Puede ser que tu seas una de las tantas mamás que se están preguntando ¿Es normal que mi bebé expulse leche después de sus tomas? Y no es para menos… porque es uno de los problemas más comunes durante los primeros meses de vida.
Para conocer más sobre la etapa inicial de tu hijo, te recomiendo que leas: Atención al recién nacido, prepárate para hacerlo bien
Desde Canal Chupete te explicamos que provoca este comportamiento en la primera etapa de vida de tu pequeñito, cuales podrían ser sus posibles causas y fundamentalmente cuando debes sospechar que se trata de algo más serio y que es conveniente consultar con el pediatra.
El reflujo gastroesofágico, es una causa de que tu bebé expulse leche
En los primeros 3-4 meses de vida es muy común que el bebé expulse leche por su boca de forma espontánea, es un mecanismo pasivo, que provoca la salida sin hacer gran esfuerzo. Se le conoce con el nombre de reflujo gastroesofágico funcional y se estima que hasta un 75% de los pequeños se comportan de esta manera.
Estas regurgitaciones se manifiestan tanto en los bebés alimentados con leche materna como con fórmula. Puede producirse en la mayoría de las tomas o de forma ocasional.
El bebé nace con un estómago muy pequeño e inmaduro. A los tres días de nacido el tamaño de su estómago es comparable a una pelota de ping-pong y las capas musculares que cierran el esfínter que separa el estómago del esófago son inmaduras, no se contraen lo suficiente para impedir el paso del contenido gástrico hacia el esófago.
Lo anterior es agravado por el hecho de que en esta etapa la alimentación es líquida, el bebé traga gran cantidad de aire, permanece una gran parte del tiempo acostado y está en una fase de crecimiento muy rápida. Es un trastorno funcional e irá desapareciendo en la medida que transcurran los meses y antes de que arribe a su primer año de vida se habrá eliminado completamente.
Cuando tu bebé expulse leche se diagnostica como reflujo gastroesofágico si se hacen evidentes los siguientes criterios:
- Bebé sano entre las 3 semanas y los 12 meses que mantenga una ganancia de peso normal.
- Si presenta dos o mas regurgitaciones durante al menos 3 semanas de forma consecutiva.
- Las regurgitaciones no están acompañadas de otros síntomas o signos de alarma.
Cuando las regurgitaciones son parte del proceso de maduración funcional y los bebés mantienen una ganancia de peso acorde con su etapa de desarrollo, se ve saludable y se muestra satisfecho no tienes nada de que preocuparte. Este comportamiento debe ser diferenciado de la Enfermedad del Reflujo Gastroesofágico que si afecta la ganancia de peso y tiene otros síntomas.
¿Cuándo se sospecha la Enfermedad del Reflujo Gastroesofágico?
Podría ser que tu bebé expulse leche después de las tomas pero que se tratara de algo más que el reflujo gastroesofágico funcional previamente descrito. Esta se sospecha cuando el niño tiene más de 18 y 24 meses y hay afectación del desarrollo normal del niño o manifestaciones de malnutrición.
También el bebé puede estar irritable, tener alteraciones en el sueño, llorar frecuentemente, rechazar los alimentos, tener movimientos espasmódicos en el cuello y podrían aparecer complicaciones gástricas y respiratorias.
La Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico se produce por el retorno del contenido ácido del estómago hacia el esófago y produce síntomas muy evidentes y lesiones en el esófago. Es más frecuente cuando hay enfermedades neurológicas o respiratorias que conlleven una afectación en la motilidad intestinal. Puede llegar a originar esofagitis con hemorragias digestiva, anemia, vómitos de sangre y deposiciones con sangre oscura.
Cuando se produce aspiración de los jugos estomacales del reflujo se puede presentar tos persistente, falta de aire, bronquitis a repetición y otras manifestaciones respiratorias.
En ocasiones requiere tratamiento medicamentoso o quirúrgico dependiendo de la severidad de esta, cuando es leve o moderada puede desaparecer espontáneamente.
La cantidad de líquidos es clave para que tu bebé no expulse leche después de las tomas
El elemento clave para evitar que tu bebé expulse leche después de las tomas de leche tanto de pecho como de biberón es la cantidad de líquido que este succiona. Lo mejor es ofrecerle tomas frecuentes y no dejar que tenga demasiado apetito.
Por lo general durante los primeros meses de vida, el bebé consume entre seis y diez veces en 24 horas, posteriormente va disminuyendo hasta dormir la noche entera. En Canal Chupete tienes información detallada sobre el consumo adecuado de leche de los bebés, así como la frecuencia y cantidad que requiere en cada etapa de su desarrollo. En la medida que su estómago crece y el bebé se desarrolla consumirá mayor cantidad y la frecuencia disminuye.
¿Cómo saber cuándo es normal que mi bebé expulse la leche y cuando no?
Como previamente explicamos que tu bebé expulse leche es normal es parte de su propio proceso de maduración, pero cuando se manifiestan algunos de los siguientes signos, debes acudir al pediatra para que se analicen sus causas:
- Cuando hay afectación de la ganancia de peso esperada acorde con los meses de nacido.
- Cambios en la coloración y que las regurgitaciones sean amarillas o verdosas.
- Aparición de sangre o estrías sanguinolentas en el producto de la regurgitación o las heces.
- Rechaza su alimentación.
- Parece enfermo y tose frecuentemente.
- Comienza a regurgitar después de los 6 meses de nacido.
- Llora por más de tres horas al día y se muestra muy irritable.
- Disminuye la frecuencia de eliminación de la orina y por tanto moja menos pañales.
- Si aparecen síntomas respiratorios, tiene dificultad para respirar y manifestaciones de ahogamiento.
- Si se produce un aumento repentino en la frecuencia y cantidad de la salida espontánea de leche y además se acompañan de diarreas.
Acorde con los síntomas, el estado general y la evaluación médica el pediatra podría indicarle algunos exámenes complementarios para llegar a un diagnóstico de si debes preocuparte o no por la situación de tu hijo. Lo más importante es que ante síntomas que no son los usuales, busques la atención adecuada y temprana porque los bebés menores de un año son muy susceptibles a la deshidratación. Ante la duda… es mejor actuar a tiempo y evitar lamentables consecuencias.
Y una última recomendación, recuerda que estas aprendiendo a conocer a tu hijo, así que infórmate bien de lo que el reclama de ti en estos primeros meses de vida para que le puedas abrir las puertas hacia una vida saludable y llena de retos, pero a la vez maravillosa.
Te invito a que leas: ¿Qué puedes hacer para reducir las regurgitaciones de tu bebé?