notas estos síntomas debes acudir a un pediatra para que este establezca un diagnóstico inequívoco.
Síntomas más típicos de la bronquiolitis
Los síntomas más reconocibles de una bronquiolitis son:
- Mucha tos, secreción nasal y fiebre más o menos intensa.
- Dificultad manifiesta para respirar y aleteo nasal
- Puede estar precedida por una infección de las vías respiratorias altas, como coriza u otitis media, entre las causas más frecuentes.
El comportamiento de los síntomas de la bronquiolitis se suelen comparar a la una montaña, comienzan de forma leve con tos y secreción nasal, tienen su expresión máxima unos días después, comparables a la cima y a partir de ahí comienzan a disminuir.
La bronquiolitis es también conocida como la enfermedad de los bebés, pues aqueja a los niños menores de dos años de edad, con mayor incidencia en los bebés lactantes. Si tu hijo se encuentra en este caso, debes mantenerlo hidratado y si se encuentra en el rango de los seis meses de nacido debes acudir lo más pronto posible al pediatra o a un centro de urgencias.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
Sólo el pediatra podrá establecer un diagnóstico adecuado, para ello se indicarán exámenes clínicos a tu bebito, entre los que se encuentran el comportamiento de la frecuencia respiratoria y la auscultación del pecho. También puede serle indicada una radiografía de tórax para descartar otras complicaciones como la neumonía.
Cuando el bebé presenta abundante moco, falta de aire, fiebre y tos, por lo general el pediatra no requiere de análisis complementarios.
La bronquiolitis puede confundirse con otras enfermedades…
La bronquiolitis puede confundirse con otras patologías como la bronquitis, la neumonía o el resfriado común. Es también necesario tener en cuenta la situación particular en niños asmáticos, otros con un sistema inmune deprimido o presentan algún tipo de cardiopatía.
Otras dolencias que pueden confundirse con una bronquiolitis son la laringitis, cuerpos extraños en las vías respiratorias altas, las adenoides hipertróficas, una intoxicación con aspirina o fibrosis quística, entre otras patologías.
Si el cuadro persiste o es recurrente deben realizarse más estudios para descartar el asma bronquial; la aspiración de contenido gástrico; malformaciones intratorácicas; una insuficiencia cardíaca; una neumonía multifocal; o una displasia broncopulmonar.
¿Qué hacer ante una bronquiolitis?
Ante la sospecha de que tu hijo pequeño esté presentando una bronquiolitis, lo ideal es acudir de inmediato al pediatra o un centro de urgencia. Una vez establecido el diagnóstico, debes mantener todas las indicaciones médicas al pie de la letra.
En la mayoría de los casos, la bronquiolitis puede ser manejada en la casa. Pero si tu bebé por cualquier motivo es considerado de alto riesgo será hospitalizado. No te preocupes si le suministran oxígeno a tu bebé, le realizan succión nasal o incluso le ponen sueros intravenosos para alimentarle y tenerle hidratado. Son procedimientos útiles para que se sienta mejor y sane más pronto. Si la fiebre es alta, se administran antipiréticos.
En estos momentos lo importante no es preocuparte…sino más bien ocuparte y asistir a consulta y mantener la calma con la seguridad de que todo pasará sin contratiempos.
Si tu bebé está en la casa hay algunas medidas que podrían ayudarlo
Hay algunas medidas generales que pueden contribuir al bienestar general de tu hijo, entre ellas:
- Distribuye los alimentos y no le des comidas copiosas para que el esfuerzo de succionar o comer sea menor.
- Trata de que el pequeño no realice grandes esfuerzos y que esté tranquilo aunque no inmóvil.
- Emplea solución salina y pera de aspiración para facilitar la respiración y que no tenga la nariz tupida.
- Los medicamentos para bajar la fiebre ayudan a que el niño se sienta mejor y además no aumenta el trabajo respiratorio para la disipación de calor.
- Sigue las indicaciones médicas sobre el uso de medicamentos sin modificación alguna.
¿Cómo evoluciona la bronquiolitis?
La bronquiolitis se caracteriza por tener entre una semana y 10 días de evolución. Este estado puede verse agudizado por síntomas como piel azulada y falta de aire. Aun cuando tu bebé esté presentando un cuadro típico de resfriado, debes mantenerte atenta ante cualquier señal que pueda indicar una probable bronquiolitis. Normalmente, remite sin mayores contratiempos. Pero en ocasiones deja una tos persistente que puede durar varias semanas.
Por otra parte se observa que en los niños que la padecen alguna vez mantienen propensión a que las infecciones de las vías respiratorias altas desciendan hacia los bronquiolos. Esto da origen a bronquitis de repetición. Cuando esto ocurre, el pediatra orientará una serie de pruebas para descartar que exista otra enfermedad subyacente.
Pensando en la prevención de la bronquiolitis
Como previamente señalamos la bronquiolitis se presenta con mayor frecuencia durante el invierno y la primavera. En esta etapa deberás extremar las medidas necesarias para evitar que tu bebé se resfríe.
En buena medida la prevención de la bronquiolitis la puedes evitar con estas medidas:
- Evitar que personas resfriadas se acerquen a tu bebé, no tengas pena en pedirle que aplacen su visita.
- Si algún miembro de la familia está afectado extrema las medidas para evitar que sean fuente de contagio de tu pequeño.
- El lavado frecuente de tus manos evitara que le puedas transmitir infecciones.
- Lactar a tu bebé por al menos los primeros 6 meses de vida lo ayudará a enfrentar mejor las infecciones, porque tú le transmites tus anticuerpos.
- Evita exponer a tu pequeño a ambientes con humo de tabaco, locales cerrados y otros ambientes irritantes o contaminantes.
- En ocasiones se emplean en niños con riesgo anticuerpos monoclonales contra el VSR antes del comienzo de la temporada invernal.
Durante los 6 primeros meses de vida del bebé y ante cualquiera síntoma que indique una probable bronquiolitis, debes acudir a urgencias o al pediatra.
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