La naturaleza les proporciona a las madres la gran oportunidad de convertirse en una fábrica del mejor alimento para los recién nacidos: la leche materna. Pero este proceso no está exento de riesgos para la madre y uno de ellos son las perlas de leche o puntos blancos como también se le conoce.
Aunque se supone que todo lo sepamos en el momento de enfrentar el amamantamiento en la vida practica no es así y en numerosas ocasiones no recibimos los mejores consejos. La información veraz y real en ocasiones es sustituida por creencias populares que no ayudan a solucionar las disimiles circunstancias que pueden rodear a la lactancia materna.
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¿Qué son las perlas de leche?
Son denominadas perlas de leche cuando se observa una protuberancia que se observa como si fuera una espinilla blanca en el pezón. Este punto blanco aparece como si fuera una zona inflada, pequeña, brillante y toma el color nacarado como si fuera una perla.
Esta apariencia puede modificarse en el transcurso de 5 a 7 días. Esa zona se va desinflando y la capa externa queda como un pellejo blanquecino, hace una costra y posteriormente se desprende.
Generalmente produce un dolor muy agudo, penetrante, como si fuera una espina clavada. También produce una sensación de quemazón o picazón. La presencia del punto blanco y los síntomas anteriormente descritos permiten identificar la presencia de esta afección.
¿Por qué se producen los puntos blancos?
Las perlas de leche se producen por la obstrucción de los conductos por donde normalmente sale la leche. Este conducto de salida de este preciado líquido puede quedar taponado y quedar recubierto por una fina capa de piel o por un tapón y así la leche queda atrapada en el interior de ese conducto y no pueda salir.
Lo más frecuente es que la leche retenida detrás de esos pequeños conductos o poros del pezón contenga células muertas entremezclada con calcio y crea un tapón que ocluye la salida de la leche. Sus causas pueden ser de origen traumático o infeccioso.
Perlas de leche de origen traumático o de tracción
El bebé en su deseo de succionar del pecho de la madre en ocasiones tira del pezón y más aun cuando comienza a seguir con la vista a objetos o personas la tracción puede provocar traumas en el pezón. Así puede dar origen a una obstrucción a punto de partida de un traumatismo. En estos casos se puede identificar la causa que le dio origen.
Normalmente se resuelven este tipo de perlas de leche entre 5 y 7 días después de su aparición. En ocasiones su permanencia puede ser mayor.
Perlas de leche de origen infeccioso
Esta es la causa más común de aparición de las perlas de leche como consecuencia de desbalance microbiano en la mama o por una infección por microrganismos patógenos.
Cuando el origen es infeccioso por lo general se unen las bacterias con restos de calcio adhiriéndose a la luz de los conductos. Las perlas de leche de origen bacteriano son más profundas y pueden infectar todo el conducto lácteo.
¿Qué se puede hacer frente a la presencia de perlas de leche?
Lo primero es conocer qué tipo de perlas de leche esta presente en tu pezón. No Intentes drenarla o exprimirla por ti misma porque puede ser peor. Lo más recomendable es acudir al especialista para que te indique cuál es la posible causa y cuál es la mejor alternativa de tratamiento.
La conducta por seguir frente a las perlas de leche se relaciona con su origen, cuando se puede determinar que la causa es por traumatismo la mejor alternativa es permitir que el bebé succione y debe desaparecer por si solos entre los 5 y 7 días posteriores a su aparición. O sea, el mejor médico es el propio pequeñín.
En ocasiones esto no lo soluciona y es necesario acudir a un centro de asesoría de lactancia materna, matrona o a una enfermera especializada, allí podrían aplicarle calor y posteriormente con una aguja estéril romperla y así se libera la leche atrapada.
Cuando el origen de las perlas de leche es infeccioso, en ocasiones podría ser necesario hacer un cultivo de la leche materna para determinar el tipo de microrganismo que la produce. En algunos casos puede ser necesario el uso de probióticos o antibióticos.
De acuerdo con el tipo de bacteria que se encuentre podrían ser necesarios antibióticos que no afecten al pequeñín, entre ellos podría ser seleccionada la amoxicilina, cefalosporinas, eritromicina entre otros.
Algunos trucos para aliviar las molestias que producen las perlas de leche
Con independencia de la causa que da origen a las perlas de leche, hay algunas medidas prácticas que puedes llevar a cabo en el propio hogar que te podrán ayudar a aliviar las molestias de esta afección. Entre ellas:
- No uses sujetadores durante los días que se mantengan las molestias y mucho menos los que tengan aros. Si eres de las que no se siente cómoda sin ellos puedes usar un sujetador de lactancia.
- Busca la mejor posición para colocar a tu bebé en la que te sientas más cómoda y que lo ayude a agarrar bien para que sea capaz de extraer la máxima cantidad de leche.
- Puedes colocar paños o bolsas de agua tibia en la zona afectada o introducir el seno en agua tibia, seca el pecho posteriormente pero no lo restriegues fuertemente.
- Para ayudar a la evacuación de la leche puedes masajear el seno, presionando desde la base del seno hacia el pezón. Se recomienda antes y después de cada toma.
- Trata de ofrecerle a tu pequeño el seno afectado con una frecuencia no superior a las dos horas.
- Comienza la toma siempre ofreciéndole primero el seno afectado.
- Después de las tomas puedes aplicar compresas frías para aliviar el dolor y la inflamación.
- Si para aliviar el dolor requieres el uso de analgésicos consulta con tu médico.
- Siempre el descanso y la dieta saludable ayudan a mejorar la respuesta inmune.
¿Pueden complicarse las perlas de leche?
Normalmente las perlas de leche evolucionan favorablemente y tiene una evolución similar a las que previamente describimos, pero en ocasiones esto no sucede, fundamentalmente cuando no se producido un correcto drenaje de la leche producida por esa mama. Se manifiesta como una zona endurecida en una zona del pecho afectado. Entre los síntomas se destacan:
- Aparición de una zona dolorosa y dura en uno de los pechos.
- Por lo general aparece de forma gradual en la zona de la axila.
- No se acompaña de fiebre.
- La piel puede estar enrojecida sobre la zona afectada.
- Por lo general hay perlas de leche en la punta del pezón.
- Se acompaña de dolor al comienzo de la toma.
- La leche puede salir con menor velocidad por el pecho afectado.
- Por lo general desaparece en uno o dos días la inflamación si siguen las recomendaciones.
Excepcionalmente cuando no se atiende adecuadamente y la infección bacteriana continúa evolucionando sin control pudiera ser causa de mastitis.
Y por último
No hay dudas que las perlas de leche pueden ser incomodas y molestas, pero ellas no impiden que puedas seguir amamantando a tu hijo, pueden solucionarse de forma rápido, no dejan secuelas y muy raramente se complican.
La aparición de perlas de leche es una afección muy común, de pronta recuperación y no impide que tu pequeño siga disfrutando de todos los grandes beneficios que reporta este alimento para el crecimiento, desarrollo y la salud de tu hijo.
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