Hablemos de la semana 17 de embarazo. Se ubica un poco antes de la mitad del segundo trimestre; de hecho, es la semana número 5 del mismo, es decir, los comienzos del segundo mes del trimestre. Todavía es un poco pronto para todo… el feto debe seguir creciendo y tú debes continuar cuidando tu cuerpo. En este mes suele presentarse un problema característico: calambres y dolor de piernas. Te invitamos a investigar juntas sus causas y qué puedes hacer para aliviarlo.
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Desarrollo fetal en la semana 17 de embarazo
El feto mide unos 13 cm. desde la coronilla al cóccix y pesa 140 gr. como lo explica esta cartilla de la NIH. Sus pulmones, aún inmaduros, ya son funcionales. El sistema respiratorio se encuentra en la etapa final de la llamada “fase pseudoglandular”. Se llama así porque los pulmones se asemejan a una glándula pero los conductos respiratorios ya se han formado.
En cuanto a su sistema nervioso, en el segundo semestre comienza la mielinización, que es la sustancia que más adelante permitirá la transmisión de los impulsos nerviosos a los distintos órganos del cuerpo. Este proceso sólo se completará después del nacimiento.
Las orejas ya se han movido hacia su posición definitiva y también se está desarrollando el sistema auditivo.
Un tercio del cuerpo del feto es agua. Además comienza a formarse tejido adiposo, que es necesario para regular la temperatura y el metabolismo de feto.
Por otra parte la placenta continúa creciendo y es surcada por miles de vasos sanguíneos que transportan nutrientes y oxígeno desde tu cuerpo hacia el del feto, y llevan los desechos del feto hacia tu propio sistema excretor. El cordón umbilical del feto se alarga y se hace más fuerte y grueso.
Seguramente notarás movimientos más fuertes: el feto pasa momentos durmiendo y otros despierto y en estos momentos es cuando se mueve con más fuerza.
Cambios en tu organismo en la semana 17 de embarazo
Todo tu organismo se está preparando para satisfacer las necesidades del bebé en cuanto nazca. Por ejemplo las hormonas impulsan mayor irrigación sanguínea hacia los senos. Estos aumentan de tamaño y se preparan para producir leche. A veces aumentan hasta dos números del tamaño normal de taza o copa que utilizabas y se ven surcados por venas azules.
Tu panza aumenta de tamaño y algunos de tus órganos se mueven para dejar lugar al útero y al feto; de hecho, la parte superior del útero parece más redondeada y empuja tus intestinos hacia arriba y afuera.
También estás más sensible, por lo que puede suceder que si padecías alguna alergia, ésta recrudezca en esta etapa. Te recomendamos consultar con tu médico acerca de medicamentos antialérgicos ya que algunos de sus componentes pueden causar daños al feto.
Esta semana pueden aparecer dolores y calambres en las piernas. Son causados por la presión que ejerce el feto sobre tu nervio ciático. Recordemos que el ciático es el nervio más grande de nuestro organismo; se extiende desde la cadera hasta las piernas y nos permite sentir y mover las piernas. De hecho el nervio ciático corre por debajo del útero, por eso se cree que es presionado por el útero cada vez mayor y esta es la causa del dolor.
Los calambres van acompañados de fuerte dolor y se presentan generalmente por la noche. Para prevenir los calambres, es necesario realizar ejercicios de estiramiento, beber mucha agua e incorporar alimentos con calcio, potasio y magnesio.
Cuando se presenta el calambre, procura aliviarlo con masajes en el músculo contraído y músculos vecinos; también puedes aplicar calor mediante una almohadilla de gel o una bolsa de tela rellena de arroz calentado en el horno de microondas. Un baño caliente también puede aliviar el calambre y mejor aún si puedes agregarle sales de baño que ayuden a la relajación de los músculos. A veces en vez de la aplicación de calor funciona mejor el frío, que produce un efecto anestésico sobre el músculo quitando el dolor: prueba con una almohadilla de gel refrigerante o un paquete de hielo.
También puede aparecer dolor abdominal a causa del estiramiento de los ligamentos redondos, que unen el útero a la pelvis. Cuando aparece el dolor, lo más recomendable es que te recuestes de lado y procures relajarte.
Semana 17 de embarazo: pruebas diagnósticas
Esta semana tu médico te indicará algunas pruebas como una que seguramente te resultará muy interesante: una ecografía para observar el desarrollo del feto que, entre otros datos, te dirá las probabilidades de que sea niña o varón. La ecografía mostrará el desarrollo fetal, su columna con todas sus pequeñas vértebras, la cavidad torácica con el corazón y la cavidad abdominal.
Si estás dentro del grupo de riesgo, probablemente tu médico ordenará en esta semana la realización de una amniocentesis. Esta prueba se realiza entre las semanas 16 y 18. La amniocentesis consiste en la extracción de un poco de líquido amniótico, que contiene células fetales, para detectar problemas cromosómicos o malformaciones. Además, la amniocentesis permite detectar infecciones en el feto, como la toxoplasmosis, rubeola o citomegalovirus.
Tu alimentación en la semana 17 de embarazo
Es muy importante, en esta etapa, consumir las cantidades necesarias de calcio. El calcio es necesario para la formación del sistema muscular, esquelético, nervioso y circulatorio del feto y ayuda a prevenir los calambres. Si la placenta no proporciona suficiente calcio, el feto comenzará a tomar calcio de tus propios huesos. Las mujeres embarazadas que no consumen suficiente calcio tienen más probabilidades de padecer enfermedades de los huesos más adelante, como la osteoporosis.
La necesidad de calcio de una mujer embarazada es de 1000 mg. Por día.
Para aumentar la cantidad de calcio en tu alimentación incluye los siguientes alimentos:
- Col verde.
- Berro.
- Col rizada.
- Higos secos.
- Bróccoli.
- Naranjas.
- Queso tipo ricota y otros tipos de queso.
- Yogur.
- Leche.
- Helados a base de leche.
- Pescados como sardina y salmón.
- Legumbres como garbanzos y frijoles rojos.
- Cereales, lácteos y zumos de frutas fortificados con calcio.
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