Un día en la vida de tu recién nacido, todo el tiempo ocupado…

La llegada a casa de un bebé es motivo de alegría para toda la familia. Pero ¿cómo se espera que sea la vida de tu recién nacido durante sus primeros días en el hogar?

En la vida del recién nacido invierte la mayor parte del tiempo en dormir, hasta 16 horas y es interrumpido para su alimentación

Básicamente, luego de una experiencia tan nueva como el parto, el bebé recupera una rutina similar a la que tenía en el vientre de su madre, con la diferencia de que se va adaptando poco a poco a la vida aquí afuera.

Para conocer más a tu recién nacido, te recomiendo la lectura de: 14 alteraciones por las que no te debes alarmar

La vida de tu recién nacido en sus primeros días

Además del gozo manifiesto de sus padres a cada movimiento y cada gesto, el bebé ha de adaptarse a un medio que es muy diferente al que estaba acostumbrado hasta ese momento.

En el mundo exterior se respira aire, hace frío y calor y hay ruidos y luces molestas. Además, hay que alimentarse de otra forma e interactuar con otras personas para cubrir las necesidades fisiológicas. Así que la vida de tu recién nacido se compondrá durante varias semanas de unas pocas acciones básicas mientras descubre cómo adaptarse a las nuevas condiciones que se le imponen.

Dormir una actividad fundamental en la vida de tu recién nacido

Esta será una de las actividades preferidas en la vida de tu recién nacido. Los bebés se cansan luego de una o dos horas de vigilia, y duermen un aproximado de 16 horas al día.

Estos períodos de sueño duran entre 2 a 4 horas, y no siguen el patrón día/ noche, por lo que la madre debe aprovecharlos para descansar también. Muchos recién nacidos incluso se quedan dormidos mientras lactan o realizan otras actividades, lo cual es perfectamente normal.

Los bostezos es una forma de expresión que tiene el recién nacido, lo que puede indicar sueño o hambre

El bebé dará muestras que tiene sueño bostezando, mirando hacia otro lado, quejándose suavemente o frotándose los ojos. Es momento entonces de dejarle en su cuna para que descanse, siempre boca arriba. Asegúrate además que la cuna tiene un colchón firme y está desprovista de objetos superfluos: basta con una sábana ajustada para un descanso reparador.

A partir de las 4 semanas y durante los próximos meses, los patrones de sueño se harán más largos, tomando una siesta en la mañana, otra al principio de la tarde y luego un sueño más largo en las noches hasta ajustar su ciclo circadiano.

La alimentación un elemento esencial en la vida de tu recién nacido

Los recién nacidos comen cada una hora y media o tres horas y media. El tiempo entre toma y toma depende mucho si están lactando o se alimentan a base de fórmula, y las cantidades de alimento que consumen. Los lactantes se alimentan más a menudo, porque la leche materna es más afín a su sistema digestivo y la procesan más rápido que la de fórmula.

La alimentación se convierte en una de las principales actividades en la vida de tu recién nacido y su frecuencia dependerá de cada recién nacido

Tu recién nacido te expresará su deseo de comer haciendo movimientos de succión con la boca, girando su cabeza hacia ti y mirándote de forma expresiva o llevándose las manitas a la boca y chupándolas. Cuando comienzan a gimotear o llorar es señal de que necesitan de tu alimento y necesitan saciar su apetito. 

El bebé se alimentará hasta que se quede dormido o se separe del pezón (o biberón, si lo alimentas con fórmula). Si llora cuando lo apartas, significa que aún tiene hambre y quiere un poco más. Asegúrate en cualquier caso que expulse los gases cuando termine de alimentarse: los recién nacidos tragan mucho aire durante el proceso de succionar, y este luego les puede acarrear molestias.

Cuando eructe, ten un paño a mano: casi todos los bebés con pocos días de nacidos regurgitan un poco luego de alimentarse.

Llorar, la primera forma de comunicación en la vida de tu recién nacido

El llanto es, por el momento, la única forma que tiene el recién nacido de comunicarse y llamar la atención de sus padres e indicarles que algo va mal. En los primeros días es difícil determinar qué es lo que provoca el llanto, pero poco a poco los padres van dándose cuenta de lo que el bebé les está indicando.

Las causas del llanto son numerosas y muy diversas. Lo primero que debes considerar son sus horarios: puede que el recién nacido esté indicando que desea alimentarse si han pasado más de dos horas de su última toma, o que quiera dormir si ha estado más de una hora y media despierto.

El llanto es la primera forma de comunicación en la vida de un recién nacido, es la forma que tiene de expresar su insatisfacción por hambre, frio, incomodidad o dolor

Luego, miremos su entorno: ¿el pañal está seco? ¿la temperatura de la habitación es la adecuada para la ropa que lleva? ¿algo le está molestando o pinchando?

Si aun así no reconoces la causa del llanto, puedes envolverlo con una manta delgada, acurrucarlo en brazos y darle golpecitos suaves en la espalda. Otra técnica efectiva para calmar el llanto es mecerlos o caminar con ellos cargados, de forma que el bamboleo los acune. También las fuentes neutras de sonido los relajan, así que el ruido de un ventilador o de una máquina de ruido suave pueden contribuir a calmarlos.

Si ya tienen unas semanas de vida, un chupete o ayudarles a encontrar sus dedos para chupar también les servirá para tranquilizarse.

Cambiar pañales, una rutina importante en la vida de tu recién nacido

Los recién nacidos pueden necesitar un cambio de pañales entre cuatro a seis veces al día, y alégrate de que sea así porque indica que su aparato digestivo y urinario están funcionando con eficiencia.

Las primeras semanas de la vida de tu recién nacido están ocupados por actividades muy básicas, una expresión del buen funcionamiento del sistema digestivo y urinario es el frecuente cambio de pañales

En la primera semana de vida es perfectamente normal que sus heces sean negras o verduzcas y muy espesas. Este es el llamado meconio, una sustancia contenida en sus intestinos mientras está en el saco amniótico. Luego de expulsado este, las deposiciones se tornan suaves y líquidas: si está lactando serán de color amarillo claro; si se alimentan a base de fórmula serán más firmes y de color amarillo un poco más oscuro.

En la medida que pasan las semanas, el bebé irá controlando sus deposiciones y estas disminuirán. Si lactan pueden llegar a tener una sola deposición durante la semana, reflejando un aprovechamiento óptimo de los nutrientes de la leche materna. Los recién nacidos alimentados con fórmula tendrán una deposición diaria o menos.

Estimulación temprana para un buen desarrollo de tu recién nacido

Claro, no todo son pañales, comer y dormir. Entre estas actividades hay también períodos en que el bebé estará activo y alerta, descubriendo el mundo y familiarizándose con las personas que lo rodean.

Este es el momento ideal para jugar con ellos y estimularles: las canciones, leer cuentos, hablarles, hacer muecas para que las imiten y darle objetos interesantes irán desarrollando sus capacidades motoras e intelectuales, a la vez que establecerán un vínculo más cercano contigo.

Ni siquiera necesitan a esta edad objetos complicados para jugar: un sonajero, un espejo irrompible o una simple manta de colores son fuentes de entretenimiento, incluyendo sus propias manos y pies.

Con el paso de las semanas colócalo también boca abajo, porque esto los ayudará a fortalecer sus extremidades y que se desarrollen los músculos del cuello alzando la cabeza. Este es el preludio que necesitan para aprender a darse la vuelta y gatear.

En esta etapa inicial debes estar muy vigilante a su comportamiento porque es un periodo fundamental para crear los indisolubles vínculos entre la madre y su hijo y conocerlo. Algunos hechos te llamarán la atención, pero son perfectamente normales porque es una etapa de maduración y adaptación, más sin embargo debes estar muy atenta a algunas señales que requieren atención médica inmediata.