Salud, tradición y comodidad son tres pilares en los que se sustenta la alimentación en España. Esto incluye en la actualidad el consumo muy popular en algunas regiones sobre todo urbanas de frutas cortadas.
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Esta tendencia ha venido proliferando en los mercados españoles porque no hay dudas que las frutas listas para su consumo facilitan la vida porque se evita el engorro de tener que lavar, pelar y cortar estos deliciosos alimentos y saludables alimentos. No obstante, el consumo de frutas previamente cortadas no está exento de riesgos sobre todo cuando se mantienen sin refrigeración. Las infecciones alimentarias pueden amenazar a sus consumidores.
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Frutas cortadas: pros y contras
Debido a que las bandejas de frutas cortadas no llevan conservantes ni otros productos añadidos, su valor nutricional es idéntico al que se obtiene al pelar y cortar las frutas enteras en casa.
Las ventajas son evidentes en términos de comodidad y ahorro de tiempo, por lo que muchos trabajadores prefieren adquirir estos productos para que les sirvan de merienda o un complemento del almuerzo rico y sano.
En las etiquetas de muchas de las bandejas de fruta cortada se garantiza que son completamente naturales, así como la temperatura a la que deben almacenarse y su fecha de caducidad, que generalmente es de 24 horas.
No obstante, el consumo de fruta previamente cortada implica riesgos y aspectos negativos. Uno de ellos es el uso de plásticos en los envases, que tienen un impacto medioambiental. Debe considerarse que la fruta por sí viene en su propio envase —la cáscara o la piel— que es por completo biodegradable.
Otro de los aspectos negativos de las frutas cortadas es el peligro de contaminación y la ruptura de la cadena de frío, que puede desencadenar en una intoxicación alimentaria.
Las frutas cortadas y la intoxicación alimentaria
Aunque rara, es un riesgo al que están expuestos aquellos que consumen frutas cortadas con antelación porque estas se oxidan en contacto con el aire, pues son pocos los productores que la almacenan en recipientes con atmósfera modificada. De la misma forma, esta exposición junto al manejo de las frutas en condiciones sanitarias que no son las idóneas pueden contaminarla con patógenos que comprometen seriamente la salud.
Aunque esta afirmación parezca exagerada, no lo es. Los azúcares y la fibra que contiene la fruta cortada, si no es refrigerada y conservada a una temperatura idónea, se convierten en el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de microorganismos.
Un reciente brote de salmonella en los Estados Unidos, vinculado al melón y la sandía cortadas y envasadas afectó al menos a 60 personas, de las cuales la mitad tuvo que ser hospitalizada y se extendió a 8 estados de esa nación.
Si las frutas cortadas no se manipulan correctamente, no se respetan las normas de higiene, ocurre una contaminación cruzada o se salta la cadena de frío, pueden constituir un grave riesgo para la salud.
Es muy difícil evaluar a priori estos elementos a la hora de comprar, en especial si consumimos fruta cortada con antelación en mercados o de las bandejas de las mesas buffet.
Patógenos más frecuentes que infectan las frutas cortadas
Las frutas cortadas pueden ser el caldo de cultivo para numerosos microorganismos, pero estos tres son los más peligrosos causantes de infecciones alimentarias:
Listeria monocytogenes
Es el causante de la listeriosis, una zoonosis grave en embarazadas, niños, personas de la tercera edad y pacientes inmunodeprimidos. Se contrae fundamentalmente a través de alimentos listos para el consumo (ALC), los cuales incluyen fiambres, leche sin pasteurizar, patés, pescados ahumados, quesos de pasta blanda, verduras crudas y también frutas cortadas.
Debido a que la listeria monocytogenes puede prosperar a temperaturas tan bajas como 4 grados Celsius, es un patógeno muy peligroso que, aunque con poca morbilidad, tiene una muy alta mortalidad.
E. coli patogénico
Es una de las infecciones alimentarias emergentes de más cuidado, siendo responsable de más de 6000 casos anuales en Europa.
Aunque este microrganismo está presente de forma natural en nuestro tracto gastrointestinal, su proliferación acarrea tanto infecciones gastrointestinales como en otros sistemas. Puede afectar el tracto urinario, el sistema sanguíneo y el nervioso. Es especialmente peligrosa para pacientes inmunodeprimidos y niños.
Género Salmonella
Causante de la salmonelosis, es la zoonosis más común en brotes de infecciones alimentarias.
Son especialmente vulnerables a esta contaminación los productos elaborados con huevo crudo o poco cocinado incluyendo la mayonesa, salsas, cremas y dulces. También se ha reportado contaminaciones con salmonella en las frutas cortadas, carnes y vegetales contaminados.
La salmonelosis puede provocar anorexia, cefalea, diarrea o estreñimiento, dolor abdominal, escalofríos, fiebre, náuseas y tos. En los casos más graves provoca abscesos, endocarditis, enterorragias, hepatitis, meningitis, osteomielitis y perforaciones intestinales.
Precauciones con las frutas cortadas
Los patógenos anteriores están en el tracto intestinal de numerosos animales y pueden pasar a las frutas cortadas si no se siguen estrictas normas de higiene en su limpieza, preparación, manipulación y conservación.
Se debe tener mucha precaución cuando la fruta no ha sido procesada de forma industrial (no está etiquetada). Basta que un manipulador poco higiénico vaya al baño y no se lave las manos adecuadamente para que ocurra una contaminación del producto.
Se debe evitar asimismo adquirir frutas cortadas que estén a temperatura ambiente. Este producto requiere que se respete la cadena de frío, mientras que la fruta entera (con piel) sí se conserva sin necesidad de refrigeración. Pero incluso en este caso, siempre la fruta debe lavarse bien antes de cortarse, al igual que las manos, utensilios y superficies que se utilizarán.
En casa, una vez cortada, la fruta debe refrigerarse de inmediato. Debe colocarse en bolsas separadas de las carnes, pescados, mariscos y el resto de los alimentos cocinados y crudos en general; en la zona menos fría.
En el caso de los vegetales no sucede así: es más seguro incluso las empaquetadas y listas para el consumo, pues estas verduras han pasado por un proceso de desinfección industrial profundo, mucho más exhaustivo que el que puede hacerse en casa.
Las mujeres embarazadas, los niños pequeños, los ancianos y las personas con un sistema inmune comprometido no deben comer fruta cortada que haya estado a temperatura ambiente por más de 2 horas, por el riesgo de una listeriosis u otra infección con patógenos.
Si se sospecha una intoxicación alimentaria por frutas cortadas, se debe acudir al médico para que este diagnostique la infección, aplique el tratamiento adecuado y se inicie la investigación epidemiológica al respecto.
Aunque resulta muy tentador el llamativo color de una sandía, de un mango, de una papaya o de otras frutas muy atractivas a la vista y exquisitas al paladar, si no están en refrigeración cómprala sin cortar, prepárala en casa y así evitas riesgos y aún más importante es cuando se trata de niños y embarazadas.
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