La presencia de ronquidos en los niños constituye una preocupación para muchos padres. Algunos consideran los ronquidos normales y no les prestan la atención requerida, otros por el contrario se preocupan en demasía. De acuerdo a sus características es la actitud que debes asumir.
Lo más frecuente es que los ronquidos en los niños sean consecuencia de infecciones o inflamaciones respiratorias transitorias, pero cuando se mantienen por un tiempo prolongado podrían ser manifestaciones o estar asociados a algunas afecciones que deben ser investigadas y tratadas. Debes tener presente que cuando los ronquidos son habituales disminuyen la calidad de sueño del infante, lo que puede afectar otras esferas de su vida. Lo más conveniente es conocer las causas que los provocan y actuar en consecuencia.
Todo lo que debes conocer sobre el: Sueño y desarrollo infantil, ¿cómo se relacionan?[
Ronquidos en los niños y sus causas
Los ronquidos se producen cuando el aire que inspiramos pasa a través de la vía aérea superior y se encuentra con algún obstáculo que impide su paso normal a través de la misma. En la mayoría de las ocasiones puede deberse a trastornos ocasionales como cuadros alérgicos o catarrales. Entre las causas más comunes se encuentran:
- Rinitis alérgicas
- Infecciones respiratorias
- Hipertrofia de las adenoides o adenoiditis
- Hipertrofia de la amígdalas
- Reflujo gastroesofágico
- Ser fumadores pasivos
- Obesidad
- Desviación del tabique nasal
- Apnea/hipoapnea del sueño
Hay que estar atentos a los ronquidos en los niños y saber si se presentan ocasionalmente o si roncan todos los días. Además es importante diferenciar los ronquidos de las apneas de sueño, que pueden ser manifestaciones y a su vez repercutir de manera negativa en la vida diaria del niño.
Síndrome de apnea-hipoapnea del sueño (SAHS)
Se estima que entre el 4% el 10% de los menores en edades comprendidas entre los 2 y los 8 años roncan, y de ellos el 1% presenta apnea del sueño.
Las apneas del sueño se producen porque las vías respiratorias se bloquean o estrechan, lo que provoca que se obstruya o reduzca la posibilidad de paso del aire. Esto hace que el flujo de aire hacia los pulmones disminuya (hipopnea) o se detenga (apnea), por lo que los niveles de oxígeno en la sangre disminuyen y aumentan los de dióxido de carbono.
Esta falta de oxígeno en la sangre puede provocar un aumento del riesgo de enfermedades cardíacas y otras secuelas como dificultades para comer, falta de concentración, disminución de la memoria y de las habilidades en el aprendizaje. Además, al afectarse la calidad del descanso, provoca que el niño se encuentre irritado, somnoliento e incluso hiperactivo.
Muchas veces se ha visto que aquellos niños que tienen problemas en la escuela o que han sido diagnosticados con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad roncan. Esto se debe a que muchos pequeños que no duermen bien suelen tener dificultades para mantener la concentración y se hallan en un estado de excitabilidad casi permanente. Incluso, aquellos que tienen ronquidos tienen más riesgos de presentar trastornos cardiovasculares y/o hipertensión arterial.
Observando los ronquidos en los niños
El pediatra debe valorar con detenimiento el caso de los ronquidos en el niño. Para ello es imprescindible realizar una entrevista a los padres y al infante para responder una serie de preguntas de interés.
El médico debe indagar la frecuencia con que ronca el niño, la intensidad y si lo hace aun cuando no esté acatarrado. Preguntará si tiene pausas en la respiración durante el sueño (apnea) y la calidad del mismo, o sea si se agita, si se despierta varias veces y si es difícil despertarlo en las mañanas. También querrá saber del comportamiento durante el día, si se encuentra hiperactivo, tiene dificultad para concentrarse u otras manifestaciones.
Luego el galeno procederá a un exhaustivo examen físico que incluye tomar la tensión arterial, pesar al niño y examinar las amígdalas y las adenoides. Las amígdalas se observan de manera fácil al abrir la boca, para las adenoides se auxiliará de un rinoscopio, un tubo con una camarita muy pequeña que se introduce por la nariz.
Otras pruebas diagnósticas para conocer las causas de los ronquidos en los niños
Otra manera de observar las causas y consecuencias de los ronquidos en los niños es mediante un Estudio del Sueño. Para ello se hospitaliza al pequeño durante una noche y se monitorea toda su actividad.
De esta forma, los especialistas (neumólogos, otorrinos y neurofisiólogos) podrán recopilar toda la información que se requiere para estudiar el caso a fondo. Los médicos completarán un informe que contemple:
- Fases de sueño superficial y de sueño profundo.
- Pausas de apnea, sobre todo la cantidad de segundos en que la respiración está detenida.
- Sueño REM y no REM.
- Concentración del oxígeno en sangre.
Estos datos permiten tener una visión más completa del paciente y diseñar una estrategia para lograr estabilizar el sueño.
Los niños necesitan dormir más y mejor que los adultos, su cerebro requiere más descanso. En estas edades se desarrolla una gran actividad física y mental y se adquieren muchos conocimientos. Un niño que se alimenta mal, que no descansa lo suficiente tiene menos probabilidades de tener éxito en sus tareas diarias por la falta de concentración.
Intervención quirúrgica: adenoamigdalectomía
Una de las causas más frecuente de los ronquidos en los niños, especialmente en los menores de 5 años, es el crecimiento del adenoides. Este es un tejido linfático, muy similar al de las amígdalas, que se localiza detrás de la nariz.
Las adenoides aumentan su tamaño por inflamaciones, repetidas infecciones virales y otros. Cuando esto sucede, se obstaculiza el paso del aire por la nariz durante la respiración. Lo mismo ocurre con las amígdalas.
Cuando se confirma el crecimiento de adenoides y/o amígdalas, y se comprueba que el niño tiene un sueño de muy mala calidad que afecta además la realización de sus actividades diarias, se recomienda hacer una intervención quirúrgica. En la misma se extirpan amígdalas y/o adenoides, para desobstruir la vía aérea superior y facilitar que el niño pueda tener un sueño reparador.
Generalmente el pediatra tratará de agotar todas las opciones de tratamiento antes de recomendar la cirugía, porque tanto las amígdalas como las adenoides constituyen la primera barrera de defensa contra las infecciones del organismo, en especial en menores de 5 años.
Sin embargo, si la calidad de vida del infante se encuentra disminuida, la posibilidad de una intervención quirúrgica es puesta en la balanza y se evalúa en cada caso qué solución puede ser más provechosa para la salud del niño[.
Los ronquidos en los niños no constituyen un problema en sí mismo, pero pueden ser la señal de que algo no anda bien. Por eso es necesario estudiarlos para mejorar la salud y la vida del pequeño.
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