Cuándo empezar a dejar solos a los niños (y que no haya riesgos)

A veces, como padres, nos cuesta darles cierta autonomía a los niños. Estamos acostumbrados a que vayan siempre pegados a nuestras falsas y cogidos de nuestra mano, sin embargo, llega un momento en el que deben empezar a volar solos, bien sea porque ellos mismos sean quienes nos lo pidan o bien porque la situación lo requiera. Cuando tengas que comenzar a dejar solos a los niños, no te preocupes, no entres en pánico ni dejes de dormir, es algo natural que debe ocurrir.

Tus hijos tendrán que volar solos en algún momento y, siempre que utilices el sentido común, no debería haber ningún problema. Para que te relajes, seguro que te viene bien recordar cómo fueron los primeros días de guardería o colegio. ¿Te acuerdas cuando pasaste, por primera vez, varias horas sin él? Pensabas que nadie lo haría mejor que tú, que no podría sobrevivir sin ti y, sin embargo, ahí está el resultado. Tu hijo ha aprendido, tu hijo ahora es más autónomo y poco a poco consigue tener cierta independencia.

Por todo ello, si ha llegado el momento de empezar a dejar solos a los niños, te vamos a ayudar con una serie de consejos prácticos que te ayudarán a relajarte y, por supuesto, a que no exista ningún tipo de riesgo en dicha situación.

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Las claves para empezar a dejar solos a los niños

Sentido común

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No lo puedes evitar, aunque te gustaría. Ha llegado el momento de que empieces a dejar solos a los niños. Antes de ponerte nervioso o, todo lo contrario, de despreocuparte demasiado del tema, debes saber en qué situaciones se puede quedar solo tu hijo.

Depende, fundamentalmente, de su edad y de su grado de madurez. Por ejemplo, un niño de diez años se puede quedar solo en casa un par de horas si es un niño responsable, pero sería una imprudencia total dejar que un niño de seis años vaya solo al colegio.

Por supuesto, el sentido común te ayudará en este caso. No nos gusta hablar de edades cerradas, ya que en la infancia el grado de madurez del pequeño influye mucho en este tipo de decisiones. Solo tú, como padre o madre, puede saber si está preparado para algo o no.

Y, por supuesto, depende de ti saber qué es peligroso y qué no.

Habla con él y establece límites

El siguiente paso es que tengas una conversación con él antes de que se quede solo en casa o que vaya solo a algún lugar. Si es el segundo caso, sería interesante que antes de que salga solo a la calle por primera vez hagáis un simulacro de cómo llegar a los sitios, cuáles son las zonas que debe evitar y cuál es la ruta que debe seguir. Indícale dónde no puede ir y donde sí, además de darle algunos consejos muy prácticos.

Hablar con él o ella te ayudará a recordarle que no debe subirse a un coche con extraños, ni siquiera si parecen amigos, que en caso de ver algo raro es preferible que entre en una tienda o similares y pida ayuda a un adulto y que, ante cualquier problema, te llame.

Si se queda solo en casa, las recomendaciones serán diferentes, ya que tratarán sobre lo que puede hacer y lo que no. Por ejemplo, recuérdale que no debe encender la vitrocerámica ni coger cuchillos (estos puntos dependen de la edad), que no debe abrir la puerta a nadie ni dar ningún tipo de información de cuando se queda solo en casa.

Ten una vía de contacto si vas a dejar solos a los niños

Cada edad requiere una selección adecuada

Por supuesto, debes tener alguna forma de contactar con él en todo momento. Existen los smartwatches para niños, que te ayudarán a monitorizar las zonas por donde se encuentra tu pequeño, además de recibir avisos si se sale de ellas y tener la posibilidad de llamarte si tiene alguna urgencia.

Un smartphone, si es un poco más mayor, también es muy útil, ya que te podrá llamar ante cualquier contratiempo o si tiene algo que preguntarte, además de poder evitarte la ubicación en tiempo real o utilizar algún tipo de apps de ayuda. Sin embargo, recuerda que los smartphones tienen también sus contraindicaciones para los niños, y depende de su edad que pueda hacer un uso responsable de ellos o que sean un peligro.

También existen pequeños dispositivos GPS que te ayudarán a tener localizado al niño, emitir alertas, etc. En realidad, existen muchos productos en el mercado específicos para esta necesidad. Evalúa las posibilidades y elige aquellos que mejor se adapten a tus necesidades y con los que le vayas a sacar más partido y estar más tranquilo de cara a “controlar” al niño y a tener seguridad para ambos.

Establece un “plan de emergencia”

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No se trata de ponerse en lo peor, pero sí es interesante que tanto tú como tu pequeño sepáis cómo actuar en caso de que surja algún inconveniente. De nuevo, debes valorar si vas a dejar solos a los niños en casa o fuera de ella.

En todo caso, muéstrale cuál es la zona segura y a quién deben llamar en caso de emergencia. Estos dos datos son importantes para que todo salga bien.

Por ejemplo, imagínate que a tu hijo se le pierde el teléfono estando fuera de casa y no tenéis forma de contactar con él. Si fijáis un “Punto de encuentro” para estos casos, aunque tengáis que esperar a que el otro llegue, tendréis una forma segura de volver a encontraros. En el caso de que se quede solo en casa, es interesante que aprenda cuatro nociones básicas, y sobre todo que tenga a mano el teléfono de emergencias por si sucede algo y tú no puedes atenderle.

¡Relájate si vas a dejar solos a los niños!

Y por último, como te hemos dicho al principio de este artículo, ¡relájate! Entendemos tu preocupación, pero si has seguido todos estos consejos y si la situación realmente está controlada y no estás exponiendo a tu hijo a ningún peligro, no tiene que suceder nada.

Cuando los niños van creciendo, es normal que necesiten cierta autonomía. Ir solos a las actividades extraescolares, quedar con sus amigos para hacer algún trabajo después de clase o quedarse solos en casa una tarde si tenéis que salir a hacer algo o si trabajáis los dos en ese horario y no podéis contratarle una canguro. Evalúa bien las diferentes posibilidades que tienes y sobre todo recuerda que la clave es tener en cuenta la edad del niño. Este va a ser el mayor factor para decidir qué es un riesgo y que no, qué puedes permitir y que no.

Otras variables también incluyen la zona en la que te muevas, si es un sitio tranquilo o suele ser conflictivo, las horas del día en el que sucedan los hechos y si tenéis una vía de contacto con el menor. Este punto es imprescindible y es precisamente la clave para permitir que los niños se queden solos. Tener un teléfono, un localizador GPS o un smartwatch, cual dispositivo que te permita que los niños se puedan poner en contacto contigo si lo necesitan y que tú también puedas hablar con ellos para quedaros tranquilos si vais a dejar solos a los niños.

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