Un embarazo y un nuevo bebé son excelentes noticias para una familia, pero aceptar esta nueva situación puede ser conflictivo si la gestante ya tiene un hijo. Los niños deben entender el concepto de lo que representa ser el hermano mayor, sin que por ello dejen de sentir que son queridos por sus padres.
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Para evitar conflictos, debe ayudarse al primogénito a entender y aceptar la llegada de un nuevo miembro al hogar e involucrarle en su cuidado y atención, para que llegue a amarle tal como los padres amarán a su segundo hijo.
Embarazo y un nuevo bebé que llega
No tiene sentido ocultarle al niño que pronto se convertirá en el hermano mayor del nuevo miembro de la familia, en especial si otras personas ya saben de la buena noticia. Es preferible conversar con él y hablarle de la buena nueva primero, antes que se entere por terceras personas o comience a preguntarse de que hablan todos a sus espaldas.
Por supuesto, esta es una noticia que de todas formas no se podrá esconder por mucho tiempo. Incluso antes de que el vientre se haga notar, la gestante comenzará a sentirse mal y más cansada que antes. Por ello es importante que el primer hijo conozca que su mamá no está enferma, sino que está creando un hermanito en su interior.
A pesar de los malestares que vienen con el embarazo, la madre debe afrontarlos con actitud positiva, de manera que el primogénito no vea a su nuevo hermano como el causante de que mamá esté enferma y no se resienta por ello.
Preguntas frecuentes sobre el embarazo y un nuevo bebé
No es necesario atiborrar de información al hijo anterior sobre el embarazo y un nuevo bebé. Él debe procesar la idea de tener otro miembro en la familia, lo que provocará sin dudas muchas preguntas. Es preferible dejar que decida por sí mismo cuanto y cuando quiere hablar sobre el tema.
La madre, en tanto, debe estar preparada para preguntas como “¿De dónde vienen los bebés?”. Esto debe ser explicado con franqueza y naturalidad, brindando el nivel de información acorde a la edad del niño.
Otras formas de responder las inquietudes del menor son leer juntos libros infantiles sobre el parto y la llegada de nuevos hermanos, llevarlo a una consulta y que escuche los latidos del corazón del feto, o avisarle y que sienta como el bebé se mueve o da pataditas dentro del útero. Estas y otras acciones le hacen entender que hay otra vida dentro de su mamá, y que aprenda a amarla aun antes del parto.
Los niños pequeños no manejan bien el sentido del tiempo, por lo que es muy probable que pregunte de forma constante cuándo podrá conocer a su hermano o hermana menor. En vez de usar el concepto de meses, es preferible explicarle utilizando términos más comprensibles para él, como la estación del año en que se espera la llegada del bebé: cuando haya calor, cuando llegue la primavera, o el invierno.
También puede involucrársele en la espera mediante un calendario grande, donde madre e hijo vayan tachando los días que faltan para la fecha prevista del nacimiento.
Nunca se le debe preguntar al niño si desea una hermanita o un hermanito, sino comunicarle el sexo del nuevo bebé cuando se sepa. De crearse una expectativa, el niño puede decepcionarse si el bebé en camino no tiene el sexo que él deseaba.
Cambios en la dinámica familiar durante el embarazo
El embarazo y el nuevo bebé serán motivos de cambios importantes para el primer hijo. Mientras el vientre crece, este ya no podrá hacer cosas como sentarse en el regazo de la madre o ser cargado con frecuencia.
La embarazada tampoco tendrá tanta energía como antes, por lo que es importante que se le explique al niño que durante el crecimiento y desarrollo de su nuevo hermanito no podrá hacer trabajos pesados y que su alimentación y salud son muy importantes y que requiere un gran esfuerzo por parte de ella. Pero que su mamá se encuentra bien, feliz y que él sigue siendo muy importante y amado.
No obstante, deben establecerse límites al comportamiento del niño, pues este puede ser más propenso a dar rabietas o volverse apegado en exceso a la madre, para llamar la atención. No debe de experimentar la sensación de que por su hermanito el ya no es tan importante en el hogar como lo era antes del embarazo.
Para evitar que estas muestras de celo se salgan de control, un mecanismo efectivo es vincular el embarazo con el anterior. Así, la gestante puede mostrarle fotos al niño de cuando estaba embarazada de él, de su tiempo de bebé y contarle historias de las cosas sorprendentes que hizo cuando era más pequeño.
También debe hablarle de lo emocionada y feliz que estaba durante el tiempo de embarazo y cuando él nació, igual que está feliz con su actual embarazo y un nuevo bebé. Así, la madre puede vincular su primer hijo a su hermano.
Nacimiento y llegada del nuevo bebé
Con antelación al momento del parto, la gestante puede pedirle a su hijo que la ayude a preparar la maleta para el hospital, y a elegir las primeras ropas para su hermano o hermana. Este es el momento ideal para explicarle que mamá se ausentará unos pocos días, pero regresará con un nuevo bebé.
Si el hospital y las condiciones post parto lo permiten, es recomendable que el niño pueda visitar a su madre y conocer al bebé lo antes posible. El día que se le dé el alta médica, el niño puede ir al hospital para “ayudar” a llevar su hermano a casa: involucrarlo en el proceso es más constructivo para él que la sorpresa de solo mostrarle el nuevo miembro de la familia de golpe.
Ya en casa, es importante que el niño mayor sepa dónde dormirá el bebé, dónde irán sus cosas y lo que puede y no puede hacer con su hermanito menor: no puede hablar, pero llorará. No puede jugar, ni correr, ni saltar, ni leer, ni cantar… él tendrá que enseñarle a hacer todas esas cosas poco a poco.
La madre debe tratar de darle toda la atención posible al niño mayor, mientras el bebé duerme o está al cuidado de otra persona. El momento de la lactancia también es bueno para que el hijo mayor esté cerca, mientras la madre canta o lee un cuento.
Educar al niño sobre el embarazo y un nuevo bebé requiere de paciencia y comprensión: debe aprender a amar a su hermano, y en el proceso aflorarán sentimientos encontrados. La madre no debe perder la calma si su primogénito se comporta mal o empieza a hablar con balbuceos. En su lugar, debe conversar con él y permitirle expresar sus sentimientos sobre su hermanito menor.
Los padres nunca deben demostrar una actitud que subvalore al hermano mayor, todo lo contrario estimular el gran papel que él puede y debe jugar en el cuidado, protección y educación del nuevo miembro de la familia. Propiciar el amor entre los hermanos será un valor del que te sentirás siempre muy orgullosa.
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